Читать книгу Los libros del Nuevo Testamento - Antonio Piñero - Страница 20

Aunque, como se ha afirmado, la destrucción del Templo y la extinción del sacerdocio significaran un rudo golpe para los judíos de la tierra de Israel, fue menor para los de la diáspora, que se habían habituado a una religiosidad centrada en la Escritura y no en el culto. La situación social y política de las comunidades judías en el Imperio romano no se vio gravemente alterada por la derrota en Jerusalén. Pero es de señalar que siguieron vigentes por el momento los «privilegios» del pueblo judío: derechos ampliados de asociación, reunión, exención del servicio militar y del culto al emperador. Ahora bien, la colecta del dinero del Templo fue suprimida y sustituida por el fiscus iudaicus, una contribución obligada al culto pagano. De esta situación privilegiada se aprovechaban los grupos judeocristianos que no podían ser detectados por la policía al ampararse entre los judíos sin más.