Читать книгу Cartas II. Cartas a Ático (Cartas 162-426) - Cicéron - Страница 43

188 (VIII 9) (En camino de Formias a Arpino, 29 ó 30 de marzo del 49)

Оглавление

Cicerón saluda a Ático.

Respecto a lo que me escribes de que mi carta ha sido divulgada 140 , no me lo tomo a mal. Incluso yo mismo se la di a muchos para que la copiasen. En efecto, han sucedido ya cosas y amenazan otras de tal índole que quisiera dejar constancia de mis sentimientos acerca de la paz. Y exhortando a buscarla por encima de todo a aquel hombre, no encontré otro medio más fácil de moverlo que esa afirmación de que mis exhortaciones cuadraban con su prudencia. Si la llamé «admirable» cuando lo exhortaba a salvar a la patria, no temí dar la impresión de adularlo: en un asunto de tal índole me hubiera arrojado gustosamente a sus pies. Por otra parte, aquello donde está «dedícale algún tiempo» no se refiere a que piense algo sobre la paz, sino sobre mí mismo y mi obligación. Y respecto a mi testimonio de que no he tenido que ver con la guerra, aun cuando eso es evidente de hecho, lo escribí, sin embargo, con objeto de tener más autoridad en persuadirlo; y a lo mismo se refiere lo de que apruebo su causa.

Pero, ¿a qué esto ahora?; ¡ojalá se hubiese avanzado [2] algo! En verdad querría yo que esa carta fuera recitada en asamblea, habida cuenta de que él mismo, escribiendo igualmente a César, presentó en público aquella carta donde se lee «por tus magníficas gestas» (¿magníficas todavía más que las suyas propias, que las del Africano?; a eso le obligaban las circunstancias), habida cuenta incluso de que hombres como vosotros dos vais hasta el quinto miliario ante alguien que ¿a dónde y de dónde se retira? 141 , ¿qué hace?, ¿qué va a hacer? ¡Con cuánta mayor osadía confiará en su causa, cuando a vosotros, cuando a gentes como vosotros os ve, no ya apiñados, sino dándole parabienes con rostro alegre! «¿Entonces, cometemos una falta?». Vosotros en absoluto; pero, no obstante, están confundidas las señales que permiten distinguir la sinceridad del disimulo. Y, ¡qué decretos del senado veo! Pero he escrito con más claridad de la que me había propuesto.

Yo quiero estar en Arpino el 31; luego dar una vuelta [3] por mis finquitas, que he perdido la esperanza de ver en adelante.

Cartas II. Cartas a Ático (Cartas 162-426)

Подняться наверх