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III. ESTILO
ОглавлениеLo ampuloso, barroco y, algunas veces, retorcido, de la poesía de Paulino, son características de su expresión que a la par que la destacan por encima de otros autores cristianos, la sitúan también en un nivel de complicación rayano por momentos en lo ininteligible. Ya Ausonio 110 bromeaba con Paulino sobre la ampulosidad de su expresión cuando, citando una parrafada llena de circunloquios, le dice: «Ignoras, creo, qué quieren decir tantos versos y a buen seguro que yo tampoco los entiendo bien: pero lo sospecho». Hay incluso opiniones claramente condenatorias de la poesía pauliniana precisamente por su manierismo, expresado en unas composiciones excesivamente largas, basadas en subordinadas de primero, segundo y hasta tercer nivel, y llenos de frases que, a veces, se escapan a su autor «y que nunca son fáciles de leer» 111 . Paulino aventaja considerablemente en el uso de las subordinadas tanto a Ausonio como a Virgilio 112 , ya que si en estos autores la subordinadición se mueve en torno a un porcentaje del treinta por ciento, en nuestro autor ronda el cincuenta, destacando sobre todo las oraciones de relativo. Otra especialidad pauliniana es su gusto por la sinonimia, con una afición especial por expresar el mismo concepto a través de dos formas de decir diferentes 113 . Sus figuras preferidas para el ornato son el oxímoro, la aliteración y la asonancia repitiendo la primera sílaba de la palabra, el homoteleuto y palabras de sonido similar 114 .
Existe, con todo, cierta unanimidad en que es mejor el Paulino de la poesía que el de las cartas 115 , a pesar de las elogiosas palabras de Jerónimo, que en dos ocasiones roza la exageración al enjuiciar el estilo de las cartas de Paulino, cuando compara su prosa con la del mismísimo Cicerón 116 . Otra opinión favorable, pero esta vez de la poesía de Paulino, es la de J. Fontaine, que destaca el gusto por lo extraño y maravilloso (concentrado en los exorcismos y milagros), el placer de describir obras de arte y, sobre todo, la miniatuarización del relato épico; menciona expresamente el hecho de que Paulino ponga al alcance de los lectores medievales, en particular de los monasterios, temas y lugares comunes, tonos y formas literarias procedentes de la tradición alejandrina 117 . Creo, en fin, que el juicio más objetivo sobre la poesía de Paulino de Nola es el de su mejor conocedor actual, Green, quien se inclina por una valoración positiva elogiando la habilidad de que hizo gala al reproducir en su poesía las mejores cualidades de la herencia clásica. Aporta igualmente una imaginativa renovación de los géneros literarios clásicos, y un uso estricto de las reglas en los metros en que escribió 118 . Su divergencia de la tradición clásica se produce en los asuntos que trató, intentando acomodar a la forma clásica el contenido cristiano, y, precisamente en este aspecto, la presencia de un innegable afán didáctico viene a desfigurar la elegancia del estilo que a veces se sustenta en extensos desarrollos que hacen su discurso monótono, cuando no sencillamente aburrido. No obstante, si alguien cree que Paulino perdió la batalla al unir en su obra educación literaria y entusiasmo espiritual, que considere la dificultad de su tarea leyendo las obras de otros que lo intentaron.