Читать книгу El aire de los libros - Cristóbal Serra - Страница 26

Contra Celso, Orígenes

Оглавление

Juzgo necesario, para un cabal conocimiento del fondo de este libro, dar una breve noticia de quién fue este Celso a quien Orígenes combate. Este Celso no es Aulus Cornelius Celsus, un médico y escritor que vivió alrededor del año 50 d. C. y que fue polígrafo, pues trató de historia, filosofía, arte marcial y hasta de agricultura. Menos conocido que Hipócrates o Galeno, es, no obstante, figura a la que se le debe gran parte de nuestro conocimiento de la antigua medicina.

El Celsus (a secas) que Orígenes combate fue un amigo de Luciano que escribió Logos Aléthés («Palabra verdadera»), el primer panfleto contra el cristianismo. El libro en su integridad pereció, pero nos han quedado considerables fragmentos gracias a que se han podido reconstruir con las citas que Orígenes transcribe en Contra Celso (agrupados pueden leerse en los cuadernos que editaba Pauvert en Francia). Realmente, ofrecen un marcado interés, pues, con gran agudeza y no poco ingenio, aunque con total ausencia de profundidad, Celso pone reparos, por poco filosófico y crédulo, al cristianismo. Sobre todo, subraya sus múltiples contradicciones, su arrogancia religiosa y su insistencia en la perentoria necesidad de redención. Reprocha asimismo a los cristianos sus distintos bandos, su opinión en constante mudanza, y los ridiculiza, viéndolos como gusanos arrinconados que pretenden ocupar el centro del mundo. Celso mantiene que, entre el Dios Supremo y el mundo, puede que no haya contacto alguno, al considerar que la creación es obra de deidades inferiores o demonios. Cree que el mal es connatural con el mundo material y que ni hubo en antiguos tiempos, ni hoy, ni mañana, un aumento o merma alguna de mal. Culpa a los cristianos de haber remodelado el Evangelio, desde su primera redacción, cuantas veces consideraron oportuno.

A este ataque brutal de Celso, propio de un racionalista volteriano avant la lettre, puramente negativo, se apresta Orígenes a no dejar sin respuestas tanto agravio. Y yo diría que el defensor de Jesús debe mucho a la malignidad de Celso, pues nunca, a mi juicio, se ha escrito una defensa más original y más «puntual» del cristianismo. Que yo sepa, no tenemos ninguna como esta.

Orígenes refuta las malignas argucias de Celso con argumentos que se resisten al resumen y que no obstante merecen una lectura atenta. Lo que descubre este interesantísimo libro de Orígenes es que «el muy judío Celso» dice contra Jesús y contra los cristianos muchas sandeces que nada tienen que ver con lo que hay escrito en los Evangelios. No espere el lector una defensa pacata, sino todo lo contrario. Orígenes concede que Jesús no rompió del todo con el judaísmo, pero, al mismo tiempo, declara que a los judíos les falta luz para entender las Escrituras. Al vindicar a Jesús, que Celso rebaja a vulgar hechicero, reconoce que ambas magias, la de Jesús y la de Moisés, son una. Para Orígenes, la magia no es inconsistente. De aquí que discrimine ambas. Considera obra más audaz que la de Moisés la de Jesús. Por tanto, preeminencia de Jesús sobre Moisés. Y son las aclaraciones las que prestan al libro un interés que jamás desmaya. Por ejemplo, la voz potente de Jesús o los calificativos de María: lugareña, hiladora. También son interesantes sus ampliaciones, como la lista más dilatada de los animales impuros según la ley mosaica: lobo, zorra, serpiente, águila, gavilán. Cierro el escolio (a este libro) con una frase que resume su aire: «El más sabio cristiano es aquel que ha mirado a fondo las varias sectas del judaísmo y del cristianismo».

El aire de los libros

Подняться наверх