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I DE LA INSTITUCIÓN LIBRE DE ENSEÑANZA A LA CASA DEL PUEBLO DE MADRID ALUMNO DE LA INSTITUCIÓN1

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Julián Besteiro nació en Madrid el 21 de septiembre de 1870, en la costanilla de Santiago, 16, criándose en la inmediata calle de Milaneses, cuya finca daba esquina a la calle Mayor, propiedad de sus padres.

Ese barrio era el más típicamente madrileño en los años en que nación Besteiro. De la Puerta del Sol al Palacio real, atravesando la calle Mayor, se desarrollaron casi todos los acontecimientos de mayor relieve en la vida política nacional.

Su padre, José Besteiro Guiza, era natural de la parroquia de Santa María de Franqueán (Lugo); la madre, Juana Fernández García, nació en Madrid. Aunque por su padre y por su apellido era de origen gallego, no recuerdo que Besteiro frecuentara la región gallega. En nombre del Partido Socialista, en viajes de propaganda, nunca. Con él estuve en comisiones oficiales del Partido y de la Unión General en diversas regiones, en Asturias y Santander, entre otras. En Bilbao habló más de una vez. En Galicia, repito, ninguna.

En realidad, Besteiro en sus discursos y artículos periodísticos no explotó el manoseado tema regionalista, que se prestaba a párrafos patrioteros y sentimentales. Ni puso a Madrid en los cuernos de la luna ni ensalzó la tierra gallega con sus rías bajas tan maravillosas y su paisaje ensoñador. Esa cuerda no fue la de nuestro héroe, que prefería hablar a la razón, huyendo de estimular sentimentalismos superficiales.

Con Cossío y otros hombres de la Institución hizo las primeras colonias infantiles en San Vicente de la Barquera. Su formación filosófica se la debió en primer término a Giner de los Ríos, el profesor que más influencia ejerció sobre Besteiro. «Giner aspiró a armonizar la conducta y el saber —ha escrito Américo Castro—, el arte y la ciencia, la tradición popular y la más reflexiva cultura, una tarea muy necesitada de mentes y sensibilidades exquisitas.» Julián Besteiro se asimiló esas excelsas cualidades de Giner.

Domingo Barnés, alumno y profesor de la Institución, hablando de Giner decía: «Porque Giner, a semejanza de Kant, no quiso en su cátedra enseñar Filosofía y menos una filosofía, sino enseñar a filosofar. Pero él tenía su filosofía». Como Besteiro, que no dejó libros de Filosofía, sino alumnos que aprendieron con él a filosofar con sus propias convicciones. Hacer hombres, en una palabra. Como en la Casa del Pueblo realizaría más tarde: hacer socialistas que discurrieran con sus propias ideas.

Giner de los Ríos no fue partidario de las corridas de toros. Nunca le oí a Besteiro un comentario sobre la llamada fiesta nacional. Supongo que no vio en su vida una corrida. Quizá el origen esté en que Sanz del Río y Fernando de Castro fueron enemigos de ese espectáculo. En sus primeros años, el Partido Socialista expulsaba de sus filas a quienes iban a los toros. Digamos que en este caso no influyó para nada la Institución Libre de Enseñanza. Pablo Iglesias no fue alumno de la Institución ni mantuvo relaciones personales con sus hombres. Desde luego, a Besteiro le costó esa ironía perder buen número de amigos. Tal vez le sucediera algo por el estilo a Giner, aunque los interesados, por pudor, no llegaran a confesarlo.

La ironía de Besteiro, ¿era derivación de la ironía de Giner de los Ríos? Desde luego, a Besteiro le costó esa ironía perder buen número de amigos. Tal vez le sucediera algo por el estilo a Giner, aunque los interesados, por pudor, no llegaran a confesarlo.

En defensa de Julián Besteiro, socialista

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