Читать книгу Curso de Filosofía del Derecho. Tomo I - José Joaquín Ugarte Godoy - Страница 9
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Lectura Ia
LA SABIDURÍA
”Dióme Yavé el ser en el principio de sus caminos, antes de sus obras antiguas.
Desde la eternidad fui yo ungida; desde los orígenes, antes que la tierra fuese.
Antes que los abismos fui engendrada yo; antes que fuesen las fuentes de abundantes aguas.
Antes que los montes fuesen cimentados; antes que los collados, fui yo concebida. Antes que hiciese la tierra, ni los campos, ni el polvo primero de la tierra.
Cuando fundó los cielos, allí estaba yo; cuando puso una bóveda sobre la faz del abismo.
Cuando daba consistencia al cielo en lo alto, cuando daba fuerza a las fuentes del abismo.
Cuando fijó sus términos al mar para que las aguas no traspasasen sus linderos. Cuando echó los cimientos de la tierra.
Estaba yo con Él como arquitecto, siendo siempre su delicia, solazándome ante Él en todo tiempo.
Recreándome en el orbe de la tierra, siendo mis delicias los hijos de los hombres.
Oídme, pues, hijos míos; bienaventurado el que sigue mis caminos.
Atended el consejo y sed sabios, y no lo menospreciéis.
Bienaventurado quien me escucha, y vela a mi puerta cada día, y es asiduo en el umbral de mis entradas.
Porque el que me halla a mí, halla la vida y alcanzará el favor de Yavé.
Y al contrario, el que me pierde, a sí mismo se daña, y el que me odia, ama la muerte”.
(PROVERBIOS 8, 22-36)
“Porque la sabiduría es más ágil que todo cuanto se mueve, se difunde su pureza y lo penetra todo;
Porque es un hálito del poder divino y una emanación pura de la gloria de Dios omnipotente, por lo cual nada manchado hay en ella.
Es el resplandor de la luz eterna, el espejo sin mancha del actuar de Dios, imagen de su bondad”.
(SABIDURÍA, 7, 24-26)12
Lectura IIa
DEFINICIÓN ARISTOTÉLICA DE FILOSOFÍA
(EXTRACTOS DEL CAPÍTULO II DEL LIBRO Iº DE LA METAFÍSICA)
1.- “En primer lugar concebimos al filósofo como conocedor, en cuanto es posible, de todas las cosas, sin poseer la ciencia específicamente particular de cada una de ellas.
2.- “Finalmente, el que posee las nociones más exactas sobre las causas de las cosas y es capaz de dar perfecta cuenta de ellas en su enseñanza, es más sabio que todos los demás en cualquier otra ciencia.”
3.- “De entre las ciencias a su vez juzgamos que es más propiamente filosófica aquella que merece ser elegida por sí misma y por el ansia misma de saber, que no la que se estudia por los resultados que de ella se obtienen.”
4.- “… de estas cosas [las de los números anteriores] hay una que necesariamente debe darse en el que posea la ciencia universal, a saber: el conocimiento de todas las cosas, pues un hombre de tal categoría conoce, en cierta manera, todo lo que se halla encuadrado bajo las dimensiones de lo general.”
5.- “Porque es necesario que esta ciencia sea un saber especulativo y de los primeros principios y las primeras causas.”
6.- “Y que no es esta una ciencia práctica lo demuestra el ejemplo de los primeros filósofos, ya que entonces, como ahora, fue la admiración lo que inicialmente empujó a los hombres a filosofar.”
7.- “Es, pues, evidente que no se persigue con esta investigación ningún interés extraño a ella misma, sino que de la misma manera que llamamos libre al hombre que se tiene a sí mismo por fin último de su obrar y no a otro, igual es esta la única ciencia independiente. Solo ella, en efecto, se tiene a sí misma como razón última de su ser.”
8.- “Por eso, y con razón, se considera como cosa no meramente humana a la posesión de esta ciencia. Pues la naturaleza del hombre es esclava en tantos aspectos, que “solo Dios”, como dice Simónides, “debería disfrutar de este precioso privilegio”. Sin embargo, es indigno del hombre no moverse a buscar una ciencia a la que le es posible aspirar.”
9.- “Por fin, no hay ciencia más digna de consideración que esta, ya que la que es naturalmente más divina es más digna de estima, y esta ciencia es divina por dos conceptos. Porque una ciencia que Dios posee en grado sumo y que trata de cosas divinas es la más divina de las ciencias. Ahora bien, solo la filosofía ha obtenido estas dos cosas, pues Dios es concebido por todos como la causa y principio de todas las cosas o al menos está entre ellos, y solo Dios, o por lo menos de una manera principal, puede poseer una ciencia de este tipo.”
10.- “Así, pues, todas las demás ciencias atienden más a las cosas necesarias, pero ninguna es mejor que la filosofía.”13
Lectura IIIa
NECESIDAD DE LA FILOSOFÍA
“La indigencia del hombre es el supuesto de toda especulación humana; máximamente de la filosofía. Pero no la indigencia que se remedia con los bienes logrados en la vida práctica, sino otra más esencial y profunda: el hecho mismo de que nuestro ser, precisamente en tanto que ser, es potencial e incompleto, constitutivamente pobre, pues nuestro entendimiento, por el cual diferimos de los animales, no es una entidad que se baste a sí propia, sino que necesita de los demás seres para llenar su interna vaciedad. El conocimiento es, en rigor, una necesidad humana; la necesidad que el hombre tiene de saturar su indeterminación, de completar, con las demás cosas, su precaria entidad…”
(ANTONIO MILLÁN PUELLES, FUNDAMENTOS DE FILOSOFÍA,
PÁGS. 34-35, EDICIONES RIALP S.A., MADRID, 1962, 3a ED.).
Lectura IVa
FILOSOFÍA PRIMERA
ARISTÓTELES
“Inquirimos las causas y principios de los seres y, evidentemente, de los seres en cuanto seres. Existe una causa de la salud y del bienestar; también las matemáticas tienen sus principios, sus elementos y sus causas; y en general, toda ciencia intelectual o que de alguna manera participa de la inteligencia centra su estudio en causas y principios más o menos rigurosos o simples. Con todo, todas estas ciencias estudian algún objeto determinado y, ciñéndose a un género concreto, lo estudian; pero no tratan simplemente del ser, ni del ser en cuanto ser, ni de las esencias de las cosas. Sino que, partiendo del ser, unas del ser conocido por medio de los sentidos, otras de la hipótesis de la esencia, deducen en consecuencia demostraciones más o menos necesarias, más o menos débiles, sobre aquellas cosas que por sí están incluidas en el género y sobre qué son …”
“Ahora bien: al ser la Física una ciencia que trata de un determinado género de seres —pues se ocupa de esta substancia que tiene en sí el principio del movimiento y del reposo—, es evidente que no es ni una ciencia práctica ni una ciencia creadora…”
“Ahora bien: si toda actividad intelectual es o práctica, o creadora, o especulativa, ciertamente la Física será una ciencia especulativa centrada sobre un determinado ser, a saber, el que es susceptible de movimiento y cambio, y la ciencia de una substancia que, según su noción ordinaria, no puede separarse de su sujeto material.”
“…También la Matemática es una ciencia especulativa. Con todo, no es aún manifiesto ni evidente si los seres de que trata son inmutables e independientes. Lo que sí sabemos con claridad es que esta ciencia considera algunos seres matemáticos en tanto que son inmutables e independientes. Ciertamente, si algo hay inmutable, eterno e independiente, le toca a la ciencia especulativa el estudiarlo. No toca a la Física —porque la Física estudia determinada clase de seres mutables o móviles—, ni a la Matemática, antes bien a una ciencia anterior a ambas. En efecto, la Física trata de seres inseparables de la materia y susceptibles de cambio o movimiento; la Matemática trata algunas veces de seres inmutables, eso es cierto, pero posiblemente no separables de la materia, sino en cuanto atados a ella, mientras que esta ciencia primera tiene por objeto los seres inmutables e independientes. Ahora bien: es necesario que todas las causas sean eternas, pero de manera especial estas, porque estas son las causas de las manifestaciones de las cosas divinas.”
“De manera, pues, que son tres las ciencias especulativas: la Matemática, la Física y la Teología. Pues es evidente que si en alguna parte existe algo divino, es en esta naturaleza inmutable e independiente donde hay que buscarlo, y es necesario que la ciencia más digna y excelente sea la que tenga por objeto el género más digno y excelente…”
“…Si no existe ninguna otra substancia fuera de las que tienen una materia, la Física sería, sin duda, la primera ciencia. Pero si existe alguna substancia inmutable, esta es primero, y entonces la Filosofía es la ciencia primera, y por ser ciencia primera es también universal, y a ella le corresponde el estudio del ser, en cuanto ser, y el estudio de la esencia y de las propiedades del ser, en cuanto ser.”
(EXTRACTOS DEL CAPÍTULO I DEL LIBRO VI
DE LA METAFÍSICA, 1025 B - 1026 A, VERSIÓN DE SAMARANCH CITADA)
Lectura Va
EL ESTUDIO DE LA SABIDURÍA
SANTO TOMÁS DE AQUINO
“El estudio de la sabiduría es el más perfecto, sublime, provechoso y alegre de todos los estudios humanos. Más perfecto ciertamente, pues el hombre, en la medida en que se da al estudio de la Sabiduría, posee ya de alguna forma la verdadera bienaventuranza. Por eso dice el Sabio: Dichoso el hombre que medita la Sabiduría (Eccl.14, 22). Más sublime, pues por él el hombre se asemeja principalmente a Dios, que todo lo hizo sabiamente (Ps. 103, 24), y como la semejanza es causa de amor, el estudio de la Sabiduría une especialmente a Dios por amistad, y así se dice de ella que es para los hombres tesoro inagotable, y los que de él se aprovechan se hacen partícipes de la amistad divina (Sap. 7, 14). Más útil, pues la sabiduría es camino para llegar al reino de la inmortalidad: El deseo de la Sabiduría conduce a reinar por siempre. Y más alegre, pues no es amarga su conversación ni dolorosa su convivencia, sino alegría y gozo”.
(SUMA CONTRA LOS GENTILES, L.I, C.2)
Lectura VIa
ACERCA DE LA FILOSOFÍA
SÉNECA
1.- Cogitationis vis est quae universum movet.
2.- Converte, homo, totam mentem tuam in philosophiam, adside in aula eius.
3.- Ingens intervallum inter te fiet et caeteros. Omnes mortales antecedes, non multo te dei superabunt. Hoc aliquid est magnificum: debilitatem habere hominis, securitatem dei.
8.- Est nobis, qui sapientiam amamus, magnum solatium: quod multum adhuc restat operis et multum restabit, nec ulli homini, multis saeculis transcursis, praecludetur occassio adiciendi adhuc aliquid ad vitae portentum.
12.- Et sic, inter alias multas et praestantes res, utrum non quaeram quis fuerit vel sit rerum artifex? Vel, qua ratione tanta magnitudo ad legem et ad ordinem immutabilem venit? Unde lux tanta fluit? Quomodo in suis orbitis tenentur sidera? Num ego ista et alia non quaeram? Et etiam nescire unde descenderim debebo? Quo hinc ire debeam? Quae sedes animam expectant, solutam iam legibus servitutis haumanae? Prohibes tu me investigare caelum? Iubes tu me vivere ut boves capite demisso?
1.- La fuerza del pensamiento es la que mueve el universo.
2.- Convierte, ¡oh hombre!, toda tu mente a la filosofía, siéntate en su aula.
3.- Una gran distancia se hará entre ti y los demás. Llegarás más adelante que todos los mortales, no mucho te superarán los dioses. Esto es algo magnífico: tener la debilidad de un hombre, la seguridad de un dios.
8.- Hay para nosotros que amamos la sabiduría un gran consuelo: que queda todavía mucho y mucho quedará por hacer, y no se cerrará para ningún hombre, transcurridos muchos siglos, la ocasión de añadir todavía algo al portento de la vida.
12.- ¿Y así, entre otras muchas y nobles cosas, no preguntaré acaso quién ha sido o sea el artífice de todas las cosas? ¿O, por qué causa viene tanta grandeza a la ley y al orden inmutable? ¿De dónde mana tanta luz? ¿De qué manera se mantienen los astros en sus órbitas? ¿Acaso no indagaré estas y otras cosas? ¿Y habré también de ignorar de dónde he descendido? ¿A dónde he de ir desde aquí? ¿Qué residencias esperan al alma desatada ya de las leyes de la servidumbre humana? ¿Me prohíbes investigar el cielo? ¿Me ordenas vivir como los bueyes, con la cabeza gacha? (Séneca: Ars Cogitandi; texto que viene en la obra Iniciación al Latín de Alberto Christiny, Editorial Andrés Bello, 2ª ed., Santiago, 2004. págs. 337-339)
Lectura VIIª
SOBRE LA FILOSOFÍA
PLATÓN
“Sócrates.- Sin embargo, Teodoro, es imposible acabar con los males. Siempre, necesariamente, habrá algo contrario al bien; algo que, con todo, no sentará sus reales en la morada de los dioses, sino que rondará de modo irremisible la naturaleza mortal y el lugar donde ella habita. Ello nos prueba claramente que hay que elevarse de este mundo hacia lo alto lo antes que se pueda. Esa huida de que hablamos no es otra cosa que una asimilación de la naturaleza divina en cuanto a nosotros nos sea posible; asimilación, sobre todo, si se alcanza la justicia y la santidad con el ejercicio de la inteligencia… Dios no es por ningún concepto y de ninguna manera injusto, sino, por el contrario, el ser más justo que existe; y solo tiene verdadera semejanza con Él aquel de entre nosotros que se hace justo en la medida de sus fuerzas” (Platón, Teeteto, 176, b, traducción de José Antonio Míguez, en Obras Completas de Platón, Aguilar, 1969, Madrid).
12 Esta y la anterior lectura están tomadas de la traducción de la Biblia de Nácar y Colunga, publicada por la Biblioteca de Autores cristianos.
13 Versión de las Obras de Aristóteles de Francisco de P. Samaranch, Aguilar, Madrid, 1967.