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1.2.4. Genserico, rey de los vándalos

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Un perturbador elemento externo viene a poner fin a esta situación, ya de por sí inestable, de la Galia. En 427 Bonifacio, gobernador de la diócesis de Africa, se declaró rebelde ante las órdenes del poder central y, para hacer frente a las tropas que se enviaron contra él, pidió ayuda al rey de los vándalos Gunderico. Éste aceptó la propuesta pero, antes de llevarla a cabo, murió en 428. Su sucesor, Genserico, se apresuró a ultimar los preparativos y en mayo de 429 llegó desde España a Africa, donde Bonifacio, reconciliado mientras tanto con el gobierno imperial, se vio impotente para defenderse y buscó refugio en la fortaleza de Hipona donde fue sometido a un largo asedio. Mientras tanto Genserico (428-477), verdadero fundador del reino vándalo, se apropió de vastas extensiones del N. de Africa, entre ellas las fértiles tierras de la Tunicia.

A pesar de los esfuerzos de la regente Placidia, que logró ganarse la ayuda del emperador de Oriente Teodosio II, la armada conjunta fue derrotada por los vándalos en 431 ó 432 y Genserico fue tomando una por una las ciudades del N. de Africa, excepto Cirta (la capital de Numidia) y Cartago. El 11 de febrero de 435 concluyó un tratado por el que fue reconocido como federado del imperio, reteniendo buena parte del territorio que había conquistado.

Pero, no contento con este éxito, Genserico sitió y tomó Cartago en 439 convirtiéndose en dueño absoluto de la provincia proconsular de África. Los múltiples intentos de eliminarlo fracasaron ante su gran habilidad diplomática, que le permitió asegurar su poder hasta 455. El asesinato de Valentiniano III le brindó la oportunidad para marchar contra Roma y saquearla en junio de 455 durante dos semanas, volviéndose a Cartago con un inmenso botín.

A estos sucesos, que provocaron la desaparición de Petronio Máximo, sucesor de Valentiniano, aluden los primeros versos del panegírico de Avito, en el que el miedo a Genserico aparece una y otra vez como un peligro inminente para el imperio. Este miedo era fundado porque este hombre, temido sobre todo por sus actos de piratería, contribuyó decisivamente a la desaparición del Imperio Romano 9 . Unos decenios más tarde, en la paz de 474, Zenón le reconoció la plena soberanía sobre el territorio africano y las islas del mediterráneo occidental, dando así comienzo al reino vándalo.

Exactamente en el momento en que Genserico sale de Roma, en junio de 455, Avito, que había sido nombrado maestre de la milicia por Petronio Máximo, se encontraba en la corte visigoda de Tolosa con el encargo de asegurar el favor de Teodorico hacia el nuevo régimen. Hasta aquí llegan las noticias de los sucesos romanos, el rey visigodo le promete su apoyo en el caso de que tome el poder y, primero un consejo de visigodos y unos días más tarde una asamblea de senadores galo-romanos, le proclaman emperador 10 .

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