Читать книгу Cartas II. Cartas a Ático (Cartas 162-426) - Cicéron - Страница 59

201 (X 10) (Finca de Cumas, 3 de mayo del 49)

Оглавление

Cicerón saluda a Ático.

¡Ciego de mí, que no he visto antes estas cosas! Te mandé la carta de Antonio 178 . Como le escribí una y otra vez que no pienso hacer nada contra los planes de César, que me acuerdo de mi yerno, que me acuerdo de su amistad, que hubiera podido, de ser otros mis sentimientos, estar ahora con Pompeyo, pero que no quería alejarme, porque tendría que correr, a disgusto, con mis lictores, y que ni siquiera eso lo tenía todavía decidido, mira con qué ‘tono exhortativo’ contestó:

[2] El tuyo es un auténtico plan; pues quien quiere ser neutral se queda en la patria; quien se marcha parece haber establecido algún juicio sobre una de las dos partes. Pero no soy yo quien deba decidir si alguien tiene razón para marchar o no; la parcela que César me ha encargado es la de no permitir absolutamente a nadie marcharse de Italia. Por tanto, poco importa que yo apruebe tu proyecto, si en todo caso no puedo hacerte ninguna concesión. Pienso que debes remitirlo a César y pedírselo a él. No dudo de que lo conseguirás, sobre todo si prometes tomar en consideración nuestra amistad.

[3] Aquí tienes su ‘misiva lacónica’. Desde luego que esperaré al hombre. Va a llegar el 3 por la tarde, o sea hoy. Así es que quizá mañana venga a verme. Lo sondearé, lo escucharé: «no hay prisa, lo voy a mandar a César». Actuaré a escondidas, me ocultaré en algún sitio con unos pocos; desde luego volaré de aquí por mucho que a éstos no les guste, y ¡ojalá sea junto a Curión! 179 . ‘Anota lo que te digo’ 180 . Tengo un gran acceso de dolor. Se hará algo digno de mí.

Tu ‘retención de orina’ me preocupa mucho. Cúratela, por favor, mientras está ‘en los inicios’.

Gracias por tu carta sobre los de Marsella 181 . Por favor, [4] que yo sepa todo cuanto oigas. Me habría encantado llevar a Ocela 182 , de poderlo hacer abiertamente, cosa que había conseguido de Curión. Aquí espero a Servio, pues me lo piden su mujer y su hijo; y lo considero necesario.

Éste sin embargo lleva consigo en una litera abierta a [5] Citeris, una segunda esposa 183 . Se le añaden además otras siete literas de amigas; y las hay de amigos. Mira de qué muerte tan vergonzosa perecemos y pon en duda si puedes que aquél, vuelva vencido o vencedor, hará una masacre. Lo que es yo, incluso en un botecillo, si no hay barco, me sustraeré al parricidio de ésos. Pero te escribiré más cuando me haya reunido con él.

[6] Por mi muchacho no puedo menos de sentir cariño, pero me doy perfecta cuenta de que él no lo siente por mí. Yo no he visto nada tan ‘grosero’, tan distanciado de los suyos, tan entregado a no sé qué maquinaciones: ¡carga increíble de preocupaciones! Pero se pondrá empeño, y se pone, en gobernarlo. Su talento, en efecto, es extraordinario, ‘es su carácter el que necesita atención’.

Cartas II. Cartas a Ático (Cartas 162-426)

Подняться наверх