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I. PLANTEAMIENTO: LÍMITE 72 HORAS O ¡HOUSTON, TENEMOS UN PROBLEMA!

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Para la mayoría de nosotros el curso académico 2019/2020 ha sido, sin duda alguna, el curso académico (sobre todo el segundo cuatrimestre) más extraño de nuestras vidas. La realidad del COVID-19 ha alterado como nunca hasta ahora había ocurrido nuestro quehacer universitario, colectivo y personal. Han sido meses muy difíciles para todos, meses en los que hemos tenido que compaginar obligaciones académicas, profesionales y personales en un entorno diferente al habitual. Hemos tenido que adaptar nuestros métodos docentes y sistemas de evaluación y, a menudo, hemos tenido que improvisar. Pero esto no ha sido nada comparado con las dificultades de aquellos cuyo círculo familiar o laboral más próximo se ha visto afectado por la enfermedad.

Al lector le puede resultar extraño (o, cuanto menos, curioso) hablar de “Houston, tenemos un problema” o “Límite 72 horas”... trataré de explicarme: ¿Por qué Límite 72 horas?... pues no porque me quiera referir a esas campañas promocionales semanales a las que nos tienen acostumbrados El Corte Inglés durante los meses de invierno, cuando lanzan ofertas estupendas por muy poco tiempo, sólo efectivas durante 72 horas (de viernes a domingo), sino porque 72 horas es el tiempo para que un área o zona afectada por una emergencia, derivada de una catástrofe natural, un accidente industrial, una acción terrorista, una emergencia sanitaria, el levantamiento de grupos violentos, el desabastecimiento o cualquier otra circunstancia o elemento que derive en una limitación de los servicios, libertades y comodidades de los que disfruta la población de ese área, puedan movilizarse los recursos exteriores necesarios para que dicha situación remita y para que la población afectada tenga acceso a los recursos que se han visto mermados, agua, alimentos, refugio, atención médica, etc. Por tanto, 72 horas, o 3 días, es el límite entre una situación de emergencia predecible y abordable por las instituciones y una situación para la cual se precisa un mayor tiempo, tanto para hacer llegar la ayuda necesaria a las víctimas, como para controlar y revertir la situación a su estado original, debiendo la población afectada subsistir hasta que los suministros y recursos exteriores lleguen. Y eso es lo que nos ocurrió: el pasado viernes 13 de marzo de este año 2020, las clases fueron suspendidas ese mismo día y, en poco menos de 72 horas, el lunes 16 de marzo, consecuencia de la declaración de estado de alarma derivado de la virulenta pandemia que azotaba nuestro país, buscamos la “normalidad universitaria” pasando al modo online de docencia y evaluación desde casa.

La situación de excepcionalidad provocada por el COVID-19, y ante la necesidad de adaptación del sistema universitario español a la no presencialidad, el desarrollo de la actividad docente correspondiente al segundo cuatrimestre del curso 2019/2020 de la asignatura Derecho internacional privado del Grado en Derecho de la Universidad Miguel Hernández de Elche en menos de 72 horas tuvimos que “diseñar una nueva asignatura” fundamentada en la necesaria adaptación de la docencia al formato no presencial, que nos llevó a la introducción de cambios en la metodología docente y en el sistema de evaluación aplicables en ese periodo de excepción (de acuerdo con las Reflexiones del Ministerio de Universidades, de 4 de abril de 2020, sobre criterios generales para la adaptación del sistema universitario español ante la pandemia del COVID-19, durante el curso 2019-2020, así como el Acuerdo de REACU de 3 de abril de 2020, ante la situación de excepción provocada por el COVID-19).

Innovación Docente y Ciencia Jurídica (ahora en tiempos del COVID-19)

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