Читать книгу Dostoievski en las mazmorras del espíritu - Nicolás Caparrós - Страница 18

5. CONCLUSIONES PROVISIONALES DEL SIGLO QUE TERMINA

Оглавление

Quizá sorprenda que de un caldo de cultivo común surjan movimientos de talante tan opuesto. Solo las consideraciones históricas aportan alguna luz sobre este debate. Si bien la Revolución Francesa, en última instancia, es el primun movens de todas las doctrinas que consideramos aquí, el peso de los nacionalismos emergentes y la identificación de un enemigo principal distinto en cada caso explican esta diversidad. El marxismo hará hincapié en la hegemonía del proletariado, en la lucha de clases y, como consecuencia inmediata, en un orden superior y una nueva identidad del hombre. Será el hombre nuevo de ¿Qué hacer?

Las aspiraciones del marxismo son internacionales, si bien subraya que las condiciones previas de la revolución son propias de cada país. Aventura también que un proletariado fuerte será decisivo para tal evento.

Herzen, había vuelto los ojos a Rusia y en una mezcla eslavófila y occidentalista gesta la idea del socialismo campesino.

Belinski no pasará de ser un apasionado precursor de ideas cambiantes donde el sentimiento desempeña un papel principal.

El caso de Bakunin requiere un análisis más complejo porque aparecen con frecuencia grandes contradicciones fruto del hervidero ideológico en el que escogió vivir. Como él mismo se calificó en ciertos momentos, era un socialista instintivo, un pensador y al tiempo, un ser impelido a la acción; internacionalista y eslavófilo. A este respecto, las ideas de H. Arendt (1958)6 sobre la acción, que tan cara le resultaba, son esclarecedoras:

Mientras que todos los aspectos de la condición humana están relacionados con la política, la acción es específicamente la condición —no solo la conditio sine qua non, sino la conditio per quam— de toda la vida política.

(Ibíd., p. 22)

El marxismo supedita el individuo a las condiciones de producción y a la lucha de clases; Bakunin proclama al hombre como objetivo supremo y, en una suerte de naturalismo de nuevo cuño, decreta la abolición del Estado, de las clases sociales y de la desigualdad de los sexos.

Aunque pueda parecer una simplificación excesiva, los extremos se concretan en la subordinación del hombre al orden social, con la esperanza de que unas nuevas condiciones le modifiquen sustancialmente frente a la proclamación de su suprema dignidad, que supone la abolición de toda coerción social y de las tradicionales diferencias y desigualdades.

No cabe duda de que el marxismo es una doctrina más vertebrada que el anarquismo.

Para terminar este bosquejo, brota como subproducto el nacionalismo, que en Rusia adopta la forma de eslavofilia, basado en la comunidad de ancestros, etnias, creencias o religión. Tradición frente a progreso y no el progreso como consecuencia de la tradición.

Dostoievski en las mazmorras del espíritu

Подняться наверх