Читать книгу Comentario al texto hebreo del Antiguo Testamento - Profetas Menores - C. F. Keil - Страница 17
1, 5-6
Оглавление`la[,(r>z>yI qm,[eÞB. laeêr"f.yI tv,q<å-ta, ‘yTir>b;v'(w> aWh+h; ~AYæB; hy"ßh'w> 5
hm'x'_rU al{å Hm'Þv. ar"îq. Alê rm,aYOæw: tB;ê dl,Teäw: ‘dA[ rh;T;Ûw: 6
`~h,(l' aF'Þa, afoïn"-yKi( laeêr"f.yI tyBeä-ta, ‘~xer:a] dA[ª @ysiøAa al{’ •yKi
5 Aquel día quebraré el arco de Israel en el valle de Jezreel. 6 Concibió Gomer otra vez y dio a luz una hija. Dios dijo a Oseas: Ponle por nombre Lo-ruhama, porque no me compadeceré más de la casa de Israel, ni los perdonaré.
La indicación de tiempo aWh+h; ~AYæB; (en aquel día) no se refiere a la destrucción de la casa de Jehú, sino a la del reino de Israel, pues así lo indica lo que sigue. El “arco de Israel” es su poder (pues el arco, como arma de guerra principal, es un epíteto para indicar toda la fuerza militar sobre la que se apoya la existencia del reino (Jer 49, 35) y es también, en general, un símbolo de fuerza (cf. Gen 49, 24, 1 Sam 2, 4). Pues bien, toda esa fuerza será rota en piezas en el valle de Jezreel.
En ese fondo resulta evidente la paronomasia entre Israel y Jezreel. Una vez más, el nombre de Jezreel no aparece aquí por su significado etimológico (en el sentido de “dispersión”, para indicar la dispersión del pueblo de Israel entre las naciones), sino simplemente por su realidad histórica, como gran llanura en la que, desde tiempo inmemorial hasta la actualidad, se han dado todas las grandes batallas por la posesión de la tierra de Israel y de su entorno (cf. v. Raumer, Pal. pp. 40, 41). La nación que el Señor escogerá como instrumento de su juicio (Egipto, Asiria, Babilonia…) no aparece nombrada aquí. Pero el cumplimiento de esta promesa mostrará que el profeta está aludiendo a los asirios, a pesar de que los libros de los Reyes no digan que los asirios vencieron aquí su batalla decisiva sobre Israel. Y lo que dice Jerónimo, al indicar que esa batalla fundamental se dio en esta llanura es solo una inferencia introducida en este pasaje (no se olvide que la tradición apocalíptica sitúa aquí la batalla del fin de los tiempos en Har‒Maguedón, en este valle, junto a Meguido).
Con el nombre del primer hijo (Jezreel), de un solo golpe, el profeta ha colocado ante el rey y ante el reino en general la destrucción que les espera. Sin embargo, a fin de precisar mejor la amenaza y de cortar toda esperanza de liberación, el profeta anuncia en 1, 6 un nuevo nacimiento, el de una hija llamada “No-Compadecida”, porque no me compadeceré…El segundo nacimiento es el de una mujer, no para simbolizar una raza más degenerada, o una mayor necesidad de ayuda de parte de la nación, sino para expresar mejor la totalidad del castigo de la nación, en varones y mujeres.
La hija se llamará hm’x’_rU al{å, es decir, lō' ruchâmâh, lit., ella no es compadecida, pues hm'x'_rU no puede ser un participio, con una מ apocopada, dado que לא no aparece nunca en conexión con un participio (Ewald, 320, c.). Esa palabra es más bien la tercera persona femenina del perfecto en forma pausal. La niña recibirá ese nombre para indicar que el Señor no continuará (אוסיך) mostrando compasión con la nación rebelde, como ha hecho hasta ahora, incluso bajo Jeroboán II (cf. 2 Rey 13, 23; Gen 18, 26).
A fin de reformar el sentido de לא ארחם, el texto añade la frase כּי נשׂא וגו. Esto no puede entenderse en otro sentido que en el de ~h,(l' aF'Þa, afoïn"-yKi, no les quitaré la culpa, no les perdonaré más (cf. Gen 18, 24. 26, etc.). El sentido no es “me separaré de ellos” (les quitaré todo, cf. Hengstenberg), y esa idea no puede apoyarse en Os 5, 14, porque allí aparece el objeto al que se alude por el contexto, mientras que aquí no. El sentido es, por tanto, el de “yo los destruiré”.