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VII. FORTUNA DE LA OBRA DE PAULINO

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Sin duda ninguna fue una personalidad relevante de su siglo, como testimonia la grandeza de los destinatarios de sus cartas: Ausonio, Jerónimo, Agustín o Sulpicio Severo, entre otros. Aunque no sean prolijos en sus comentarios, sin embargo, esos correspondientes del asceta dejaron su opinión sobre la producción poética de Paulino. Así, Ausonio reconoce que los versos de su discípulo superan a los suyos, «tu palma poética está adornada de un lentisco del que carece la mía» 134 . Igualmente es muy probable que se refieran a sus poemas, estas elogiosas palabras de Agustín en la Epístola 26, 5, a Licencio 135 : «Ve a Campania, apréndete a Paulino, (…) aprende con qué recursos de su talento ofrece el sacrificio de su alabanza a Cristo». Sulpicio Severo en la Vida de Martín elogia del estilo de Paulino la gravitas y dignitas de sus palabras y de su conversación, añadiéndole las cualidades de alegre y eficaz 136 . Y Sidonio Apolinar lo cita como uno de sus escritores preferidos 137 .

Pero el autor más próximo a Paulino es Prudencio, hasta el punto de que la coincidencia de muchos temas en ambos alimenta la duda sobre quién imitó a quién, cuestión en la que Paulino lleva las de ganar por el momento. La imagen del demonio como una serpiente, la escritura como un deber para con Dios y el oloroso bosque del Paraíso, son algunos de los motivos tratados por los dos poetas 138 .

Otras veces aparece citado en historiadores o en escritores cristianos como ejemplo de asceta y hasta de obispo 139 . En cuanto a la tradición literaria, la Vida de Félix de sus natalicios sirve de fuente al in gloria martyrum de Gregorio de Tours 140 . Y naturalmente, la Vita sancti Felicis 141 de Beda está basada en los natalicios. Por otro lado, reminiscencias de Paulino quedan en otros autores: en la Aletheia de Mario Víctor, en Próspero de Aquitania, en el Carmen adversus Marcionem , en el Paschale Carmen de Sedulio, en Paulino de Pella, en Rústico Helpidio y en Eugenio de Toledo. También pueden rastrearse ecos paulinianos en los Miracula Nynie episcopi y en los Versus de Gregorio Magno de Juan Diácono. Venancio Fortunato recoge el episodio de la curación de la ceguera de Paulino por Martín de Tours 142 y el nombre de Paulino lo citan Teodulfo y Rábano Mauro. Y entre los autores modernos lo nombra Umberto Eco 143 .

Pero con mucha más seguridad que el mero rastreo de fuentes, siempre delicado, se puede afirmar que Isidoro de Sevilla fue lector de Paulino, de quien cita varios versos del Poema 17 . Y el propio Beda, mencionado más arriba, usa como ejemplo de sáficos cuatro estrofas del mismo Poema 17 .

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