Читать книгу Los mitos griegos - Robert Graves - Страница 57
Оглавление51. Los oráculos
a. Los oráculos de Grecia y la Magna Grecia son muchos, pero el más antiguo es el de Zeus dodoniano. Hace muchísimos años dos palomas negras volaron desde Tebas, Egipto. Una fue a Amón, en Libia, y la otra a Dodona, y cada una de ellas se posó en un roble, al que hicieron Oráculo de Zeus. En Dodona, las sacerdotisas de Zeus escuchan el arrullo de las palomas, o el susurro de las hojas del roble, o el tintineo de las vasijas de bronce colgadas de las ramas. Zeus tiene otro oráculo famoso en Olimpia, donde sus sacerdotes responden a las preguntas después de examinar las entrañas de las víctimas sacrificadas.1
b. El Oráculo de Delfos perteneció primero a la Madre Tierra, que eligió a Dafnis como su profetisa; y Dafnis, sentada sobre un trípode, inhalaba los vapores de la profecía, como sigue haciendo la sacerdotisa pitia. Algunos dicen que la Madre Tierra cedió después sus derechos a la titánide Febe, o Temis, y que ésta a su vez los cedió a Apolo, quien se construyó un santuario con ramas de laurel traídas de Tempe. Pero otros dicen que Apolo robó el oráculo a la Madre Tierra después de matar a Pitón, y que sus sacerdotes hiperbóreos Pagaso y Agieo establecieron su culto allí.
c. Se dice que en Delfos se levantó el primer santuario, hecho de cera de abejas y plumas; el segundo, de tallos de helécho entrelazados; el tercero, de ramas de laurel. También se dice que Hefesto construyó el cuarto de bronce, con doradas aves canoras apostadas en el tejado, pero que un día la tierra se lo tragó; y que el quinto, hecho de piedras labradas, se quemó el año de la quincuagésima octava Olimpiada (489 a.C.) y fue reemplazado por el actual.2
d. Apolo posee muchos otros santuarios oraculares, como los de Liceo y el de la Acrópolis de Argos, ambos presididos por una sacerdotisa. Pero en la beocia Ismenia son sacerdotes los que dan los oráculos después de examinar las entrañas; en Claro, cerca de Colofón, el adivino bebe agua de un pozo secreto y pronuncia un oráculo en verso; mientras que en Telmesa y otras partes se interpretan los sueños.3
e. Las sacerdotisas de Deméter dan oráculos a los enfermos en Pairas mediante un espejo que introducen en su pozo con una cuerda. En Faras, a cambio de una moneda de cobre, a los enfermos que consultan a Hermes se les garantiza la respuesta oracular en las primeras palabras que escuchen al salir del mercado.4
f. Hera tiene un oráculo venerable cerca de Pagas, y la Madre Tierra todavía recibe consultas en Egeira, Acaya, que significa «lugar de álamos negros», donde su sacerdotisa bebe sangre de toro, un veneno mortal para cualquier otro ser viviente.5
g. Además de éstos hay muchos otros oráculos de héroes, como el Oráculo de Fleracles, en la aquea Bura, donde la respuesta se da lanzando cuatro dados 6; y numerosos oráculos de Asclepio, donde los enfermos se apiñan pidiendo consulta y remedios a sus males, que se les revela en sueños después de un ayuno.7 Los oráculos del tebano Anfiarao y del malliano Anft'loco —con Mopso, el más infalible de todos los que existen— siguen el método de Asclepio.8
h. Pasífae tiene también un oráculo en la laconia Talame, patronizado por el rey de Esparta, donde las respuestas también se revelan en los sueños.9
i. Algunos oráculos no son tan fáciles de consultar como otros. Por ejemplo, en Lebadea hay un oráculo de Trofonio, hijo de Ergino el argonauta, donde el consultante debe purificarse con varios días de antelación y alojarse en un edificio dedicado a la Buena Suerte y a cierto Genio Bueno, bañarse solamente en el río Hércina y hacer sacrificios a Trofonio, a su nodriza Deméter Europa y a otras deidades. Allí se alimenta de carne sagrada, especialmente de carnero que ha sido sacrificado al espectro de Agamedes, el hermano de Trofonio que le ayudó a construir el templo de Apolo en Delfos.
j. Cuando está apto para consultar el oráculo, el suplicante es conducido al río por dos muchachos de trece años, y allí lo bañan y lo ungen. A continuación, bebe de una fuente llamada Agua del Lete, que le ayudará a olvidar su pasado, y de otra fuente cercana, llamada del Agua de la Memoria, que le ayudará a recordar lo que ha visto y oído. Vestido con botas de campo y una túnica de lino, y envuelto en vendas como una víctima dispuesta al sacrificio, se acerca entonces a la sima oracular, que se parece a un enorme horno de hacer pan, de ocho yardas de profundidad, y, después de bajar por una escalera, encuentra una estrecha apertura al fondo por la que introduce sus piernas, sujetando en cada mano una torta de cebada mezclada con miel. De repente algo le tira de los tobillos y es arrastrado como por el remolino de un río, y en la oscuridad recibe un golpe en la cabeza, de tal forma que parece que va a morir, pero entonces un orador invisible le revela el futuro y muchos otros secretos misteriosos. En cuanto la voz ha acabado de hablar, pierde el conocimiento y la comprensión y al instante lo llevan de nuevo, con los pies por delante, al fondo de la sima, pero sin las tortas de miel. Después de eso lo sientan en la llamada Silla de la Memoria y le piden que repita lo que ha oído. Finalmente, aún medio aturdido, vuelve a la casa del Genio Bueno, donde recupera el sentido y la capacidad de reír.
k. El orador invisible es uno de los Genios Buenos, pertenecientes a la Edad de Oro de Crono, que han descendido de la luna para hacerse cargo de los oráculos y los ritos iniciáticos y que actúan en todas partes como castigadores, vigilantes y salvadores. El genio consulta con el alma de Trofonio, que tiene forma de serpiente, y da el oráculo solicitado como pago por la torta de miel del suplicante.10
1. Originalmente todos los oráculos los daba la diosa Tierra, cuya autoridad era tan grande que los invasores patriarcales tomaron por costumbre capturar sus santuarios y nombrar sacerdotes, o bien retener a las sacerdotisas a su servicio. Así, tanto el Zeus de Dodona como el de Amón, en el oasis de Siwwa, adoptaron el culto del roble oracular, consagrado a Dia o Dione (véase 1.1) —como hizo el hebreo Jehová con el de la acacia oracular de Ishtar (1 Crónicas xiv.15)—, y Apolo se apoderó de los templos de Delfos y Argos. En Argos se dio libertad total a la profetisa; en Delfos, intervenía un sacerdote entre la profetisa y el devoto para traducir a hexámetro sus incoherentes palabras; en Dodona, tanto la sacerdotisa Paloma como los sacerdotes profetas de Zeus pronuncian sus oráculos.
2. El santuario de la Madre Tierra en Delfos fue fundado por los cretenses, que dejaron su música sagrada, sus rituales, danzas y el calendario como una herencia para los helenos. El cetro cretense de la Madre, el labrys, o hacha doble, daba nombre a la corporación sacerdotal de Delfos, los Labriadas, que aún seguía existiendo en la época clásica. El templo hecho de cera de abeja y plumas se refiere a la diosa como Abeja (véanse 7.3; 18.3 y 41.1) y como Paloma (véanse l.b y 62.a). El templo de helécho evoca las hojas de laurel que mascaba la profetisa y sus acompañantes en las orgías: Dafnis es una forma abreviada de Dafenisa («la sanguinaria»), como Dafne lo es de Dafoene (véanse 21.6 y 46.2). El santuario de bronce tragado por la tierra puede marcar simplemente la cuarta parte de una canción délfica, que, como London Bridge is Broken Down, se refiere a los diversos materiales inadecuados con los que se fue construyendo el templo sucesivamente; pero también puede referirse a un tholos subterráneo, es decir, la tumba de un héroe que estaba encarnado en la pitón. El tholos, una casa de los espíritus en forma de colmena, parece ser de origen africano y fue introducido en Grecia a través de Palestina. La Bruja de Endor presidía un santuario similar, y el fantasma de Adán daba oráculos en Hebrón. Filóstrato menciona los pájaros dorados en su Vida de Apolonio de liana vi.ii y los describe como torcecuellos parecidos a sirenas, pero Píndaro los llama ruiseñores (Fragmento citado por Ateneo 290.e). Es discutible si los pájaros representaban ruiseñores oraculares o torcecuellos utilizados para encantamientos amorosos (véase 152.a) o como productores de lluvia (Marino sobre Proclo 28).
3. El examen de las entrañas parece haber sido un recurso mántico indoeuropeo. La adivinación por medio del lanzamiento de cuatro tabas tuvo quizás un origen alfabético, pues se dice que los cuatro lados de cada hueso que podían quedar boca arriba se marcaban con «signos», no con números. Doce consonantes y cuatro vocales (como en el Ogham adivinatorio irlandés llamado de «O’Sullivan») es la forma más simple a la que se puede reducir el alfabeto griego. Pero en la época clásica ya sólo se marcaba con números —1, 3, 4 y 6 en cada taba— y se habían descodificado los significados de todas las combinaciones posibles. La profecía por medio de los sueños es una práctica universal.
4. Los sacerdotes de Apolo exigían la virginidad a las sacerdotisas pitias de Delfos, que eran consideradas como las prometidas de Apolo. Pero cuando una de ellas fue escandalosamente seducida por un devoto, se decidió que a partir de entonces tenían que tener por lo menos cincuenta años al ingresar, aunque siguieron vistiéndose como novias. Se pensaba que la sangre de toro era altamente venenosa por su potencia mágica (véase 155.a). La sangre de los toros sagrados, empleada a veces para consagrar a toda una tribu, como en Éxodo xxiv.8, se mezclaba con grandes cantidades de agua antes de ser derramada sobre los campos como fertilizante. La sacerdotisa de la Tierra, sin embargo, podía beber todo cuanto bebiera la Madre Tierra.
5. Hera, Pasífae e Ino eran todos títulos de la triple Diosa, y la interdependencia de sus personas estaba simbolizada por el trípode en que se sentaba la sacerdotisa.
6. El procedimiento realizado en el Oráculo de Trofonio —que Pausanias en persona visitó— recuerda el descenso de Eneas, muérdago en mano, al Averno, donde consultó a su padre Anquises; recuerda también una consulta anterior de Odiseo con Tiresias, además de demostrar la conexión de estos mitos con una forma común de rito iniciático en el que el novicio sufre una muerte fingida, recibe instrucciones místicas de una supuesta ánima y luego renace dentro de un nuevo clan o sociedad secreta. Plutarco destaca que los trofoniadas —los mistagogos de la caverna oscura— pertenecen a la época preolímpica de Crono, y los empareja correctamente con los dáctilos del Ida, que ejecutaban los Misterios Samotracios.
7. El álamo negro estaba consagrado a la diosa de la Muerte en Pagas, y Perséfone tenía un bosque de álamos negros en el Lejano Oeste (Pausanias: x.30.3; véase 170.7).
8. Anfíloco y Mopso se habían matado entre sí, pero sus ánimas decidieron fundar un oráculo común (véase 169.e).