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8. EL LENGUAJE JURÍDICO ES UN LENGUAJE CON TENDENCIA AL AISLAMIENTO Y AL COMPLEJO DE ISLA

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La tendencia al aislacionismo y al complejo de isla que acompaña al lenguaje jurídico es fruto del arrastre de buena parte de las características comentadas hasta aquí. Es, pues, una característica que se induce de algunas de las expuestas con anterioridad.

Es momento para destacar, empero, un nuevo rasgo del lenguaje jurídico ligado con lo que hemos llamado tendencia al aislamiento. El lenguaje jurídico tiene veladuras de intensidad muy superior a las del común. El lenguaje jurídico, por ende, no es en sí transparente, revelado en todas sus dimensiones con facilidad transmisiva. No es, por tanto, de fácil comunicabilidad o cualidad de ser trasladado a terceros con sencillez y claridad.

La tendencia al aislamiento del lenguaje jurídico encuentra su caldo de cultivo en su carácter especial y su confirmación en el entendimiento de esta característica exagerado y en contra de los tiempos que corren. La tendencia al complejo de isla, además de con la especialidad, tiene mucho que ver con el lenguaje de especialistas que es el jurídico. El especialista normalmente tiende a acentuar los rasgos propios de su expresión para intensificar su condición de titular de algo –la ciencia jurídica y su lenguaje– sólo conocido y utilizable por el grupo profesional al que pertenece.

El aislamiento y el complejo de isla al que nos referimos se sienten atacados por la transparencia y claridad. El vínculo entre el jurista y su modo de expresión y la sociedad a través de la transparencia comunicativa es visto «como un riesgo cierto para una concepción elitista de nuestra función –entiende el exFiscal General del Estado Cándido CONDE-PUMPIDO con referencia específica a jueces y fiscales–, que, paradójicamente, no es ajena ni al iluminismo ni al autoritarismo que, con desigual incidencia, marcaron respectiva y sucesivamente nuestro proceso codificador y la realidad aplicativa de nuestras leyes»36).

El lenguaje jurídico actual

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