Читать книгу El libro de las religiones monoteístas - Patrick Riviere - Страница 18
Primera parte
LA REVELACIÓN Y EL MENSAJE DE LAS TRES RELIGIONES DEL LIBRO
EL JUDAÍSMO
TEXTOS JUDAICOS (EXTRACTOS)
Libro segundo de los Reyes
Оглавление• La ascensión de Elías, que tiene a Eliseo como sucesor
Aconteció que, cuando quiso Yahvé arrebatar al cielo a Elías en un torbellino, salió Elías de Gálgata con Eliseo, y dijo a Eliseo: «Quédate aquí, te ruego, pues Yahvé me manda ir a Bétel». Pero Eliseo respondió: «Tan cierto como que vive Yahvé y vives tú, que no te dejaré». Bajaron ambos a Bétel. Los hermanos profetas que había en Bétel salieron al encuentro de Eliseo y le dijeron: «¿Sabes tú que Yahvé alzará hoy a tu señor sobre tu cabeza?». Él respondió: «Sí, lo sé; callad». Elías le dijo: «Eliseo, quédate aquí, te lo ruego, pues Yahvé me manda ir a Jericó». Él respondió: «Tan cierto como que vive Yahvé y vives tú, que no te dejaré». Y llegaron a Jericó. Los hermanos profetas que residen en Jericó se acercaron a Eliseo y le dijeron: «¿Sabes tú que Yahvé alzará hoy a tu señor sobre tu cabeza?». Dijo: «Ya lo sé; ¡silencio!». Elías dijo: «Quédate aquí, te lo ruego, pues Yahvé me manda ir al Jordán», pero él respondió: «Tan cierto como que vive Yahvé y vives tú, que no te dejaré», y se fueron los dos.
Cincuenta hermanos profetas acudieron y se detuvieron a distancia, de lejos, mientras que los dos se acercaban a la orilla del Jordán. Entonces, Elías tomó su manto, lo enrolló y tocó las aguas, que se partieron en dos, y ambos atravesaron sin mojarse. Cuando hubieron pasado, Elías dijo a Eliseo: «Dime, ¿qué puedo hacer por ti antes de ser alzado hoy y separado de ti?», y Eliseo respondió: «¡Que me llegue una doble parte de tu espíritu!», a lo que Elías dijo: «Me pides algo muy difícil: si me ves cuando sea elevadoy alejadodeti,ocurrirá;sino,noocurrirá».Heaquíquemientrascaminaban conversando, un carro de fuego con caballos de fuego se interpuso entre ambos, y Elías subió al cielo en un torbellino. Eliseo lo vio y gritó: «¡Padre mío! ¡Padre mío! ¡Carro de Israel y auriga suyo!». Luego ya no vio nada y, cogiéndose la túnica, la rompió en dos. Recogió el manto de Elías, que se le había caído, y volvió a la orilla del Jordán…».
(2 Reyes 2, 1-13)