Читать книгу Psicopoética - Raúl Ernesto García - Страница 30
Juego
ОглавлениеEn todo momento Maffesoli apela a una alegría del mundo expresada en la potencia del juego para configurar la vida presente como efímera, intensa, ambivalente y que no pretende el dominio de la naturaleza, de la historia, de la sociedad o de sí misma. Una vida que detenta una actitud más comprensiva que explicativa y que implica mayor relativismo y cierto politeísmo de los valores. Se pondera un saber encarnado y pluralista. Ante la morosidad de lo instituido, emerge la alegría rebelde de lo instituyente. “Rebelión contra un artificialismo abstracto. Rebelión contra una sociedad de aburrimiento. Rebelión contra una seudovida programada, que no deja más que poco espacio a la aventura y al simple placer de existir. Rebelión, recordémoslo, alternativa”.38 Y rebelión también de lo imaginario. Maffesoli recupera en tal sentido la importancia del mundo de las apariencias, de esa sabiduría del parecer; de aquella irrupción de la imagen y exacerbación de lo sensible que se aprecia en las sociedades occidentales contemporáneas. Alude también a la noción de máscara para referirse a la complejidad de papeles y voces de la persona actual inmersa en diversas situaciones cambiantes.
Maffesoli habla de cierta viscosidad de lo social a través de la emergencia de coidentidades; es decir, de redes y procesos de hibridación en el mundo de hoy. Se refiere a un éxtasis social que, comprendido en sentido estricto, implica un salir de sí para unirse, paradójicamente, a la alteridad y al mundo mismo en su carácter heterogéneo. El sujeto moderno se diluye hoy en un ser-juntos constante. Aunado a esto, involucra el proceso de lo que se ha denominado la feminización del mundo, como vector fundamental de la creación de lo cotidiano. Tal feminización del mundo o fusión femenina integra, en una coincidentia oppositorum, los diferentes aspectos de lo humano en toda su ambivalencia o carácter incoherente: integra homeopáticamente un valor y su contrario. Relativiza el mundo, lo hace menos dogmático y más abierto. Ser ya no se comprende entonces sino como ser con el otro, o incluso, ser el otro, en un retorno a cierto erotismo cosmogónico. Así, Maffesoli subraya la noción de atracción apasionada para enfatizar la actitud vitalista y creadora en el mundo actual. En este tiempo del retorno de los pequeños dioses, resulta posible asumir una participación en el sentido mágico de las cosas, de la gente, de los lugares, para buscar al otro, tocarlo y hacer vida multiforme con él. Se trata de una participación tan mágica como contradictoria que se arraiga trágicamente en el momento presente, en el seno de la ciudad (vivida siempre como sucesión de lugares destacados). Se trata, pues, de un rejuvenecer el mundo, de reimaginarlo en un decir sí (a pesar de todo) a la vida. Pero, entonces, ¿qué pensar del momento del diálogo, de la interlocución, en estas circunstancias? ¿Qué cambios y potencialidades se involucran?