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II. La figura del secretario en la práctica
ОглавлениеLo característico de la figura del Secretario designado por el tribunal arbitral es que es una persona que se incorpora al procedimiento y permanece como tal durante toda su duración, por lo que está presente en todos los estadios del mismo y figura en él, incluyendo también su presencia durante las audiencias, y en su caso, deliberaciones del tribunal arbitral.
Normalmente se tratará de abogados jóvenes que desarrollan sus labores profesionales en un círculo próximo al del árbitro único o presidente del tribunal arbitral.
Pasando a quiénes precisan las labores de un secretario, y quiénes pueden ejercerlas, creemos que en la práctica no existe distinción entre aquellos árbitros que compatibilizan sus labores arbitrales con otras profesionales relativas al ejercicio de la abogacía o la academia, frente a aquellos que se dedican o pretenden dedicarse exclusivamente a “ser árbitros”. Tampoco entre el tipo de arbitraje institucional o ad hoc, si bien en este último caso pareciera más factible su utilización al no existir detrás una institución administradora, las cuales frecuentemente tienen sus propios secretarios asignados al procedimiento, que no son, sin embargo, los secretarios a los que aquí nos referimos6.
Se ha de notar que sin existir una profesión de “arbitro” como tal, aunque cada vez más existen programas de acreditación o certificación, estamos asistiendo con mayor frecuencia en la práctica del arbitraje internacional, tanto en las áreas comercial como de inversión, a juristas, no necesariamente socios de despachos que se jubilan o prejubilan, pues se evidencia también el fenómeno de los árbitros de mediana edad que deciden encaminar su futuro en el mundo arbitral, y también juristas que habiendo formado parte de asesorías jurídicas de empresas o que ostentaron cargos de relevancia en organismos o instituciones públicas o privadas y que encuentran en las labores arbitrales una excepción, de ser el caso, al riguroso régimen de incompatibilidad al que quedan sometidos tras su cese, deciden hacer del arbitraje su “profesión”. Todos ellos pueden recurrir a la ayuda de un Secretario cuando el número de nombramientos excede de lo razonable o por otras razones.
Estos árbitros muy frecuentemente sólo actúan como tal, aunque también pueden ocasionalmente hacerlo como expertos, asesores o consultores o, incluso también como abogados de parte; árbitros, en algunos casos, con tarjetas de presentación o páginas web donde se resalta su condición de “árbitros independientes” (¿acaso los demás no lo son?), llegando, incluso, a situaciones similares a los despachos colectivos de abogados, como despachos de árbitros profesionales o 'boutiques' especializadas en arbitrajes, si bien podrían también participar en litigación de tipo internacional.
En este punto los partidarios de la figura del Secretario razonan en atención a la realidad en la que se desenvuelve la práctica de la abogacía internacional donde los abogados emplean equipos de varias personas para preparar sus casos, por lo que es razonable pensar que éstos no esperaran que los árbitros en casos complejos con multitud de documentos vayan a través de esos voluminosos archivos sin ayuda, pudiendo así los árbitros enfocarse más fácilmente en lo esencial del caso y los secretarios pueden investigar y recopilar hechos y pruebas durante todo el arbitraje7.
Son, en consecuencia, en muchas ocasiones, árbitros dedicados profesionalmente al arbitraje que disponen de un equipo de abogados a su cargo que les puedan asistir en su tarea arbitral, y que son precisamente los candidatos a secretarios, o que confían dicha labor a abogados de otras firmas. En otras ocasiones, nos encontramos con profesionales de la abogacía en activo –socios de despachos profesionales, por ejemplo– que son árbitros y que tienen como Secretarios a otros abogados del mismo despacho, por ejemplo, en el caso de los abogados más jóvenes (juniors)8 o que están en categorías intermedias, muy infrecuente y, desde luego, excesivo o inadecuado, es que sean otros socios9. Podría darse también el caso de árbitros-académicos que pueden valerse de estudiantes de postgrado para la tarea.