Читать книгу El Tesoro de David: la revelación Escritural a la luz de los Salmos - Eliseo Vila - Страница 14

Оглавление

SALMO 26

SALMO DEL INOCENTE

Título: Salmo de David. En este Salmo el Dulce Cantor de Israel se planta ante nosotros como alguien que ha sido acusado y objeto de reproche injustamente; en esto es tipo del gran Hijo de David, y ejemplo que nos alienta a llevar la carga de las calumnias ante el trono de la gracia.1 Algunos especulan que esta apelación al cielo fue escrita por David cuando Is-boset fue vilmente asesinado a traición por Baaná y Recab,2 con la intención de probar su inocencia en un hecho tan execrable; pero en nuestra opinión, la teoría tiene más de ingeniosa que de realidad demostrable. Ciertamente, el contenido y tenor del Salmo concuerdan con la ocasión, pero los datos son tan endebles que no es posible ir más allá de la simple conjetura.

C. H. SPURGEON

Estructura: La unidad del tema central es tan férrea que resulta difícil establecer divisiones fundamentales.3 David Dickson4 lo resume de forma admirable con las siguientes palabras: «Amparándose en su buena conciencia, el salmista apela a Dios y le pone por testigo:

1 De sus esfuerzos como creyente para andar rectamente (26:1-3).

2 De mantenerse celosamente alejado del consejo de los malos, de empresas pecaminosas, y de seguir el ejemplo de los inicuos (26:4-5).

3 De su determinación a seguir comportándose de manera santa y justa, para poder seguir siendo partícipe de los privilegios del pueblo del Señor en la práctica del culto público en la congregación (26:6-8).

4 Sigue con una plegaria para que Dios le exima del juicio venidero sobre los malvados (26:9-10), en tanto que él se ha propuesto evitar sus delitos y pecados (26:9-11).

5 Y concluye el salmo con la certeza y consuelo de que ha sido escuchado (26:12)».

C. H. SPURGEON

Versión poética:

JUDICA ME DOMINE, QUONIAN EGO IN INNOCENTIA MEA INGRESSUS SUM

Júzgame tú, Señor, pues que no ignoras,

que siempre he caminado en la inocencia,

también sabes que en ti he confiado,

y no permitirás que yo perezca.

Sondéame, Señor, prueba, examina

mis gustos, mis deseos, mis ideas,

penetra los secretos sentimientos,

que mi fiel corazón albergar pueda.

Me acuerdo de tu gran misericordia,

tampoco olvido tu verdad eterna,

y tu fidelidad en las palabras

es el objeto de mis complacencias.

Jamás favorecí a los pecadores,

por detestar sus vanidades necias,

y nunca buscaré de los inicuos

la funesta y fatal correspondencia.

Aborrezco el comercio de los malos,

su sociedad mi corazón detesta,

y jamás me verán tomar asiento

en sus abominables asambleas.

Antes bien buscaré la compañía

de los justos que te aman y respetan,

con ellos solo lavaré mis manos,

antes de presentarme a tu presencia.

Antes de entrar en tu lugar sagrado,

en que tu tabernáculo se sienta,

y rodearé el altar en que te adoran

con gozo, con amor y reverencia.

Para oír con consuelo y alegría

de tu alabanza las canciones tiernas,

y allí yo mismo cantaré en tu gloria

las admirables obras de tu diestra.

Enamorado estoy de la hermosura

de tu casa magnífica y excelsa,

de ese templo en que habitas majestuoso,

y en que toda tu gloria manifiestas.

Pero ¡ay Dios mío! tú que eres testigo

de que no he delinquido, no consientas,

que yo fallezca como los inicuos,

y que con ellos confundido sea.

Ni con los hombres duros, sanguinarios,

que religión no tienen ni conciencia,

y cuya mano al interés vendida

a toda iniquidad está dispuesta.

Tu sabes que yo siempre he caminado

por el camino real de la inocencia,

ten pues de mi piedad, y no permitas

que yo pase por suerte tan adversa.

También sabes que nunca me he alejado

de tu ley santa, y tu segura senda,

tenme pues compasión, y agradecido

cantare tu alabanza en tus Iglesias.

DEL “SALTERIO POÉTICO ESPAÑOL”, SIGLO XVIII

Salmo completo. Este salmo se asocia y acopla con el anterior tanto en sus pensamientos como términos. El Salmo 25 concluye con una oración pidiendo integridad: “Integridad y rectitud me guarden”;5 este comienza alardeando de ella: “porque yo en mi integridad he andado” (26:1).6 A menos que lo veamos como una continuación del anterior, esta manera de comenzar sería de una vanagloria inadmisible; pero combinado con la admisión y reconocimiento penitencial del pecado, con fervientes súplicas implorando perdón y gracia, y la sólida convicción por fe de que Dios ha escuchado su oración, que contiene el salmo anterior; resulta evidente que las aseveraciones de integridad que hace aquí el salmista, no apelan en absoluto al mérito humano, sino que son un claro reconocimiento de la misericordia divina. Como dice San Agustín: «Non merita mea, sed misericordia tua, qua me ad talem vitam perduxisti, ante oculos meos est», esto es: “no son mis propios méritos sino tu misericordia la que me ha conducido a esta vida; por tanto, es ella la que mantengo delante de mis ojos”.7

CRISTOPHER WORDSWORTH [1807-1885]

“Commentary on the Whole Bible”, 1856

Vers. 1. Júzgame, oh Jehová, porque yo en mi integridad he andado; he confiado asimismo en Jehová sin titubear. [Júzgame, oh Jehová, porque yo en mi integridad he andado; he confiado asimismo en Jehová sin titubear. RVR] [Hazme justicia, oh Señor, porque yo en mi integridad he andado, y en el Señor he confiado sin titubear. LBLA] [Hazme justicia, oh YHVH, porque en mi integridad he andado, y en YHVH confié sin titubear. BTX] [Justicia Señor, pues he llevado una vida intachable; ¡en el Señor confío sin titubear! NVI] [Hazme justicia, Señor, pues camino con rectitud. En el Señor confío, jamás dudaré. BLP] [Declárame inocente, oh Señor, porque he actuado con integridad; he confiado en el Señor sin vacilar. NTV]

Júzgame, oh Jehová.8 Una apelación solemne ante el justo tribunal del Dios que escudriña los corazones,9 justificada por las circunstancias peculiares del escritor en base a los delitos de los que considera se le acusa erróneamente. Hastiado de la injusticia de los hombres, el espíritu inocente rompe el cerco de sus calumniadores para volar hacia trono de la Justicia Eterna. Muy seguro había de estar de su razón y clara debía tener su causa como para atreverse a llevarla ante la Corte Suprema del cielo.10 Un recurso de tal magnitud nunca debe hacerse precipitadamente o a la ligera; y jamás en relación a la totalidad de nuestras acciones y palabras, a menos que sea amparándonos en la justificación que tenemos en Cristo Jesús; para una criatura mortal y pecadora, resulta mucho más apropiada la petición: “No entres en juicio con tu siervo”.11

Porque yo en mi integridad he andado.12 David tenía la integridad como principio y andaba en ella como práctica, era su lema y la había practicado de manera cabal. No había empleado métodos solapados, traicioneros o injustos para hacerse con la corona ni para mantenerla; en su relación con Saúl y familia era consciente de haberse dejado guiar en todo momento por los principios más nobles del honor. ¡Que enorme consuelo proporciona contar con la aprobación de la propia conciencia! Si tenemos paz dentro del alma, las tormentas estrepitosas de la calumnia, que aúllan a nuestro alrededor, poco nos afectarán. Cuando el pajarillo que anida en mi seno entona alegre su canción, poco me importa que fuera ululen a mi alrededor un millar de lechuzas.

He confiado asimismo en Jehová. La fe es la raíz y la savia de la integridad; quién se apoya en el Señor está seguro de caminar en justicia. David sabía que Dios le había otorgado mediante pacto la corona, y por tanto, no estimó preciso recurrir a medios indirectos o ilegales para obtenerla; renunció a matar a su enemigo en la cueva,13 y no consintió que sus hombres acabasen con él cuando dormía sin vigilancia en la llanura.14 La fe obra poderosamente para el Señor, y en los caminos del Señor, pero a la hora de lograr sus objetivos se niega rotundamente a mover un solo dedo mediante planes y dispositivos cuestionables, propios de la astucia humana. Rebeca recurrió a la astucia y falsedad humanas con el fin, aparentemente bueno, de facilitar los planes del Señor en favor de Jacob: y le fue contado como incredulidad;15 pero Abraham dejó paciente que el Señor ejecutara sus propios planes, y no dudo en empuñar el cuchillo para sacrificar incluso a su hijo: y le fue contado como fe.16 La fe confía siempre en Dios para llevar a cabo los propios designios divinos. ¿Por qué motivo he de robar cuando Dios ha prometido suplir mis necesidades? ¿Por qué razón debería buscar la manera de vengarme cuando sé que el Señor apoya y defiende mi causa? La confianza absoluta en Dios es el antídoto más eficaz contra el pecado.

Sin titubear. El camino es en extremo resbaladizo, tengo que andar por él como quien camina sobre el hielo, y sin embargo, la fe impide que mis pies se deslicen, y seguirá haciéndolo. Los atajos fáciles, pero turbios y dudosos de la política terrenal, acaban tarde o temprano haciendo rodar por el suelo a quienes los transitan; pero los caminos de la honestidad, aunque suelen ser mucho más empinados y agrestes, son siempre más seguros. No podemos confiar en Dios si andamos por caminos torcidos, o sea, usando medios turbios; pero los caminos rectos y la fe sencilla llevan al peregrino al término feliz de su jornada.

C. H. SPURGEON

Júzgame, oh Jehová, porque yo en mi integridad he andado. Una buena causa, una buena conciencia, y una buena conducta, son buenos motivos para recurrir en apelación a Dios.

INGRAM COBBIN [1777-1851]

“Condensed Commentary and Family Exposition of the Holy Bible”, 1837

Júzgame, oh Señor. Nada hay más satisfactorio para la persona justa y recta que el saber que Dios tiene conocimiento de que es así. A los íntegros y sinceros poco les importa ser condenados por los hombres; saben que no va con ellos el condenar o aprobar nada, pues como dice el apóstol: “no es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba”.17 El testimonio de aprobación de los hombres o una carta de recomendación firmada por todos los habitantes del planeta, de poco nos va a servir a menos que Dios nos dé también su aprobado.

JOSEPH CARYL [1602-1673]

Júzgame, oh Señor. Como ejemplo de apelación al cielo podemos citar el del gran predicador de la Palabra George Whitefield: «Aunque algunos me consideren un charlatán o un exaltado, alguien interesado tan solo en trastornar sistemáticamente la mente de los demás, me tiene sin cuidado. Pueden cubrirme de improperios y lanzarme toda clase de invectivas, pues Cristo lo sabe todo, lo observa todo, y por tanto, en sus manos dejo mi causa para que sea él quien la defienda, porque es un Señor misericordioso; así lo ha sido para mí hasta ahora, y estoy seguro que seguirá siéndolo. La venganza es suya, él les pagará como corresponde».18

GEORGE WHITEFIELD [1714-1770]

En un sermón sobre Mateo 11:28, titulado:

“Christ the Only Rest for the Weary and Heavy-Laden”.

Porque yo en mi integridad he andado. El término hebreo que utiliza aquí el salmista: בְּתֻמִּ֣י bəṯummî de תֹּם tom o תָּמִים tamim, que traducimos como integridad, quiere decir sin mancha o sin defecto, la misma palabra que se utiliza para describir a los animales apropiados para el sacrificio: “Si su ofrenda fuere holocausto vacuno, macho sin defecto lo ofrecerá”.19

GEORGE PHILLIPS [1804-1892]

“The Psalms in Hebrew with a Critical, Exegetical and Philological Commentary”, 1846

Porque yo en mi integridad he andado. En el pronombre posesivo “mi” hay una fuerza especial a la debemos prestar la debida atención. El salmista da a entender que por encima de todas las artimañas de sus enemigos ha procedido siempre con rectitud, siguiendo en todo momento un curso previamente trazado, firme y uniforme.

WILLIAM WILSON [1783-1873]

“The Book of Psalms: With an Exposition, Evangelical, Typical, and Prophetical, of the Christian Dispensation”, 1860

Y en el Señor he confiado. La confianza en Dios es el secreto de la “integridad”, su fuente natural. Quien pone su esperanza en Dios no tiene necesidad de impulsar ni defender sus intereses mundanos faltando a sus deberes para con el prójimo: en todo tipo de situaciones adopta la firme determinación de no perder el favor de su Padre celestial violando sus mandamientos, y espera a que todo suceda impulsado desde arriba.

ERNS WILHELM HENGSTENBERG [1802-1869]

“Commentary on the Psalms”, 1860

Sin titubear.20 Una expresión sorprendente, absolutamente expresiva de la firme resolución del salmista y coherente con su lenguaje de seguridad en la protección divina y la mano de Dios sosteniéndole constantemente en su andar en integridad. No es, como leemos en la versión del Libro de Oración Común: “Y no caeré”, sino más bien: “Y no vacilaré”,21 es decir, ni un solo paso en falso, ni un simple tropiezo, ni un tambaleo.22

BARTON BOUCHIER [1794-1865]

“Manna in the heart or daily comments on the book of Psalms”, 1855

Vers. 2. Escudríñame, oh Jehová, y pruébame; examina mis íntimos pensamientos y mi corazón. [Escudríñame, oh Jehová, y pruébame; examina mis íntimos pensamientos y mi corazón. RVR] [Examíname, oh Señor, y pruébame; escudriña mi mente y mi corazón. LBLA] [Examíname, oh YHVH, y pruébame; escudriña mis riñones y mi corazón. BTX] [Examíname, Señor; ¡ponme a prueba! purifica mis entrañas y mi corazón NVI] [Señor, examíname, ponme a prueba, sondea mi conciencia y mis pensamientos. BLP] [Ponme a prueba, Señor, e interrógame; examina mis intenciones y mi corazón. NTV]23

Escudríñame, oh Jehová, y pruébame;24 examina mis íntimos pensamientos y mi corazón. Esta petición entraña tres vías distintas de examen o prueba, que en base al texto original podríamos describir como la prueba del tacto, la prueba del olfato, y la prueba del fuego.25 El salmista se considera inocente de las acusaciones que pesan contra él, hasta tal punto, que se somete voluntariamente y de manera incondicional a cualquier tipo de examen que el Señor estime oportuno utilizar.26

Examíname, oh Señor. Mírame exhaustivamente; hazme un examen detallado; interrógame, sondea mis evidencias y constata la información.

Y pruébame. Sométeme a juicio, y confirma si acaso son ciertas las acusaciones de intencionalidad maligna y perversa que mis enemigos me imputan.

Examina mis riñones27 y mi corazón. Evalúame en la misma manera que los metales preciosos son probados en el horno; examina todos los secretos ocultos en mi interior, allí donde los afectos tienen instalada su corte; y ve, o Dios mío, si es cierto o no que soy dado al homicidio, que amo la traición y el engaño. Una apelación extremadamente audaz, que hecha por un hombre como David, que temía a Jehová en gran manera, demuestra una convicción solemne de la más absoluta inocencia. La peculiaridad de las expresiones utilizadas en este pasaje debe enseñarnos la minuciosidad del juicio divino, y la necesidad de ser completamente sinceros en todo, no sea que finalmente seamos hallados en falta.28 Nuestros enemigos son severos con nosotros con la severidad propia del odio y el rencor, y esta cualquier hombre valiente la afronta sin miedo; pero la severidad de Dios es la que dimana del derecho inmutable. ¿Y quién puede someterse a un examen de ese nivel? El dulce cantor de Israel se pregunta en otro pasaje: “¿Quién puede resistir ante su frío?,29 y nosotros bien podemos preguntarnos: «¿Quién puede resistir ante el calor de su justicia?».

C. H. SPURGEON

Examíname, oh Señor, y pruébame; escudriña mi mente y mi corazón.30 El Salmista usa aquí tres verbos distintos, aunque conexos entre sí: “examiname”, “escudriñame”, y “pruebame”.31 El propósito es abarcar todos los métodos posibles en que puede ser puesta a prueba la realidad de algo; y al incluirlos en su conjunto, demuestra su voluntad y deseo de se hiciera de su proceder la más concienzuda investigación, sin eludir ningún tipo de prueba.

ALBERT BARNES [1798–1870]

“Notes, critical, explanatory, and practical, on the book of Psalms”, 1868

Examíname, escudríñame, pruébame. Así como el oro es purificado de la escoria por el fuego y brilla con mayor fulgor, así también la sinceridad del corazón y la simplicidad del verdadero cristiano se ven mejor y se hacen más evidentes en medio de las tribulaciones y la aflicción. En la prosperidad cualquiera puede pasar por piadoso, pero las aflicciones hacen salir del corazón lo que hay dentro verdaderamente, ya sea bueno o malo.32

ROBERT CAWDRAY [1538-1604]

“Treasury of Storehouse of Smiles”, 1609

Pruébame. La función de la conciencia en nuestro interior es la de probarnos. Dios ha puesto una luz dentro de nosotros y cuando esta luz es inflamada por la Palabra, ilumina nuestro pecho haciendo que irradie luz por doquier. La persona fiel y piadosa se deleita en que este proceso iluminador de la Palabra de Dios sea tierno y activo, que indique claramente cada servicio, y advierta en contra de todo pecado. Fijémonos en la eficacia y celeridad con la que funcionaba ese mecanismo en David, cuando se dice que: “Su corazón le golpeaba”,33 y el apóstol Juan nos advierte diciendo: “si nuestro corazón nos reprocha algo, mayor que nuestro corazón es Dios, y él conoce todas las cosas”.34 ¡Ay! Si en tu interior tú mismo te reprochas a ti mismo tu conducta pecaminosa en esto o aquello, piensa en cuanto más no lo ha de hacer Dios. Pon a prueba tu integridad: ¿estás dispuesto a tener una conciencia sensible y bien informada? ¿Te complace escuchar lo que la Palabra de Dios tiene que decirte sobre tu conducta? ¿Y te sientes cómodo tanto si lo aprueba como si lo desaprueba? Si experimentas rebeldía contra la luz de tu conciencia, si de buena gana arrancarías ese aguijón con el que te avisa y te alegrarías de no sentir su punzada en el interior de tu pecho, entonces, comienza a sospechar de ti mismo. Por desgracia, muchos que se entregan a los deseos y placeres de la carne, es porque esparcen una neblina brumosa entre su yo y su conciencia. Otros se hunden voluntariamente en la mundanalidad, esforzándose con denuedo para eclipsar esa luz interior interponiendo a ella los intereses terrenales, y así permanecer insensibles a sus destellos. Otros corren detrás de herejías destructoras, negando las Escrituras, Dios, el cielo, o el infierno; abogando por una salvación universal de todos los seres humanos. ¿Qué son todas estas cosas sino subterfugios de una mala conciencia? Es preciso que distingamos muy bien entre lo que procede de nuestra conciencia y lo que no son más que concupiscencias de nuestra carne; entre lo que procede de nuestra conciencia y lo que no son más que engaños y entelequias; entre una conciencia errónea y confundida, y una conciencia escrupulosa, bien informada y bien fundamentada. Y cuando hayamos llevado a cabo la distinción, seguir fielmente los dictados de nuestra conciencia, en tanto que ella siga a la Palabra.

ANTHONY BURGESS [1600-1663]

“Spiritual refining: or A treatise of grace and assurance”, 1644

Examina mis riñones y mi corazón. Los “riñones”, como centro neurálgico de las pasiones animales inferiores; el “corazón”, como receptáculo no solo de los afectos más elevados, sino también de la voluntad y la conciencia. El salmista está deseoso de que nada quede excluido, quiere someterse extensivamente a la llama purificadora del Gran Refinador para ser limpiado por entero de toda la escoria de auto-engaño.35

JOHN JAMES STEWART PEROWNE [1823-1904]

“Commentary on the Book of Psalms”, 1864

Vers. 3. Porque tu misericordia está delante de mis ojos, y ando en tu verdad. [Porque tu misericordia está delante de mis ojos, y ando en tu verdad. RVR] [Porque delante de mis ojos está tu misericordia y en tu verdad he andado. LBLA] [Porque tu misericordia está delante de mis ojos, y ando en tu verdad. BTX] [Tu gran amor lo tengo presente, y siempre ando en tu verdad. NVI] [Ante mí tengo presente tu amor y con tu verdad recorro mi camino. BLP] [Pues siempre estoy consciente de tu amor inagotable, y he vivido de acuerdo con tu verdad. NTV]

Porque tu misericordia está delante de mis ojos.36 Una realidad a tener muy presente que la vez constituye una base de esperanza. La consciencia y buen sentido de las misericordias recibidas contagia positivismo en la mente de los fieles aún dentro del entorno más pesimista, aportando una visión más clara de las misericordias que están todavía por venir, no imaginarias, sino reales y efectivas. Amado lector, edifica tu morada sobre el fundamento firme de esta expresión que sabe a cielo: tú misericordia. ¿Acaso hay otra que la iguale, que la supere o que se pueda comparar? La bondad que el Señor muestra para con nosotros debe ser un condicionante en todas nuestras acciones; no estamos bajo la esclavitud de la ley, sino bajo las dulces limitaciones que nos impone la gracia, y que en realidad son más severas pero mucho más agradables. Los hombres pecan aún con la ley delante de sus ojos; pero el amor divino, cuando lo contemplamos con claridad, santifica nuestra conversación. Si no fuéramos tan olvidadizos respecto al camino de misericordia por el cual Dios camina hacia nosotros, seríamos más cuidadosos a la hora de andar nosotros hacia él por los caminos de la obediencia.

Y en tu verdad he andado. El salmista fue preservado del pecado por su certeza en la veracidad de la promesa de Dios, una verdad que se esforzó en creer y en imitar. De este versículo aprendemos que la experiencia práctica del amor divino es consecuencia del seguimiento práctico de la verdad divina; aquellos que descuidan la parte doctrinal o los aspectos prácticos de esa verdad no deben extrañarse si pierden el disfrute experimental de la misma. Hay quienes hablan mucho de la verdad, pero más que hablar de ella lo importante es andar en ella. Y muchos hacen promesas y votos de obrar bien en el futuro, pero sus resoluciones quedan en nada; pues tan solo la persona regenerada puede exclamar propiamente: “en tu verdad he andado”.

C. H. SPURGEON

Porque tu misericordia está delante de mis ojos, y ando en tu verdad. Este versículo nos demuestra las consecuencias prácticas de la bondad divina. Siendo que lo primordial que recibimos de Dios es su divina naturaleza, al estar hechos a su imagen y semejanza,37 las promesas de Dios albergadas en el alma son las vías de comunicación con él. Son la leche y miel de la Escritura, que no miman el viejo hombre, sino que actúan en apoyo de la nueva criatura;38 no son almohadas para la pereza pecaminosa, antes bien nos impulsan a una santa diligencia. Las promesas de la gracia animan el alma al cumplimiento del deber, en tanto que contemplar la bondad del Señor, alienta nuestra sujeción a su gobierno.

TIMOTHY CRUSO [1657-1697]

“Twenty Four Sermons Preached at the Merchants Lecture at Pinners Hall”, 1696

Vers. 3-4. Procurad por todos los medios que las personas con las cuales os relacionéis sean personas temerosas de Dios. El endemoniado gadareno del cual se nos habla en el evangelio,39 se dice que no vivía en una casa, sino que moraba entre los sepulcros y conversaba con los cadáveres. Dios no tenderá jamás la mano al inicuo, como leemos en el libro de Job según la Vulgata,40 ni tampoco debe hacerlo el hombre piadoso. David demuestra la sinceridad de su curso por el cuidado y diligencia con que evita estas compañías. Dios no alarga su mano a los malvados, como traduce la Vulgata el texto de Job 8:20, y tampoco debe hacerlo el creyente como hijo de Dios. David demuestra la sinceridad de su comportamiento, por su extremada precaución en evitar el contacto con los perversos: “siempre ando en tu verdad; no me he sentado con los falsos, ni me junto con los hipócritas” (26:3-4).

La “verdad”, en este caso, tiene una doble aplicación:

1 La verdad doctrinal. “Tu ley es verdad”,41 libre de toda escoria de corrupción y mentira de error.

2 La verdad afectiva, o “la verdad en lo más íntimo”.42 Esta puede ser llamada propiamente “tu verdad”, o la verdad de Dios, aunque el hombre sea el sujeto o depositario de la misma; en parte porque procede de Dios, y en parte porque le es agradable, razón por la cual un espíritu quebrantado es llamado “sacrificio para Dios”.43 Es como si el salmista dijera: Jamás hubiera podido andar en el poder de la fe y en integridad, si hubiera tomado parte en empresas viles, falsas y frívolas; jamás hubiera podido andar en tus preceptos si me hubiera “sentado con hombres falsos e hipócritas”.

Prestemos especial atención a esta frase: “No tomo asiento con los falsos”.

1 Sentarse es una postura de elección. Entra en la libertad del hombre el permanecer de pie observando algo, o sentarse y tomar parte en ello.

2 Sentarse es una postura de deleite. Nos sentamos por comodidad y lo hacemos con placer. Por ello se dice de los que son glorificados que Dios “nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús”.44

3 Sentarse es una postura de participación y permanencia.45 Estar de pie es una postura de transito, pero sentarse de quedarse. De los benditos que estarán para siempre con el Señor y sus elegidos, se dice que “se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos”.46

En ninguno de estos sentidos estaba David dispuesto a sentarse con los falsos. Puede que, en ocasiones le fuera necesario relacionarse con ellos, pero jamás se atrevió a asociarse con ellos ni participar en sus proyectos. Al no ser objeto de su afecto no podían ser objeto de su elección. “Aborrezco la compañía de los malvados”, exclama (6:5). En la medida en que sentarse es una postura de deleite y complacencia, no se sentó con los frívolos ni los falsos. Ocasionalmente, tenía que estar entre ellos, pero no para su solaz sino para su tristeza. Para él, eran más bien como a los cananeos para los hijos de Israel, “aguijones en vuestros ojos y por espinas en vuestros costados”47 y exclamaba: !Ay de mí, que moro en Mesec, y habito entre las tiendas de Cedar!”.48 Permanecer entre profanos le causaba ninguna alegría, le era motivo de dolor.

GEORGE SWINNOCK [1627-1673]

“The Christian Man’s Calling”, 1665

Vers. 4. No me he sentado con hombres hipócritas, ni entré con los que andan simuladamente. [No me he sentado con hombres hipócritas, ni entré con los que andan simuladamente. RVR] [Con los falsos no me he sentado, ni con los hipócritas iré. LBLA] [No me he sentado con hombres falsos, ni ando con hipócritas. BTX] [Yo no convivo con los mentirosos, ni me junto con los hipócritas. NVI] [No tomo asiento con los falsos ni me alío con los hipócritas. BLP] [No paso tiempo con mentirosos ni ando con hipócritas. NTV]49

Con los falsos no me he sentado, ni con los hipócritas iré.50 Lejos de ser él mismo un ofensor directo de las leyes de Dios y haberlas quebrantado, el salmista ni aún se había relacionado con los proclives al mal; se había mantenido completamente al margen de los hijos de Belial.51 «Dime con quién andas y te diré quién eres»,52 por tanto, si podemos afirmar que nos hemos mantenido al margen de los malvados, siempre será una evidencia a nuestro favor en caso de que nuestro carácter e integridad se vean cuestionados. El que puede demostrar que jamás ha pisado el granero es poco probable que sea quién robó el trigo. Y quién nunca se hizo a la mar no puede ser el responsable de que el navío se hundiera.

Con los falsos no me he sentado. Los ciudadanos honrados no tratan con traidores. David no tenía sillón asignado en el parlamento de los falsos y desleales; no eran sus animados compañeros de cenas y francachelas, no formaban parte de su Consejo privado, es más, ni tan siquiera entablaba con ellos conversación. Vivimos en un mundo frívolo y nos vemos en la necesidad de hablar y tratar con quienes lo habitan, pero en modo alguno debemos integrarnos en su sociedad, participar de ella y recrearnos en ella. No solo los falsos e hipócritas, sino incluso al hombre de palabra soez debemos evitar. Cuantos tengan como única prioridad las cosas materiales de esta vida, son personas frívolas, superficiales, vacías de contenido moral y espiritual, por tanto, indignas de la amistad de un cristiano. Siendo que la falsedad y la mentira van siempre de la mano, nos conviene evitar a cuantos la practican, no vaya a darse el caso de que viéndonos arrastrados a tolerarla vayamos de mal en peor y acabemos incluso admirando a los impíos.

Ni con los hipócritas iré.53 El salmista redacta esta cláusula en tiempo futuro para indicar que no sentía el menor deseo de trabar amistad con los personajes que había descrito y cuya relación había evitado hasta este momento. Consciente de que la piedad hipócrita es iniquidad por partida doble, decide interrumpir todo contacto con los farsantes y los impostores. Y si por alguna razón se ve en la necesidad de andar con ellos por la misma calle, evitará entrar por la misma puerta y pasar tiempo en su compañía. La congregación de los hipócritas no es grupo cuya comunión nos interese cultivar: su tertulia póstuma tendrá lugar en el pozo más profundo del infierno, así que, ¡apartémonos de ella cuanto antes mejor! Pues cuelgan sus logros nefastos cual perlas alrededor de sus cuellos y llevan el diablo en sus corazones. Debemos mantener nuestro camino apartado de ellos, y con más ahínco y circunspección en la medida en que vemos que el gran día de la redención se acerca.54 Los que hemos sido transfigurados con Jesús,55 no debemos desfigurarnos por la conformidad con el mundo.56 La resolución firme del salmista sugiere que en el tema de la hipocresía debemos distinguir incluso entre los mismos seguidores profesos de la verdad, pues no solo hay falsos y traidores fuera de la iglesia, los hipócritas abundan también dentro de ella, y de ambos debemos protegernos, evitándolos escrupulosamente y con decisión.

C. H. SPURGEON

Con los falsos no me he sentado. Mantener relaciones con el mundo por motivos comerciales, comprar y vender, es algo natural y necesario; de lo contrario, como dice el apóstol: “tendríais que salir del mundo”.57 A lo que nos amonesta es a no elegir deliberadamente la compañía de impíos: “os escribí que no anduvierais en compañía de ninguno que, llamándose hermano, es una persona inmoral, o avaro, o idólatra, o difamador, o borracho, o estafador”;58 a no trabar amistad con ellos. ¿Qué hacen las palomas de Cristo entre las aves de presa? ¿Qué tienen que ver las vírgenes con las rameras?59 La compañía de los malos contamina; es como pasearse entre los infectados por la peste. “Se mezclaron con los gentiles y aprendieron sus costumbres”.60 Si colocas una armadura limpia y reluciente tocando otra oxidada, la bruñida no hará brillante a la herrumbrosa, sino que la corroída echará a perder a la brillante. El Faraón enseñó a José a blasfemar,61 pero José no enseñó a orar al Faraón.

THOMAS WATSON [1620-1686]

“A Body of Practical Divinity in a Series of Sermons on the Shorter Catechism”, 1859

Ni entré con los que andan simuladamente. La versión caldea traduce: “No iré con aquellos que se ocultan para obrar el mal”. La maldad no es sincera y ama la ocultación, mientras que la verdad y la justicia están siempre abiertas y buscan escrutinio. Porque todo aquel que obra el mal, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean redargüidas. Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que sean manifiestas sus obras, que han sido hechas según Dios”.62 “Está aguardando la noche diciendo: No me verá nadie; y esconde su rostro con un velo. En las tinieblas minan las casas que de día para sí señalaron; no conocen la luz, porque la mañana es para todos ellos como sombra de muerte; ya que están acostumbrados a la oscuridad”.63 Nadie puede negar que la persona sincera tiene muchos menos problemas en su relación con los demás que la engañosa y tortuosa. El justo rehúye la compañía de los malos tanto por el pecado como por lo miserable de sus procedimientos y acciones.

WILLIAM SWAN PLUMER [1802-1880]

“Studies on the Book of Psalms”, 1867

Los que andan simuladamente. El hipócrita tiene mucho de ángel por fuera, pero más aún de diablo por dentro. Es ardiente en palabras, pero frío en obras; habla por los codos, pero hace el bien a migajas. Es un estercolero hediondo recubierto de nieve; un molino que gira sin parar pero no muele nada; una gallina que mucho cacarea, pero no pone huevos.

THOMAS ADAMS [1583-1653]

En un sermón titulado “The Soul’s Sickness: A Discourse, Divine, Moral, and Physical”, 1615

Vers. 4-5. De igual modo que las manzanas podridas corrompen a las sanas que están en contacto con ellas, así también las perversiones y malas costumbres de los impíos infectan a quienes frecuentan su compañía.

ROBERT CAWDRAY [1538-1604]

“Treasury of Storehouse of Smiles”, 1609

Vers. 4, 5. «Es muy difícil, prácticamente un milagro, el guardar los mandamientos de Dios y a la vez frecuentar malas compañías».64 ¡Con qué rapidez tan asombrosa pierde el alma la comunión, ese calor y fervor espiritual que mantenía en privado, y se enfría súbitamente tan pronto entra en contacto con el aire frío y corrupto del mundo! Cuando un cristiano que se ha embelesado privadamente con el amor de Dios y el gozo del cielo, entra a continuación en contacto con otras personas que ni quieren ni pueden hablar una sola palabra del tema, se frustra, y su fervor se apaga. En un ambiente así el Espíritu de Dios se asfixia en su interior y finalmente se extingue. ¿O acaso no es cierto lo que alguien afirmó tan acertadamente de que: «el pueblo de Dios se ve más negativamente afectado, y pierde, por lo general, mucho más por su relación con personas de conducta intachable ante los ojos del mundo, de conversación impecable desde un punto de vista profano, pero vacía de todo sentido espiritual; que de lo que suele verse afectado por su contacto con personas netamente impías y perversas»?

LEWIS STUCKLEY [1621-1687]

“’The Gospel Glass - Part v, Chapter xxxi”, 1667

Vers. 4-5, 9. Quien no quiera vivir rodeado de pecadores en el mundo venidero, debe tomar buena cura de no frecuentar su compañía en este. Pues a quienes la patrulla de guardia encuentre deambulando en compañía de vagabundos, es probable que sean enviados junto con ellos a un centro de corrección penitenciaria. «Señor, –exclamó una buena mujer en su lecho de muerte expresando sus dudas acerca de su salvación– no me mandes al infierno entre hombres malvados, pues tú sabes que a lo largo de toda mi vida jamás amé su compañía». David menosprecia su destino futuro sobre las mismas bases, y lo utiliza de argumento como muestra de su sinceridad: “Con los falsos no me he sentado, ni con los hipócritas iré. Aborrezco la reunión de los malhechores, y no me sentaré con los impíos… No juntes mi alma con pecadores, ni mi vida con hombres sanguinarios” (26:4-5, 9). Señor, ¿he aborrecido a los malvados hasta el punto de rehusar sentarme con ellos ni aún por un rato, y voy a morar con ellos para siempre? ¿He evitado su compañía corrupta es esta tierra para no contaminarme, y vas a juntar mi alma con la de contagiosos en el fuego inextinguible del infierno? Señor, tú sabes que más que complacerme he detestado siempre la asamblea de los malvados. ¿No odio a los que te aborrecen, Señor? ... Los aborrezco con el más profundo odio.65 ¿Y tratarás a tus amigos por el mismo rasero que a tus enemigos? Apelo a tu Majestad como testigo de que mi mayor consuelo en este mundo es estar entre tus elegidos. Y siendo que mi único regocijo es permanecer aquí en la tierra entre tus hijos, ¿vas a excluirme de su compañía en el mundo venidero? ¡Oh, no juntes mi alma con pecadores en el lagar de tu ira eterna!66 Marción,67 el hereje, viendo a Policarpo,68 se asombró de que este no lo reconociera y le saludara cariñosamente y exclamó: «¿No me reconoces, Policarpo?» Sí, respondió Policarpo: “Scio te esse primogenitum diaboli”69 (Te reconozco, pero como el primogénito del diablo), y así le mostró su desprecio.

GEORGE SWINNOCK [1627-1673]

“The Christian Man’s Calling”, 1665

Vers. 5. Aborrecí la reunión de los malignos, y con los impíos nunca me senté. [Aborrecí la reunión de los malignos, y con los impíos nunca me senté. RVR] [Aborrezco la reunión de los malhechores, y no me sentaré con los impíos. LBLA] [Aborrezco la congregación de los malignos, y no me sentaré con los inicuos. BTX] [Aborrezco la compañía de los malvados; no cultivo la amistad de los perversos. NVI] [Detesto la asamblea de los malvados y no me siento con los perversos. BLP] [No tomo asiento con los falsos ni me alío con los hipócritas. BLP] [Detesto las reuniones de los que hacen el mal y me niego a juntarme con los perversos. NTV]70

Aborrezco la reunión de los malhechores, y no me sentaré con los impíos. Una afirmación grave, pero no en exceso. Quién no odia el mal con todas sus fuerzas, no ama el bien de todo corazón. Debemos amar a todos los seres humanos como a tales, porque son nuestros semejantes, y por tanto, debemos amarles como a nosotros mismos;71 pero los malignos son traidores a la gran rey, y ningún súbdito leal puede amar a los traidores. Aquello que Dios aborrece hemos de aborrecerlo nosotros. La expresión: asamblea o reunión de los malignos,72 significa alianza de hombres violentos y cónclave por el derrocamiento de los inocentes; tales sinagogas de Satanás73 hemos de aborrecerlas. Que reflexión tan triste que deba haber una asamblea de los malignos, así como hay una congregación de los justos;74 una iglesia de Satanás, junto con la Iglesia de Dios; una simiente de la serpiente, al lado de la simiente de la mujer;75 una trasnochada Babilonia,76 con la nueva Jerusalén;77 una gran ramera que se sienta sobre muchas aguas para ser juzgada con cólera,78 junto con la esposa casta del Cordero para ser coronada en su venida.79

Y no me sentaré con los impíos. Los santos tienen su asiento asignado en otra mesa, y jamás abandonaran los manjares del Rey80 por las cáscaras de algarroba que engullen los cerdos en la pocilga.81 Mejor es sentarse con los cojos y los ciegos en la mesa del banquete de la misericordia,82 que con los malvados en sus fiestas espléndidas de impiedad,83 sí, mejor sentarse en el estercolero con Job84 que con Faraón en su trono. Que cada lector elija cuidadosamente sus compañías, porque las amistades que tengas en este mundo, es probable que las mantengas en el mundo venidero.

C. H. SPURGEON

Aborrecí la reunión de los malignos. El odio del salmista hacia los enemigos de Dios, en tanto que enemigos de Dios, es intenso según leemos en otro salmo: “los aborrezco con el más profundo odio”;85 y marcadamente opuesto a la permisividad e indiferencia que prolifera en nuestros días. Siempre fue una característica de los siervos del Señor en tiempos antiguos. Recordemos el caso de Fineés que: “le fue contado por justicia de generación en generación para siempre”;86 el de Samuel con Agag;87 o de Elías con los profetas de Baal.88 Y fijémonos en el elogio del ángel a la iglesia de Éfeso: “y que no puedes soportar a los malos”.89

JOHN MASON NEALE [1818-1866]

“Commentary on the Psalms from Primitive and Mediæval Writers”, 1869

Aborrecí la reunión de los malignos. Les consideramos enemigos de Dios, y en este sentido es que los odiamos; no a ellos como personas, sino sus vicios; pues este tipo de odio, tal y como Agustín lo define es: “odium perfectum”, un odio perfecto.90 Y de hecho es el odio que Dios siente hacia sus enemigos: “porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad”;91 no contra sus personas, que son hechura suya y llevan en este sentido su imagen, aunque muy desfigurada; pero sí contra sus acciones de injusticia y de impiedad, que les hacen detestables y aborrecibles ante Dios. En esto consiste precisamente el triunfo de los santos de Dios sobre los malvados; como el de Israel sobre Faraón92 y de los Galaaditas de Jefté sobre los hijos de Amón;93 no regocijándose en la destrucción de las criaturas de Dios, sino de los enemigos de Dios; y deseando con Deborah y Barak: “Así perezcan todos tus enemigos, oh Jehová”.94 Esto no es más que aplaudir el juicio de Dios, y celebrar de su justicia.

EDWARD MARBURY [1581-1655]

“A brief commentarie or exposition upon the prophecy of Obadiah”, 1649

Aborrecí la reunión de los malignos. Considerando que no puede haber una verdadera amistad entre un santo y un impío; nos corresponde ser muy cautelosos en la elección de nuestras amistades. Quién en la disensión tuvo buen ojo para desenmascarar al traidor, en la amistad lo tendrá para la virtud. Dijo un sabio filósofo que: «La amistad es una sola alma habitando en dos cuerpos».95 Pero, ¿cómo pueden dos cuerpos compartir una misma alma cuando a veces son tan diferentes como el aire y la tierra, o tan opuestos como el fuego y el agua? Todo amor verdadero es: “motus animi ad fruendum Deo propter ipsum; se et proximo propter Deum” (un movimiento del alma hacia el disfrute de Dios por lo que él es, y hacia su prójimo por amor a lo que Dios es); de modo que el hombre que no ama verdaderamente a su Hacedor jamás puede amar propiamente a su prójimo. Dios es la única base sólida sobre la cual podemos construir una amistad verdadera; por tanto, aquellos que viven sin él, no pueden amarnos en él. Un edificio mal cimentado, sin fundamentos, no permanece en pie por mucho tiempo. El impío podrá decirnos que lo que siente es amor, pero incluso los paganos reconocen que la única mano capaz de trenzar las cuerdas de un verdadero amor es la virtud; todo lo demás es hipocresía.

GEORGE SWINNOCK [1627-1673]

“The Christian Man’s Calling”, 1665

Aborrecí la reunión de los malignos. Dondequiera que encontremos gentes que adoran a Dios en espíritu y en verdad, fieles a su Palabra, podemos estar seguros que allí está la Iglesia de Cristo, a la que debemos asociarnos con el mismo deseo, que tenía el profeta David, de alabar a Dios en medio de su iglesia.96 Pero cuando contemplamos como por la maldad acumulada a lo largo de los tiempos, se han ido forjando iglesias con una fe falsificada, cuyas enseñanzas se apartan de la Palabra de Dios, entonces, cuando se nos obliga a participar en ellas, no nos queda otra salida que exclamar nuevamente con David:” Aborrecí la reunión de los malignos, y con los impíos nunca me senté”. En el libro de Apocalipsis leemos que la iglesia de Éfeso es particularmente elogiada por haber “probado a los que dicen ser apóstoles, y no lo son”97 y haberse negado, en consecuencia, a seguir sus mandatos y permanecer en su compañía. Y Dios ordenó a su pueblo, por boca del profeta Amós: “no busquéis a Betel, ni entréis en Gilgal”,98 porque allí imperaba la idolatría.

JOHN PHILPOT [1516-1555]99

Aborrecí la reunión de los malignos. ¡Muy pocos se dan cuenta de que su relación y tolerancia para con los inicuos les envalentona, mientras que el apartarse de ellos podría servir para que se sintieran avergonzados! Mientras contemporizamos, interactuamos y nos divertimos con ellos, les hacemos creer que su condición no es tan deplorable, que el peligro en que se encuentran no es tan enorme e inminente. Por el contrario, si en tanto que siguen siendo enemigos del Señor, les evitamos, cual evitamos estar al lado de una pared que se desploma, puede que nuestra actitud les haga bien, les cause sobresalto y quizá despierten del engaño y la falsa seguridad en que ahora se viven.

LEWIS STUCKLEY [1621-1687]

“’The Gospel Glass - Part v, Chapter xxxi”, 1667

Vers. 6. Lavaré en inocencia mis manos, y así andaré alrededor de tu altar, oh Jehová. [Lavaré en inocencia mis manos, y así andaré alrededor de tu altar, oh Jehová. RVR] [Lavaré en inocencia mis manos, y andaré en torno a tu altar, oh Señor. LBLA] [Lavaré en inocencia mis manos, y así andaré en torno a tu altar, oh YHVH. BTX] [Con manos limpias e inocentes camino, Señor, en torno a tu altar. NVI] [Lavo mis manos en señal de inocencia y me acerco a tu altar, Señor. BLP [Me lavo las manos para declarar mi inocencia. Vengo ante tu altar, oh Señor. NTV]

Lavaré en inocencia mis manos.100 Estaba resuelto a proclamar públicamente que se hallaba limpio de todas las acusaciones que pesaban sobre él, y si alguna falta cabía alegar contra él propiamente en algún otro asunto, se comprometía a corregirla y evitarla en el futuro. El lavado de manos es una acción pública significativa para demostrar nuestra desconexión con un hecho en particular, y solemos decir: «Me lavo las manos de este asunto». David no pretende ni reclama una total y perfecta inocencia, tan solo se declara inocente de los delitos de los cuales se le acusaba de manera calumniosa; hay, sin embargo, un medio por el cual podemos ser lavados en inocencia absoluta: la sangre expiatoria que nos hace limpios de todo pecado.101 Jamás debemos sentirnos satisfechos ni dar reposo a nuestra alma hasta estar plenamente persuadidos de nuestra limpieza absoluta por la preciosa sangre de Jesús.

Y andaré en torno a tu altar, oh Señor.102 Como sacerdotes que somos para Dios103 debemos tener sumo cuidado de estar personalmente limpios; la fuente de bronce104 era tan necesaria como el altar de oro;105 el culto de Dios nos obliga a ser santos en la vida. El que es injusto para con los hombres no puede ser acepto a Dios. No podemos traer nuestras ofrendas de acción de gracias con las manos contaminadas de culpabilidad. Amar la justicia y la pureza es mucho más aceptable a Dios que el sebo de diez miles animales engordados.106 De este versículo aprendemos que las mentes santas se deleitan en el culto de adoración al Señor, que encuentran en su altar el consuelo más dulce; y que su más profunda preocupación es no involucrarse jamás en cualquier tipo de acción que pudiera hacerles no aptos para la sagrada comunión con Dios. Nuestros ojos deben estar sobre el altar que santifica tanto al don como al dador, sin embargo, nunca debemos utilizar el sacrificio expiatorio como una excusa para el pecado,107 antes por el contrario encontrar en él un argumento más convincente para la santidad.

C. H. SPURGEON

Lavaré en inocencia mis manos, y así andaré alrededor de tu altar, oh Jehová. Hay en el Evangelio dos lavamientos notables; el primero es el lavamiento en Cristo, un baño caliente, lavacrum sanguinis, el lavamiento en la sangre de Cristo; el segundo es nuestro lavamiento, un lavamiento frío, lavacrum lachrimarum, en lavamiento en lágrimas de arrepentimiento. La combinación de ambos resulta en una composición soberana que brotó por primera vez de Cristo mismo cuando sudó agua y sangre.108

El primero es como el estanque de Betesda, en el que todo el que se sumergía con fe quedaba sano;109 la sangre de Cristo es el verdadero lavamiento de la regeneración, un manantial abierto para Judá y Jerusalén donde lavarse: “La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”.110 Sabiendo del amor manifiesto en las madres de alimentar a sus hijos con su propia leche: ¡cual no ha de ser el amor de Cristo, que nos lava y nos alimenta con su propia sangre! Tan pronto como nacemos en Cristo, al igual que en nuestra madre, la sangre de Cristo se convierte para nosotros en leche, alimentándonos para salvación eterna. ¿De que nos van a servir el calamus benjamini,111 o el estoraque,112 o mil arroyos de aceite aromático, a la hora de limpiarnos, a menos que el Señor nos purgue y nos lave exhaustivamente? No; es únicamente su sangre “que habla mejor que la de Abel”.113 “Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén”.114

Sin embargo, es el segundo lavamiento, el de arrepentimiento, que es preciso aplicar para hacer el primero operativo. Este lavamiento que vemos reflejado en el arrepentimiento de María Magdalena,115 es una especie de re-bautismo, que potencia el efecto del primer lavamiento. Y lleva implícitas tres acciones: en primer lugar herir el ego, restregar nuestros corazones a través de la contrición; en segundo lugar, cubrir y cicatrizar nuestras heridas abiertas por medio de la confesión a Dios; y en tercer lugar, lavar nuestras manos en inocencia, mediante la restitución a los demás116 ... Hemos de lavarnos ya, ahora mismo, y lavarnos completamente; puesto que desde la coronilla de la cabeza hasta la planta del pie no hay en nosotros más que heridas y llagas putrefactas; sin embargo, hay algo en lo que David hace un énfasis particular y lava de manera especial sus manos: “la inocencia”. De hecho, poco valor tiene que tengamos los ojos húmedos si llevamos las manos sucias y contaminadas. La contrición y la confesión a Dios no constituyen el arrepentimiento completo si no hay restitución. Dice Agustín: “Non remittitur peccatum nisi restituatur ablatum”;117 o como lo expresa Latimer:118 «O hay restitución, ya sea pública o secreta, o hay infierno» Quien no repara el mal que ha cometido, se goza en el pecado.119 Donde no hay restitución, dice San Agustín: “Non agitur sed fingitur paenitentia”;120 y los que no restituyen todo, no se lavan las manos enteramente, introducen tan solo las puntas de los dedos. La extorsión, la rapiña, el soborno, son pecados cometidos con las manos (pecados muy frecuentes en los judíos, por eso son tan insistentes y diligentes en los lavamientos de manos); pero en lo que hace a nosotros, los cristianos, a menos que sacudamos totalmente de nuestras manos tales víboras, por más que cubramos con lágrimas el altar de Jehová, inundándolo de llanto y de clamor, si persistimos en tales contaminaciones, no esperemos que Dios preste atención a nuestra ofrenda, ni la recibirá de nuestras manos con complacencia: “Por tanto, si estás presentando tu ofrenda sobre el altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda…”.121

ISAAC BARGRAVE [1586-1674]

En un sermón ante la “House of Commons”, 1623

Lavaré en inocencia mis manos. En referencia a estas palabras, cabe decir que en el ofrecimiento ordinario de los sacrificios, David hace una distinción, entre él mismo, y todos los demás, que practicando el mismo culto divino se abocaban en los servicios del santuario como si a ellos correspondiera el derecho exclusivo de llevarlos a cabo. Frente a semejante avalancha de hipócritas, que entraban como un torbellino en el santuario y rodeaban en grupo el altar sagrado, David se distingue, mostrando que él era un verdadero adorador, y declarando que no tan solo había practicado diligentemente los ritos externos, sino que había adorado a Dios con devoción no fingida.122 Es obvio que alude aquí al rito solemne del lavamiento que se practicaba bajo la ley.123 Y en este sentido, reprueba la práctica supersticiosa de muchos hipócritas, que, buscando únicamente la purificación exterior por el agua, descuidaban la verdadera purificación interior; pese a que el verdadero propósito de Dios al instituir el signo externo del lavamiento, no había sido otro que ilustrar en las mentes de los adoradores la realidad de su contaminación interior, y con ello, alentarles al arrepentimiento.124 A estos hipócritas, el simple lavamiento exterior, en lugar de aproximarles a Dios, les alejaba todavía más de él. Por tanto, cuando el salmista dice: “Lavaré en inocencia mis manos” da a entender de forma implícita que los hipócritas, lo único que lograban con sus lavamientos era aumentar todavía más su suciedad y contaminación. El término hebreo בְּנִקָּי֣וֹן bəniqqāyōwn de נִקָּיוֹן niqqayon significa la limpieza de cualquier cosa,125 y se utiliza en sentido figurado para la inocencia.126 Vemos, pues, que de los lavamientos materiales practicados por los hipócritas no deriva ninguna pureza moral, y David se burla irónicamente de sus muchos afanes y esfuerzos con los que se atormentan en la práctica de tales ritos.127

JUAN CALVINO [1509-1564]

Y así andaré alrededor de tu altar, oh Señor. Si pensamos que la grandeza otorga el privilegio de la impunidad, David era un rey; o que la gracia de su alma podía haberle liberado del fango del pecado, era “un hombre conforme al corazón de Dios”.128 Que no confíen los grandes personajes excesivamente en su grandeza, porque cuanto más largo es el manto, más se arrastra por el suelo y mayor suciedad acarrea: un exceso de poder se transforma con facilidad en causa de gran condenación. Y en cuanto a la pureza, estamos ante una generación que afirma estar libre de pecado, pero no hay verdad en ellos, se engañan a sí mismos. Digan lo que quieran los teólogos de Roma sobre el poder de la naturaleza y la libre voluntad, a nosotros, miserables pecadores, se nos enseña a darnos mejor cuenta de nuestra propia enfermedad. Pues incluso un apóstol de Cristo, el fuerte y osado Tomás, falló en su fe ante la evidencia de su resurrección;129 y Pedro (cuya cátedra ahora se nos dice que es la sede de infalibilidad) negó a su Maestro.130 David, “un hombre conforme al corazón de Dios”,131 tuvo necesidad de ser purificado; y ¿quién puede decir: Señor, “soy limpio delante de tus ojos”132? Ciertamente, oh Señor, ninguna carne es justa ante tu mirada.133

No, el mejor fundamento para el gozo cristiano, es reconocer como David nuestros propios pecados;134 golpearnos el pecho como el publicano de la parábola, en lugar de escudarnos como el fariseo en los defectos de los demás.135 ¿Por qué nos pasamos el día, como hacen los sastres, tomando medidas a los demás en lugar de medirnos a nosotros mismos, sabiendo como sabemos que aún en lo mejor de nosotros abunda la imperfección y el pecado? Fijémonos en cómo David se analiza antes que nada a si mismo haciendo cuenta de sus propios pecados: “Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí”.136 Oh, cuán poderosos son los efectos de la piedad cristiana cuando por la acción reflexiva de la comprensión, la ciencia se transforma en consciencia, y nuestros conocimientos en el espejo de nuestra imperfección, un espejo en el cual la visión de nuestros pecados nos manda directamente a Dios, como vemos que sucedió con David en este caso, cuando hace de sus imperfecciones un diálogo exclusivo entre Dios y su propia alma: “oh Señor”. Inicia su ascenso desde el suelo raso de la humildad a la vista de sus propios pecados, y se eleva paulatinamente por las alas de la fe hasta al trono de la misericordia de Dios exclamando: “oh Señor”. Se ve a si mismo con sus propios ojos, no los de la iglesia, no a través de lupa inquisitiva del sacerdote en confesión; él mismo es su propio confesor y penitencia; aquí no hay intercesión de los santos, no hay misas de intenciones, no hay méritos, indulgencias, treintenas, novenas o responsos: todo queda entre él y Dios: “Oh Señor”. Con los ojos de la humildad se ve a sí mismo en su propia miseria; y ello le capacita para contemplar a continuación con los ojos de la fe a Dios y su misericordia, y de estas dos visiones brota una tercera virtud, la del arrepentimiento, y que se refleja en su acción preparatoria, lavar el fango de su pecado en un baño de lágrimas de tristeza: “Lavaré en inocencia mis manos, y así andaré alrededor de tu altar, oh Jehová”.

ISAAC BARGRAVE [1586-1674]

En un sermón ante la “House of Commons”, 1623

Lavaré en inocencia mis manos. David, deseoso de expresar su disposición para orar a Dios con un corazón puro, lo hace buscando el paralelismo con el rito de lavamiento de los sacerdotes:137 así como el sacerdote primero lava sus manos, y después ofrece la oblación, David se compromete a mantener siempre su pureza a la par con su devoción.

HENRY HAMMOND [1605-1660]

“Paraphrase and Annotations on Book of Psalms”, 1659

En inocencia. La verdadera ἀκμή 138 y corona de toda nuestra preparación para la adoración a Dios, el agua más pura en la que podamos lavarnos, es la inocencia; y la inocencia es una virtud del corazón, además de las manos: “Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones”.139 ¡Ojalá nuestro lavamiento fuera como el bautismo defendido por Cipriano,140 ad tincturam, hasta quedar impregnados, teñidos en arrepentimiento y en la sangre de Cristo. Procurad que vuestro arrepentimiento sea equivalente en medida a la suma de vuestros pecados. Ofreced primeramente vuestra inocencia, y tan solo después vuestro sacrificio. No basta con que vengáis al altar habiendo cumplido con las ordenanzas, debéis traer ante todo vuestra inocencia. Dios exige el cumplimiento de la segunda tabla de la ley, tanto como el de la primera; y aborrece los actos externos de piedad en los que no halla ningún sentido ni práctica de inocencia.

ISAAC BARGRAVE [1586-1674]

En un sermón ante la “House of Commons”, 1623

Lavaré en inocencia mis manos. Una mañana, mientras llenaba de agua el recipiente para lavarse, Gotthold141 se acordó de las palabras de la Escritura: “Lavaré en inocencia mis manos” un texto que demuestra cuán diligentemente el salmista, profeta regio, se había esforzado en llevar una vida intachable, y caminar habitualmente en el temor de Dios. Reflexionando sobre ellas, se dijo: Dios mío, de ahora en adelante, cada vez que vierta agua para lavarme, recordaré que mi obligación como cristiano es limpiar ante todo mis manos de malas acciones, mi boca de palabras ociosas,142 y mi corazón de deseos impuros y maliciosos, a fin de sentirme habilitado para levantar ante ti en adoración manos santas,143 y alabarte, en lo mejor de mis capacidades, con labios puros y un corazón sin mancha.144 ¿Pues de que me aprovechará cuanto me esfuerce en la limpieza externa de mi cuerpo, si mi corazón sigue contaminado y es abominable delante de ti? ¿Acaso la comida que haya ganado con manos contaminadas, o conseguido por métodos tortuosos, de violencia e injusticia, va a servir para nutrirme propiamente? ¿Me aprovechará aquello que coma con insensibilidad o ingratitud? ¡Ah! no, mi Dios; lejos quede de mí comer de semejante modo. Mi preocupación primordial será la de andar delante de ti sin mancha; y la segunda, en caso de que involuntariamente me haya contaminado, será lavar esa mancha, y apartar toda maldad de delante de tus ojos: “Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y quedaré más blanco que la nieve”.145

CHRISTIAN SCRIVER [1629-1693]

También conocido por su pseudónimo, Gotthold “Gotthold’s Emblems: Or Invisible Things Understood By Things That Are Made”, 1671

Y así andaré alrededor de tu altar, oh Señor. El día siguiente al de la fiesta (Fiesta de los Tabernáculos146), el pueblo, con ramas de palmera en sus manos, rodeaba el altar siete veces, en recuerdo de la destrucción de Jericó ... Y no tan solo las ramas,147 sino que también los días mismos de la Fiesta de los Tabernáculos eran llamados הוֹשִׁ֘יעָ֥ה hōwōšî‘āh,148 u Hosanná que era la aclamación habitual de las personas mientras blandían las palmas en sus manos.

THOMAS GODWYN [1587-1643]

“Moses and Aaron: Civil and Ecclesiastical Rites, Used by the Ancient Hebrews”, 1678

Alrededor de tu altar, oh Señor. Con la frase “alrededor de tu altar”, o bien alude a alguna costumbre levítica de caminar alrededor del altar, como solían hacer los sacerdotes en la oblación o presentación de sus ofrendas, y también el pueblo, en especial los más celosos y devotos, que probablemente se trasladaban de un lugar a otro, aunque dentro del propio atrio, para poder contemplar mejor lo que sucedía en los diversos ángulos del altar, y así experimentar mayor devoción; o puede, más bien, que se refiera a que tenía intención a ofrecer diversos sacrificios a la vez, lo que requeriría la participación de varios sacerdotes alrededor del altar.

MATHEW POOLE [1624-1679]

“How May Detraction Be Best Prevented or Cured?”, 1674

Vers. 7. Para exclamar con voz de acción de gracias, y para contar todas tus maravillas. [Haciendo resonar mi voz de acción de gracias, y proclamando todas tus maravillas. RVR] [Proclamando con voz de acción de gracias y contando todas tus maravillas. LBLA] [Haciendo oír mi voz de gratitud, y contando todas tus maravillas. BTX] [Proclamando en voz alta tu alabanza y contando todas tus maravillas. NVI] [Para hacer resonar un clamor de gratitud y proclamar todas tus maravillas. BLP] [Entonando un cántico de gratitud, y contando de todas tus maravillas. NTV]

Haciendo resonar mi voz de acción de gracias.149 David había ido tan lejos en su instrucción espiritual que no menciona para nada la típica ofrenda levítica, sino que discierne la ofrenda espiritual: no mugidos de becerros, sino cánticos de acción de gracias, que son la ofrenda del que adora a Dios en espíritu.150 Hacer que las alabanzas dignas del Dios de toda gracia151 resuenen por todos los confines de la tierra, ha de ser una prioridad cotidiana para todo pecador perdonado. Dejad que los hombres nos calumnien cuanto quieran, pero no defraudemos al Señor escatimándole sus alabanzas; dejad que los perros ladren, mientras nos deleitamos en la luna llena que brilla.152

Y para contar todas tus maravillas. El pueblo de Dios jamás debe tener la lengua trabada. Las maravillas de la gracia divina son suficientes como para desatar la lengua de un mudo y hacerle cantar. Y las obras de amor de Dios resultan particularmente maravillosas cuando consideramos la indignidad y falta de méritos de sus receptores, lo costoso del método, y lo glorioso de su resultado. Si los hombres encuentran especial deleite en disertar sobre cosas notables y sorprendentes, así también los santos deben regocijarse contando las grandes cosas que el Señor ha hecho por ellos.

C. H. SPURGEON

Vers. 8. Jehová, la habitación de tu casa he amado, y el lugar de la morada de tu gloria. [Jehová, la habitación de tu casa he amado, y el lugar de la morada de tu gloria. RVR] [Oh Señor, yo amo la habitación de tu casa, y el lugar donde habita tu gloria. LBLA] [Oh YHVH, yo amo la Casa donde habitas, y el lugar donde reside tu gloria. BTX] [Señor, yo amo la casa donde vives, el lugar donde reside tu gloria. NVI] [Señor, yo amo la casa en que habitas, el lugar que es morada de tu gloria. BLP] [Amo tu santuario, Señor, el lugar donde habita tu gloriosa presencia NTV]

Oh Señor, la habitación de tu casa he amado.153 Estaba resuelto a no pisar las moradas de pecado, pero la casa de Dios la había amado en gran manera, y la seguía amando.154 Seríamos hijos desnaturalizados si no amaramos la morada de nuestro Padre. A pesar de que no tengamos edificios de culto consagrados, la iglesia del Dios vivo es casa de Dios,155 y los verdaderos cristianos se deleitan en sus ordenanzas, servicios y actividades. ¡Ojalá todos los días fueran Sabbaths!156

Y el lugar de la morada de tu gloria. Es en su iglesia donde Dios recibe honor en todo momento, donde se revela a sí mismo en la gloria de su gracia, y es proclamado por su pueblo como el Señor de todos. No nos juntamos en las iglesias como pueblo del Señor para adular al predicador, sino para dar gloria a Dios; y hacerlo es la ocupación más agradable para los santos del Dios Altísimo. Toda reunión de creyentes en la que Dios no sea honrado, es una ofensa para sus ojos puros y santos, y una lamentable piedra de tropiezo para el pueblo de Dios. Escuchar con frecuencia sermones en los que el honor a Dios está tan lejos de ser el objetivo fundamental del predicador, que resulta fácil concluir que lo que en ellos se ensalza y adora es la dignidad del hombre más que la majestad Infinita del Creador, nos hace saltar lágrimas que nos escaldan las mejillas.

C. H. SPURGEON

Jehová, la habitación de tu casa he amado, y el lugar de la morada de tu gloria. «En mi congregación -dijo un venerable ministro del evangelio- tengo una señora anciana que durante muchos años ha sido sorda como una tapia, pero siempre ha sido de las primeras en sentarse a la hora del culto. Al preguntarle la razón de su constante asiduidad para escucharme, a pesar de que no pudiera oír una palabra del sermón, respondió: ‘Aunque no puedo oírle, acudo a la casa de Dios porque siento deseos de hacerlo, y quiero que el Señor me halle en sus caminos; leo el pasaje bíblico en el que esta basada la predicación, cuando alguien me lo indica, y Dios me da sobre el mismo pensamientos dulces. Otra razón por la que vengo es porque aquí estoy en la mejor compañía que puedo estar, en la presencia más inmediata de Dios, y entre sus santos, todos “los ilustres de la tierra”.157 No me quedo satisfecha adorando a Dios en privado; mi deber y privilegio es honrarle regularmente en público’» ¡Qué reprensión tan fuerte encierran estas palabras para tantos, con oídos sanos y perfectos, pero que en el mejor de los casos llegan tarde su lugar de adoración, y a menudo ni tan siquiera acuden!

KAZLITT ARVINE [1819-1851]

“Cyclopaedia of Moral and Religious Anécdotes”, 1848

Vers. 9. No arrebates con los pecadores mi alma, ni mi vida con hombres sanguinarios. [No juntes con los pecadores mi alma, ni mi vida con hombres sanguinarios. RVR] [No juntes mi alma con pecadores, ni mi vida con hombres sanguinarios. LBLA] [No arrebates mi alma con los pecadores, ni mi vida con hombres sanguinarios. BTX [En la muerte, no me incluyas entre pecadores y asesinos. NVI] [No me reúnas con pecadores, ni con gente sanguinaria. BLP] [No permitas que sufra el destino de los pecadores ni me condenes junto con los asesinos. NTV]

No juntes con los pecadores mi alma. Señor, cuando me toque ser recogido, cual fruta madura, no me no me pongas en el mismo cesto con lo mejor de los pecadores, y menos aún con lo peor de ellos. Para nosotros la compañía de los pecadores es tan desagradable, que no podemos soportar la idea de ser atados con ellos para toda la eternidad en el mismo haz. Nuestro consuelo es, que el Gran Labrador discierne la cizaña del trigo, y encontrará un lugar separado para cada cual.158 En los primeros versículos vemos como el salmista se esforzó en mantenerse alejado de los frívolos y los impíos, y esto ha de entenderse como una razón por la cual tampoco compartirá con ellos al final de sus días. Meditemos por unos instantes en la condenación y castigo final de los malos, y la oración expresada en este texto aumentará su fuerza en nuestros labios; y a su vez, contemplando la norma de juicio por la cual se les aplica la sentencia, nos convenceremos de que aquellos que hemos pasado de muerte a vida nada tenemos que temer.

Ni mi vida con hombres sanguinarios. Nuestra alma enferma con solo escucharles conversar; sus alegatos crueles, en los que hablan de disparar sobre seres humanos cuál si se tratara de un deporte novedoso, nos resultan horribles y se nos hacen insoportables. ¡Señor, no nos recluyas con ellos en la misma celda; pues al lado de los tales, aún el paraíso mismo sería un infierno, si continuarán siendo como son ahora!

C. H. SPURGEON

No juntes con los pecadores mi alma. Ahora es el tiempo aceptable159 cuando los hombres deberían prestar atención y preocuparse de que en el mundo venidero sus almas no se junten con las de los pecadores. En el estudio y análisis de esta doctrina debemos:

1 Considerar lo que la misma significa.

2 Definir quién son los pecadores, y demostrar que sentimos el mayor horror a que nuestras almas se reúnan con ellos en el mundo venidero.

3 Mostrar lo que implica para un alma ir a parar con los pecadores en la otra vida.

4 Meditar en esta preocupación, o mostrar lo que está implícito en esta petición sincera del salmista “No juntes con los pecadores mi alma “.

5 Aportar las razones por las que debemos estar preocupados y vigilantes de que esto no suceda.

6 Presentar nuestra petición.

La muerte es tiempo de cosecha para Dios, el momento en que el Señor recoge las almas que le pertenecen y el diablo recoge las suyas, y esto es lo que el salmista tiene en mente.. Por un tiempo han permanecido juntas, pero a la hora de la muerte toca separarlas; y los santos son llevados a la congregación de los justos,160 y los pecadores a la congregación de los impíos.161 Y lo que a nosotros nos conviene decir es: “No juntes con los pecadores mi alma “. Pues según sean nuestras relaciones aquí, ya sea que estemos con el pueblo de Dios o con el del diablo, la muerte nos enviará a juntarnos con unos u otros. Y será algo horrible verse junto con los pecadores en el otro mundo. El mero hecho de pensar que nuestras almas puedan juntarse con las suyas, basta para erizarle a uno los cabellos.

Muchos son los que aquí y ahora eligen de buena gana juntarse con los pecadores; es el deleite de sus corazones; su estilo de vida se les hace más divertido, más osado. Juntarse con los santos, ocuparse de las cosas del Señor los domingos, es un fastidio Pero olvidan que ir a parar con ellos en el otro mundo es algo terrible.

A) Es lo que los santos más temen, como se demuestra en este texto. David nunca temió tanto a sus perseguidores como la compañía de los pecadores. Se sentía deseoso y satisfecho de reunirse con los santos de cualquier condición; pero, “Señor -dice-, no juntes con los pecadores mi alma”.

B) Los propios pecadores sienten horror ante esta perspectiva. “Muera yo la muerte de los justos -dice el inicuo Balaam-, y sea mi fin como el suyo”.162 Aunque están contentos de vivir junto a los impíos en esta vida, sus conciencias les dan testimonio de lo que les espera, y se sienten horrorizados ante la idea de compartir con ellos en la muerte. Quieren vivir con los pecadores, pero morir con los santos. Una idea irrazonable, que se refuta y condena a sí misma.

THOMAS BOSTON [1676-1732]

“The Distinguishing Characters of the True Believers”, 1791

No juntes con los pecadores mi alma. No me ates con ellos en el mismo manojo como cizaña para el fuego.163 Este versículo presenta un marcado contraste con el versículo diez del salmo siguiente (Salmo 27): “Aunque mi padre y mi madre me abandonasen, con todo, Jehová me recogerá”,164 literalmente, me acogerá en su redil.165

CRISTOPHER WORDSWORTH [1807-1885]

“Commentary on the Whole Bible”, 1856

No juntes con los pecadores mi alma. El Señor tiene un tiempo asignado para cosechar y también para espigar, tiempo para segar y juntar en manojos, en comunión para juicio, a los enemigos que han seguido un mismo curso de persistir en el pecado. En este versículo se nos da a entender que Dios “junta sus almas”, y por tanto, no tienen escapatoria posible.

DAVID DICKSON [1583-1663]

“Explanation of the First Fifty Psalms”, 1653

No juntes con los pecadores mi alma. Se podrá objetar que esta preocupación por el futuro de su alma parece ser común tanto en los santos y como en pecadores. Pues incluso un impío como Balaam exclamó: “Muera yo la muerte de los justos y sea mi fin como el suyo”.166 Pero hay algunas diferencias que conviene analizar:

1. Es el estar separados de Cristo lo que hace que los santos sientan verdadero terror ante la posibilidad de ir a parar con los pecadores en el más allá. La separación de Cristo es el elemento fundamental del horror del creyente; no así con los pecadores, si en la vida venidera las perspectivas fueran mejores, la separación de Cristo les tendría sin cuidado.

2. El creyente siente horror de ir a parar con los pecadores a causa su inmundicia; al pecador, lo único que le preocupa es el castigo. Sin duda, el principio de auto-conservación hace que la idea de castigo resulte terrible para ambos; pero más allá de esto, la preocupación de los santos por no ser incluidos con los pecadores, tiene que ver con su falta de santidad y suciedad que los impregna: “que el impuro siga siendo impuro”167 es suficiente para hacer aborrecer a un santo la compañía y suerte de los pecadores.

3. La preocupación de los santos ejerce en ellos una poderosa influencia, les lleva a cambiar de vida y practicar la santidad en este mundo; pero los pecadores a pesar de su preocupación, siguen viviendo de manera frívola. “Y todo el que tiene esta esperanza puesta en El, se purifica, así como El es puro”168 ¿Y qué esperanza es esta? La esperanza de ver a Cristo como él es, de ser perfectamente como él es,169 y de estar separados de los pecadores.

4. Por último, la preocupación de los santos es tal, que ya en este mundo, brota de su corazón el propósito de salir de en medio de los pecadores y apartarse de ellos cada vez más; los pecadores no sienten ninguna preocupación para apartarse en esta tierra de otros pecadores. Balaam deseaba morir la muerte de los justos; pero sentía ninguna preocupación ni tenía la menor intención de vivir vida de los justos, y estar separado de los pecadores en este mundo.

JAMES SCOT, 1773

Vers. 9-12. David ora fervientemente para que Dios no: “junte su alma con los pecadores (26:9), … cuya diestra está llena de sobornos” (26:10), es decir, con gentes dispuestas a pecar fácilmente a cambio de un cohecho, y a cuya compañía y tertulias evitaba y estaba opuesto rotundamente.170 Por el contrario, afirma: “he andado en mi integridad” (26:11), y nos explica qué ha sido lo que le impidió de caer en corrupción y admitir sobornos, como era habitual en los demás: su integridad, basada en el temor y la integridad de Dios. El alma que camina en integridad, porque sabe que Dios es íntegro, jamás aceptará sobornos ni de hombres, ni del pecado mismo: y por ello exclama: “Sobre tierra firme está mi pie” o como otros traducen: “Mi pie ha estado en rectitud” (26:12).

WILLIAM GURNALL [1617-1679]

“Christian in complete armour, or, a treatise of the saints war against the Devil”, 1655

Vers. 10. En cuyas manos está el mal, y su diestra está llena de sobornos. [En cuyas manos está el mal, y su diestra está llena de sobornos. RVR] [En cuyas manos hay ardides inicuos, y cuya diestra está llena de sobornos. LBLA] [En cuyas manos hay ardides inicuos, y cuya diestra está llena de sobornos. BTX] [Entre gente que tiene las manos llenas de artimañas y sobornos. NVI] [Que el mal está en sus manos y el soborno colma su diestra. BLP] [Tienen las manos sucias de maquinaciones malignas y constantemente aceptan sobornos. NTV]171

En cuyas manos está el mal, y su diestra está llena de sobornos. Tienen las dos manos repletas de él, de trazarlo y de llevarlo a cabo. Y su mano derecha, con la que son más hábiles, llena de sobornos; cual ladrones que roban con impunidad, tienen siempre dispuesto un hueso para acallar a los perros de la justicia. Quien da sobornos es en todos los aspectos tan culpable, como el que los acepta; y en el tema puntual de nuestras elecciones parlamentarias, el rico y villano que da el soborno es de lejos mucho peor. El soborno, en cualquier de sus modalidades y formas, debe ser para un cristiano lo más detestable, como carroña a una paloma o la basura a un cordero. Que recuerden todos aquellos aficionados al cohecho, cuyas manos sucias están repletas de sobornos, que ni la muerte ni el diablo pueden ser sobornados a la hora librarse de un destino funesto que se habrán ganado merecidamente.

C. H. SPURGEON

Y su diestra está llena de sobornos. Si en Turquía se comerciara con la religión de Mahoma, comprando y vendiendo beneficios de todos tipos, puestos de predicador, o incluso la salvación misma cuando se tercia, como está sucediendo aquí en Inglaterra, lo considerarían intolerable, y el Turco no consentiría tal cosa en modo alguno dentro de su territorio. Los cargos eclesiales han de ser elegidos u otorgados para cumplir con su misión eclesial a favor de las almas, no para sacar de ellos pingues beneficios y lucro personal. Un buen amigo y hermano acudió a un alto cargo eclesiástico aquí en Inglaterra con el propósito de que le consiguiera un puesto importante, entregando a uno de sus asistentes treinta manzanas en un plato para que las hiciera llegar a su amo; y al criado, por supuesto, una más para compensarle por su trabajo, de modo en el plato puso treinta y una. El criado entregó a su amo el plato de manzanas, diciéndole: «Señor, un clérigo os ha enviado este plato de fruta, y desea que le arregléis tal y tal asunto». «Vaya, vaya –replicó el alto funcionario–, pero este no es un asunto que pueda arreglarse tan fácilmente con manzanas. No estoy dispuesto a aceptar una sola de sus manzanas, pues tengo manzanas mucho mejores (cualquiera las tiene) en mi propio huerto». El criado volvió al clérigo con el mensaje de su amo; y entonces este le dijo: «Pues dile a tu amo que por condescendencia hacia mi, tenga la amabilidad de probar una de las manzanas, y verá como las encuentra mucho mejores de lo que él cree». Ante tal solicitud, el alto funcionario cortó una de las manzanas, encontrando en su interior diez monedas de oro. «Vaya, –exclamó– esta sí que es una buena manzana». Entonces, el clérigo peticionario, que observaba desde no muy lejos, viendo la reacción favorable, no dudó en gritar: «Señor, os aseguro que todas las manzanas son iguales, todas han crecidos en el mismo árbol y tienen el mismo sabor». A lo que el funcionario replicó con una sonrisa: «Sin duda sois una excelente persona, y no veo razón para no concederos lo que pedís. Tan solo traedme un injerto de este mismo árbol, y os garantizo uno de los mejores puestos en la Catedral de San Pablo».

HUGH LATIMER [1490-1555]

en un famoso sermón predicado ante el rey Eduardo VI en 1549

Y su diestra está llena de sobornos. Aún aquellos que más profundizan en la ley, y con mayor claridad disciernen la causa de la justicia, cuando alguien arroja sobre sus ojos el polvo del soborno, la córnea se les humedece, parpadean, y acaban finalmente cegados en connivencia. Horrible cosa es que la justicia viaje en un carruaje tirado por el dinero, rodeado de jinetes adornados con espuelas de oro, cuyo destino final sea y la injuria y la iniquidad. Mantengamos nuestras almas alejadas de semejante maldad, y que el oído que debe estar siempre abierto a las súplicas jamás se vea obstruido por la cera de la parcialidad. ¡Ay! ¡mal anda la verdad, cuando para ser escuchada necesita presentarse con un arete de oro colgando de la oreja!172

THOMAS ADAMS [1583-1653]

En un sermón titulado “The Soul’s Sickness: A Discourse, Divine, Moral, and Physical”, 1615

Y su diestra está llena de sobornos.

¿Con qué pueden hacerse todas las doctrinas

claras, honestas y aceptables? Muy sencillo.

Basta con doscientas libras anuales.

¿Y si es necesario demostrar

que lo recto es torcido, o viceversa?

¡Fácil! ¡Doscientas libras más!

SAMUEL BUTLER [1613-1680]

Hudibras, Part. III, Canto I173

Vers. 11. Mas yo andaré en mi integridad; redímeme, y ten misericordia de mí. [Mas yo andaré en mi integridad; redímeme, y ten misericordia de mí. RVR] [Mas yo en mi integridad andaré; redímeme, y ten piedad de mí. LBLA] [Pero yo andaré en mi integridad. ¡Redímeme y ten misericordia de mí! BTX] [Yo, en cambio, llevo una vida intachable; líbrame y compadécete de mí. NVI] [Pero yo camino con rectitud, sálvame y apiádate de mí. BLP] [Pero yo no soy así; llevo una vida intachable; por eso, rescátame y muéstrame tu misericordia. NTV]

Mas yo andaré en mi integridad; redímeme, y ten misericordia de mí.174 Vemos aquí a un hombre amante de la santidad y la justicia expresar su protesta contra el aumento en el número de injustos. Es un no-conformista,175 y está dispuesto a seguir adelante en solitario en su inconformidad, como el pez que nada contra la corriente. Confiando plenamente en Dios, el salmista resuelve que su elección será el camino de la integridad y la justicia; dejando que los demás elijan, si esa es su preferencia, los caminos tortuosos de la violencia y el engaño. Lo cual no implica que sea por ello un presuntuoso o que alardee de sus propias virtudes, en tanto que llora al propio tiempo implorando redención y aboga por la misericordia. Nuestra integridad no es absoluta ni tampoco inherente, es obra de la gracia en nosotros, y adolece por tanto de nuestra debilidad humana; debemos, pues, recurrir a la sangre redentora y al trono de la misericordia, confesando que aunque somos santos entre los hombres, seguimos en la necesidad perentoria de inclinarnos como pecadores ante Dios.

C. H. SPURGEON

Vers. 12. Mi pie ha estado en rectitud; en las congregaciones bendeciré a Jehová. [Mi pie se ha mantenido en rectitud; en las congregaciones bendeciré a Jehová. RVR] [Sobre tierra firme está mi pie; en las congregaciones bendeciré al Señor. LBLA] [Mis pies están en suelo firme, en las congregaciones bendeciré a YHVH. BTX] [Tengo los pies en terreno firme, y en la gran asamblea bendeciré al Señor. NVI] [Mis pies están firmes en el camino recto. en medio de la asamblea bendeciré al Señor. BLP] [Ahora piso tierra firme, y en público alabaré al Señor. NTV]

Sobre tierra firme está mi pie; en las congregaciones bendeciré al Señor. El cántico, que empezó en tono menor, alcanza aquí el tono mayor.176 Es frecuente que el canto de los santos progrese paulatinamente hasta alcanzar un clímax de felicidad. Esa “tierra firme”,177 el lugar plano sobre el cual se apoya nuestro pie es nuestra seguridad, la fidelidad al pacto, la promesa eterna y juramento inmutable del Señor de los ejércitos; no hay temor alguno de que podamos caer de esta base sólida, o de que sea retirada de debajo de nosotros. Estamos firmemente establecidos en Cristo Jesús178 y permanecemos unidos a él de forma vital, de modo que no tenemos nada que altere nuestros pensamientos fuera de las virtudes de nuestro Dios. No olvidemos, por tanto “congregarnos” con los demás santos,179 y cuando lo hagamos, no seamos parcos en contribuir con nuestra porción de alabanza y acción de gracias. Cada creyente en particular es un testimonio vivo de la fidelidad divina, y debe estar listo para testificar de ello. En cuanto a los calumniadores, dejadlos que aúllen de puertas afuera, mientras los hijos cantan dentro.

C. H. SPURGEON

Sobre tierra firme está mi pie.180 El salmista afirma que el pie del justo se apoya en terreno llano; no camina vacilante y dando bandazos, como los que andando por terreno desigual se tambalean de un lado a otro; o los que tienen una pierna más corta que la otra, como dice Salomón: “Las piernas del cojo son desiguales”181 lo que les impide caminar de manera equilibrada porque una pierna es larga y la otra corta. Los pies de la persona justa y sincera están nivelados, y sus piernas son de la misma longitud; lo que dicho en sentido moral y espiritual, se traduce en que prestan la misma atención por igual a todos dictados de la voluntad de Dios y los siguen meticulosamente. En cambio el hipócrita tiene, como el tejón, un pie más corto que otro;182 o como el caballo renco183 no se sostiene estable en sus cuatro patas, algo fácil de percibir porque evita apoyar una de ellas.

WILLIAM GURNALL [1617-1679]

“Christian in complete armour, or, a treatise of the saints war against the Devil”, 1655

Sobre tierra firme está mi pie. Así como la persona cuyos pies están firmemente asentados sobre terreno llano es improbable que caiga, así también los creyentes piadosos, que adoran al Señor y esperan en él, no sienten temor alguno de que finalmente sus adversarios puedan acabar triunfando sobre de ellos.184

WILLIAM WALFORD [1773-1850]

“The Book of Psalms. A New Translation, with Notes”, 1837


1 ATANASIO DE ALEJANDRÍA [296-373] en su carta a su discípulo Marcelino sobre la naturaleza y valor de los salmos le dice refiriéndose a este salmo: «Si tus adversarios persisten en sus propósitos sanguinarios de confundirte y acabar contigo, olvídate de recurrir a la justicia de los hombres y dirígete directamente a Dios, el único Juez justo, el único que juzga con justicia; utiliza para ello el Salmo 26». El Tomo I de “El Tesoro de David” incluye una traducción completa de la Carta de Atanasio a Marcelino. [Tomo I - pp. 50].

2 2 Samuel 4:1-12. FELIPE SCIO DE SAN MIGUEL [1738-1776] en su traducción de la Vulgata al español propone en una nota la posibilidad de que David lo escribiera durante la época en la que, huyendo de Saúl, tuvo que refugiarse entre los idólatras (1 Samuel 27:1-12) en un deseo de probar su inocencia. Con este propósito toma a Dios como testigo de no haber tomado parte en sus iniquidades y de su deseo de poder contemplar de nuevo, lo antes posible, el lugar donde reposaba el arca del Señor. Así lo ve TEODORETO DE CIRO [393-458] quien considera que «al verse forzado a convivir con un pueblo pagano y constatar su impiedad, su ceguera y obcecación, sus magias y supersticiones, su inmoralidad y desenfreno, se abstuvo de asistir a sus asambleas culticas y participar de sus banquetes en honor de los demonios: “Aborrecí la reunión de los malignos, y con los impíos nunca me senté (26:4-5)».

3 El “Comentario de Matthew Henry” propone este bosquejo: «En este salmo, David se pone a sí mismo a prueba ante Dios y ante su propia conciencia, y da en ambos tribunales testimonio de su integridad (vv. 1, 2), y alega para ello: I. Su constante atención a Dios y a su gracia (v. 3). II. Su arraigada antipatía contra el pecado y contra los pecadores (vv. 4,5). III. Su sincero afecto a las ordenanzas divinas (vv. 6-8). IV. Una vez probada su integridad, David, 1. Predice el funesto final de los malvados (vv. 9, 10); 2. Y se encomienda a la misericordia y a la gracia de Dios, con una resolución de mantenerse en su integridad y en su esperanza en Dios (vv. 11, 12)».

4 Se refiere a DAVID DICKSON [1583-1662], pastor, predicador, escritor y poeta escocés; escribió varios comentarios numerosas obras y poemas; entre ellas un comentario a los Salmos; al Evangelio de Mateo; uno a las Epístolas (en latín y en inglés); una “Terapéutica Sacra: cuestiones de conciencia resueltas” (en latín); y un “Treatise of the Promises”, “Tratado de las Promesas”).

5 Salmo 25:21.

6 Como en el caso del Salmo anterior KRAUS observa que: «no hay vestigio alguno de lamentación (ver Salmo 25, nota 3) […] Más bien, habrá que clasificar el Salmo 26 dentro del amplio marco de los cánticos de oración […] o apelación de una persona que es perseguida y acusada, a pesar de ser inocente […] Perseguido por los acusadores, el orante corre a refugiarse en el santuario, encuentra asilo en él, encarece su inocencia e invoca como juez justo a Yahvé».

7 “Enarrationes in Psalmos” 3. Comentando versículos 2-3.

8 En hebreo שָׁפְטֵ֤נִי יְהוָ֗ה šāp̄əṭênî Yahweh, de שָׁפַט shaphat, “impartir justicia”. Era la fórmula habitual de apelación con la que una persona acusada falsamente y perseguida invocaba a Dios implorando justicia. En los Salmos 7:8; 35:22-24 y 43:1 tenemos otros ejemplos evidentes. SCHÖKEL considera que uno de los ejemplos más claros de esta apelación de un inocente a Dios ante una falsa acusación lo tenemos en el Salmo 17: “Oye, oh Jehová, una causa justa”.

9 Salmo 139:23; Jeremías 17:10; Romanos 8:27.

10 En el original “to carry his suit into the King’s Bench of heaven”. El tribunal del “King’s Bench”, (también llamado “Queen’s Bench” en caso de que la regente fuera una mujer), fue creado a finales del siglo XII, y funcionaba como un tribunal de apelaciones para revisar juicios emitidos por tribunales inferiores, básicamente las emitidas por el “Court of Common Pleas”. Su equivalente en España sería el Tribunal Supremo.

11 Salmo 143:2. Dice TEODORO DE MOPSUESTIA [350-428]: «No debemos entender este “Júzgame”, como hacen algunos comentaristas, en un sentido amplio y absoluto (conducta y méritos), porque en tal caso decir “júzgame” equivale a decir “condéname”. […] Lo que está diciendo es: vistas las actitudes y comportamiento de cuantos me rodean, “emite un veredicto favorable” o “falla a mi favor” [] porque yo, aunque transgresor he actuado con inocencia: no he alterado mis intenciones de proceder rectamente ni he dudado un instante de la esperanza que tengo puesta en tu misericordia». Y AGUSTÍN DE HIPONA [354-430]: «¿Por qué razón pide algo tan arriesgado y peligroso como “júzgame, oh, Señor”? ¿Qué subyace tras esta solicitud de ser juzgado? Su deseo de no ser contado entre los malos. Algo que expresa aún más claramente en otro Salmo: “Júzgame, oh Dios, y discierne mi causa de una gente no santa (Salmo 42:1 Vulgata / 43:1). Aunque habite en medio de ellos: ¡distíngueme, Señor de ellos! Pues aunque transgresor como ellos, yo he procedido de buena fe “en mi integridad he andado y he confiado en ti sin titubear”, y eso me hace distinto a ellos».

12 Una afirmación tan contundente respecto a su propia conducta, al lado de unos términos tan duros y tajantes al enjuiciar la maldad y vileza de sus adversarios, podrían entenderse como un acto de vanagloria.

–CASIODORO [485-583] en sus “Expositio Psalmorum” rechaza esta posibilidad: «No hay aquí en la alegación de sus propias virtudes vanagloria ni arrogancia alguna, como tampoco pretensión de eludir la responsabilidad de sus propias transgresiones, ciertamente abominables; tan solo la justa petición de un siervo fiel de ser considerado aparte de otros comparativamente en una situación de impiedad extrema y separado de ellos para no compartir su misma suerte (26:9-10). No presume de andar en integridad por sus propias fuerzas, ni pide a Dios que lo juzgue porque se siente ufano de su conducta y seguro en base a sus propios méritos, sino porque confía en la misericordia de Dios para redimirle (26:11), como hace también el apóstol: “Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, el juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida” (2 Timoteo 4:8). Es exclusivamente en este sentido que alega “integridad”, de su confianza en la misericordia del Señor para redimirle y que no le sean imputados sus pecados».

–SCHÖKEL comenta al respecto: «Creo que el conjunto del salmo templa esa primera impresión (de arrogancia o vanagloria). El orante confiesa su “confianza” en el Señor (26:1), cuenta con su “lealtad y fidelidad” (26:3), y pide “redención y compasión” (26:11). Es decir, su integridad no es prestación puramente humana. Por tanto, no es un acto de auto-glorificación, sino la necesidad de que su conciencia de honradez sea refrendada por la instancia suprema. Recordemos las palabras de Pablo, testigo de excepción en esta materia: “Yo en muy poco tengo el ser enjuiciado por vosotros, o por tribunal humano; y ni aun yo me juzgo a mí mismo. Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso quedo absuelto; pues el que me enjuicia es el Señor” (1 Corintios 4:3-4) […] el orante parece referirse a una honradez sustancial, libre de delitos graves, no afirma la total impecabilidad». [Salmos, Tomo I, 1-72, Ediorial Verbo Divino, Estella, Navarra, 1992].

13 1 Samuel 24:1-22.

14 1 Samuel 26:1-12.

15 Génesis 27:1-29.

16 Génesis 22:1-18.

17 2 Corintios 10:18.

18 Deuteronomio 32:35; Romanos 12:19.

19 Levítico 1:3; 3:1.

20 La versión griega de los LXX o Septuaginta lee la última parte del versículo como: καί ἐπί ὁ κύριος ἐλπίζω οὐ μή ἀσθενέω que la Vulgata traduce al latín como: “et in Domino sperans non infirmabor”, “y esperando en el Señor no seré debilitado”.

21 El comentario tiene que ver más bien con las diferencias de traducción entre el “Book of Common Prayer” de la Iglesia Anglicana, y la versión inglesa KJV: “I shall not fall”, dice el primero, y “I shall not even slide” traduce la KJV. Aunque la mayoría de nuestras versiones españolas traducen correctamente “sin titubear”, ayuda a entender el sentido.

22 Dice al respecto AGUSTÍN DE HIPONA [354-430]: «Si hubiera puesto mi esperanza en algún hombre cabría la posibilidad de que este cayera arrastrado por el diablo. Toda esperanza cifrada en un ser humano está sujeta a los altos y bajos que este pueda tener: cuando él vacile vacilará mi esperanza, y si él cae caerá mi esperanza. Pero dado que tengo puesta mi esperanza en el Señor: “no titubearé”».

23 La versión griega de los LXX o Septuaginta lee la última parte del versículo como: πυρόω ὁ νεφρός ἐγώ καί ὁ καρδία ἐγώ que la Vulgata traduce como: “ure renes meos et cor meo”, “quema mis riñones y mi corazón”.

24 En hebreo בְּחָנֵ֣נִי יְהוָ֣ה וְנַסֵּ֑נִי bəḥānênî Yahweh wənassênî. SCHÖKEL indica que tan solo encontramos otro pasaje donde coincidan ambos verbos: בְּחָנֵ֣נִי bəḥānênî de בָּחַן bachan y וְנַסֵּ֑נִי wənassênî de נָסָה nasah; y es en el Salmo 95:9: אֲשֶׁ֣ר נִ֭סּוּנִי אֲבֹותֵיכֶ֑ם בְּ֝חָנ֗וּנִי ’ăšer nissūnî ’ăḇōwṯêḵem b-ḥānūnî; “cuando vuestros padres me tentaron, me probaron”. El verbo נָסָה nasah significa “tentar, poner a prueba” (Deuteronomio 8:2).

25 Parece ser que Spurgeon llega a esta deducción a partir de los tres verbos hebreos distintos que utiliza el salmista: בְּחָנֵ֣נִי bəḥānênî de בָּחַן bachan con un sentido prioritario de prueba por tacto; וְנַסֵּ֑נִי wənassênî de נָסָה nasah, que asume el sentido de prueba de olfato; y צָרְפָ֖ה ṣārəp̄āh de צָרַף tsaraph como prueba por fuego (Jeremías 6:29). Ver al respecto el comentario de Albert Barnes.

26 Salmo 11:4-5; 17:3; 66:10; 139:23.

27 Hemos traducido literalmente del original “my reins”, de acuerdo con el texto original hebreo כִלְיוֹתַ֣י -ḵilyōwṯay, “mis riñones”, como hacen la KJV y la RVA. Ver al respecto los comentarios y notas a los Salmos 16:7; 73:21 y 139:13.

28 Job 31:6; Daniel 5:27; 1 Corintios 9:27.

29 Salmo 137:17.

30 Los comentaristas de los primeros siglos no ven en este “Examíname, escudríñame y pruébame” la más leve sombra de vanagloria, sino una petición humilde de ser escrutado exhaustivamente por Dios y corregido en todo cuanto sea preciso.

–CASIODORO [485-583]: «No dice “escudríñame y pruébame” con presunción sino con un sano anhelo de mejora; porque cuando Dios nos “escudriña y prueba” nos redarguye de pecado (Juan 16:8), nos hace recapacitar y nos ayuda a potenciar los beneficios del arrepentimiento».

–AGUSTÍN DE HIPONA [354-430]: «Escudríñame a fondo, oh Señor, para que ninguno de mis pecados secretos permanezca oculto; no a ti, para quien nada hay oculto, sino a mí mismo y a los que me rodean».

31 En hebreo בְּחָנֵ֣נִי bəḥānênî de בָּחַן bachan; וְנַסֵּ֑נִי wənassênî de נָסָה nasah; y צָרְפָ֖ה ṣārəp̄āh de צָרַף tsaraph. Ver al respecto la nota 25.

32 PEDRO ABELARDO [1079-1142], uno de los más insignes filósofos, teólogos y poetas de la Edad Media, en una de sus cartas a ELOÍSA [1092-1164], también filósofa y escritora, joven alumna, amante, y esposa de Abelardo, pero recluida en un convento, la consuela, fortalece e invita a la resignación citándole las palabras de este versículo “Examíname, oh Señor, y pruébame”: «Es como si el salmista dijera ‘Señor, examina los límites de nuestra fortaleza, y ajusta a ella la carga a soportar’ Oh Señor, tú que has sido causa de división y separación en este mundo (Mateo 10:34-36), haz que allá en el cielo seamos de nuevo una sola cosa en ti. Amén» ABELARDO y ELOÍSA encarnan probablemente la historia de un amor imposible más famosa de todos los tiempos sobre la que se han escrito numerosos libros, pintado cuadros y compuesto obras teatrales. Abelardo era un joven y talentoso discípulo de ANSELMO [1033-1109] que vivía en casa de Fulberto, canónigo de París; Eloísa una bella joven también de talento excepcional, sobrina de Fulberto, el cual accedió a que Abelardo se ocupara de su educación retórica y filosófica. Pero surgió el amor, se desencadenó la pasión y Eloísa quedó embarazada. Abelardo decidió raptarla y llevarla a casa de su hermana en Bretaña, donde dio a luz un niño y se casó en secreto con ella; pero cuando regresó a París, Fulberto lo esperaba para ejecutar su venganza y mandó que lo castraran. Eloísa desesperada ingresó en un convento y no volvieron a verse físicamente desde entonces. Abelardo, aunque rechazado para la vida monástica, se recluyó en vida austera, hizo construir un hermoso monasterio para Eloísa y sus monjas, y dedicó el resto de sus días al estudio. Ambos siguieron escribiéndose, manteniendo así su amor imposible hasta la muerte de Abelardo. Al morir también Eloísa fueron enterrados juntos con el siguiente epitafio: «Aquí bajo la misma losa, descansan el fundador de este Monasterio: Pedro Abelardo y su primera Abadesa, Eloísa, unidos otro tiempo por el estudio, el talento, el amor, un himeneo (casamiento) desgraciado, y la penitencia. Confiamos que ahora estén juntos en felicidad eterna».

33 1 Samuel 24:5, RVR1970. LBLA traduce: “la conciencia de David le remordía».

34 1 Juan 3.

35 AGUSTÍN DE HIPONA [354-430] dice al respecto: «“Quema mis riñones y mi corazón” Aplica a mis pensamientos y placeres una purificación correctiva como por fuego. Para que deje de pensar en lo malo y de encontrar en ello deleite alguno. Purifica mis pensamientos (riñones) con el fuego de tu palabra; y mis placeres (corazón) con el fuego de tu espíritu: ese fuego del que “nadie se libra de su calor” (Salmo 19:6) y sobre el cual dice el propio Señor: “Fuego vine a echar en la tierra; y ¡cómo deseo que se haya encendido ya!” (Lucas 12:49)».

36 En hebreo כִּֽי־חַ֭סְדְּךָ לְנֶ֣גֶד עֵינָ֑י וְ֝הִתְהַלַּ֗כְתִּי בַּאֲמִתֶּֽךָ kî-ḥasdəḵā ləneḡeḏ ‘ênāy wəhiṯhallaḵtî ba’ămitteḵā de חָ֫סֶד checed, “misericordia o bondad del pacto”; y אֱמֶת emeth, “fidelidad, verdad”. Sobre este versículo KRAUS formula una interesante reflexión: «Ahora bien, ¿cómo puede Yahvé ser חָ֫סֶד (bondad del pacto) “delante de los ojos” de alguien? ¿Qué idea subyace a todo esto? Podríamos aducir como pasaje paralelo un versículo del Salmo 16: “A Jehová he puesto siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré zarandeado” (Salmo 16:8). La חָ֫סֶד checed “fidelidad clemente y bondadosa” de Yahvé al pacto ¿se manifiesta mediante una teofanía? ¿se refiere el orante a una manifestación del חָ֫סֶד checed, de Yahvé, que hubiera tenido lugar durante el culto? Pero caminar en la אֱמֶת emeth, “verdad” de Yahvé significa aquí ciertamente: vivir recibiendo las muestras constantes y fiables de la bondadosa fidelidad de Dios al pacto. El חָ֫סֶד checed, la “bondad” del pacto se experimenta en el acto de recibir la atención de Yahvé. La אֱמֶת emeth, “verdad”, se muestra en la constancia y permanencia de la actitud clemente y bondadosa de Yahvé […] El salmo está impregnado de la viva certeza de que nada puede separarme de la bondad de Dios, que se muestra activa en el lugar de su presencia (Romanos 8:33-39). La comunidad del nuevo testamento recogerá y entenderá el salmo con la mira puesta en Jesucristo pero lo hará de tal manera que, en esta lucha por la justicia, no se suprima nada de la realidad concreta de esta vida». [“Los Salmos, V. I” Hans-Joachim Kraus; Ediciones Sígueme, Salamanca 1993].

37 Génesis 1:26-27; 9:6; Efesios 4:24; Colosenses 3:10; Santiago 3:9.

38 2 Corintios 5:17; Efesios 4:22-24; Colosenses 3:9-10; Gálatas 5:16-18;

39 Lucas 8:26.39.

40 Job 8:20. En la Vulgata: “nec porriget manun malignis”, “ni alargará la mano a los malvados”. La BLP traduce: “ni tiende la mano al malvado”.

41 Salmo 119:142.

42 Salmo 51:6.

43 Salmo 51:17.

44 Efesios 2:6.

45 2 Reyes 3:6; 7:3; Salmo 110:1; Miqueas 4:4; Zacarías 6:13.

46 Mateo 8:11.

47 Números 33:55.

48 Salmo 120:5.

49 La versión griega de los LXX o Septuaginta lee: οὐ καταἵζω μετά συνέδριον ματαιότης que la Vulgata traduce al latín como: “Non sedi cum concilio vanitatis”, “no me senté en asamblea de vanidad”. Sobre esto comentaron los Padres de la Iglesia:

–AGUSTÍN DE HIPONA [354-430]: «¿Qué quiere decir con esto de “no me he sentado en asamblea de vanidad”? Que no puso su corazón en ella. Porque es posible sentarse en una asamblea sin estar presente. Digamos a modo de ejemplo, que renuncias a ocupar un asiento en el circo porque sabes que habrá escenas impropias de un cristiano; pero luego piensas en esas escenas y te recreas en ellas; en tal caso, aunque no estés presente físicamente tu corazón está sentado allí. Y puede suceder también a la inversa, que movido por el amor cristiano un creyente decida rescatar a un gladiador y acuda al circo con este propósito; que ocupe una localidad y espere a que todo termine para llevar a cabo su objetivo; la tal persona habrá ocupado físicamente un asiento en la “asamblea de vanidad”, pero su corazón jamás ha estado sentado allí».

–CASIODORO [485-583]: «“No me senté en asamblea de vanidad”, es decir, no tomé parte en ella, no participé en las deliberaciones de los inicuos ni refrendé sus planes. Porque puede darse el caso de que una persona santa se vea en la obligación de asistir a una asamblea de inicuos en la cual se hagan propuestas impropias o vanas; pero eso no implica que tome parte en las conspiraciones, las apruebe, y menos aún que se deleite en ellas, al contrario, puede que se oponga a ellas rechazando toda actividad perversa. Por ello, después de haber dejado claro que no se “ha sentado” con los inicuos, añade “y no me entremetí con los que tratan cosas injustas”. Evitó en primer lugar cualquier trato con ellos, y si por alguna razón tuvo que tenerlo, se negó a tomar parte en sus acciones perversas. Esto es lo que significa “no me entremetí”, pues entremeterse en algo significa participar deliberadamente en esa actividad, en este caso, ajena a los principios morales de una persona santa».

50 En hebreo מְתֵי־שָׁ֑וְא məṯê-šāw, “persona falsa, engañador” (Job 11:11); y נַ֝עֲלָמִ֗ים na‘ălāmîm de עָלַם alam, “oculto, escondido”. KRAUS lo traduce como: “No me senté junto a los engañadores y no me asocié con los alevosos”, y con respecto a esta última palabra comenta «podríamos pensar en hechiceros en tenebrosas manipulaciones como las que se condenan en Deuteronomio18:9-13». Por su parte SCHÖKEL ve también la posibilidad de una interpretación inversa: el intento por parte del hombre de ocultarse de Dios (Isaías 29:15). Sobre las diferencias en los tiempos verbales entre la primera y segunda cláusulas ver nota 53.

51 En hebreo בְּנֵֽי־בְלִיַּ֙עַל֙ bənê-ḇəlîya‘al utilizada en Deuteronomio 13:13; Jueces 19:22; 20:13; 1 Samuel 1:16; 2:12; 10:27; 30:22; 2 Samuel 16:7; 20:1; 1 Reyes 20:10,13; 2 Crónicas 13:7; y que la KJV traduce como: “sons of Belial” o “children of Belial” según el caso. Nuestras versiones españolas suelen traducirlo como: “hombres impíos”; “hombres perversos”, etc. según el caso. Ver también 2 Corintios 6:15.

52 El original dice literalmente: “A man is known by his company”, que hemos sustituido por el antiguo refrán castellano por considerarlo en este sentido más expresivo.

53 En hebreo אָבֽוֹא ’āḇōw de בּוֹא bo, “ir, entrar, juntarse con, compartir.” Hemos traducido el verbo en futuro, como hacen la KJV: “Neither will I go in with dissemblers”, y LBLA: “ni con los hipócritas iré”. La Reina-Valera y otras versiones lo traducen en pasado. Sobre las diferencias en los tiempos verbales en los versículos cuatro y cinco (26:4-5) KRAUS hace esta interesante observación: «Es curioso el empleo de los tiempos en los v. 4.5. En el primer hemistiquio hay siempre un tiempo perfecto, y en el segundo hemistiquio, un tiempo imperfecto. Estos cambios de tiempo verbal ponen de relieve el hecho de que las afirmaciones son válidas para todos los tiempos». [“Los Salmos, V. I” Hans-Joachim Kraus; Ediciones Sígueme, Salamanca 1993]

54 Efesios 4:30.

55 2 Corintios 3:18. El verbo griego que utiliza el apóstol en este versículo es μεταμορφόω metamorphóō, el mismo empleado por Mateo para decir que Jesús και μετεμορφωθη εμπροσθεν αυτων “se transfiguró delante de ellos” (Mateo 17:2).

56 Romanos 12:2-4.

57 1 Corintios 5:10.

58 1 Corintios 5:11.

59 1 Corintios 6:15-17.

60 Salmo 106:35.

61 Entendemos que no se puede aplicar este “El Faraón enseñó a José a blasfemar” directamente al patriarca José a título personal, puesto que el texto bíblico no corrobora que fuera así en absoluto. Hay que entenderlo como figura de lenguaje, una sinécdoque, en sentido genérico y simbólico aplicado a sus descendientes, a los israelitas, que como expresa el citado Salmo 106:35 sí se contaminaron después de su muerte de las costumbres paganas de los egipcios.

62 Juan 3:20-21.

63 Job 24: 13-17.

64 La frase es de GEORGE SWINNOCK [1627-1673] y viene citada de nuevo en “El Tesoro de David” en el comentario del propio Swinnock al Salmo 119:115: “Apartaos de mí, malignos, pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios”. Ver Josué 24:15; Mateo 4:10.

65 Salmo 139:21-22.

66 Isaías 63:3-4.

67 Se refiere a MARCIÓN DE SINOPE [85-160], rico naviero y filósofo griego convertido al cristianismo. Influido por las ideas de los gnósticos, forjó una nueva manera de entender el cristianismo que se conoce como herejía marcionita, que consistente en una dualidad de dioses: un Dios bueno, el que se nos revela en el Nuevo Testamento y un Dios justo, que se nos revela en el Antiguo Testamento. El Dios justo del A.T. (de categoría inferior al Dios bueno del N.T.) es el creador y dueño del mundo, un Dios sangriento y vengativo, responsable de los males y las guerras que no guarda relación con el Dios bueno del N.T., el “Padre celestial” revelado por Cristo. Por tanto, rechazó por completo todo lo que tenía que ver con el A.T., afirmando que al Antiguo Testamento se le contrapone la venida de Jesucristo, que ha sustituido la ley del Dios justo por el amor del Dios bueno liberando las almas de los hombres de sus garras. Aún del Nuevo Testamento suprimió todo lo que consideraba judaizante quedándose tan solo con el Evangelio de Lucas y las Cartas de Pablo. Sus ideas fueron una de las herejías más peligrosas y poderosas a las que se enfrentó el cristianismo primitivo por lo que las ideas de Marción (que fue excomulgado) fueron rebatidas con contundencia por todos los Padres y escritores cristianos de los primeros siglos. IRENEO DE LYON [126-190] afirma tajante: «Marción ha difundido la más atrevida blasfemia contra Aquel que la ley y los profetas proclaman como Dios, acusándole de ser el autor de todos los males, que se deleita en guerras, que sus propósitos son cuestionables y que se contradice a sí mismo...” (Ver las obras de Ireneo de Lyon publicadas por CLIE: “Contra las herejías”, 1:27,2.

68 Se refiere a POLICARPO DE ESMIRNA [c.70-155] obispo de Esmirna y uno de los Padres de la Iglesia. Mantuvo contacto con el Apóstol Juan de cuyas manos dice la tradición recibió directamente el ministerio episcopal. Se sabe poco de su vida fuera de las menciones que hacen de él IRENEO DE LYON [126-190] (que fue discípulo suyo) e IGNACIO DE ANTIOQUÍA [siglo II] en sus escritos. Escribió una carta a los Filipenses. Murió mártir en la hoguera.

69 “Epístola de la Iglesia de Esmirna a la de Filomelium” (manuscrito de Moscú) “Los Padres Apostólicos”, por J. B. Lightfoot. Editorial CLIE.

70 La versión griega de los LXX o Septuaginta lee: μισέω ἐκκλησία πονηρεύομαι que la Vulgata traduce al latín como: “Odivi Ecclesiam malignantium”, “aborrezco la congregación de los malignos”.

71 Levítico 19:18; Mateo 22:39: Lucas 10:27.

72 En hebreo קְהַ֣ל מְרֵעִ֑ים qəhal mərê‘îm de קָהָל qahal, “asamblea”, y רָעַע ra’a’, “obrar maldad”.

73 Apocalipsis 2:9; 3:9.

74 Salmo 1:5; 111:1.

75 Génesis 3:15.

76 Apocalipsis 17:5; 18:1-24.

77 Apocalipsis 21:2.

78 Apocalipsis 17:1.

79 Apocalipsis 19:7-9; 21:9-11.

80 Génesis 49:20.

81 Lucas 15:16.

82 Lucas 14:21-24.

83 Lucas 16:19.

84 Job 2:8.

85 Salmo 139:22.

86 Números 25:1-13; Salmo 106:31.

87 1 Samuel 15:32-33.

88 1 Reyes 20:20-40.

89 Apocalipsis 2:2.

90 AGUSTÍN DE HIPONA [354-430] llama “odium perfectum” a “amar la naturaleza y aborrecer la culpa”, como hacia David: “Iniquitates odit, non naturam; hoc est perfectum odium”. De Civitate Dei Liber XIV.

91 Romanos 1:18.

92 Éxodo 14:27-31.

93 Jueces 11:32-33.

94 Jueces 5:31.

95 Frase de autor desconocido: «La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas, una obra maestra a dúo». Se atribuye mayoritariamente a ARISTÓTELES [384-322 a.C.], aunque algunos la citan como de DIÓGENES DE SÍNOPE [212-323 a.C.] y también hay quién la pone en boca de TITO MARCO PLAUTO [254-184 a.C.].

96 Salmo 22:22, 25; 35:18; 40:9.

97 Apocalipsis 2:2.

98 Amós 5:5.

99 JOHN PHILPOT (¿?-1555) Archidiácono de Winchester, hombre muy docto que en época de la reina María Estuardo proclamó abiertamente sus ideas protestantes y se enfrentó al obispo Gardiner, quien después de someterlo a vejaciones y torturas para que se retractara de sus convicciones (entre ellas tenerle meses encerrado en la carbonera del obispado cargado de cadenas) fue juzgado y condenado a morir en la hoguera, martirio que padeció el 18 de Diciembre de 1555 mientras recitaba los salmos 106, 107 y 108.

100 En hebreo אֶרְחַ֣ץ בְּנִקָּיֹ֣ון כַּפָּ֑י ’erḥaṣ bəniqqāyōwn kappāy. A propósito del rito del lavamiento ver Deuteronomio 21:6; Salmo 73:13; Isaías 1:16; Mateo 27:24. SCHÖKEL ve en el salmo dos purificaciones que se corresponden sin ser duplicación: «la purificación por el fuego (26:2) y con agua (26:6): la primera es acción soberana de Dios, la segunda es rito humano que puede presuponer la primera».

101 1 Juan 1:7.

102 En hebreo וַאֲסֹבְבָ֖ה אֶת־מִזְבַּחֲךָ֣ יְהוָֽה wa’ăsōḇəḇāh ’eṯ-mizbaḥăḵā Yahweh. En opinión de KRAUS se trataba de una ceremonia asociada probablemente con las peticiones de ser escuchado y que por lo que cabe deducir de 1 Reyes 18:26 era practicada también por los cultos paganos.

103 Éxodo 19:6; Isaías 61:6; 1 Pedro 2:5,9; Apocalipsis 1:6; 5:10.

104 Éxodo 38:8.

105 Éxodo 40:5.

106 Isaías 1:11-18.

107 Romanos 6:1-2,15.

108 Lucas 22:44; Hebreos 5:7.

109 Juan 5:2-4.

110 1 Juan 1:7.

111 Se refiere a la planta conocida como Acorus calamus, el cálamo aromático, originario del sudeste asiático pero abundante en la zona templada de todo el hemisferio norte. Era empleado, entre otras muchas cosas, para la limpieza y curación del aparato digestivo.

112 Conocido también como Liquidambar orientalis, aceite extraído de las semillas de un gran árbol muy ramificado y con una gruesa corteza de color gris púrpura que crece en los bosques de Turquía y que lleva ese nombre. Se utilizaba para tratar enfermedades relacionadas con la ansiedad, asma, tos, ahogo, erupciones, etc.

113 Hebreos 12:24.

114 Apocalipsis 1:5-7.

115 Lucas 7:44; Juan 12:3.

116 Lucas 19:8-10.

117 «No hay perdón del pecado, si no hay restitución de lo robado». AGUSTÍN DE HIPONA [354-430], Epístolas 54 y 113 a Macedonio 20-26.

118 Se refiere a HUGH LATIMER [1487-1555], obispo de Worcester antes de que la Iglesia de Inglaterra se separa de la Iglesia de Roma, y posteriormente capellán del rey Eduardo VI [1537-1553]. Murió quemado en la hoguera durante el reinado de María I [1516-1558] al restaurar el catolicismo como religión oficial. Fue amigo de THOMAS BILNEY [1542-1631] durante su época de estudiante.

119 Proverbios 2:14.

120 «La penitencia no es genuina, sino fingida». AGUSTÍN DE HIPONA [354-430], Epístola 54 (153) a Macedonio 20-26.

121 Mateo 5:23-26.

122 Dice al respecto MATTHEW HENRY [1662-1714]: «En nuestra preparación para acudir a los cultos, no solo hemos de estar libres del pecado de hipocresía, de lo que es testimonio simbólico el lavarse las manos (Deuteronomio 21:6), sino que también hemos de esmerarnos en arrepentirnos de todo otro pecado (Éxodo 30:19; Salmo 24:4; 73:13)».

123 Éxodo 19:10; 30:17-21; Levítico 8:6.

124 Dice al respecto AGUSTÍN DE HIPONA [354-430]: «No con agua física sino en inocencia, porque el verdadero lavamiento de manos no se lleva a cabo en una jofaina sino cuando reflexionas sobre tus pensamientos y acciones ante la mirada escrutadora de Dios. (…) porque alrededor del altar celestial solo andan aquellos que han lavado sus manos en inocencia, no de ellos, sino de Aquel que se ofreció por nosotros».

125 Ver como ejemplo Amós 4:6: “Yo también os he dado dientes limpios…”

126 Salmo 24:4.

127 En este sentido es como si les dijera: «Lavaos vosotros con agua cuantas veces queráis, yo, “lavaré mis manos en inocencia”.

128 1 Samuel 13:14; Hechos 13:22.

129 Juan 20:24-29.

130 Mateo 26:69-75; Marcos 14:66-72; Lucas 22:54-62; Juan 18:25-27.

131 1 Samuel 13:14; Hechos 13:22.

132 Job 11:4.

133 Salmo 143:2; Romanos 3:20; Gálatas 2:16.

134 Salmo 51:3-4.

135 Lucas 18:19-14.

136 Salmo 51:3.

137 Éxodo 30:19-21.

138 En la “Concordancia de Strong”, ἀκμήν (188); en el “Léxico Griego de Thayer”, ἀκμή. El significado es “punto álgido, clímax, el más alto grado de una cosa”; y también una “situación o punto determinado en el tiempo”. En el NT solo aparece en este último sentido en Mateo 15:16: ακμην και υμεις ασυνετοι εστε “¿estáis aún sin comprender?”.

139 Santiago 4: 8.

140 Se refiere a CIPRIANO DE CARTAGO [principios del siglo II-258 d.C.], más conocido como San Cipriano, obispo de Cartago en el Norte de África y uno de los primeros Padres de la Iglesia. Mantuvo una enconada polémica con el Papa ESTEBAN I [200-257] sobre el tema del bautismo. Esteban consideraba que para admitir en la comunión de la Iglesia a personas bautizadas por herejes bastaba con una simple imposición de manos, mientras que Cipriano exigía que debían ser bautizados totalmente de nuevo “ad tincturam”, hasta quedar impregnados. Sin lugar a dudas Cipriano hubiera acabado excomulgado por Esteban I de no haber sido porque murió antes de que esto sucediera. Ver al respecto las “Cartas” de Cipriano cuyas obras han sido publicadas por Editorial CLIE en la colección Obras Selectas.

141 Se refiere a CHRISTIAN SCRIVER [1629-1693], que utilizaba el seudónimo de GOTTHOLD para identificarse a sí mismo. Archidiácono en Stendal, pastor en Magdeburg y posteriormente capellán Quedlinburg, amigo personal de PHILIPP JAKOB SPENER [1635-705], fundador del movimiento pietista, Scriver fue uno de los teólogos luteranos de finales del siglo xvii que se opusieron al formalismo eclesial. Su obra escrita es extensa, y en muchos de sus libros utilizaba el seudónimo Gotthold, como en “Gottholds vierhundert zufällige Andachten”, 1667, una colección de cuatrocientas anécdotas traducidas al inglés como “Gotthold’s Emblems: or, Invisible Things understood by Things that are made”, 1671.

142 Mateo 12:36.

143 Salmo 63:4; 1 Timoteo 2:8, LBLA.

144 Isaías 29:13; Mateo 15:8.

145 Salmo 51:7.

146 En hebreo הַסֻּכֹּ֛ת hassukkōṯ de סֻכָּה sukkah Levítico 23:33-36; 39-43. Números 29-12-38; Deuteronomio 16:13-15.

147 En hebreo עָנָף anaph, “rama, enramada”, Levítico 23:40.

148 Salmo 118:25. El término es complejo y su uso como grito de júbilo, especialmente en los evangelios ha dado lugar a muchos debates entre los exégetas.

149 En hebreo לַ֭שְׁמִעַ בְּקֹ֣ול תֹּודָ֑ה וּ֝לְסַפֵּ֗ר כָּל־נִפְלְאֹותֶֽיךָ lašmia‘ bəqōwl tōwḏāh ūləsappêr kāl-nip̄lə’ōwṯeḵā. La versión griega de los LXX o Septuaginta utiliza aquí ἀκούω, “oír, escuchar” en lugar del hebreo לַ֭שְׁמִעַ “contar, proclamar” con lo que el sentido se invierte por completo: ὁ ἀκούω φωνή αἴνεσις καί διαἡγέομαι πᾶς ὁ θαυμάσιος σύ que la Vulgata traduce al latín como: “Ut audiam vocem laudis, et enarrem universa mirabilia tua”, “Para oír la voz de tu alabanza, y contar todas tus maravillas”. Sobre esta traducción de la Vulgata dice AGUSTÍN DE HIPONA [354-430]: «¿Y qué es “oír la voz de tu alabanza? Es asumir que cuanto hay de maldad en nosotros brota de nosotros mismos, mientras que todo cuanto hay de bueno y de acciones justas es obra de Dios. Por tanto, no te vanaglories de tus propias acciones cuando son buenas, porque jactarte de ellas porque son buenas las hace malas. Ni aún te vanaglories de tu alabanza a Dios, porque vanagloriarte la hace inaceptable ante él. “tal como está escrito: el que se gloría, gloríese en el Señor” (1 Corintios 1:30-31)».

150 Juan 4:23-24.

151 1 Pedro 5:10.

152 Spurgeon alude aquí al comportamiento de algunos perros que ladran a la luna cuando está llena. La tradición dice que o bien la perciben como una amenaza, o bien que es una costumbre que deriva de sus antepasados los lobos, que aullarían a la luna llena. El refrán o modismo: «Aullar a la luna» implica expresar ira contra algo o alguien que por está en una posición elevada, fuera de nuestro alcance y a la que no podemos ofender ni causar daño alguno, o también amenazar inútilmente. Esta es la idea del comentario de Spurgeon.

153 La coincidencia de estos dos términos hebreos מְעֹ֣ון בֵּיתֶ֑ךָ mə‘ōwn bêṯeḵā que traducimos como “la habitación de tu casa” o “la casa donde habitas” únicamente se da en este versículo. Encontramos expresiones similares referentes a la santa morada de Dios en Deuteronomio 26:15; 2 Crónicas 30:27; Salmo 65:8; Jeremías 25:30; Zacarías 2:13. La versión griega de los LXX o Septuaginta lee εὐπρέπεια οἶκος que la Vulgata traduce al latín como: “decorem domus tuae”, “la hermosura de tu casa”. Sobre ello comentan:

–CASIODORO [485-583]: «“La hermosura de tu casa” no se refiere aquí al esplendor de las paredes ni la suntuosidad del mobiliario, sino a la naturaleza bendita de las acciones que en ella se realizan y en las cuales se regocijan todos los que en ella se congregan: el canto de los salmos, la sinceridad de las oraciones y la piedad humilde de los creyentes. Porque ellos son “la morada de tu gloria”, como lo expresa Pablo: “el santuario de Dios, el cual sois vosotros, es sagrado” (1 Corintios 3:17). Cuando dice “tu casa” se refiere al santuario del corazón; y luego añade esta expresión maravillosa “la morada de tu gloria”, todo lugar donde él habita es glorioso pues su presencia llena de gloria dondequiera que él decide morar (1 Corintios 6:19-20)».

–HUGO DE CLUNY [1024-1109] constructor en 1080 de la III Abadía de Cluny en la Borgoña, Francia, el mayor edificio religioso de Occidente durante más de tres siglos hasta la construcción de la Basílica de San Pedro en Roma en 1506, declara que se inspiró para ello en las palabras de este versículo: “Señor, he amado la hermosura de tu casa, y el lugar de la morada de tu gloria” (26:8 Vulgata).

154 Salmo 27;4; 84:2.

155 Génesis 28:17.

156 Día de reposo.

157 Isaías 23:9.

158 Mateo 13:24-30; 36-43.

159 Isaías 49:8; 2 Corintios 6:2.

160 Salmo 1:5; 89:5-7.

161 Eclesiástico 16:1-7; 21:10.

162 Números 23:10 LBLA.

163 Mateo 13:30.

164 Salmo 27:10.

165 En hebreo יַֽאַסְפֵֽנִי ya’asp̄ênî, de אָסַף asaph, “juntar, reunir”, como en Génesis 29:3: “Y juntaban allí todos los rebaños”.

166 Números 23:10 LBLA.

167 Apocalipsis 22:11.

168 1 Juan 3:3.

169 1 Juan 3:2.

170 Los versículos nueve y diez son de difícil interpretación dentro del contexto hasta el punto que algunos los ven incluso como un tanto ajenos a él. Sin embargo expresan una preocupación muy real en el antiguo Israel y que remonta al propio Abraham: la posibilidad de que los justos se vean afectados por la suerte nefasta de los impíos: “¿En verdad destruirás al justo junto con el impío? (…) Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?” (Génesis 18:23-25). En realidad reflejan el tenor de todo el Salmo que parte de las palabras mismas con las cuales comienza. Y en este sentido se expresan los Padres de la Iglesia:

–AGUSTÍN DE HIPONA [354-430] se plantea ya esta cuestión al comentar el versículo uno (26:1), por lo cual lo repetimos aquí: «¿Por qué razón pide algo tan arriesgado y peligroso como “júzgame, oh, Señor”? ¿Qué subyace tras esta solicitud de ser juzgado? Su deseo de no ser contado entre los malos (26:9). Algo que expresa aún más claramente en otro Salmo: “Júzgame, oh Dios, y discierne mi causa de una gente no santa (Salmo 42:1; en la Vulgata, Salmo 43:1). Aunque habite en medio de ellos: ¡distíngueme, Señor de ellos! Pues aunque transgresor como ellos, yo he procedido de buena fe “en mi integridad he andado y he confiado en ti sin titubear” Y eso me hace distinto a ellos».

–Ver también el comentario de CASIODORO en nota 11 así como los las notas y comentarios al Salmo 28:3 con el cual guardan un paralelo: la preocupación de ser contado entre los impíos: “No me arrebates juntamente con los malos, y con los que hacen iniquidad” (28:3).

171 La versión griega de los LXX o Septuaginta lee la segunda parte de este versículo como: ὁ δεξιός αὐτός πίμπλημι δῶρον que la Vulgata traduce al latín como: “dextera eorum repleta est muneribus” “la diestra de ellos esta colmada de regalos”. Sobre esta traducción, el poeta inglés del siglo XIV WILLIAM LANGLAND [1332-1400] famoso por su poema alegórico “Piers Plowman” (traducido al español como “Pedro el labrador”) en el que critica la explotación de la que eran objeto en su época de los campesinos por parte de los nobles y de la Iglesia comenta: «Dios hace que su justicia y favor sean otorgados incluso a hombres en cuyas manos está el mal, con tal que “su diestra esté colmada de regalos”».

172 En el original: “a golden ear pick, or she cannot be heard”. En nuestra sociedad actual cabría decir con toda propiedad: “con un ‘piercing’ de oro en la lengua”, y expresaría incluso mejor la misma idea.

173 Estos versos de SAMUEL BUTLER [1613-1680] coinciden plenamente con los de su antecesor el poeta español JUAN RUÍZ [1284-1351], más conocido por el seudónimo de ARCIPRESTE DE HITA, en su conocida obra “El libro del buen amor”, donde refiriéndose al poder del dinero escribe irónicamente: “Si tuvieres dinero tendrás consolación, / placeres, alegrías y del Papa ración, / comprarás Paraíso, ganarás salvación: / donde hay mucho dinero hay mucha bendición”. Ver al respecto la nota 119 del Salmo 49 en el Tomo I.

174 Dice al respecto AGUSTÍN DE HIPONA [354-430]: «Baste un precio tan incalculable como es el de la sangre de mi Señor para obrar mi completa redención; y que tu misericordia no me abandone ante ninguno de los peligros de esta vida» Y CASIODORO [485-583]: «“Redímeme”, es decir, hazme libre por medio de la sangre preciosa de tu venida a través de la cual el mundo fue liberado cuando se hallaba sujeto al pecado (Efesios 2:1-7)».

175 Spurgeon juega aquí con la palabra Nonconformist, término aplicado de entrada a los dos mil clérigos puritanos que en 1662, tras la Restoration o restauración de la monarquía en 1660, en 1662 dejaron la Iglesia Anglicana antes que someterse a la Act of Uniformity, Acta de Uniformidad que demandaba conformidad con el Libro de Oración Común. Más tarde se aplicó a los disidentes protestantes y en general a los que en cualquier periodo de la historia inglesa, desde el establecimiento del protestantismo, hubieran rechazado conformarse a las doctrinas y prácticas de la Iglesia establecida.

176 Se refiere a la tonalidad de un fragmento u obra musical, es decir, la tónica, junto con los acordes y las escalas asociados, en torno a la cual giran las frases y progresiones musicales. Las escalas musicales en modo mayor son las que tienen una distancia de tercera mayor entre el primer y el tercer grado, y una tercera menor entre el tercer y el quinto grado. Las escalas musicales en modo menor tienen como característica más destacada que la distancia entre su primer y tercer grados es de tercera menor (un tono y medio). Los griegos adjudicaban una personalidad propia a cada uno de los modos: jónico, dórico, frigio. Para un oído entrenado, cada modo es distinto y se puede reconocer por sus diferentes intervalos y sonoridad generada. A partir del sistema tonal, se establecen el modo mayor y el modo menor con una clara diferenciación sonora, e incluso en la música popular se reconocen sus personalidades como alegre y triste respectivamente. Por ejemplo: una composición en “Do mayor” se considera de carácter alegre, festivo, puro, inocente y simple; mientras que una composición en “Do menor” se considera oscura y triste, de anhelos y suspiros. Y así hasta completar toda una tabla que va desde el Do mayor/menor siguiendo cada una de las notas hasta el “Si mayor”: duro, doliente, deslumbrante, fuertemente coloreado, anunciando pasiones salvajes, enfado, odios y resentimientos; y el “Si menor”: solitario, melancólico, ermitaño, paciente, sumiso. Aunque sin duda se dan las inevitables excepciones, como es el caso de “Liebesträume” de FRANZ LISZT [1811-1886], mejor conocida como “Sueño de Amor”, una composición dulce y romántica escrita en “La bemol menor”, que según la tabla significa gravedad, muerte y putrefacción.

177 En hebreo בְמִישׁ֑וֹר ḇəmîšōwr de מִישׁוֹר mishor, “llano o plano”, y que en esta forma solo se utiliza en este salmo. La versión inglesa KJV lo traduce como even place, “lugar nivelado”. KRAUS traduce “Mi pie descansa sobre suelo llano”. SCHÖKEL: “mi pie se mantiene en el camino recto”.

178 Efesios 3:17-19; Colosenses 2:6-7.

179 Hechos 2:41-42; Hebreos 10:25.

180 La versión inglesa KJV traduce: “My foot standeth in an even place”, “mi pie se apoya sobre un lugar nivelado”. En hebreo רַ֭גְלִי עָֽמְדָ֣ה בְמִישֹׁ֑ור raḡlî ‘āməḏāh ḇəmîšōwr, de מִישׁוֹר mishor, “plano, llano, nivelado, recto”, como en Jueces 13:9: “los llanos de Medeba”; o Salmo 143:10; “Tu buen espíritu me guíe por terreno llano” (RVR1977).

181 Proverbios 26:7. Traducción literal de la versión inglesa KJV: “The legs of the lame are not equal”. El hebreo dice דַּלְי֣וּ dalyū de דָּלַל dalal, “corto, bajo, hundido, colgado”.

182 Que el tejón (o “badger” en inglés) tenía las patas del lado izquierdo más cortas que las del derecho era una antigua tradición, no confirmada por la ciencia, y que ya SIR THOMAS BROWNE [1605-1682] pone en duda en el siglo XVII en su obra “Pseudodoxia Epidemica” publicada en 1646 al hablar del tejón. Pero así lo describe la “Historie of Foure-footes Beasts”, de EDWARD TOPSELL [1572-1625], publicada en 1607. Y esa tradición fue utilizada por muchos escritores puritanos como ejemplo moral para describir a los hipócritas, que ponen un énfasis especial en ciertas obligaciones morales y espirituales saltándose otras. Así hace THOMAS WATSON [1620-1686] en “A body of practical divinity”, 1692, y en este caso WILLIAM GURNALL [1617-1679].

183 En el original “foundered horse” la traducción literal sería: que cojea porque está afectado de infosura, una inflamación en el casco de las caballerías.

184 Tras la revocación en 1685 de todos los privilegios concedidos a los protestantes hugonotes por el Edicto de Nantes, LUIS XIV DE FRANCIA [1638-1715], mandó quemar todas las Biblias que to fueran en latín, destruir los locales de culto, cerrar las escuelas, confiscar los bienes de todos los nobles protestantes, y desterrar a todos los pastores y ministros de lo que se conocía en Francia como “La Religion Pretendiie Reformer”, “La Pretendida Religión Reformada”. Pero a su vez, para no debilitar su frágil economía, impidió a los fieles emigrar. A pesar de la prohibición alrededor de unos 250.000 protestantes, con gran esfuerzo y sufrimiento, lograron salir del país exilándose a Suiza, Holanda e Inglaterra. JACQUES PINETON DE CHAMBRUN [1635-1689], perteneciente a una familia de la nobleza de Francia y pastor en Nimes cuenta en su autobiografía Les Larmes de Jacques Pineton de Chambrun, “Las lágrimas de Jacques Pineton de Chambrun” que cuando finalmente lograron alcanzar una tierra que les acogía garantizándoles la libertad que su patria les había negado y avistaron finalmente la ciudad de Ginebra cantaron en Salmo 26 con los ojos inundados de lágrimas, con un especial énfasis en el versículo doce al decir: “Sobre tierra firme está mi pie; en las congregaciones bendeciré al Señor”.

El Tesoro de David: la revelación Escritural a la luz de los Salmos

Подняться наверх