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FRANCFORT DEL MEIN
ОглавлениеNo esperaréis, seguramente, que os haga una descripción del Römer, donde da una comida el emperador que acaba de ser elegido, ni tampoco del toro de oro o de las zapatillas de Carlomagno. En el Römer, todos los emperadores que fueron coronados, desde los primeros tiempos del Sacro Romano Imperio, yacen en estrechos nichos, pero aun siendo como son, reducidos, pues ninguno de los célebres emperadores tiene más sitio que un centinela en su garita, no queda el más pequeño espacio para ningún futuro césar; a esta circunstancia se debe que el jactancioso Custine dijera que el presente emperador había de ser el último. No creo que los franceses al restaurar, como han realizado, al todopoderoso en sus derechos, hayan cambiado sus pensamientos respecto al emperador de Alemania.
La catedral contiene algunas bellas pinturas, pero no de primer orden, por lo que los franceses «amateurs» no creyeron conveniente llevárselas.
Gunther de Schwarzburg, un antiguo y valiente caballero alemán, en su estatua, labrada en piedra, fue lo que más me agradó. Es imposible representar el valor alemán de forma más sorprendente.
No permitiréis que guarde silencio respecto al teatro en Francfort. He tenido ocasión de ver aquí a un buen actor, de nombre Werdy, y a una tal señora Müller, de la cual, hablando con justicia, se puede decir que hay muchas, muchísimas señoras Müller por el mundo. Su falta más saliente es la vulgaridad. Últimamente, con el nombramiento como director del teatro de esta ciudad del señor Meyer, se pueden abrigar esperanzas respecto al futuro. Se trata de un hombre de talento y autor del tan conocido poema alemán «Tobías». Sin consultar, sin embargo, al comité directivo, no puede contratar buenos actores ni despedir a los malos, y, por lo tanto, la nueva dirección ha de trabajar con malas bases.
Los extranjeros y naturales del país que frecuentan la feria de esta ciudad, encuentran un lugar de reunión mucho más agradable que en Leipzig. No es una calle abierta, expuesta como el Auerbach Hof a todos los vientos, sino un espacioso y enorme edificio en el que los artículos de lujo llenan un amplio espacio. La belleza de los variados ornamentos expuestos es admirada, a casi todas las horas del día, por una variada multitud.