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1.2.1. Los hunos
ОглавлениеEl peligro de los primeros, con la desaparición de Atila en 453, había ya pasado en los años en que Sidonio escribe, pero todo el panegírico de Avito está caracterizado por este pueblo y su actuación respecto al imperio y a los visigodos.
Los hunos, un conjunto de tribus nómadas procedentes del interior de Asia, habían aparecido por primera vez en Europa a mediados del s. IV d. C. Eran desconocidos para los romanos y su historia aún hoy es muy discutida. Hacia el 370 se encuentran en las riberas del río Cuban, que desemboca en el mar de Azov, al N. del mar Negro. Cinco años más tarde arrollan el imperio ostrogodo de Ermanarico y alcanzan la frontera con los territorios ocupados por los visigodos. En 376 vencen a Atanarico, el caudillo de estos últimos, y se presentan en el límite romano del Danubio.
A partir de este momento la relación de las distintas ramas de este pueblo con el imperio es oscura y oscila entre la alianza, jugando el papel de foederati para luchar junto con los ejércitos romanos contra otros pueblos bárbaros, y el enfrentamiento armado. Parece que en los primeros años del s. V emprendieron su marcha hacia Europa central arrollando a otras tribus bárbaras o empujándolas hacia el S y el O Ésa es la explicación de los ataques de los ostrogodos a Italia, rechazados por Estilicón en Fiésole (405), y de las emigraciones de vándalos, alanos y suevos hacia la Galia (406). Hacia el 430 los hunos dominan Centroeuropa, entre el Don y el mar Báltico, entre el Vístula y la actual Alemania.
El primer nombre de un caudillo huno conocido es el de Rua o Rugila y, a su muerte en 434, el de sus sobrinos Bleda y Atila. Este último, tras eliminar a su hermano (445), quedó hasta 453 como caudillo único de todo su pueblo. Aprovechando la fuerza que le proporcionaba esta unidad, atacó primero el imperio oriental, saqueó buena parte de sus provincias y exigió enormes tributos a Teodosio II (408-450), a la sazón emperador en Bizancio. En el año 451 se lanzó sobre la Galia, donde fue contenido por Aecio y el rey visigodo Teodorico I en la batalla de los Campos Cataláunicos, junto a la actual Châlons-sur-Marne. Dos años más tarde, después de haber saqueado vastas regiones del N de Italia y haber desistido de atravesar los Apeninos por intervención del papa León I, muere y con él desaparece para la historia el pueblo huno.
Algunos de estos sucesos encuentran claro eco, quizá más retórico y poético que histórico, en algunos pasajes del panegírico de Sidonio Apolinar en honor de Avito, quien a la sazón hacía sus primeras experiencias tanto en la actividad diplomática como con las armas a las órdenes de Aecio en cuyas filas militaban los hunos, hasta que fueron soliviantados por la ambición de poder de Atila.