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Transmigración de las almas
Оглавление4. Han llegado a tal grado de aberración que afirman poder cometer libremente toda clase de maldades y sacrilegios. Dicen que el bien y el mal no revelan más que opiniones humanas. Y deberán las almas en todo caso, mediante su transmigración a cuerpos sucesivos, experimentar todas las maneras posibles de vivir y de obrar a menos que, dándose prisa, realicen de golpe, en una sola venida, todas las obras, que no sólo no nos está permitido decir ni oír, sino que ni siquiera pueden concebirse, ni creer que pueda realizarse nada semejante entre hombres, que viven en las mismas ciudades que nosotros.
Por tanto, según sus escritos, es preciso que sus almas experimenten todas las maneras posibles de vivir, de manera que, al salir del cuerpo no queden reducidas a la nada; dicho de otra manera, deben de obrar de manera que no falte nada a su libertad, con cuya falta se verían obligadas a volver de nuevo a un cuerpo. He aquí por qué, según ellos, ha dicho Jesús esta parábola: “Cuando estés con tu adversario en el camino, procura arreglarte con él, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que pagues el último céntimo” (Lc. 12:58, 59; Mt. 5:25, 26). Dicen que el adversario es uno de los ángeles que están en el mundo, al que llaman el Diablo; éste, según ellos, ha sido hecho para llevar las almas de los difuntos de este mundo al Arconte.
Dicen que este Arconte es el primero de los autores del mundo; él entrega las almas al otro ángel, que es su alguacil, para que las encierre en otros cuerpos, pues, según ellos, el cuerpo es la prisión. En cuanto a la frase: “No saldrás de allí hasta que pagues el último céntimo”, la interpretan del modo siguiente: Nadie se librará del poder de los ángeles, que han hecho el mundo, sino que cada alma pasará de un cuerpo a otro, hasta que se realicen todas las obras que se hacen en este mundo; cuando no quede ninguna obra por realizar, el alma liberada se elevará a Dios, que está sobre los ángeles, autores del mundo.
Así se salvarán todas las almas, ya sea entregándose de una vez a todas las actividades en cuestión en una sola venida, ya sea pasando de cuerpo en cuerpo y realizando toda clase de actividades deseadas, cualquiera que sea la clase de vida, pagan su deuda y quedan así libres de la necesidad de regresar a un cuerpo.
5. Aunque efectivamente se realicen entre ellos todas estas maldades, todas estas abominaciones, todos estos crímenes, yo jamás creeré en ello. Sea lo que sea, así consta en sus inscripciones y así lo manifiestan ellos, que Jesús comunicó cosas secretas privadamente a sus discípulos y apóstoles, y les ha pedido que también ellos transmitan privadamente a los que consideren dignos y tengan fe.
En efecto la salvación viene por medio de la fe y de la caridad; todo lo demás, como es indiferente, será unas veces bueno otras veces malo, según la opinión de los hombres, porque no hay nada que sea malo por naturaleza.
6. Algunos de ellos marcan a fuego a sus discípulos en la parte posterior del lóbulo de la oreja derecha. Perteneciente a su grupo era una tal Marcelina, que llegó a Roma en la época de Aniceto y fue causa de la perdición de muchos. Ellos se dan el título de gnósticos.
Poseen imágenes, unas pintadas, otras hechas de diversas materias, porque, según ellos, un retrato de Cristo fue hecho por Pilato en el tiempo en que Jesús vivía entre los hombres. Coronan estas imágenes y las exponen juntamente con las de los filósofos profanos, es decir, con las de Pitágoras, Platón, Aristóteles y demás. Y rinden a estas imágenes todos los honores en uso entre los gentiles.