Читать книгу Anuario de Derecho Administrativo 2017 - Miguel Ángel Recuerda Girela - Страница 16
1. PLANTEAMIENTO DE LA CUESTIÓN
ОглавлениеEl sector gasista es un sector muy dinámico como consecuencia de la indisociable relación que existe entre el mismo y el contexto geopolítico en el que se encuadra, el cual, durante los últimos años se ha caracterizado por una marcada inestabilidad tanto económica como sociopolítica.
Por otro lado, el sector del gas también se ha visto afectado por un acontecimiento de relevancia internacional como ha sido la adopción del Acuerdo de París, dentro del marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que ha entrado en vigor el 4 de noviembre de 2016, al haberse cumplido las condiciones establecidas para ello, a saber, el trigésimo día contado desde la fecha en que no menos de 55 partes signatarias de la Convención, cuyas emisiones estimadas representen globalmente por lo menos un 55% del total de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero hayan depositado sus instrumentos de ratificación, aceptación aprobación o adhesión. El objetivo del Acuerdo de París se centra en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, y en este sentido, la Agencia Internacional de la Energía ha sostenido que «Entre los combustibles fósiles, el gas natural –el de más bajas emisiones de CO2– es el único cuya proporción aumenta». En otras palabras, el gas es –y seguirá siendo– una de las fuentes de energía más relevantes para el futuro, lo que supone un horizonte de posibilidades a explorar por parte de las empresas del sector gasista y para potenciales inversores dado el desarrollo de nuevas tecnologías en relación con su transporte y los nuevos usos asociados al mismo (por ejemplo, la fractura hidráulica o el «fracking»). A esta ecuación hay que sumarle otra serie de variables (países productores, de tránsito, importadores y la red de infraestructuras), muchas de las cuales son factores exógenos que escapan al control de un Estado en particular e incluso de entes supranacionales como la propia Unión Europea.
A este dinamismo, debemos unir la inestabilidad que ha imperado en este sector. Así, por ejemplo, el incremento del uso de gas natural licuado (en adelante, «GNL») como alternativa real al suministro por gasoducto ha rediseñado la política gasística en todo el mundo. En España, el aumento en el uso de GNL va a tener una especial incidencia en tanto que tiene muchos de los elementos necesarios para convertirse en la puerta de entrada al gas a Europa como vía alternativa a la inestable ruta del Este. España goza de una posición geográfica privilegiada y, desde hace relativamente poco, un mercado organizado del gas. Sin embargo, presenta un problema fundamental de conexiones internacionales, lo que supondrá un reto a superar en un futuro inmediato si realmente pretende convertirse en la principal vía de entrada del gas en Europa.
Todo lo anterior plantea una serie de retos en cuanto al establecimiento de un marco regulatorio estable y eficiente, tan necesario en el sector energético, en general, y en el sector del gas, en particular. Por ello, el presente capítulo comenzará por analizar la evolución del marco regulatorio gasístico tanto a nivel europeo como a nivel nacional, continuaré analizando aquellos acontecimientos que, a mi juicio, han tenido un impacto significativo en este sector, y terminaré proyectando los retos pendientes que deben abordarse a nivel nacional e internacional en lo que a infraestructuras e interconexiones se refiere.