Читать книгу Sonrevivir - María Jesús de Marcos - Страница 23

Оглавление

Resolución de conflictos

Cuando alguien necesita resolver algún conflicto, debe preparar el terreno antes; es decir, debe acordar un momento con esa persona. No es recomendable cogerla en un pasillo o descuidada, o en una fiesta, o en un lugar no apropiado para ambos y decirle, sin antes avisarle y sin la suficiente calma y tiempo: «Tenemos que hablar». Esa frase, por sí sola, ya genera tensión.

¿Cómo preparamos el terreno? En primer lugar, hay que buscar el momento sin alejarnos mucho en el tiempo del incidente ocurrido, porque cuanto más nos alejemos del suceso, mayor tensión habrá. Aun así, siempre es mejor hablarlo aunque haya pasado mucho tiempo que no hablarlo jamás; las cosas no se resuelven solas. Hacer como si no hubiese pasado nada no es buena opción, puede incluso dañar más a la otra persona. También puede ser que hablando tampoco se resuelvan las cosas como nosotros esperamos, por lo que debemos poner la intención de solucionar lo que nos preocupa sin aferrarnos al resultado, porque este puede frustrarnos si no es el esperado.

Lo ideal para comentarle a la otra persona que «tenemos que hablar», es hacerlo en un momento distendido, con una sonrisa (muy importante), con el tono de voz adecuado, en un lugar más o menos cómodo para ambos, donde no nos veamos acorralados o comprometidos (trabajo, local con mucho ruido, fiesta…), donde ninguno tenga una prisa aparente. Entonces, se acuerda un día y un lugar neutro, una cafetería agradable, no muy ruidosa, donde se pueda charlar bien y se le expresa el motivo que se quiere tratar, porque si no dices el tema, la otra persona puede estar pensando en un incidente y tú en otro. De esta forma ambos iréis preparados.

¿Por qué digo que no hay que aferrarse al resultado de que tras la conversación todo va a ir bien y aquí borrón y cuenta nueva? Porque para una conversación con este nivel de implicación, ambos deben ir con la misma disposición a ser sinceros, con la intención de arreglar y no dañar más, con la intención de aclarar y solventar el error si es posible, y si no lo es, tranquilizar la relación en la medida que sea posible, con el máximo respeto, y no usar lo que en ella se cuente a modo de venganza posterior. Desnudar el alma es exponerse y es de valientes, por lo que queda claro que lo que ahí se hable, se queda ahí. Esta es una condición que ambas partes deben tener clara y estar de acuerdo.

Puede ser que, pasados unos días, alguno pueda tener que aclarar algo al respecto. Se procederá de la misma forma. Crear el ambiente, dejar los egos afuera, hablar desde el corazón, siempre es mucho mejor en ese momento y a la larga, aunque la otra persona no lo haga, es mucho mejor jugar a ganar-ganar, es decir, intentar que ambas partes ganen en tranquilidad, en confianza, en serenidad, que un ganar-perder, porque a nadie le gusta perder (y a nuestro ego mucho menos) por lo que causaremos o nos causarán una herida (que habrá que curar si no queremos que se abra de vez en cuando).

Sonrevive a partir de ahora. Sin ataduras, sin trajes encorsetados ni opresivos; haz que tu Rottenmeier se suelte el moño, se deje la melena al viento, corra descalza por la arena o por la montaña, baile como le apetezca, a su ritmo, sin pasos prefijados, que se ponga bikini o que corra desnuda, dile que se bañe en agua fría, que grite, que ría sin control, que sude al hacer ejercicio, o al correr, que se permita ir sin maquillaje, sin las uñas arregladas, o con ellas, con sus canas o su pelo teñido, que haga lo que quiera, lo que siempre ha querido hacer y no se ha atrevido por no salirse de las normas impuestas por otros, que se ponga traje y deportivas, que monte en bici y disfrute del aire en la cara, que aprenda si no sabe y le apetece, que ponga los pies en la mesa, que un día no haga la cama, que se vaya al cine sola, que vaya al trabajo en deportivas en vez de con tacones o zapatos (en el caso de los hombres), que tire a la basura la rigidez, que no le diga a nadie lo que tiene que hacer, que no dé consejos si no se los piden, que se respete y respete, que sea lo que quiera ser.

Sonrevivir

Подняться наверх