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III. EL RETO DE LA INNOVACIÓN EN LA EMPRESA FAMILIAR
ОглавлениеLas empresas familiares, debido a la globalización, se han tenido que enfrentar a retos que, hace poco tiempo, eran inimaginables. Esta situación las ha obligado a evolucionar rápidamente para no quedarse fuera del mercado. Grandes corporaciones familiares, como Mercadona, Grupo Fuertes o Ikea, han sabido adaptarse a través de la innovación, a los continuos cambios del mercado, pues saben que la supervivencia del negocio depende en gran medida de la capacidad de innovación que tenga la organización (DURÁN-NADINE et al., 2015). Tomar este camino de la innovación implica que la empresa debe llevar a cabo actuaciones en su estructura organizacional, sus procesos internos y en la forma de atender las necesidades del mercado (HOFFMAN et al., 2006; SERRANO-BEDÍA et al., 2016). Los efectos de la innovación han sido ampliamente estudiados en el caso de las grandes corporaciones empresariales (SERRANO-BEDÍA et al., 2016), sin embargo, esto no ha sido así en el caso de las pymes familiares, pues, aunque hayan sido reconocidas como elementos fundamentales en el crecimiento económico de la sociedad moderna, la investigación en este campo ha sido muy reducida. Esta situación contrasta con la realidad, ya que en todos los foros empresariales se reconoce el papel fundamental que la innovación puede y debe tener en la empresa familiar. En este mismo sentido, MOLINA et al. (2016) sugieren que la capacidad de innovación es fundamental para este tipo de empresas y debería estar presente en su cultura por el bien de las futuras generaciones. Ya que el éxito en la empresa familiar puede ser medido no solo por la forma en que es manejada la transición generacional, sino a través de como sean transferido los valores, la cultura y la reputación de la empresa. Estos autores, también señalan que la innovación implica un considerable riesgo y que para conseguir una estrategia exitosa requiere hacer cambios sistemáticos y significativos en la estructura organizacional. En este sentido sugiere que aquellas compañías que sean capaces de operar con estructuras organizacionales más flexibles, tendrán mayores índices de actividades innovadoras que aquellas que tengan estructuras más rígidas. En consecuencia, innovar debería ser más fácil en los negocios familiares que en los no familiares, puesto que las empresas familiares suelen tener estructuras organizacionales y procesos de toma de decisiones más flexibles (MILLER et al., 2008). En una investigación más reciente, elaborada por miembros de la Cátedra Santander de Empresa Familiar de la Universidad de Cantabria (SERRANO-BEDÍA et al. 2016), se realiza un análisis de las distintas actividades innovadoras desarrolladas por las empresas familiares, permitiendo conocer el perfil innovador de estas en relación al origen de las actividades innovadoras. Es decir, si dichas actividades fueron realizadas por la propia empresa, por otras, o si bien, se llevaron a cabo conjuntamente con otras empresas o instituciones. Los resultados revelan en primer lugar que las actividades innovadoras son realizadas mayoritariamente en la misma empresa. En segundo lugar, figura la subcontratación de las actividades innovadoras, siendo la cooperación la menos utilizada.
En la empresa familiar apostar por la innovación significa empezar a planear el futuro y modificar, si fuera necesario, el modelo de negocio que tiene actualmente. Este replanteamiento estratégico implica destinar los esfuerzos de la compañía (tiempo, costes y recursos) allí donde más los va a valorar el cliente y no donde siempre se han realizado hasta ahora (zona de confort de la organización), pues en la empresa familiar el riesgo de acomodarse y perder el impulso emprendedor es elevado. Sobre todo, si el negocio familiar da resultados positivos, porque la dirección de la compañía piensa que, si los resultados alcanzado han sido buenos hasta el momento, no hay motivos para realizar cambios. Sin embargo, en un mercado con cambios rápidos y exponenciales, las empresas familiares deben gestionarse de otra forma a como se estaban haciendo en el pasado. Ya que actualmente tener un buen producto o servicio, una buena marca y reputación, ya no es garantía de nada. Pues el éxito alcanzado en el pasado no garantiza el éxito futuro, si no viene acompañado de una voluntad constante por innovar y hacer las cosas de forma diferente para adaptarse a las nuevas reglas del juego, en un mercado cada vez más globalizado y competitivo.
Sin duda alguna, la innovación se adapta bien a la empresa familiar, principalmente debido al compromiso con la continuidad y la rapidez en la toma de decisiones. Así lo demuestra el informe del VIII Barómetro Europeo de la Empresa Familiar4, el cual refleja un optimismo entre las empresas familiares españolas, que están respondiendo a un mundo incierto a través de apostar por la innovación y la formación del talento como dos de sus prioridades más relevantes. Aunque hay que tener siempre presente que por ser empresa familiar, los negocios y las emociones siempre van a ir al unísono y esta realidad puede suponer un obstáculo para la innovación. Ya que innovar suele conllevar un desembolso económico importante que la familia empresaria debe asumir. Por lo tanto, en aquellas familias con tensiones y sin confianza entre sus miembros, suele ser más difícil que los accionistas alejados de la gestión quieran invertir en innovación (GALLO, 2003; MONREAL et al., 2012). Además, para innovar es necesario tener a profesionales dentro del equipo con las aptitudes necesarias para ello, y por desgracia esto no siempre sucede. Pero quizás el mayor obstáculo para innovar se produce cuando se acerca el momento de la sucesión y no se ha planificado el relevo adecuadamente, generándose un alto grado de incertidumbre sobre la continuidad del negocio. Esto favorece que la generación saliente tienda a ser más conservadora y deje de apostar por la innovación, y la generación entrante también sea reticente a innovar por falta de motivación, por inexperiencia, o por falta de cualificación para ello.