Читать книгу Cartas II. Cartas a Ático (Cartas 162-426) - Cicéron - Страница 55

199A (X 8A) (Lugar incierto, hacia el 1 de mayo del 49)

Оглавление

«Antonio, tribuno de la plebe, propretor, saluda a Cicerón, general.

Si no te tuviera gran afecto, desde luego mucho más del que tú supones, no me habría asustado el rumor que se ha propagado sobre ti, máxime cuando pienso que es falso. Pero, porque te aprecio extraordinariamente, no puedo ocultarte que también me importa mucho asegurarme de que la noticia es falsa, por más que falsa sea. No puedo creer que piensas atravesar el mar, cuando tienes en tanta estima a Dolabela y a tu Tulia, una mujer de singulares cualidades, y tanta te tenemos todos nosotros, que, por Hércules, casi nos preocupamos más por tu prestigio y posición que tú mismo. Con todo, me ha parecido impropio de un amigo no reaccionar aun ante las murmuraciones de los malintencionados, y yo lo he hecho con tanto más empeño cuanto que juzgaba que se me ha impuesto a mí la parte más dura a causa de nuestro enfrentamiento, el cual ha surgido más de mis ‘celos’ que de una ofensa tuya. Así pues, quiero que te convenzas de que a nadie aprecio más que a ti exceptuando a mi César y de que al mismo tiempo tengo presente una cosa: César coloca ante todo a Marco Cicerón entre los suyos.

Por lo tanto, mi querido Cicerón, te ruego que lo [2] conserves todo intacto para ti, que rechaces la lealtad hacia quien para darte un beneficio te hizo primero una injuria, y no rehúyas en cambio a quien, aun en el caso de que no te estimara (cosa que no puede suceder), arderá siempre en deseos de verte seguro y con la máxima dignidad.

Deliberadamente te mando a Calpurnio 176 , íntimo amigo mío, para que sepas lo mucho que me preocupa tu vida y tu posición.»

El mismo día me trajo Filótimo una de César, en estos términos:

Cartas II. Cartas a Ático (Cartas 162-426)

Подняться наверх