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LA RECONSTRUCCIÓN: EL TEJIDO CICATRICIAL

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Los músculos también se pueden tensar o acortar durante el proceso de curación. El propio tejido conectivo se utiliza para ayudar a recomponer y reparar los tejidos dañados. Por ejemplo, cuando se rompe un hueso, primero se aplica tejido conectivo para salvar la brecha en el punto de rotura. A continuación, las células óseas aparecen para que el hueso vuelva a ser una sola pieza. Lo mismo es aplicable a la fascia cuando nos desgarramos un músculo.

Los que producen este tejido cicatricial son los fibroblastos, los mismos que se encargan de crear el tejido conectivo. Cuando nos desgarramos un músculo, necesitamos tejido conectivo para repararlo. Si haces que un trozo de miofascia (músculo) supere su capacidad de estiramiento, es posible que desgarres el tejido conectivo que lo rodea. Cuando sucede esto (y en función del grado en que se produce), el cuerpo responde con inflamación, fluidos e hinchazón. Incluso en ocasiones la zona se amorata.


Figura 1.11: Tejido cicatricial: a) desgarro del tejido, b) tejido cicatricial colocado de forma aleatoria, c) demasiado tiempo y falta de movimiento hacen que la tensión aumente en el área de reparación, d) tejido cicatricial mejor alineado para la tensión natural del tejido.

En el tejido conectivo, las fibras van en una dirección concreta, creando así un «flujo» de fascia. Cuando se produce un desgarro, el tejido conectivo que responde (al que llamamos «tejido cicatricial») se coloca sobre la zona desgarrada. Para crear una fuerte conexión de manera que el propio músculo pueda sanarse, las fibras se disponen formando un patrón reticulado. Dicho de otra forma, el tejido cicatricial va en sentido contrario al del flujo de la fascia desgarrada. Aunque esto se hace para crear una conexión más segura en torno al desgarro, también puede generar algo de fruncido en torno a la zona de la lesión.

Ahora la zona reparada tiene más tensión a su alrededor porque se ha tirado de los tejidos adyacentes hacia la reparación. Esto podría explicar por qué parece que las lesiones se producen siempre en el mismo sitio. Debido a la tensión añadida de la zona, es más probable que ahí se vuelva a producir una lesión posterior.

La comunidad médica ha terminado reconociendo este hecho. Durante los últimos 30 años, los cirujanos han ido cambiando poco a poco su forma de plantearse la rehabilitación después de la cirugía, que suele provocar una enorme cantidad de traumas en los tejidos y, por lo tanto, la necesidad de generar tejido cicatricial. En el pasado, después de una cirugía de rodilla la gente guardaba cama durante largos períodos (entre 4 y 6 semanas). La idea era dejar que la persona se curara antes de poner peso o reconstruir los tejidos en torno a la rodilla. De esta forma, la gente acaba generando un montón de tejido cicatricial mientras descansa y, como consecuencia, suele perder amplitud de movimiento (ADM) en esa articulación. Al final, los médicos han llegado a la conclusión de que rehabilitar a los pacientes antes tras la operación crea un tejido cicatricial más grueso. Cuando hablamos de tejido cicatricial «más grueso» nos referimos al que se ha organizado en el flujo original del tejido conectivo de la zona. Esto hace que el tiempo de recuperación sea más corto y que la movilidad de la articulación sea mejor a largo plazo.

Los estudiantes suelen preguntarme si es mejor seguir entrenando después de una lesión o descansar y esperar a que se cure. Teniendo en cuenta que hay multitud de variedades de lesiones y situaciones, es una pregunta bastante difícil de responder. Sin embargo, si alguien tiene una fascia desgarrada, como hemos descrito aquí, suelo recomendar movimiento. Obviamente, hay lesiones que es mejor no mover, como los huesos rotos, así que no quiero dar una respuesta excesivamente simplificada a esa pregunta. Es mejor que intentes comprender al individuo y la lesión, y que sepas lo suficiente de anatomía como para deducir lo que es más apropiado.

Dicho esto, es bueno saber que mover un área de tejidos «desgarrados» suele ayudar a curar el tejido. También puede tener beneficios a largo plazo en cuanto a la fuerza y la movilidad. El yoga es una forma fantástica de calentar y luego alargar los tejidos corporales.

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