Читать книгу Estrategias de coaching ejecutivo - Laura Bicondoa - Страница 8
Prólogo de Elena Espinal
Оглавление¿Cómo el coaching ejecutivo encaja en un movimiento de incremento de conciencia mundial? ¿Cómo no perder de vista que el coaching ejecutivo no se dedica a resolver problemas, sino a lograr ejecutivos poderosos, inspiradores, que, trascendiendo el pasado, se lleven y lleven a sus equipos a la esencia de su potencial creativo y de coordinación de acciones?
Si podemos lograr esto, estamos en presencia de una técnica magníficamente realizada y de un arte, que lo es, porque es espejo del alma. El coaching es un portal de acceso al reino de las más puras potencialidades y cualidades humanas, manifestadas en la acción. Significa inspirarse para conocer y comprender profundamente cómo observamos el mundo y elegir una manera de hacerlo que nos acerque más a nuestros sueños. Es darnos cuenta de nuestra capacidad de hacer milagros, si comprendemos por milagro la aparición de algo que no podía esperarse de manera natural y espontánea.
El coaching también incluye en su existencia un cambio sutil: rescata lo femenino, no de la mujer como sexo, sino de la energía femenina que representa la fuerza creativa, la fuente de amor y el anhelo que han vivido en la apariencia de estar separados de lo que era ser humano. Esto significa añorar la integridad, y atreverse a sentir la pasión y el deseo. Estos aspectos no desaparecen jamás, simplemente quedan reprimidos y lo han estado durante mucho tiempo, ocultos frente a una cultura que ha representado al ejecutivo como un gran controlador, dominador y alejado de ciertos rasgos humanos como el miedo, la vulnerabilidad y otras emociones. Una nunca negada, y hasta aceptada, ha sido el enojo.
Cuando se pierde de vista la pasión y es reemplazada por el enojo, en general oculta la depresión, el resentimiento, la ira, el cinismo y el orgullo. Cuando en espacios de intimidad podemos trascender nuestras creencias, heridas del pasado, y nuestros miedos, abrimos la puerta al desafío y a la posibilidad de ir juntos, de la mano, a crear nuevos mundos.
Somos artistas de nuestro destino, y el liderazgo de los ejecutivos puede comenzar a considerarse desde esta mirada.
¿Cómo lograr esta maestría?
Marcela Fernández y Laura Bicondoa nos llevan de la mano. Nos invitan a mirar la técnica en profundidad, las características de un coaching ejecutivo, los indicadores para reconocer qué camino es el correcto, el balance entre la empresa contratante y la persona ejecutiva, la relación con otros, y en detalle un proceso completo que incluye cómo darse cuenta cuando se está en presencia de alguien que precisa algún tipo de tratamiento.
Lo hacen desde una experiencia profesional de muchísimas horas de trabajo y muchas empresas de renombre internacional que lo valoran, y que ellas entregan con total transparencia y generosidad en este libro.
La maestría aparece cuando se puede dejar de lado la técnica, porque esta ya es parte de nuestro ser-hacer en el mundo. Esa transformación se logra con horas de trabajo dedicado, presente y de mirada compasiva para ensayar y volver a hacerlo hasta que salga. Ellas son maestras en eso. Lo lograron y el mundo lo reconoce. Son mujeres, con esa dosis de energía femenina abarcadora de lo creativo y lo sutil. Aportan resultados incluyendo, invitando a usar el poder personal y a la transformación.
El coaching es un viaje de creación y prueba. Este libro es un viaje que, igual que el coaching, no tiene retorno: leerlo, estudiarlo lleva a caminos y conductas insospechadas a medida que las sesiones ocurren. El coaching tiene que ver con la generosidad: con la capacidad de “generar”, y así ellas son el ejemplo de generación y entrega a manos llenas de casos, ejemplos y de lo que saben.
Me es difícil terminar este texto sin declarar una verdad conocida, pero no especificada hasta aquí. Conozco a Marcela desde que inició su carrera de coaching en el ICP, en 1999. Siempre fue madura, centrada, capaz, abocada a su visión y buscadora de posibilidades.
Conozco a Laura desde que asomó su carita a este mundo y por primera vez la vi, entre lágrimas de madre primeriza, como años después miraría a sus dos hijos, que hoy son mi nueva razón de vivir. Todo lo que pude haber soñado de una hija se cumplió: sus valores, su dedicación y capacidad de estudio, su manera de enfrentar la vida, su resiliencia, pero también su profesionalismo, su entrega y pasión por el trabajo, su liderazgo en el mundo del coaching que, junto a Marcela Fernández, ha dejado huella en el mundo organizacional.
Es un honor que agradezco con el alma el haber sido elegida para hablar de este libro y de sus autoras, antes de ser leído. Eso es un Prólogo. (Un Prólogo como si hubiera podido hablar de mi hija antes de que otros la conocieran.)
Es un honor en la vida caminar las tres juntas un camino profesional y admirarlas, y aprender de ellas, sorprendiéndome a cada rato. Este libro es una sorpresa más, por su sencillez y su profundidad. Por su amor y su entrega. Por su dedicación minuciosa y abarcativa. Por la esperanza que alberga de colaborar en la formación de coaches de altísimo nivel que dignifiquen la profesión. Por el futuro que quieren contagiar a los ambiciosos de vida y pasión en un viaje a lo desconocido con otros, para la construcción de los espacios que todos vamos a vivir.