Читать книгу Cartas a Thyrsá. La isla - Ricardo Reina Martel - Страница 7

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A mi padre,

el último trovador y el más grande que haya conocido

sin él, nada de esto hubiese sucedido.

Aire de Roma andaluza

le doraba la cabeza

donde su risa era un nardo

de sal y de inteligencia.

Federico G. Lorca

A quien tanto quisimos

Cartas a Thyrsá. La isla

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