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CAPÍTULO 23

BLOG PERSONAL DE BRUNO SANTANA. Domingo 7 de octubre. Cerca del alba.

Me alejé del ordenador propinando un empujón a la mesa que terminó lanzando mi silla hacia atrás. Estuve a punto de derramar el vino y caer redondo sobre el sofá. No podía creer lo que me estaba sucediendo, mis dedos temblaban encima del teclado, las palabras brotaban solas como borbotones de sangre, de luz, de vida.

El brillo a través de la ventana me hizo guiñar los ojos. Llevaba tantas horas escribiendo a oscuras, acostumbrado sólo a la luz disminuida de la pantalla del ordenador, que la primera claridad del nuevo día me afectó lo mismo que a un Drácula del medievo.

Todo aquello que nunca te dije

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