Читать книгу Psicopoética - Raúl Ernesto García - Страница 31
Imaginación
ОглавлениеEn oposición al racionalismo dominante de la modernidad que impele a los individuos a transitar por un proyecto común (político, económico, intelectual o religioso) adecuado y beneficioso para todos, la vida posmoderna de Occidente parece promover un estar juntos mucho menos ambicioso por inmanente; un estar juntos proclive –paradójicamente– a la dispersión; que viene marcado por una especie de razón sensible o erótica y que reivindica cierto interés sentimental del orden de la empatía, del deseo o de la imaginación.39 La razón erótica que propone Maffesoli encarna la necesidad de un principio que reconcilie y contemple, aun en su constante devenir contradictorio, la naturaleza compleja de la realidad en su carácter activo. En este sentido, el sociólogo distingue dos términos, el de unidad y el de unicidad. La unidad alude a la dimensión de lo cerrado, de lo estático, de lo completo; mientras que la unicidad alude a la posibilidad de mantener concomitantemente cierta cohesión (relativa) de los diversos elementos fragmentados de la propia socialidad. La cohesión de la socialidad es posible solo en la medida en que se cristaliza una relación de unicidad entre las cosas del mundo. Se trata de cierta propensión estilística a la convergencia, de cierta posible unión (dinámica) de materialidad y espíritu.
Incapaz de captar el aspecto prolijo, imaginativo y simbólico de la experiencia cotidiana, el racionalismo moderno ignora la coincidencia de los opuestos, donde entes y fenómenos completamente antagónicos pueden entrelazarse y lograr cierta conjugación existencial. Al buscar inexorablemente la esencia y la constancia del mundo, el racionalismo, en cambio, asume la existencia de unidades indivisibles, inalterables, lineales y unívocas para la configuración y el entendimiento de la vida en colectivo.
Es de esta manera que el saber erótico propende a una aceptación del mundo tal como es y no tal como debiera ser. Se trata de un saber interactivo que incorpora en sí los momentos sombríos y las insuficiencias individuales tanto como las pasiones y las luces que permiten el desenvolvimiento de unos u otros espacios de relación interpersonal. Un pensamiento del acompañamiento, es decir, una metanoia (que piensa al lado) por oposición a un pensamiento de la exclusión, una paranoia (que piensa de una manera dominante). Una razón sensible actuando en la interlocución implica entonces la incorporación de la experiencia vivida, del sentido común y de lo afectivo en la consecución más o menos imprevisible del encuentro. No se trata de la realización dramática de un intercambio verbal que deriva del programa estipulado por las consignas y prescripciones de la modernidad. No se trata del seguimiento eficiente de principios, ideales y métodos que hayan pautado la producción discursiva y el quehacer intelectual y socioemocional de las instituciones; al anquilosarse, tales encauzamientos de la praxis social resultan áridos y contraproducentes para testimoniar la complejidad y riqueza intersubjetiva de la experiencia verbal que se comparte; particularmente ante los mundos emergentes e inusitados de la vida grupal contemporánea.