Читать книгу El hospital del alma - Lourdes Cacho Escudero - Страница 11
ОглавлениеEl bolsillo de mi bisabuelo
Había en las tardes una madeja que me llevaba a otro laberinto. En un banco a la vuelta del frontón, en la pared de un bar en la que años más tarde aprendí a esperar al amor y a seducir a la risa, mi bisabuelo me recogía como si acabase de vencer al minotauro. El algodón de mis dedos se entrelazaba entre sus manos grandes llenas de otra labranza, la de los años. Y al compás de sus pequeños pasos y su bastón comenzábamos a subir la cuesta que me llevaba hasta la casa donde mi tía me recibía con la merienda. Él se sentaba en la mesa camilla junto al balcón y sacaba las cartas con las que me enseñó a jugar a la brisca y que guardo impecables en mi memoria. “¡Abuelo! ¡Has tirado triunfo!—le decía a veces sorprendida— “¡Qué despiste!”—me decía él— Y señalaba con los ojos mi merienda que cada vez se hacía más grande y que acariciaba mi boca solo si oía acercarse los pasos de mi tía. Al cabo de un rato, cuando daba por imposible mi apetito y la silueta de mi madre se hacía cada vez más bonita al otro lado del balcón, el bolsillo de mi abuelo, cómplice otra vez, daba cobijo al pan con chocolate y dos besos en las mejillas sellaban nuestro secreto y el hilo de la ternura volvía a atarse a mi dedo.