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II. LA FORMACIÓN DEL NUEVO TESTAMENTO EN PERSPECTIVA HISTÓRICA
ОглавлениеDurante estos años —o mejor, desde la muerte de Jesús en el 30 o 33 e.c.— se perfilaron tres grandes bloques entre los seguidores del Nazareno: los ganados para la fe en él como mesías gracias a la predicación a los circuncidados, los judíos, de lengua aramea; los conseguidos para esa misma fe entre los judíos de la diáspora, de lengua griega; y los antiguos paganos conversos a la fe en Jesús como mesías por la predicación de Pablo y su equipo. Estos últimos, al menos al principio, eran fundamentalmente «temerosos de Dios» (simpatizantes del judaísmo, pero que no llegaban a convertirse en judíos), o bien adeptos o seguidores de los cultos de misterio, gentiles angustiados por la necesidad de una salvación real, todos de lengua griega.
Pero uno de esos tres grandes bloques, el más antiguo y cercano al Jesús histórico, el judeocristiano de lengua aramea, fue diezmado casi hasta la extinción debido a las tres grandes revueltas del pueblo judío contra los romanos: la primera Gran guerra del 66 al 73 e.c., que concluyó con la aniquilación de Jerusalén y el incendio del Templo; las revueltas en Chipre y la Cirenaica en tiempos de Trajano (114-117); y finalmente la segunda Gran guerra contra Roma en el reinado de Adriano (132-135). Estas tres acciones bélicas supusieron la desaparición de la mayor parte de los judíos habitantes de Palestina y de las zonas cercanas de Siria, y la dispersión del resto entre los pueblos del Imperio. No es de extrañar por ello que una obra como el Nuevo Testamento, cuya primera gestación es temprana, según se verá, pero cuya plasmación casi definitiva es bastante posterior al 135, sea ante todo el producto del segundo y tercer bloques, en lengua griega, el único que ha subsistido hasta hoy día, salvo restos marginales del primero.
El nacimiento de los libros del Nuevo Testamento no puede comprenderse si no se tiene una idea básica de cómo se fueron desarrollando las diversas facciones de seguidores primitivos de Jesús y cómo nacieron los grupos que generaron, a su vez, a los autores de las obras neotestamentarias. La siguiente visión de conjunto sobre cómo podemos reconstruir históricamente el nacimiento y desarrollo del movimiento intrajudío, que dará lugar al Nuevo Testamento y al cristianismo en una evolución de siglos, ayudará para comprender el contenido de los libros que editamos y a responder a cuestiones que suscita su lectura.