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Emisiones de Cristo y del Espíritu Santo

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5. Después que esta Enthimesis fue expulsada del Pleroma de eones y su Madre reintegrada a su cónyuge, el Unigénito emitió otra pareja de eones, según la providencia del Padre (a fin de que ningún eón sufriese en adelante una pasión semejante); son éstos “Cristo” y el “Espíritu Santo”, que completan los eones del Pleroma (dicen que fueron ellos los que pusieron en orden los eones). Cristo en efecto les enseñó la naturaleza de la syzygia (quienes conocían la ocupación del ingénito eran capaces de ello) y proclamó en medio de ellos el conocimiento del Padre, revelándoles que es incomprensible e inasible, y que nadie puede ni verle ni oírle, si no es por medio de su Unigénito; y la causa de la duración eterna de los eones es debida a la incomprensibilidad del Padre, y la causa de su nacimiento y formación es debida a su comprensibilidad, es decir, a su Hijo. He aquí lo que el Cristo emitido en último lugar ha realizado en ellos.

6. En cuanto al Espíritu Santo, después de haber igualado a todos los eones, les enseñó a dar gracias e introdujo el verdadero reposo. Y así dicen que los eones fueron hechos en igualdad de forma y de sentir, hechos todos Entendimientos, todos Verbos, todos Hombres, todos Cristos; y de la misma manera los eones femeninos, todos Verdades, todos Vidas, todos Espíritus, todos Iglesias.

Además, consolidados y en reposo total, los eones, según ellos, cantan con una gran alegría un himno al Pre-Padre, quien participa de un regocijo inmenso. Y por este beneficio, con una voluntad única y un único sentir de todo el Pleroma de eones, con el asentimiento de Cristo y del Espíritu y la ratificación del Padre, cada uno de los eones aportó y puso conjuntamente lo que había en él de más exquisito y más floreciente de su sustancia; tejiéndolo todo armoniosamente en una perfecta unidad, realizó en honor y gloria del Abismo una emisión que es la perfecta hermosura y como la estrella del Pleroma: es el Fruto perfecto, o sea, Jesús, llamado también Salvador y también Cristo y Logos, del nombre de sus padres, y también el Todo, porque proviene de todos. Al mismo tiempo, en honor de los eones fueron emitidos por él los guardianes del cuerpo, que son los ángeles de la misma raza que él.

Obras escogidas de Ireneo de Lyon

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