Читать книгу Las patentes esenciales en los estándares tecnológicos: prevención y reacción frente a las conductas oportunistas - Adán Carlos González Ulloa - Страница 6

I. PLANTEAMIENTO INTRODUCTORIO

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En los últimos decenios, se ha producido un cambio profundo en el sistema productivo mundial. La visión clásica de la producción fundada en los bienes físicos de carácter tangible ha dado paso a una concepción donde los intangibles son el mayor activo de la empresa1. Asimismo, el sistema tradicional de fabricación ha transitado de uno centralizado a otro deslocalizado. Efectivamente, las empresas pueden fabricar las partes de sus productos compuestos en diferentes lugares para luego realizar el ensamblado en otro. Por último, en pocas décadas se ha pasado de un mundo analógico a otro digital, que ha tenido su expresión más alta en las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones2.

Paralelamente, el derecho de patentes ha transitado de la protección de invenciones de carácter simple a otras más complejas. Tradicionalmente, el objeto del derecho de patentes fueron invenciones de carácter concreto como un sistema para fabricar ladrillos3 o un método para elaborar productos tales como relojes o armas4. De hecho, la razón del surgimiento de las primeras regulaciones de patentes fue precisamente para fomentar este tipo de invenciones. Para apreciar esta realidad es suficiente con observar las primeras leyes modernas como el Estatuto de Patentes de la ciudad de Venecia de 14745 o el Estatuto de los Monopolios de Inglaterra de 16246. Ambos cuerpos normativos se elaboraron primordialmente para fomentar la industria local, específicamente, el desarrollo de molinos y máquinas de drenado en Venecia7 y en el segundo caso la industria textil8. En la actualidad, las invenciones de carácter simple todavía continúan ocupando un lugar destacado dentro del sistema de patentes. Grandes exponentes de este tipo de creaciones son las invenciones de naturaleza química. En todo caso, una característica central de este tipo de creaciones de naturaleza simple es que cada invención es un producto independiente. Su posible relación con otras invenciones es más bien accesoria. Asimismo, las invenciones de este tipo son fácilmente reproducibles y, en consecuencia, el desarrollador depende en gran medida de las patentes para lograr el resarcimiento de los gastos acometidos en investigación y desarrollo9. Por último, estos bienes son objeto de demanda continua, es decir, no se encuentran sujeto a estacionalidades: un medicamento o un motor tienen una vigencia ilimitada, seguirán consumiéndose mientras no se idee una solución mejor. Todas estas notas se aprecian en un ejemplo sencillo del sector farmacéutico. Así, el valor de los medicamentos10 radica casi exclusivamente en su principio activo, el cual constituye la sustancia que dota de efectividad a la composición farmacéutica. De igual forma, una vez obtenida la fórmula definitiva, la reproducción por parte de terceros es sencilla y barata11.

A diferencia de las patentes de naturaleza simple, la protección de la tecnología compleja presenta un gran desafío para el derecho de patentes. En este tipo de invenciones se rompe con la lógica anterior: una invención no necesariamente coincide con un producto. Es más, un producto puede componerse de cientos e incluso de miles de pequeñas invenciones. Por otra parte, cada una de las partes no son inmutables y se encuentran sujetas a su vez a modificaciones y a mejoras innovadoras12. Asimismo, las partes integrantes de un producto siguen una estructura modular, que las hace capaces de formar parte de múltiples productos complejos de diferente naturaleza. Debido a esa cualidad, los productos de tecnología compleja pueden también llegar a constituir suministros para otros artículos igualmente complejos. Así, un chip de tecnología MP3 constituye un producto en sí y puede formar parte de otros bienes, como de un ordenador e incluso de un teléfono inteligente. Finalmente, los productos de tecnología compleja a diferencia de los de tecnología simple son de rápida obsolescencia. Un móvil en el mercado tiene una vigencia media de 2,5 años13.

Las patentes esenciales en los estándares tecnológicos: prevención y reacción frente a las conductas oportunistas

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