Читать книгу El Tesoro de David: la revelación Escritural a la luz de los Salmos - Eliseo Vila - Страница 20

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SALMO 35

SALMO SOBRE LA INGRATITUD

Título: “Salmo de David”. Es todo lo que sabemos sobre este Salmo; pero la evidencia interna tiende a establecer la fecha de su composición en los tiempos turbulentos en que Saúl perseguía a David por montes y valles, y los aduladores del rey cruel calumniaban al inocente convertido en objeto de su ira.1 O cabe situarla en los días inquietos de frecuentes insurrecciones en la vejez de David. El Salmo, de principio a fin, es una apelación al cielo hecha por un corazón osado con una conciencia trasparente, irritada en desmesura por la maldad y la injusticia.2 Y sin la menor duda, los ojos del espíritu ven aquí al Señor de David.3

C. H. SPURGEON

Estructura: El modo más natural de dividir este Salmo es teniendo en cuenta su carácter triple; bloques formados por: “queja”, “oración”, y “promesa de alabanza”; que se repiten con un marcado paralelismo tres veces; igual que nuestro Señor oró tres veces en el huerto de Getsemaní empleando las mismas palabras.4 El primer bloque ocupa los versículos del uno al diez (35:1-10); el segundo del versículo once al dieciocho (35:11-18); y el último los versículos del diecinueve al veintiocho (35:19-28). Cada una de estas tres secciones cierra con las notas sublimes de un cántico de alabanza y acción de gracias (35: 9-10; 18, 27-28).5

C. H. SPURGEON

Versión poética:

JUDICA DOMINE NOCENTES ME

Yo te imploro, Señor; hazme justicia;

yo te vengo a pedir alta venganza

contra mis implacables enemigos,

trátalos tú, mi Dios, como me tratan.

Ya es tiempo de furor, toma tu escudo,

ven a empuñar tus victoriosas armas,

levántate, Dios mío, y yo te vea

desenvainar tu pavorosa espada.

Cierra contra esos bárbaros tiranos

que tanto me persiguen, y di a mi alma,

yo soy tu Salvador; ¡palabras dulces!

¿cuándo te escucharé pronunciar estas palabras?

Confúndelos, Señor, inutiliza

los viles artificios y las trazas

con que intentan perderme, y que pudieran

conseguir, si mi Dios no lo embaraza.

Que se conviertan en afrenta suya

esos designios pérfidos que traman,

y se queden confusos y aturdidos

de ver que me liberto de su saña.

Que todos se disipen como el polvo,

que de la tierra seca el viento arranca,

y el Ángel, tu ministro de justicia,

urgente los acose por la espalda.

Que les falte la luz en su derrota,

que en precipicios despeñados caigan,

y que nadie se escape de las manos

del Ángel del Señor que los ataca.

Sin razón los inicuos me persiguen,

y nunca me podrán echar en cara,

qué motivo les di para esta guerra;

ellos me la hacen porque les agrada.

Por eso tú permites que en las redes,

que tienden a mis pies con tanta maña,

envueltos queden, para que los males

que me procuran contra ellos caigan.

Y por eso mi alma agradecida

a efectos tan visibles de tu gracia,

se entregará a los raptos encendidos

de una alegría deliciosa y santa.

Penetrado de amor hasta mis huesos,

te diré con ardor, júbilo y ansia,

¿quién como tú, Señor? ¿quién en el mundo

puede tener contigo semejanza?

Tú libertas, mi Dios, al desvalido

del opresor injusto que lo agravia:

tú defiendes al pobre del avaro,

que de sus bienes lo quita y lo maltrata.

Acusadores falsos y envidiosos

testimonios horribles me levantan,

me atribuyen delitos que no había

podido imaginar jamás mi alma.

Con esto de mis muchos beneficios,

esos ingratos me recompensaban,

porque nunca les hice más que bienes,

pero es así como me pagan.

Yo entretanto no obstante que sentía

cuanto con su furor me molestaban,

en vez de resentirme de su furia,

me ceñía un cilicio y toleraba.

Afligía mi cuerpo con ayunos,

sin atreverme a resistir en nada,

me prosternaba tierno en tu presencia,

y solo en la oración me consolaba.

Como próximos míos los veía,

y los trataba con dulzura tanta,

como si fueran mis hermanos propios,

cuando ellos se afligían, yo lloraba.

Y con todo se alegran de mis males,

me injurian, me persiguen y me dañan,

todos se han conjurado en ruina mía,

sin que yo pueda adivinar la causa.

Tú, Señor, una vez los disipaste,

pero tampoco pudo su desgracia

hacer que se arrepientan, pues muy presto

volvieron con más ímpetu a la carga.

Se esforzaron de nuevo en destruirme,

esta vez me atacaron con más saña,

su odio fue tan feroz y tan horrible,

que parecía verdadera rabia.

¿Cuándo será, Señor, que la cabeza

vuelvas hacia ellos, y que los ojos abras

para ver las maldades espantosas,

que con tanto tesón contra mí fraguan?

No me dejes, mi Dios, abandonado

a la malicia bárbara y extraña

de estos leones rabiosos, que me esperan

para despedazarme con sus garras.

Yo cantaré, Señor, tus beneficios

en tu asamblea general y santa,

y en presencia también de todo el pueblo

alegre cantaré tus alabanzas.

Que no tengan, Señor, estos malvados

el gusto inicuo, la feroz jactancia

de decir que han logrado sus designios,

y que puesto me tienen a sus plantas.

Ve cómo me aborrecen y persiguen

sin motivo ninguno, y no les basta,

puesto que al odio la traición añaden,

y se atreven a hacerme buena cara.

Me hablan como si fueran mis amigos,

pero luego me hieren por la espalda,

ni piensan más que solo en engañarme

con falaz y dolosa confianza.

Al punto que creyeron que mi ruina

era cierta, y estaba consumada,

gritaron: bueno, bueno, ya le vemos

como nuestro furor le deseaba.

Y tú que eres, mi Dios, fiel testigo

de todas estas cosas, ¿cómo callas?

levántate, Señor, pues que eres justo,

examina, y sentencia da a mi causa.

Pronúnciala, Señor, según hallare

tu justicia infalible y soberana:

mas no permitas que tener consigan

complacencia tan áspera y amarga.

Que no digan sus duros corazones

bueno, bueno, alégrese nuestra alma,

que ya vencido está, ya está perdido,

y hemos logrado al fin nuestra venganza.

Que al contrario, Señor, en vez del gozo

que pretenden tener con mis desgracias,

se estampe en sus semblantes la vergüenza

con el negro carácter de la infamia.

Confúndelos, Señor, que me aborrecen,

y con mucha insolencia de mí hablan;

confúndelos, que atroces me persiguen,

y su furia un instante no descansa.

Da este dulce consuelo a los honrados

que mi candor y mi inocencia claman,

para que glorifiquen tu justicia

y puedan tributarte humildes gracias.

Que digan sin cesar: sea bendito

el Señor que ha calmado nuestras ansias,

y que quiso benévolo y propicio,

dar la paz a su siervo, que lo ama.

Y mi lengua también tierna y humilde,

de amor y gratitud arrebatada,

celebrará tu próvida justicia,

y cantará sin cesar tus alabanzas.

DEL “SALTERIO POÉTICO ESPAÑOL”, SIGLO XVIII

Salmo completo: Bonar6 titula este Salmo: «Rotunda y lapidaria declaración de un Justo sobre aquellos que le aborrecen sin causa», y añade el siguiente comentario: «En el transcurso del día sin fin de la eternidad, aún el propio Señor Jesús entonará las “alabanzas” del Padre7 con un marcado énfasis en su “justicia”, una justicia que será universalmente declarada y claramente expuesta tanto en el destino de los que odiaban el Redentor ofrecido, como en la salvación de aquellos que le recibieron aceptando el ofrecimiento. Y no habrá en esta justicia nada que aquellos que somos suyos por derecho de pertenencia no vayamos a poder compartir plenamente, puesto que en aquel día nuestros puntos de vista sobre la justicia serán mucho más claros y exhaustivos de lo que son ahora. Entonces entenderemos cosas que ahora se nos hacen muy difíciles: cómo pudo Samuel cortar en pedazos a Agag delante de Jehová;8 y los ejércitos piadosos de Israel exterminar en Canaán bajo las ordenes del Señor, a hombres, mujeres y niños inocentes.9 Y no solo podremos estar plenamente de acuerdo en la sentencia: “Sean avergonzados y confundidos” (35:4), sino incluso cantar: “Amén, Aleluya” sobre el humo del tormento.10 Deberíamos, en alguna medida, ser capaces de asimilar y hacer nuestros ahora cada uno de los versículos de este Salmo, en el espíritu en que el Juez los pronuncia, sintiéndonos sus colaboradores en la labor de juzgar al mundo;11 puesto que de todos modos, es una tarea que nos corresponderá asumir cuando lo que está escrito en las estrofas de este salmo tenga su definitivo cumplimiento.

ANDREW ALEXANDER BONAR [1810-1892]

“Christ and His Church in the Book of Psalms”, 1859

Vers. 1. Disputa, oh Jehová, con los que contra mí contienden; pelea contra los que me combaten. [Pleitea, oh Jehová, con los que contra mí contienden; pelea contra los que me combaten. RVR] [Combate, oh Señor, a los que me combaten; ataca a los que me atacan. LBLA] [¡Oh YHVH, contiende con los que contienden contra mí! ¡Pelea contra los que me combaten! BTX] [Defiéndeme, Señor, de los que me atacan; combate a los que me combaten. NVI] [Señor, ataca a los que me atacan, haz frente a los que luchan contra m. BLP] [Oh Señor, ponte en contra de los que se me oponen; pelea contra los que luchan contra mí. NTV]

Pleitea,12 oh Jehová,13 con los que contra mí contienden.14 Declárate en contra de aquellos que abogan contra mí; ataca a los que me atacan; lidia con mis contendientes.15 Si instan su demanda ante el tribunal de justicia, Señor, enfréntate allí con ellos, y golpéalos con sus propias armas. Cada uno de los santos de Dios disfrutará de este privilegio: el acusador de los hermanos16 se enfrentará al Abogado de los creyentes.17

Pelea contra los que me combaten. Si mis adversarios utilizan la fuerza y el engaño, sé tú contrincante adecuado; opón tu fuerza a la suya. Esto hace Jesús con todos sus amados, para los cuales es intercesor y defensor, mediador y campeón;18 sea cual sea la ayuda que necesiten, él se la proporcionará; cualquiera que sea la agresión, su defensa será radical y eficaz. No fallemos a la hora de encomendar nuestro caso en manos del Señor. Vana es la ayuda del hombre, pero la interposición de los cielos es segura. Lo que el salmista implora como merced, puede considerarse promesa a todos los santos: en juicio contarán con un defensor divino, en caso de conflicto con protección celestial.

C. H. SPURGEON

Pleitea, oh Jehová, con los que contra mí contienden; pelea contra los que me combaten. Estas palabras del salmista dan lugar a diversas consideraciones:

1. ¿Te condena el mundo por tu celo en el servicio a Dios? ¿Te reprocha y desprecia por tu insistencia en seguir obrando el bien? ¿Te imputa toda clase de falsedades, con hipocresía farisaica, sin tan siquiera sonrojarse? ¡No te importe! Si tu conciencia permanece tranquila y no condena en nada tu proceder; si te sientes confirmado en tu obrar por la santa Palabra; si tus objetivos no son otros que avanzar en el camino de tu salvación y proclamar la gloria de Dios, alejándote de quienes perturban la iglesia; entonces, fiel cristiano, sigue adelante en la práctica de la piedad; no te avergüences en tus laudables esfuerzos ni te desanimes por lo que te toque que padecer: siempre que puedas exclamar legítimamente: “scio cui crediderim”, “yo sé en quién he creído”,19 recuerda con consuelo que únicamente el Señor es tu Juez.20

2. ¿Te ves arrastrado injustamente ante los tribunales corruptos de los hombres? ¿Contemplas con horror cómo la verdad y la justicia son desplazadas de sus lugares naturales? ¿Presencias impotente cómo la equidad es pasada por alto sembrando pobreza por doquier? Ten un poco más de paciencia, y entretanto anima tu espíritu desalentado recordando que hay un Dios que mantiene constancia de la inocencia de tu causa, y al que en última instancia siempre puedes apelar con libertad diciendo: “Pleitea, oh Jehová, con los que contra mí contienden; pelea contra los que me combaten”.

3. ¿Has sido herido por manos maliciosas? ¿Te impide una legislación mezquina hacer uso de tus derechos y exigir restitución? ¿Algún Nimrod te oprime despiadadamente?21 ¿Hay algún Labán que te defrauda?22 ¿O un terrateniente codicioso te estruja y empobrece? Pues bien, no trates de resolverlo a tu manera recurriendo a procedimientos dudosos y métodos ilegales; no intentes convertirte en juez de tu propia causa tratando de enderezar por ti mismo los entuertos; recuerda más bien lo que enseñaba el apóstol Pablo a los Tesalonicenses: “Dios es justo y hará que sufran quienes os están ocasionando sufrimientos”.23

ISAAC CRAVEN [¿?-1660]

“Gods tribunall and mans tryal” a Sermon at Paul’s Cross”, 1630

Disputa, oh Jehová. En hebreo רִיבָ֣ה rîḇāh de רִיב rib, por tanto, más literalmente: pleitea o litiga, oponte a ellos combatiendo a los que me combaten; o también: véngame de mis adversarios.

DANIEL CRESSWELL [1776-1844]

“The Psalms of David according to the Book of Common Prayer: with Critical and Explanatory Notes”, 1843

Vers. 2. Echa mano al escudo y al pavés, y levántate en mi ayuda. [Embraza el escudo y la coraza, y levántate en mi ayuda. RVR] [Echa mano del broquel y del escudo, y levántate en mi ayuda. LBLA] [¡Echa mano del escudo y del broquel, y levántate en mi ayuda! BTX] [Toma tu adarga, tu escudo, y acude en mi ayuda. NVI] [Embraza el escudo, ponte la coraza y decídete a actuar en mi ayuda. BLP] [Ponte tu armadura y toma tu escudo; prepárate para la batalla y ven en mi ayuda. NTV]

Embraza el escudo, ponte la coraza, y levántate en mi ayuda. Una metáfora vívida y hermosa en la que el Señor es representado como un guerrero armado para la batalla, interponiéndose entre su siervo y sus enemigos. Es posible que la mención específica del escudo y la coraza, armas defensivas, guarde una relación con las protecciones mayores y menores de la providencia;24 la idea del Señor levantándose, como alguien que se pone de pie, simboliza su acción decidida y celosa de proteger a su siervo en la hora del peligro. Estas imágenes poéticas nos muestran hasta qué punto el salmista alcanzó una comprensión de la existencia y poder de Dios; concibiéndolo como un personaje real propiamente dicho, y obrando como tal en la defensa y protección de sus afligidos.

C. H. SPURGEON

Echa mano al escudo y al pavés. La palabra hebrea traducida aquí como “escudo” es: מָגֵ֣ן māḡên, y era más bien una rodela, un artilugio defensivo de tamaño reducido destinado exclusivamente a parar golpes en la defensa rápida.25 La palabra traducida por “pavés” es: וְצִנָּ֑ה wəṣinnāh de צִנָּה tsinnah, que doblaba en tamaño y peso al מָגֵ֣ן māḡên y lo utilizaba la infantería de choque; mientras que el מָגֵ֣ן māḡên, al ser más ligero y manejable, lo utilizaba preferentemente la caballería. El מָגֵ֣ן māḡên equivaldría al “clypeus”, el “clípeo” de los romanos, mientras que el צִנָּה tsinnah se corresponde con lo que conocemos normalmente como escudo de protección integral, el tipo de escudo de mayor tamaño, en forma de teja, de en medio del cual surgía un pincho en forma de daga, y que en las batallas de la antigüedad lo hacía muy útil tanto de arma defensiva como ofensiva.

JAMES ANDERSON [1804-1863]

en una nota editorial en su traducción al inglés del “Comentario a los Salmos” de JUAN CALVINO [1509-1564]

Vers. 3. Saca la lanza, cierra contra mis perseguidores; di a mi alma: Yo soy tu salvación. [Blande la lanza, cierra contra mis perseguidores; di a mi alma: Yo soy tu salvación. RVR] [Empuña también la lanza y el hacha para enfrentarte a los que me persiguen; di a mi alma: Yo soy tu salvación. LBLA] [Saca la lanza y cierra el paso a mis perseguidores. Di a mi alma: ¡Yo soy tu victoria! BTX] [Empuña la lanza y el hacha, y haz frente a los que me persiguen. Quiero oírte decir: «Yo soy tu salvación.» NVI] [Empuña la lanza y detén a quienes me persiguen; dime: “Yo soy tu salvación”. BLP] [Levanta tu lanza y tu jabalina contra los que me persiguen. Quiero oírte decir: «¡Yo te daré la victoria!». NTV]

Blande la lanza, cierra contra mis perseguidores.26 Antes de que el enemigo se acerque en exceso, el Señor puede rechazarlo empujándolo hacia fuera con una prolongada lanza. Detener el asalto rechazándolo en la distancia en un acto significativo de benevolencia. De la misma manera que un guerrero valiente cubre la retirada, corta el paso a la hueste asaltante, hostigándola con su lanza con el fin de dar tiempo a su hermano más débil para que pueda escapar, así también el Señor a menudo detiene a los enemigos del creyente, hasta que recobra el aliento y logra escapar de su mano. A menudo embarca a los enemigos de Sion en algún conflicto distinto, y de ese modo su iglesia puede descansar. ¡Qué imagen tan gloriosa es esta de Jehová bloqueando el paso de los perseguidores, manteniéndoles a raya con la punta de su lanza y ganando tiempo con ello para que el santo acorralado pueda eludir su persecución!

Di a mi alma:27 Yo soy tu salvación.28 Además de mantener a raya al enemigo, el Señor puede también tranquilizar la mente de su siervo expresándole garantías directas salidas de su propia boca; asegurándole que está, y estará a salvo, bajo las alas del todopoderoso. Cuando estamos en el horno de la persecución, la certeza interior de la seguridad que tenemos en Dios es la más preciada de todas las cosas. Una sola palabra del Señor disipa todos nuestros temores.29

C. H. SPURGEON

Blande la lanza, cierra contra mis perseguidores. En tiempos de Saúl y David la lanza era el arma por excelencia: “El mismo venció a un egipcio, hombre de cinco codos de estatura; y el egipcio traía una lanza como un rodillo de tejedor, mas él descendió con un báculo, y arrebató al egipcio la lanza de la mano, y lo mató con su misma lanza”.30 Un guerrero valiente podía con una lanza manejada con destreza, defender fácilmente un paso estrecho de toda una hueste de perseguidores, dando así tiempo a sus compañeros para escapar. Las proezas de este tipo son numerosas en los relatos de las guerras en Oriente. David anhelaba que Dios adoptara el papel de su héroe defensor, cortando el paso a sus enemigos.

C. H. SPURGEON

Saca la lanza. O como dice literalmente el hebreo: וְהָ֘רֵ֤ק wəhārêq de רִיק ruq, “vacíala, sácala, desenváinala, empúñala”.31

HENRY AINSWORTH [1571-1622]

“Psalms, The Book of Psalmes: Englished both in Prose and Metre with Annotations”, 1612

Di a mi alma: Yo soy tu salvación.32 De esta afirmación sacamos dos conclusiones:

1. Que la salvación puede ser asegurada y garantizada. David jamás oraba por algo inviable; y Pedro no nos encomendaría un deber irrealizable e imposible de llevar a cabo: “sed tanto más diligentes para hacer firme vuestro llamado y elección de parte de Dios”.33 La seguridad de nuestra salvación neutraliza los aullidos amenazantes de nuestros adversarios que tratan de infundirnos dudas, como al parecer se desprende de las palabras apóstol Pablo cuando exclama: “Examinaos a vosotros mismos para ver si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis bien a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros? A menos que estéis reprobados”.34 Es evidente, por tanto, que nos es dado conocer con certeza si Cristo está en nosotros; y si Cristo está en nosotros, nosotros estamos en Cristo; y si estamos en Cristo, no podemos ser condenados, puesto que leemos claramente en Romanos que: “Ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús”.35 Los papistas niegan esta certeza: que podamos tener la seguridad de nuestra salvación; y enseñan todo lo contrario: que la salvación nunca está garantizada. ¡Pues allá ellos con su doctrina insensible y descorazonadora! Si se empeñan en convertir en un imposible para los suyos aquello que Dios ha hecho accesible y fácil a todos: “En su consejo no entre mi alma, ni mi espíritu se junte en su compañía”.36 Sin embargo, aun dando por hecho irrebatible que la plena seguridad de nuestra salvación está asegurada, de las palabras del apóstol se desprende que la certeza de esta seguridad es algo que nos corresponde a nosotros constatar. Y ello hace que:

2. Aún los mejores entre los santos anhelen en momentos determinados mayor seguridad de su salvación. David sobradamente sabía que contaba con el favor de Dios: “Por esto sé que conmigo te complaces”;37 y no obstante, vemos que suplica a su Señor implorando que le proporcione mayor seguridad: “dic animae”, esto es: “Di a mi alma: Yo soy tu salvación”. Lo que nos lleva a concluir que a pesar de que sabemos que somos salvos y que iremos al cielo, la certezas de ello nunca nos resultan bastantes ni suficientes.

THOMAS WATSON [1620-1686]

“Divine Cordial, or, The transcendent priviledge of those that love God and are savingly called”, 1663

Di a mi alma: Yo soy tu salvación. Dios puede responder a esta solicitud de garantías de nuestra salvación en distintas formas:

1. Con su propia voz: es decir, hablándonos personalmente, como hizo con Abraham cuando le prometió seguridad: “No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande”.38 Y si Dios nos garantiza consuelo hablándonos de ese modo, poco importa cuanto rujan a nuestro alrededor las furias del infierno.

2. A través de sus obras: misericordias reales y efectivas que nos otorga y con las que nos muestra que contamos con su favor, y por tanto no seremos condenados: “En esto conoceré que te he agradado, en que mi enemigo no cante victoria de mí”.39

3. Por medio del Hijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”.40

4. En las Sagradas Escrituras: que son la epístola que Dios ha dirigido a todos nosotros y su carta patente41 en la que se nos concede y garantiza todos los privilegios de la salvación. Un si quis42 de carácter universal, una declaración explícita de que si cumplimos las condiciones no hay impedimento para que seamos salvos: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo”.43

5. Por medio de sus ministros, a quienes ha encargado: “la palabra de la reconciliación”.44

6. A través del Espíritu Santo: el Espíritu de su Hijo, al cual como hijos suyos ha enviado a nuestros corazones: “clamando ¡Abba Padre!”.45

Es por medio de todas estas voces que Dios habla a sus escogidos diciéndoles: “Yo soy tu salvación” (…) “A mi alma”: No hay aflicción mayor que la aflicción del alma; ni consuelo mayor que el consuelo del alma (…) que ello nos enseñe, por tanto, a sacar mucho más partido de este “mi”. Lutero afirma que los pronombres personales encierran un sentido de divinidad. La certeza de que Dios salvará a algunos la tienen incluso los demonios. Aún los mismísimos reprobados pueden creer que hay un libro de elegidos; pero Dios nunca les ha revelado qué nombres son los que están escritos en él. El mendigo hambriento huele los manjares desde la puerta de la casa en la que se celebra el festín, pero el dueño no le dice: «Esto está reservado para ti». Poco consuelo aporta al desterrado apátrida atravesar una ciudad espléndida, y contemplar en ella edificios maravillosos, siendo que no puede exclamar: “Haec mea domus”, esta es mi casa, aquí tengo un lugar donde permanecer. Como tampoco la hermosura de aquella ciudad excelente: la Jerusalén celestial, edificada con zafiros, esmeraldas, crisólitos y otras piedras preciosas, cuyos fundamentos y paredes son de oro;46 da consuelo al alma a menos que pueda decir: “Mea civitas”, es mi ciudad, en ella poseo una mansión. Como tampoco los méritos todo-suficientes de Cristo tienen para ti valor a menos que puedas decir: tua pars et portio, y exclamar «él es mi Salvador». ¡Feliz el alma que se puede decir con el salmista: “¡Oh Señor, tú eres mi porción!”.47 Tengamos todos aceite en nuestras lámparas, no sea que si lo tenemos que comprar, mendigar o pedir prestado, nos suceda como a las vírgenes necias, nos sean cerradas las puertas de entrada como indignos de traspasarlas.48 Por tanto, hagamos nuestra la oración del salmista: “Señor, di mi alma, yo soy tu salvación” (…) Prestemos especial atención, sin embargo, con respecto a la persona a quién dirige el salmista esta oración. ¡Al Señor! Una decisión muy acertada, no se equivocó, puesto que “en ningún otro hay salvación”.49 Como bien lo expresa el profeta Oseas: “Tu destrucción, oh Israel, es obra de tu rebelión contra mí, que soy tu ayuda”.50 El mundo falla, la carne falla, el diablo mata; tan solo el Señor salva. ¿Otorgándonos qué?: salvación. Algo muy especial que todo hombre desea. A Esaú Dios le dijo: te daré fortaleza;51 a Saúl: te daré un reino;52 a Judas: te daré apostolado.53 Pero a David ¿qué le dice?: seré tu salvación; y eso solo lo dice Dios a los santos. Y por ello que David exclama ufano: “Mi salvación”.54 No “la salvación” en sentido genérico, sino “mi salvación”, personal y en particular. Ser una persona y ser un cristiano, son dos cosas distintas: persona es todo aquel que tiene capacidad de razonamiento y disfruta de las bendiciones generales de Dios; cristiano lo es únicamente aquel que tiene fe y participa de la salvación que tenemos en Cristo. En Dios hay abundante salvación,55 pero ¿a quien va dirigida? y ¿cuándo? El secreto está en el: “yo soy”, en tiempo presente. Cuando Israel se encontraba cautivo en Babilonia, sin duda que le fue de mucho consuelo saber que el Señor había dicho: “Ero tua redemptio”, yo te libraré y te redimiré,56 sí, pero ¿cuándo? La inseguridad no proporciona paz de conciencia. La única seguridad que tranquiliza verdaderamente el alma es escuchar: “Yo soy tu salvación”; como le dijo Dios a Abraham personalmente y con su propia voz: “no temas, porque yo estoy contigo”;57 no: estaré, sino: estoy, aquí y ahora, y desde ahora seguiré estándolo siempre. La esperanza diferida en el tiempo y el espacio desalienta el corazón; por tanto, oremos para que todo aquello que el Señor nos ha prometido y garantizado, no lo demore; unámonos a la súplica del salmista y exclamemos juntamente con el: “Di a mi alma: Yo soy tu salvación”.

THOMAS ADAMS [1583-1653]

“Heaven Made Sure; or, The Certainty of Salvation – Sermon on Psalm XXXV”, 1615

Vers. 4. Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida; sean vueltos atrás y avergonzados los que mi mal intentan. [Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida; retrocedan y sean afrentados los que mi mal intentan. RVR] [Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida; sean puestos en fuga y humillados los que traman el mal contra mí. LBLA] [Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida, sean vueltos atrás y confundidos los que intentan mi mal. BTX] [Queden confundidos y avergonzados los que procuran matarme; retrocedan humillados los que traman mi ruina. NVI] [Que sean defraudados y humillados los que desean mi muerte, que retrocedan y queden turbados los que pretenden dañarme. BLP] [Avergüenza y causa deshonra a los que tratan de matarme; hazlos retroceder y humilla a los que quieren hacerme daño. NTV]

Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida.58 No hay en estas palabras ninguna intencionalidad maliciosa; simplemente el calumniado anhela justicia, y la petición es natural y justificada. El salmista, guiado por el Espíritu de Dios, predice la confusión eterna de todos aquellos que aborrecen a los justos. La porción de los enemigos del evangelio será un desengaño vergonzoso, y ni aún el cristiano de corazón más tierno puede desearlo de otra manera. Mirando a los pecadores como seres humanos, los amamos y deseamos su bien; pero cuando los consideramos como enemigos de Dios, no podemos por menos que detestarlos y experimentar un noble deseo de que sean confundidos en sus añagazas. Ningún ciudadano leal puede desear bien a los rebeldes. Es posible que más de un sentimentalista quisquilloso ponga sus objeciones al lenguaje duro y tajante de este versículo, pero la verdad es que todas las personas de bien, en el fondo de sus corazones desean la confusión de los inicuos.

C. H. SPURGEON

Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida; retrocedan y sean afrentados los que mi mal intentan. David da comienzo sus imprecaciones en este versículo; no obstante, como señala Teodoreto,59 no las plantea en forma de maldición, sino más bien de profecía. Admitiendo que en algún momento y por alguna razón determinada nos veamos en la necesidad de recurrir a la imprecación, ante todo debemos asegurarnos de que nuestra causa sea justa y absolutamente legítima; en segundo lugar, que no responda a motivos personales o de venganza, sino únicamente para la gloria de Dios; y en tercer lugar, asegurarnos de no pronunciar ni una sola sílaba en sentido imprecatorio sin contar con la guía de Espíritu.

JOHN TRAPP [1601-1669]

“A commentary or exposition upon the books of Ezra, Nehemiah, Esther, Job and Psalms”, 1657

Vers. 4, 8, 26. ¿Tenemos que entender estas oraciones imprecatorias como una expresión de venganza?60 Las encontramos básicamente en cuatro Salmos: el Salmo 7, Salmo 35, Salmo 69 y Salmo 109, y en ellos el tono de las imprecaciones sigue un orden progresivo ascendente, con un clímax final ciertamente apoteósico, donde los anatemas sobrepasan los treinta. ¿Se trata de meros estallidos de ira y pasión no santificada o hemos de ver en ellos la expresión legítima de una indignación justa y procedente? ¿Cabe justificarlos como fruto del llamado “espíritu de Elías”,61 no ajeno a la santidad, ciertamente, pero muy alejado de la mansedumbre y ternura de Cristo? ¿Son formas estereotipadas en las que eventualmente puede manifestarse el espíritu de devoción? ¿Hay que entenderlos exclusivamente dentro del contexto del judaísmo o caben también como parte de la fe cristiana? Una escrupulosidad mal entendida y conmiseración mal informada, ha conducido a muchos al rechazo de estos textos sagrados, llevándoles al punto de eludir por entero su lectura. Hay personas a quienes se les pega la lengua y tiemblan los labios cuando se ven en la situación de tenerlos que recitar como parte de la liturgia congregacional, y en consecuencia, bien lo hacen de mala gana, conteniendo el aliento y negando en su corazón la autenticidad de las palabras que pronuncian; o recurriendo a las consabidas reservas mentales, obviando su interpretación literal y entendiéndolos alegóricamente o en sentido figurado. No han faltado quienes hayan tratado de conciliar su contenido interpretando sus frases no como la expresión de un deseo real e inmediato, sino una predicción futura de carácter generalista; pero el texto hebreo, que distingue con la suficiente claridad los tiempos verbales, descarta por completo tal posibilidad. Otros han intentado espiritualizarlos, viendo en sus expresiones la lucha del alma contra sus enemigos espirituales. Y, finalmente, están aquellos que los defienden como expresiones legítimas de un justo celo en defensa del honor de Dios, y nos acusan de que si no simpatizamos con este celo, no es porque nuestra visión de la fe cristiana sea más elevada, más pura y sublime, sino porque nuestros corazones son fríos.

Sin embargo, la verdadera la fuente de la dificultad interpretativa que plantean estos salmos, hemos de buscarla por otro camino, en el hecho lamentable de que con frecuencia no distinguimos correctamente las diferencias esenciales entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. La antigua dispensación era en todos los sentidos mucho más estricta y severa que la nueva. El llamado “espíritu de Elías”, aunque no fuera de por sí un espíritu malo, está claro que no era el espíritu de Cristo, pues: “El Hijo del Hombre no vino para destruir las almas de los hombres, sino para salvarlas”.62 Y sus discípulos se hacen partícipes del mismo espíritu a través de él.

Pero este espíritu tan claramente reflejado en el Nuevo Testamento, no era el del antiguo Israel. La nación judía había sido entrenada en un contexto mucho más difícil, en el que las guerras de exterminio eran habituales; y forjada en una disciplina de aniquilación de los idólatras. Y es evidente que tal disciplina, aunque necesaria en razón del contexto, en nada contribuía a fomentar las virtudes más generosas y humanitarias; por lo que resulta comprensible que educado en sus normas, incluso un hombre justo y recto, sintiendo que era su deber erradicar el mal donde quiera que lo detectara, identificando, como vemos que hace el salmista, a sus propios enemigos con los enemigos de Jehová, utilizara un tipo de lenguaje que a nosotros, nacidos y educados en otro contexto cultural, nos parece inexplicable e innecesariamente vengativo. Pero para las personas formadas en el contexto del Antiguo Testamento, lo que ahora nosotros denominamos «tolerancia religiosa», no tan solo era un concepto equivocado, sino absolutamente inconcebible.

No deja de ser cierto que algunos pasajes del Antiguo Testamento prohíben la venganza de forma tan explícita como el Nuevo Testamento, y así leemos en Levítico: “No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo”; pero no pasemos por alto la limitación: “a los hijos de tu pueblo”.63 Y tampoco es menos cierto que en el Nuevo Testamento nos encontramos con casos de imprecaciones, como cuando San Pablo exclama:” Alejandro el calderero me ha causado muchos males; el Señor le pague conforme a sus hechos;64 o cuando le dice al sumo sacerdote Ananías: “¡Dios te va a golpear a ti, pared blanqueada!”;65 o: “Si alguno no ama al Señor Jesucristo, sea anatema”.66 Pero tales expresiones espontáneas de indignación, son muy distintas en su naturaleza misma, de las imprecaciones detalladas, deliberadas y cuidadosamente elaboradas que encontramos en estos Salmos. Tampoco las denuncias y supuestas amenazas de nuestro Señor a que hace referencia Hengstenberg,67 guardan un paralelo; pues no son maldiciones explícitas sobre los individuos, sino más bien expresiones solemnes de una gran verdad: “si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente”.68 Pero digan lo que digan algunos pasajes en particular, está muy claro que el tono general dominante en ambos pactos, Antiguo Testamento y Nuevo Testamento, es esencialmente distinto. Y negar que esto es así, no redunda en honra a Moisés, sino en deshonra de Cristo: “Oísteis que fue dicho a los antiguos… más yo os digo”.69 Tampoco hay que olvidar, por otro lado, que las imprecaciones que encontramos en estos salmos, no son fruto del deseo apasionado de venganza personal. El dulce cantor de Israel, sin duda, ve en sus enemigos a los enemigos de Dios y de su Iglesia; su visión es de que aquellos que no están con él están en contra de Dios. Y puesto que el celo por la casa de Dios le devora y consume,70 ora para que todos aquellos que obran maldad sean erradicados. Por tanto, su indignación es justa, a pesar de que a nosotros pueda parecernos errada en sus objetivos o excesiva en sus enunciados.71

El hecho de que una nube oscura ocultara de la visión de los santos del Antiguo Testamento el futuro juicio divino del mundo en los tiempos a venir, cabe como alegación y excusa de su deseo de tomar venganza sobre sus enemigos en el presente. La confusión y apremio que el problema de la equidad en la justicia de Dios ejercía sobre sus mentes, resulta más que evidente a partir de numerosos pasajes en los Salmos.72 Su anhelo era ver la justicia manifiesta cuanto antes. Y no concebían otra forma de manifestarla que en la exaltación evidente e inmediata de los justos y destrucción evidente e inmediata de los malos, aquí y ahora. Puestos como tenían sus ojos de forma permanente y exclusiva, tan solo en la recompensa temporal, sus deseos de destrucción de los impíos, y sus oraciones en este sentido, son absolutamente comprensibles; en tanto que los eventos del porvenir permanecían, en gran medida, ocultos a su mirada. De haberlos vislumbrado, probablemente sus oraciones habrían sido distintas, y en lugar de desear: “el ángel del Señor los acose” (35:6); y “sean borrados del libro de la vida”;73 hubieran más bien exclamado, siguiendo el ejemplo del que colgaba de la cruz: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.74

JOHN JAMES STEWART PEROWNE [1823-1904]

“Commentary on the Book of Psalms”, 1864

Vers. 4, 8, 26. En lo que hace a sentimientos de venganza, los de David estaban muy por debajo de los atribuibles a cualquier otro personaje público al que podamos aludir en el transcurso de la historia. Su comportamiento con respecto a Saúl revela, desde principio a fin, un espíritu singularmente noble, muy alejado de cualquier deseo camal de venganza;75 y la mansedumbre con la que soportó los reproches acerbos de Simeí,76 da testimonio de ese mismo espíritu después de su acceso al trono (…) Cuando analizamos la vida y comportamiento de David de forma inteligente y justa, la conclusión a la que llegamos en este sentido es ciertamente sorprendente; puesto que no es habitual un temperamento tan manso y aplacable, en un hombre dotado de una fuerza de voluntad tan enorme, con pasiones tan intensas, y ostentando además tanto poder. Incluso en medio las peores situaciones, especialmente propensas a los arranques súbitos del resentimiento y ardor repentino, jamás se precipitaba en decisiones vengativas.77 Y sería inexplicable que se mostrara menos dueño de sí mismo en sus momentos de reposo y comunión con Dios, escribiendo salmos; de lo que se muestra en sus momentos difíciles y más propensos al enojo y enfrentamiento; de manera especial cuando algunos de estos salmos expresan un sentido de comprensión tan agudo de la atrocidad de su propio pecado. Todo lo contrario, hablando de sus enemigos implacables no duda en afirmar: “Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio; afligí con ayuno mi alma, Y mi oración se volvía a mi seno. Como por mi compañero, como por mi hermano andaba; como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba” (35:13-14). Y en lo que hace a su comportamiento con ellos exclama: “Jehová Dios mío, si yo he hecho esto, si hay en mis manos iniquidad; si he dado mal pago al que estaba en paz conmigo (antes he libertado al que sin causa era mi enemigo), persiga el enemigo mi alma, y alcáncela; huelle en tierra mi vida, y mi honra ponga en el polvo”.78 Conviene, por tanto, situar las imprecaciones que hallamos en algunos textos de este y otros salmos, al lado de estas otras declaraciones pronunciadas casi en paralelo por la misma boca y con el mismo aliento, y pensarlo dos veces antes de sacar conclusiones precipitadas y emitir juicios de valor erróneos e incongruentes.

WILLIAM BINNIE [1823-1886]

“The Psalms: Their History, Teachings, and Use”, 1870

Vers. 5. Sean como el tamo delante del viento, y el ángel de Jehová los acose. [Sean como el tamo delante del viento, cuando el ángel de Jehová los acose. RVR] [Sean como paja delante del viento, con el ángel del Señor acosándolos. LBLA] [Sean como la paja al viento, y el Ángel de YHVH los acose. BTX] [Sean como la paja en el viento, acosados por el ángel del Señor. NVI] [Que sean como paja frente al viento cuando el ángel del Señor los acose. BLP] [Sopla y espárcelos como paja en el viento, un viento mandado por el ángel del Señor. NTV]

Sean como el tamo delante del viento.79 Fueron rápidos y veloces a la hora de atacar, que sean ahora igual de ligeros su precipitad huida. Que sus propios temores y las acusaciones de sus conciencias los amedrenten de tal modo que la más suave brisa de dificultades los zarandee llevándolos de aquí para allá. Los impíos carecen de todo peso moral en su carácter, son livianos en su comportamiento, y desconocen lo que es solidez y raíces; justo es, por tanto, que si por voluntad propia se convierten moralmente en paja, sean tratados como tal. Cuando se cumple esta imprecación en las personas de carecen de la gracia, descubren lo terrible que resulta vivir constantemente en la inquietud, sin un instante de reposo, sin paz en la mente ni quietud en el alma, arrastrados siempre de duda en duda, de temor en temor, de miseria en miseria.

Cuando el ángel de Jehová los acose.80 Los ángeles caídos les perseguirán, y los ángeles buenos les afligirán. La suerte de aquellos que se gozan ahora persiguiendo a los demás, será la de ser acosados por espíritus vengadores. Observemos la escena completa tal y como el salmista la esboza: primero el enemigo furioso es detenido y mantenido a raya (35:1-3); después, obligado a dar media vuelta y huir precipitadamente (35:4); a continuación perseguido por mensajeros fulgurantes de los cuales no hay escape posible (35:5); en tanto que su camino se va haciendo cada vez más tenebroso y resbaladizo (35:6-7), y su destrucción repentina más inminente y abrumadora (35:8).

C. H. SPURGEON

Sean como el tamo. En hebreo: כְּמֹ֥ץ kəmōṣ de מֹץ mots,81 “vilano o papus”, que se esparce con un soplo.82

JOHN MORISON [1791-1859]

“An Exposition of the Book of Psalms”, 1829

Vers. 6. Sea su camino tenebroso y resbaladizo, y el ángel de Jehová los persiga. [Sea su camino tenebroso y resbaladizo, y el ángel de Jehová los persiga. RVR] [Sea su camino tenebroso y resbaladizo, con el ángel del Señor persiguiéndolos. LBLA] [Sea su camino tenebroso y resbaladizo, y el Ángel de YHVH los persiga. BTX] [Sea su senda oscura y resbalosa, perseguidos por el ángel del Señor. NVI] [Que sea su camino resbaladizo y sombrío cuando el ángel del Señor los persiga. BLP] [Haz que su camino sea oscuro y resbaladizo, y que el ángel del Señor los persiga. NTV]

Sea su camino tenebroso y resbaladizo.83 ¡Una frase corta pero que aglutina todos los terrores! En total oscuridad, sin punto de apoyo, y con un feroz vengador pisándoles talones! Que destino tan aciago el que se asigna a los enemigos de Dios! ¡Pueden ahora despotricar y rugir todo lo que quieran, pero en cuanto cambien las tornas lo pasarán muy mal.

Y el ángel de Jehová los persiga Les perseguirá a la carrera, en dos zancadas, como solemos decir, sin volverse a un lado ni otro, con la tenacidad desesperante de un rastreador fiable al servicio de la ejecución de venganza contra ellos, obstinado en su captura en nombre de la justicia inquebrantable. ¡Ay, ay, ay, de aquellos que se atreven a tocar el pueblo de Dios; porque su destrucción será rauda y segura!84

C. H. SPURGEON

Sea su camino tenebroso y resbaladizo. Un camino horrible, para echarse a temblar. ¿Pues quién no tiene pánico a las tinieblas? ¿Y quién no trata de evitar un camino resbaladizo? Cuando el camino es tenebroso y resbaladizo, ¿por dónde ir? ¿dónde apoyar el pie? Estos dos males: la oscuridad de la ignorancia, y el resbalón de la lujuria; constituyen el gran castigo, son el azote de los hombres. “Sea su camino tenebroso y resbaladizo, y el ángel del Señor los persiga”, para que no puedan levantarse ni permanecer en pie. Todo aquel que sumido en tinieblas, se ve en la necesidad de avanzar por un sendero resbaladizo, cuando se da cuenta que al menor intento de moverse resbala, y que la falta de luz le impide ver donde pone los pies, lo más natural es que se quede quieto y aguarde hasta que aparezca la luz. Pero en este caso no pueden, porque detrás tienen al ángel del Señor persiguiéndoles.85

AGUSTÍN DE HIPONA [354-430]

Y resbaladizo. En hebreo: וַחֲלַקְלַקּ֑וֹת waḥălaqlaqqōwṯ de חֲלַקְלַקּוֹת chalaqlaqqoth.86 El sentido del hebreo, como constata una nota marginal en la KJV, es de “extremadamente resbaladizo”. Una circunstancia que añade terror al sentido de la imagen. No tan solo un camino oscuro, sino en extremo resbaladizo a causa de las lluvias; un camino en el que a cada momento están en peligro de deslizarse por un precipicio donde acabarán destruidos.

ALBERT BARNES [1798–1870]

“Notes, critical, explanatory, and practical, on the book of Psalms”, 1868

Vers. 7. Porque sin causa escondieron para mí su red en un hoyo; sin causa cavaron hoyo para mi alma. [Porque sin causa me tendieron una trampa; sin causa cavaron hoyo para mi alma. RVR] [Porque sin causa me tendieron su red; sin causa cavaron fosa para mi alma. LBLA] [Porque sin causa me tendieron su red, sin motivo cavaron fosa para mi alma. BTX] [Ya que sin motivo me tendieron una trampa, y sin motivo cavaron una fosa para mí. NVI] [Pues sin motivo me tendieron una trampa, sin motivo me cavaron una fosa. BLP] [Yo no les hice ningún mal, pero ellos me tendieron una trampa; no les hice ningún mal, pero cavaron una fosa para atraparme. NTV]

Porque sin causa me tendieron una trampa; sin causa cavaron hoyo para mi alma El salmista expone en este versículo el onus probandi, todo el peso de la prueba contra los servidores del diablo que le acusan: “Porque sin causa”: sin que les haya causado daño, injuriado, atacado o provocado; movidos exclusivamente por su propia malicia: “me tendieron su red, cavaron fosa para mi alma”, de la misma manera que hombres cazan por diversión, con astucia y engaño. ¡Cuántos incautos han arruinado sus vidas por trampas que les han tendido, y en las que han caído de manera tan inocente como los animales que precipitándose en fosas ocultas son atrapados en una red. La experiencia de padecer persecución inmerecida; sufrir enemistad, intimidación y violencia sin que haya habido delito intencional de nuestra parte, no es cosa fácil de sobrellevar. David afirma por dos veces en este versículo que sus adversarios han tramado contra él: “sin causa”. El cavar hoyos y tender redes requiere tiempo y esfuerzo, pero los impíos lo aportan de buena gana con tal de atacar y derribar al pueblo de Dios. La guerra justa es legítima en hombres honorables, pero los adversarios de la iglesia de Dios optan por esquemas mezquinos y poco generosos, que no hacen sino demostrar su naturaleza y origen. Debemos mantenernos en guardia constante, puesto que los lazos y trampas siguen siendo las armas favoritas de los poderes del mal.

C. H. SPURGEON

Porque sin causa escondieron para mí su red en un hoyo. David trata de explicar que habían cavado un hoyo y ocultado su boca con una red cubriéndola con tierra, con el propósito explícito de que la pisara inadvertidamente y cayera en él.

DAVID KIMCHI [1157-1236]87

Vers. 8. Véngale el quebrantamiento sin que lo sepa, y la red que él escondió lo prenda; con quebrantamiento caiga en ella. [Sobre cada uno de ellos caiga de improviso la ruina, lo prenda la misma red que escondió, y en su fosa se hunda. RVR] [Que venga destrucción sobre él sin darse cuenta, y la red que él mismo tendió lo prenda, ¡que caiga en esa misma destrucción. LBLA] [Véngale la destrucción inesperada; préndalo la red que él mismo puso, y caiga en ella con quebranto. BTX] [Que la ruina los tome por sorpresa; que caigan en su propia trampa, en la fosa que ellos mismos cavaron. NVI] [Que los sorprenda un desastre inesperado, que los atrape la trampa que tendieron, que caigan en la fosa que cavaron. BLP] [Por eso, ¡que la ruina les llegue de repente! ¡Que queden atrapados en la trampa que me tendieron! Que se destruyan en la fosa que cavaron para mí. NTV]

Sobre cada uno de ellos caiga de improviso la ruina. Esta tremenda imprecación se cumple con frecuencia. Los juicios de Dios son a menudo repentinos y notables. Muerte penetra en la casa del perseguidor sin detenerse a llamar a la puerta. El rayo de juicio abandona de un salto su escondite, y deja de un solo golpe a los malos hechos pedazos para siempre.

Lo prenda la misma red que escondió, y en su fosa se hunda. Vemos aquí una lex talionis88 divina que obra a menudo de la manera más sorprendente. Los hombres tienden trampas, y sus propios dedos les quedan enganchados en ellas. Tiran piedras, y estas caen sobre sus cabezas. ¡Con cuánta frecuencia Satanás se pasa de listo y se chamusca los dedos en sus propios carbones!89 Esto será, sin duda, uno de las agravantes de infierno, los condenados se atormentarán a sí mismos con aquello que acostumbraban maquinar contra otros en sus mentes rebeldes. Maldicen, y son maldecidos;90 tiran coces, y dan contra el aguijón desgarrando sus propias carnes;91 lanzan diluvios de fuego, y son ellos los que se queman y consumen por dentro y por fuera.

C. H. SPURGEON

Sobre cada uno de ellos caiga de improviso la ruina. O también “una tempestad”,92 como las tormentas de arena que suelen producirse en Oriente causadas por el viento del Sur: repentinas, violentas, y absolutamente destructivas.

JOHN GILL [1697-1771]

Exposition of the Old Testament”, 1748

Lo prenda la misma red que escondió, y en su fosa se hunda. El Señor preservó la vida de David, dándole cuerda Ahitófel para frustrar después su consejo.93 ¿Quién no se admira de que el poderoso Goliat fuera rematado con su propia espada,94 y que el orgulloso Naamán tuviera que sostener el estribo de Mardoqueo como heraldo de su honor y acabara colgado en la horca que había levantado para darle muerte?95 Los malvados se desploman derrotados por sus propias acciones; y todas las flechas que disparan contra el justo caen de nuevo sobre sus propias cabezas.96 Majencio97 construyó un falso puente con el propósito de ahogar a Constantino,98 pero fue él mismo quien pereció ahogado en él. Enrique III de Francia fue apuñalado en la misma estancia en la que colaboró a fraguar la cruel matanza de los, hugonotes, los protestantes franceses.99 Y su hermano Carlos IX,100 que se deleitaba en la sangre de los santos, tuvo que beber sangre hasta la saciedad, porque era un indigno. Es habitual que Dios haga caer a los perseguidores de su pueblo en las mismas trampas y fosas que se han cavado para atrapar a los santos, tal y como en este, nuestro país, tantas miles de personas han tenido ocasión de experimentar. Y a pesar de que a día de hoy, Roma y sus aliados son una verdadera máquina de colocar trampas y más trampas, y excavar fosas y más fosas para lograr atrapar a todos aquellos justos que antes prefieren quemar en una hoguera que inclinarse ante sus Baales; sorbeos creyentes vuestras lágrimas por un tiempo, tan solo llorad y esperad un poco; y veréis como el Señor les conduce a caer en sus mismas trampas y hundirse en las mismas fosas que han abierto y ahondado para atrapar a su pueblo.101

THOMAS BROOKS [1608-1680]

“The Crown and Glory of Christianity or Holiness, the Only Way to Happiness”, 1662

Lo prenda la misma red que escondió, y en su fosa se hunda. ¡Como te atreves, necio e insensato, a oponer tus propios propósitos a los designios del Altísimo! Quién planea el mal para otro, cae finalmente en su propia fosa; y aún el más astuto y ladino entre los que maquinan contra su prójimo, acaba atrapado en la red que había preparado para él. Pero la virtud sincera y libre de engaño, cual majestuosa palmera, se yergue con superior fortaleza y alza con mayor vigor cuanto más zarandeada y oprimida.

PIETRO METASTASIO [1698-1782]102

Vers. 9. Entonces mi alma se alegrará en Jehová; se regocijará en su salvación. [Entonces mi alma se alegrará en Jehová; se regocijará en su salvación. RVR] [Y mi alma se regocijará en el Señor; en su salvación se gozará. LBLA] [Mi alma se deleitará en YHVH, se regocijará en su salvación. BTX] [Así mi alma se alegrará en el y se deleitará en su salvación. NVI] [Y yo en el Señor me alegraré, por su salvación me llenaré de gozo. BLP] [Entonces me alegraré en el Señor; estaré feliz porque él me rescata. NTV]

Entonces mi alma se alegrará en el Señor.103 De tal modo rescatado, David atribuye todo el honor de su rescate al Juez de los justos; no dedica una sola mención de gloria a su propio valor ni a la fuerza de su brazo. Se olvida de sus adversarios para volverse hacia a su Dios, y encuentra en el Señor un solaz y gozo constante, una alegría que enardece y embriaga su espíritu.

Se regocijará en su salvación. Nuestro triunfo no está en la destrucción de otros, sino en la salvación que Dios nos otorga. La oración debe enunciar siempre alabanza, y por tanto, nos haría bien ser más expresivos en demostrar nuestro santo regocijo. No hacemos sino robarle a Dios, cuando ocultamos nuestros sentimientos de gratitud limitando la expresión de nuestras emociones.

C. H. SPURGEON

Entonces mi alma se alegrará en Jehová; se regocijará en su salvación. La mayoría de seres humanos atribuyen el haberse librado de importantes peligros a su buena suerte o fortuna favorable; otros a su propia destreza y habilidades; y pocos, muy pocos si es que alguno, dan a Dios toda la gloria de su liberación. David se compromete aquí afirmando que no olvidará el favor que Dios le había otorgado. “Mi alma –dice– se regocijará”, no en una liberación fortuita de la cual ignore su verdadero autor, sino “en su salvación”, en la liberación de la que Dios le había hecho objeto. Y a fin de reforzar su afirmación y recalcar la solemnidad de su promesa, asigna a sus huesos la función de proclamar la gloria divina: “Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú, que libras al afligido del más fuerte que él, y al pobre y menesteroso del que le despoja?” (35:10). No satisfecho de que sea únicamente su lengua quién ejerza ese cometido, involucra a todos los miembros de su cuerpo en la honrosa tarea rendir alabanzas a Dios. No hay duda que el estilo de lenguaje que utiliza es hiperbólico, pero es la mejor manera que encuentra de mostrar sin fingimientos, que su amor a Dios, era algo tan intenso, que incluso estaba dispuesto a emplear sus tendones y huesos en poner de manifiesto la realidad y autenticidad de su devoción.

JUAN CALVINO [1509-1564]

Vers. 10. Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú, que libras al afligido del más fuerte que él, y al pobre y menesteroso del que le despoja?. [Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú, que libras al afligido del más fuerte que él, y al pobre y menesteroso del que le despoja?. RVR] [Dirán todos mis huesos: Señor, ¿quién como tú, que libras al afligido de aquel que es más fuerte que él, sí, al afligido y al necesitado de aquel que lo despoja. LBLA] [Todos mis huesos dirán: Oh YHVH, ¿quién como Tú, que libras al débil del que es más fuerte que él, y al pobre y menesteroso del que lo despoja? BTX] [Así todo mi ser exclamará: «¿Quién como tú, Señor? Tú libras de los poderosos a los pobres; a los pobres y necesitados libras de aquellos que los explotan.». NVI] [Todo mi ser proclamará: “Señor, ¿quién como tú?” Tú libras al débil del que es más fuerte, al humilde y al pobre del explotador. BLP] [Con cada hueso de mi cuerpo lo alabaré: «Señor, ¿quién se compara contigo? ¿Quién otro rescata a los indefensos de las manos de los fuertes? ¿Quién otro protege a los indefensos y a los pobres de quienes les roban?». NTV]

Todos mis huesos104 dirán: Jehová, ¿quién como tú?105 Como si la lengua no le fuera suficiente para bendecir a Dios, David convierte en voz todas y cada una de las partes de su cuerpo: “Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú?” hace resonar toda su anatomía con gratitud. Estos mismos huesos que habrían sido quebrantados y triturados por mis enemigos, alabarán ahora a Dios; cada uno le rendirá su propio homenaje, atribuyendo excelencia incomparable a Jehová, el Salvador de su pueblo.106 Y aún cuando mi piel y mis tendones se desgasten, mi esqueleto seguirá magnificando al Señor:

Que libra al afligido del más fuerte que él, y al pobre y menesteroso del que le despoja. Dios es el verdadero campeón, el auténtico caballero andante defensor de todos los oprimidos.107 Donde abundan de tal modo la condescendencia, la justicia, la bondad, el poder y la compasión, deben abundar también los cánticos de gratitud entonados con entusiasmo. Dime, amado lector, ¿has sido librado del pecado, de Satanás, y de la muerte? ¿y no vas a prorrumpir en cánticos bendiciendo a tú Redentor? Eras débil y desdichado, pero en su momento Cristo vino en tu busca y te puso en libertad. Engrandece hoy al Señor, y dignifica su nombre.

C. H. SPURGEON

Todos mis huesos dirán. Estas palabras encierran la descripción más vívida que se pueda concebir, del más elevado de los deleites que alma y cuerpo puedan experimentar y expresar abiertamente. Menciona como partícipes en el regocijo primero a su alma (35:9), y a continuación todos sus huesos; queriendo indicar con ello su propósito de alegrarse no solo en su corazón, sino también con todo su cuerpo; y dejar claro que la alegría que estaba a punto de invadir todo su ser, no era de carácter ordinario, sino de primera magnitud, suficiente como para motivar a todos y cada uno de sus huesos a cantar particularmente las alabanzas de Dios.

HERMANN VENEMA [1697-1787]

“Commentarius ad Psalmos”, 1762

Todos mis huesos dirán: Señor, ¿quién como tú? En las Sagradas Escrituras las emociones se atribuyen por regla general a las vísceras;108 los huesos son considerados en este aspecto un elemento neutro y pasivo; y tan solo en dos lugares: en el presente salmo y en el Salmo 51 donde leemos: “se regocijarán los huesos que has abatido”,109 se relaciona la alegría exultante con el esqueleto. Ciertamente, la experiencia cotidiana nos demuestra que los intestinos, sí mantienen un cierto nivel de relación simpática con nuestras sensaciones más apasionadas; pero no tenemos constancia de que los huesos resulten sensibles a las alteraciones emocionales. Por tanto, debemos entender la expresión del salmista exclusivamente a nivel poético, con el propósito intencional de describir mediante palabras un tipo de alegría peculiar que traspasa todos los límites del deleite común; tan intensa y profunda, que incluso el esqueleto, la parte más dura e insensible de la estructura humana, se hace partícipe de ella. No hemos de descartar, sin embargo, que esta afirmación poética no tenga un trasfondo de verdad, pues aunque no lo percibamos, es innegable que cada partícula de nuestro cuerpo, y no tan solo las de aquellos órganos más sensibles y que resultan en apariencia más directamente afectados, sino también las de nuestros músculos y huesos, guardan una relación simpática con nuestros estados mentales.110

C. H. SPURGEON

Reflexiones sugeridas por la lectura de la obra de FRANZ JULIUS DELITZSCH [1813-1890] “A System of Biblical Psychology”, 1867

Todos mis huesos dirán: Señor, ¿quién como tú? Es decir, cuanta fortaleza y vigor haya en mí lo consumiré entonando tus alabanzas. O también, aunque no me queda ya más que la piel y los huesos, hasta este punto he llegado, con todo, con cejaré en mi empeño de alabarte.

JOHN TRAPP [1601-1669]

“A commentary or exposition upon the books of Ezra, Nehemiah, Esther, Job and Psalms”, 1657

Todos mis huesos dirán: Señor, ¿quién como tú? Mis huesos sobresalen a través de mi piel, y no obstante, todos ellos siguen alabándole. “Entonces dije: ‘He sido expulsado de delante de tus ojos; sin embargo volveré a mirar hacia tu santo templo”.111

THOMAS HALYBURTON [1674-1712]

“Memoirs of the Reverend, learned, and pious Mr. Thomas Halyburton”, 1714

Vers. 11. Se levantan testigos malvados; de lo que no sé me preguntan. [Se levantan testigos malvados; de lo que no sé me preguntan. RVR] [Se levantan testigos malvados, y de lo que no sé me preguntan. LBLA] [Se levantan testigos falsos; de lo que no sé me preguntan. BTX] [Se presentan testigos despiadados y me preguntan cosas que yo ignoro. NVI] [Surgen testigos falsos que me preguntan lo que no sé. BLP] [Testigos maliciosos testifican en mi contra y me acusan de crímenes que desconozco por completo. NTV]

Se levantan testigos falsos.112 Esta es una vieja argucia de los impíos, y no hemos de sorprendernos que la utilicen contra nosotros al igual que lo utilizaron contra nuestro Señor.113 Siempre había hombres lo bastante ruines como para calumniar a David con tal de agradar a Saúl.114

Me acusan de cosas que ni sé. Ni aún había pasado por su mente un solo pensamiento de sedición; era leal, más incluso de lo que debía,115 y sin embargo le acusaban de conspirar contra el ungido del Señor. No tan solo era inocente, sino que ni aun tenía idea del motivo de la acusación. Bueno es que nuestras manos sean tan limpias que no haya rastro de suciedad siquiera en ellas.

C. H. SPURGEON

Surgen testigos falsos que me preguntan lo que no sé. Te preguntarás: ¿Por qué permite Dios que los malvados acusen a los fieles de cosas de las que son inocentes? Si Dios quisiera podría impedirlo, cerrando de un golpe la boca de los inicuos para que no pudieran pronunciar palabra en contra de sus hijos.

Respuesta: Así como todas las cosas cooperan para bien de los que aman a Dios, también esto resulta para el bien de su pueblo. Dios lo permite en beneficio de los que son suyos, y con ello frustra las esperanzas de los malos: tratan de causar mal a los buenos, y Dios lo transforma en bien. Como dijo José a sus hermanos: “Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo”,116, y así podemos decir a los que acusan falsamente al pueblo de Dios: «Intentasteis el mal contra los santos de Dios, pero el Señor lo dispuso para bien». Y este bien que Dios saca del mal en beneficio de los suyos, tiene efectos quíntuples:

En primer lugar, sirve para humillarlos, conduciéndoles a considerar lo malo que pueda haber en si mismos. De este modo, a pesar de que sean exonerados de las acusaciones falsas y queden libres de la injusticia, su conciencia les lleva a reflexionar sobre qué pueda haber de incorrecto que se interpone entre ellos y Dios; a que escudriñen más profundamente su corazones, que procedan con mayor humildad, y se acerquen más al Señor.

En segundo lugar, sirve para ponerles de rodillas y que le busquen más a él. ¡Cuantas veces no cayo de rodillas ante Dios el profeta-salmista cuando los malvados le acusaban falsamente! ¡Cuantas veces no lanzo su grito de clamor al trono de la gracia, suplicando a Dios que defendiera su causa y le guardara en su camino, a fin de que los impíos no pudieran regocijarse en su caída! Cuando los hijos de Dios se dan cuenta de que lo que buscan los inicuos es precisamente esto: ver como los santos caen en el pecado, entonces, como hizo David, oran con mayor fervor e intensidad, diciendo: Señor, guárdame de caer por causa de mis enemigos: “No se alegren de mí mis pérfidos enemigos, ni los que me aborrecen sin causa guiñen el ojo” (35:19).

En tercer lugar, Dios usa el reproche de los malos a modo de vacuna, de medicina preventiva contra el pecado del cual los malos les acusan. En los creyentes conviven la naturaleza renovada con la no renovada, y si Dios los dejara a su aire en todo momento, serían incapaces de protegerse a si mismos adecuadamente y evitar el caer de un modo cierto y real en el pecado del cual los malos los acusan falsamente. Dios utiliza las lenguas viperinas de los malvados como advertencia contra ese pecado, para que viendo cuanto se regocijan los impíos de poderles acusar del mismo, aunque sea falsamente, se prevengan contra él, preguntándose: ¿cuánto más no se regocijarían si fuera cierto? Esto debe servirme de advertencia para protegerme en el futuro contra este pecado día tras día. Rogaré con mayor fervor implorando protección contra ese pecado, y con la ayuda de Dios, jamás tendrán ocasión de poder regocijarse en mi caída. Estoy convencido de que son muchos los hijos que pueden decir por propia experiencia, que nunca se hubieran preocupado y nunca habrían orado pidiendo protección de tal o cual pecado, de no ser porque Dios utilizó las lenguas de los impíos como elemento de prevención. Todo hombre o mujer piadoso, cuando se le acusa falsamente, puede decir: «Ciertamente, aunque no tenía constancia de ello en mi corazón, tan solo por la misericordia de Dios es que no he caído realmente en este pecado de cual me acusan; pues de no ser porque Dios valló mi camino con espinas, no me habría librado de él».

En cuarto lugar, permitiendo las falsas acusaciones Dios ejercita a los suyos a sobrevivir bajo cualquier tipo de circunstancias, en buena fama y en mala fama, aunque esta última sea falsa e injusta, y de manera especial les enseña a acercarse más a él y a confiar en él, sea cual sea la situación que atraviesen, como leemos en el Salmo 47: “Todo el día mi ignominia está delante de mí, y la vergüenza de mi rostro me ha abrumado por la voz del que me reprocha y vitupera, por la presencia del enemigo y del vengativo. Todo esto nos ha sobrevenido, pero no nos hemos olvidado de ti, ni hemos faltado a tu pacto”.117

En quinto y último lugar, permitiendo que nos acusen falsamente, Dios nos enseña a no juzgar precipitadamente a los demás; pues quién ha sido él mismo acusado injustamente, está claro que no prestará oído a rumores y murmuraciones, ni atenderá a informes dudosos sobre su prójimo; se asegurarán tres veces de la veracidad de una cosa antes de creerla, y sabrá cómo consolar a otros que se hallen en condiciones semejantes a las que él ha tenido que atravesar. De ese modo Dios transforma el bien en mal; convirtiendo a los malvados en servidores a favor de su pueblo, a pesar de que ellos piensen todo lo contrario y sigan convencidos de que le están masacrando. Pues Dios utiliza a los malvados a modo la vara y espátula para rascar en los que son suyos todo el óxido del orgullo personal, haciendo que reluzca en ellos el brillo de su gracia; y para corregir la falsa seguridad en sí mismos; y cuando la vara ha hecho su función, es arrojada al fuego. Así es cómo Dios transforma las falsas acusaciones de los malvados en beneficios para su pueblo.

ZEPHANIAH SMYTH

en un sermón titulado “The Malignant’s Plot, or. The Conspiracie of the Wicked agains the Just” predicado en Eyke, Suffolk el 23 de Junio de 1647

Vers. 12. Me devuelven mal por bien, para afligir a mi alma. [Me devuelven mal por bien, para afligir a mi alma. RVR] [Me devuelven mal por bien para aflicción de mi alma. LBLA] [Me devuelven mal por bien, causando desolación a mi alma. BTX] [Me devuelven mal por bien, y eso me hiere en el alma. NVI] [Me devuelven mal por bien, todos me han abandonado. BLP] [Me pagan mal por bien y estoy enfermo de desesperación. NTV]

Me devuelven mal por bien. Esto es un proceder diabólico; pero los impíos han aprendido de carretilla esta lección enseñada por el viejo Destructor, y la practican a la perfección, con una habilidad pasmosa.

Para afligir a mi alma.118 Le despojaron de todo consuelo, y hubieran acabado quitándole la vida de no haber sido por los oportunos rescates llevados a cabo por la mano de Dios. El deseo de los malvados sería dejar al justo desnudo y arrancarle incluso el alma si pudieran, no saben lo que es piedad. Lo único que limita la maldad humana son las barreras que Dios mismo considera oportuno establecer.

C. H. SPURGEON

Me devuelven mal por bien, para afligir a mi alma. La envidia que tenían a David ahondaba sus raíces en el bien que había hecho al matar a Goliat,119 matar a sus diez mil filisteos,120 y salvar con ello a su rey y a su país; pero Saúl y sus cortesanos le odiaban por ello y procuraban matarle.121 Así fue también con nuestro Señor Jesucristo, por todo el bien que había hecho al pueblo judío curando sus cuerpos, sanando sus enfermedades y predicándoles el evangelio para beneficio de sus almas, fue premiado con reproches y persecuciones, y al final con el oprobio de una muerte ominosa en la cruz. Y lo mismo les sucede a sus seguidores. Pero este es un mal que no quedará sin castigo, como bien nos recuerda el autor del libro de los Proverbios: “Al que devuelve mal por bien, el mal no se apartará de su casa”.122

JOHN GILL [1697-1771]

Exposition of the Old Testament”, 1748

Y eso me hiere en el alma.123 No alcanzaron a dañar su cuerpo físico, pero hirieron su alma; no lograron desvalijarle pero le robaron el consuelo. Despojaron su alma cual viuda que pierde a los hijos en los cuales tenía su amparo y deleite (este es el sentido aquí de la palabra hebrea שְׁכ֣וֹל šəḵōwl). No se conformaron con convertirle en un prófugo desterrado, sino que con malicia perversa trataron de arruinarle moralmente, de acabar con él como persona atacando su nombre y reputación, algo tan preciado y querido para David como sus propios hijos e hijas, o incluso como su propia alma. La peor lesión que se puede infligir a un alma piadosa es mediante calumnias, pues hacen que el hombre interior se alce en pie de guerra: alteran el equilibrio y la paz de la mente; impiden una meditación y contemplación sosegada; y tienden a interrumpir la comunión con Dios. Con ello la naturaleza espiritual se debilita, y el alma se siente expoliada y gravemente herida.124

C. H. SPURGEON

Vers. 13. Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio; afligí con ayuno mi alma, y mi oración se volvía a mi seno. [Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de sayal; afligí con ayuno mi alma, andaba repitiendo en mi pecho mi oración RVR] [Pero yo, cuando ellos estaban enfermos, vestía de cilicio; humillé mi alma con ayuno, y mi oración se repetía en mi pecho. LBLA] [Yo en cambio, estando ellos enfermos, me vestía de cilicio, y afligía mi alma con ayuno, hasta que mi súplica a favor de ellos me era concedida. BTX] [Pues cuando ellos enfermaban yo me vestía de luto, me afligía y ayunaba. ¡Ay, si pudiera retractarme de mis oraciones! NVI] [Pero yo, cuando ellos enfermaban, me vestía con tela de saco, ayunando me mortificaba y no dejaba de orar dentro de mí. BLP] [Sin embargo, cuando ellos se enfermaban, yo me entristecía; me afligía a mí mismo ayunando por ellos, pero mis oraciones no tenían respuesta. NTV]

Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de sayal.125 David había sido un hombre cordial y volcado a los demás; cuando Saúl enfermó había llorado amargamente, expresando abiertamente su dolor cual si se tratara un amigo cercano y querido. Su corazón se entristeció profundamente de ver a su señor enfermo.

Afligí con ayuno mi alma. Oró fervientemente intercediendo por su enemigo, haciendo de su dolencia una cuestión suya personal, implorando y confesando cual si hubiera sido su propio pecado la causa de la enfermedad que le aquejaba. Lo que demuestra el espíritu noble de David, y agrava enormemente la bajeza de los que con tanta crueldad ahora le perseguían.

Y mi oración regresó a mi propio seno.126 La oración nunca se pierde; si no logra bendecir a aquellos por quienes hemos intercedido, bendice cuanto menos a los propios intercesores. No siempre las nubes dejan caer la lluvia sobre el mismo lugar desde el cual asciende el vapor que las forma, a menudo desciende sobre otros lugares regándolos y refrescándolos; así también las súplicas hechas en un lugar, producen lluvias de misericordia en otro. Si nuestra paloma no halla donde posar su pie entre nuestros enemigos, regresará de nuevo a nuestro pecho con una hoja del olivo de la paz en su boca.127 ¡Que marcado es a lo largo de todo este salmo el contraste entre los justos y sus enemigos! Debemos esforzarnos en mantener la línea de demarcación amplia y clara.

C. H. SPURGEON

Y mi oración se volvía a mi seno. De las muchas interpretaciones y explicaciones que se dan a esta frase, la que me parece como más plausible y apropiada es la que la relaciona con la postura del adorador: puesto en pie con la cabeza inclinada hacia abajo, vuelto hacia su propio pecho para evitar cualquier distracción de la mirada; pronuncia fervientemente sus peticiones tristes y dolorosas como si las estuviera dirigiendo a su propio seno. Una postura de devoción muy común entre los judíos y musulmanes.

HADRIAN RELAND [1676-1718]

“De religione Mohammedica”, 1705

Y mi oración se volvía a mi seno. Cabe leerlo también como: “Que regrese mi oración a mi pecho”. Es decir, no les deseo mayor mal que el que pudiera desear para mi mismo, por tanto, que Dios me otorgue el mismo bien que pedí para ellos cuando oraba en su favor. Otros pasajes utilizan esta misma idea de retribución “en el seno”, tal es el caso del Salmo 79: “Y haz recaer sobre nuestros vecinos en su seno siete veces más de su infamia, con que te han deshonrado, oh Jehová”.128

HENRY AINSWORTH [1571-1622]

“Psalms, The Book of Psalmes: Englished both in Prose and Metre with Annotations”, 1612

Vers. 14. Como por mi compañero, como por mi hermano andaba; como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba. [Como por un amigo o un hermano; como el que trae luto por su madre, entristecido me encorvaba. RVR] [Como por mi amigo, como por mi hermano, andaba de aquí para allá; como el que está de duelo por la madre, enlutado me encorvaba. LBLA] [Como por mi compañero, como por mi hermano actuaba; como el que llora por su madre, afligido me humillaba. BTX] [Me vestía yo de luto, como por un amigo o un hermano. Afligido, inclinaba la cabeza, como si llorara por mi madre. NVI] [Como por un amigo o un hermano, como quien llora a su madre, caminaba triste y abatido. BLP] [Estaba triste como si fueran mis amigos o mi familia, como si me lamentara por mi propia madre. NTV]

Como por mi amigo, como por mi hermano, andaba de aquí para allá. Le acompañé asiduamente, le consolé con el mayor afecto, y simpaticé con él todo lo que pude. Probablemente se refiera a la época en que David tocaba el arpa, apartando el espíritu malo que atormentaba a Saúl.129

Como el que trae luto por su madre,130 entristecido me encorvaba.131 Como suelen hacer los dolientes, el salmista inclinó su cabeza. Cuando vio al que tenía por amigo derrumbarse, sintió el dolor más profundo que humanamente se pueda sentir. Una madre suele ser la receptora de nuestro amor más profundo, y su pérdida es la que más sentimos; tal era dolor que sentía David. Pocos son en nuestros días los maestros que comparten por los demás esas entrañas; y no obstante, así debería ser, puesto que bajo el evangelio, el amor debe ser mucho más profundo, más tierno y más entregado de lo que era bajo la ley.132 Si sintiéramos un amor más entrañable y más profundo hacia la humanidad entera, y nos ocupáramos más de sus numerosas necesidades, enfermedades y problemas, seríamos mucho más útiles y provechosos, y por supuesto, infinitamente más parecidos a Cristo: «Ora mejor quién ama mejor».133

C. H. SPURGEON

Como el que trae luto por su madre. Debido a la poligamia que se practica en Oriente, con múltiples esposas en un mismo hogar, los hijos suelen estar mucho más apegados a su madre que a su padre. El padre lo comparten con un nutrido grupo de medio-hermanos que les envidian o de los cuales están celosos; pero su madre es algo propio: ella es quien los ha criado y educado en los años de su infancia; quien los defendía cuando niños en las numerosas reyertas que se dan en los harenes; y por tanto, cuando son adultos la aman muy intensamente, lo que hace que el duelo por su deceso sea más agudo y amargo que por cualquier otra persona.

C. H. SPURGEON

Como el que trae luto por su madre. Preguntaron en cierta ocasión a Mahoma cual era la relación que ejercía en su vida mayor fuerza en sus afectos y respetos. Respondió: «La madre, la madre, la madre».

ANÓNIMO

Como el que trae luto por su madre. En el antiguo Israel se entendía que el luto por la madre era el más doloroso y penetrante que podía haber, porque era donde los afectos eran más intensos; razón por la cual a los sacerdotes, a quienes no se les permitía contaminarse acercándose a ningún cadáver de extraños, se les permitía en caso de parientes cercanos y especialmente de su madre.134

HENRY AINSWORTH [1571-1622]

“Psalms, The Book of Psalmes: Englished both in Prose and Metre with Annotations”, 1612

Vers. 15. Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron; se juntaron contra mí gentes despreciables, y yo no lo entendía; me despedazaban sin descanso. [Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron; se juntaron contra mí gentes despreciables, y yo no lo sabía; me despedazaban sin descanso. RVR] [Pero ellos se alegraron en mi tropiezo, y se reunieron; los agresores, a quienes no conocía, se juntaron contra mí; me despedazaban sin cesar. LBLA] [Pero ellos, en mi adversidad se alegran, y se juntan contra mí con otros, a quienes no conozco, y no cesan de hostigarme. BTX] [Pero yo tropecé, y ellos se alegraron, y a una se juntaron contra mí. Gente extraña, que yo no conocía, me calumniaba sin cesar. NVI] [Pero, al caer yo, ellos se alegran, se unen todos contra mí, me dañan y nada entiendo, me desgarran sin cesar. BLP] [Pero ahora que yo estoy en dificultades, ellos se ponen contentos; con aires de triunfo se unen en mi contra. Me ataca gente que ni siquiera conozco; me calumnian sin cesar. NTV]135

Se alegraron en mi tropiezo.136 Mis oscilaciones y bamboleos les eran motivo de diversión; pues el peligro estaba cerca y cantaban ya mi derrota inminente. ¡Qué eufóricos se ponen los impíos cuando ven al justo que se tambalea! «Ahora –dicen alegres– presenciaremos su caída»

Y se juntaron. Como cuervos y buitres en torno a una oveja moribunda. Encontraron en mi desgracia una alegría común, se recreaban en mi dolor, y por tanto se reunieron para celebrar la fiesta. Unieron sus mentes para concebir el mal, y sus lenguas para hablar engaño.

Se juntaron contra mí gentes despreciables. Quienes eran merecedores de recibir latigazos, personajes a quienes debían haber apaleado las plantas de los pies con varas,137 se coordinaron para conspirar y trazar planes contra el justo, citándose en las esquinas y celebrando reuniones en lugares ocultos. Igual que las hienas alrededor de un león enfermo, los muy desgraciados insultaban y se mofaban de aquel, cuyo solo nombre, en otros tiempos había sido su terror. Aún los lisiados acudían renqueando para unirse a tan malévola pandilla. ¡Qué unánimes son los poderes del mal; de qué buen grado sirven los hombres al diablo y ninguno renuncia a su servicio, porque no están dotados de grandes capacidades!

Y yo no lo sabía. Todo lo hacían a mis espaldas. ¡Qué revuelo tan grande puede llegar a organizar el mundo por una causa injusta! Y el encausado y supuesto causante sin enterarse siquiera de cual ha sido el motivo de ofensa.

Me despedazaban sin descanso. Tal es la afición y labor primorosa de los malvados en desgarrar y hacer trizas la reputación de las personas buenas, que cuando están en ello, se resisten por todos los medios a abandonar la tarea. Una jauría de perros despedazando su presa, no es nada, comparado con un grupo de chismosos magullando la reputación de una persona digna y honrada. Si los amantes del puro evangelio no son en nuestros días descuartizados como en viejos tiempos de la reina María,138 hemos de atribuirlo más a la providencia de Dios que a la bondad y justicia de los hombres.

C. H. SPURGEON

Pero ellos se alegraron en mi adversidad. Jamás te jactes ni te gloríes de la desgracia de tu prójimo, por más que sea tu adversario. No faltan quienes se regocijan en los sufrimientos de los demás, organizando danzas alrededor del fuego de su adversidad y revoloteando como luciérnagas con cada nueva llama de la desgracia ajena. Quienes reaccionan de semejante modo padecen la enfermedad del diablo, viven infectados por el virus de Satanás. ¡Libre el Señor nuestras almas de semejante perversidad! Vejar a quienes el Señor ha humillado, y escupir a quienes el Altísimo a dado a beber un cáliz amargo, es lo más bajo que pueda caer el ser humano. Hacer de las desgracias de nuestros vecinos tema predilecto de nuestras conversaciones; o peor aún, argumento de nuestra pública vindicación y jactancia; no merece otra cosa que la ira divina descargando sobre nosotros males siete veces mayores de los acaecidos a aquellos de cuyo infortunio nos regocijamos. ¡Guardémonos de tañer nuestras arpas porque otros se han visto obligados a colgar las suyas en los sauces!139 Alejemos de la sutil tentación de orar para que lluevan calamidades sobre nuestros enemigos; como también del gnosticismo solapado de Clemente140 cuando exclama: «Envíame, Señor, calamidades para que pueda regocijarme en ellas».141 No hay evidencia más clara de la maldad de un corazón que la de alegrarse en la desgracia de otros. “El que se mofa del pobre afrenta a su Hacedor; y el que se regocija de la desgracia (ajena) no quedará sin castigo”.142 Si Dios es Dios, y sin duda lo es, podemos estar bien seguros que alegrarse en las miserias ajenas es un proceder tan indigno que ha de ser castigado con el peor de los castigos; pues el que lo hace no tan solo peca contra la ley de la gracia, sino también contra la ley de la naturaleza, que enseña a los hombres a compadecerse y simpatizar con aquellos que padecen, en lugar de alegrarse de sus miserias. ¡Jamás hagamos música del dolor ajeno, ni escanciemos vino con las lágrimas de otros, no vaya a ser que acabemos borrachos con el jarabe de nuestra propia expiación!

THOMAS BROOKS [1608-1680]

“London’s lamentations: or, A serious discourse concerning that late fiery dispensation that turned our once renown City into a ruinous Heap”, 1670

Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron contra mí. ¡Que profecía tan maravillosa sobre la Cruz, tan solo aventajada, si es que lo es, por el Salmo 22! Más cercana todavía a la realidad histórica cuando la leemos en la Vulgata: “Los azotes se juntaron y cayeron todos sobre mí”. Oh, sí, Señor Jesús, los que araron tu espalda hicieron en ella surcos profundos;143 surcos preciosos y benditos para nosotros; surcos donde hay sembrada paciencia para la vida presente y gloria en la venidera; donde hay sembrada esperanza que no avergüenza144 y amor que las muchas aguas no pueden apagar. 145

Se juntaron contra mí gentes despreciables. Sí, los más despreciados entre los despreciables, aquellos que se jactaban orando: “Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres”;146 y que arrojaron a la pobre pecadora a los pies del Señor diciendo: “En la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?”.147

Haciéndome muecas.148 ¿Y no resulta sorprendente que conociendo como conocían bien la profecía, a pesar de ello, los principales sacerdotes y los escribas cumplieran esa profecía con tamaña exactitud, pues está escrito de ellos: “Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza”.149

FRAY LUIS DE GRANADA [1504-1588]

Pero ellos se alegraron en mi adversidad. El hecho de que los hombres sientan a menudo compasión al contemplar las desventuras y desgracias de sus enemigos, y al verles destrozados y en estado deplorable se aplacan, dejando de odiarles y perseguirles; evidencia el espíritu cruel y feroz de aquellos que un día fueran amigos de David, ahora convertidos en enemigos y vueltos contra él; pues aún viéndole derribado y afligido, no sintieron la menor compasión, antes por el contrario, esto les incitó para atacarle con más furia y vituperarle con mayor insolencia.

JUAN CALVINO [1509-1564]

Gentes despreciables. La palabra hebrea נֵ֭כִים nêḵîm de נֵ֫כִים nekeh procede del verbo נָכָה nakah, que significa: golpear, herir. Razón por la cual la versión griega Septuaginta la traduce como: μάστιξ, es decir flagelos o azotes. Pero también puede traducirse, como hace Jerónimo, golpeadores, heridores o agresores, y puede significar herir con la lengua, como vemos en el caso de Jeremías: “Venid e hirámoslo con la lengua, y no atendamos a ninguna de sus palabras”.150 Otro significado posible, según Buxtorf,151 es: corto de patas, es decir lisiado o cojo, y en este sentido es que se utiliza en el segundo libro de Samuel: “Y Jonatán hijo de Saúl tenía un hijo lisiado de los pies”;152 de ahí el epíteto de Necao que se dio a uno de los faraones,153 porque al parecer era algo cojo. Nuestros traductores parecen haber entendido la palabra en este último sentido, como un término de desprecio.

DANIEL CRESSWELL [1776-1844]

“The Psalms of David according to the Book of Common Prayer: with Critical and Explanatory Notes”, 1843

Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron; se juntaron contra mí gentes despreciables, y yo no lo sabía; me despedazaban sin descanso. Tras haber dejado constancia de su actitud compasiva hacia sus enemigos cuando ellos estaban en aflicción (35:15); muestra el salmista en el versículo siguiente (35:15), lo insensibles y extremadamente crueles que se mostraron en su trato con él, llegando a la conclusión de que eran gente abyecta, viles y despreciables. La palabra hebrea transmite el sentido de gente de baja ralea, se aplicaba a menudo a los esclavos o sirvientes apaleados o azotados por su mal comportamiento. Por tal motivo un erudito traductor lo traduce de la siguiente forma: “Los golpeados se juntaron contra mí”; es decir, hombres viles y despreciables que merecían ser azotados y molidos a palos.

JOSEPH CARYL [1602-1673]

Vers. 16. Como lisonjeros, escarnecedores y truhanes, crujieron contra mí sus dientes. [Como lisonjeros, escarnecedores y truhanes, crujieron contra mí sus dientes. RVR] [Como bufones impíos en una fiesta, rechinaban sus dientes contra mí. LBLA] [Se mofan de mí con las burlas más profanas, y sobre mí hacen rechinar sus dientes. BTX] [Me atormentaban, se burlaban de mí, y contra mí rechinaban los dientes. NVI] [Como hipócritas burlones contra mí rechinan sus dientes. BLP] [Se burlan de mí y me insultan; me gruñen. NTV]

Como bufones impíos en una fiesta, rechinaban sus dientes154 contra mí. Como expertos payasos haciendo muecas alrededor de las mesas del banquete para diversión de los comensales, hicieron del mofarse del justo una labor profesional; pero no con jolgorio y regocijo propio de los bufones, sino con violencia, fruto de un odio insaciable. Al igual que los payasos burlones,155 dispuestos a mofarse de quién se les diga a cambio de unas monedas o un pedazo de pan, estos malhechores asalariados perseguían a David con el propósito de poder llenar su propio vientre en la mesa de Saúl: a lo que sumaban un resentimiento personal interno contra el hijo de Isaí, porque era una persona mucho mejor que ellos. ¡Bien podría nuestro Señor haber usado las palabras de estos versículos! No olvidemos pues de ver aquí al despreciado y rechazado entre los hombres156 en un retrato de tamaño natural. Es como si Calvario y la turba inicua y burlona bramando alrededor de la cruz estuvieran delante de nuestros ojos.

C. H. SPURGEON

Como bufones impíos en una fiesta. A veces da la sensación de que algunos no saben divertirse como no sea a costa de las Escrituras y burlándose de las cosas santas. ¡Si quieren jolgorio, el tema de su discurso ha de ser los creyentes! Su pasatiempo favorito mientras se hinchan de cerveza en la taberna es ridiculizar la Palabra de Dios. ¡Qué bien estudiados tienen sus cuestionamientos rebeldes! Aprendieron este proceder de sus padres y se han hecho a si mismos verdaderos maestros en acusar injustamente a los hermanos. Cada una de sus palabras da evidencia que son unos redomados hijos del infierno.157 Como es sabido, no es difícil identificar el país de origen o procedencia de una persona en base a su lenguaje; cada nación suele tener un idioma, o cuanto menos un estilo de hablarlo que identifica a sus habitantes; y así es también en este caso, estos bufones que se burlan de las cosas sagradas y de la fe, hablan el idioma de los demonios, por lo que no resulta difícil saber de donde son. Gozan, no hay duda, de una limitada dosis de ingenio que utilizan para forjar sus burlas retóricas, y cuando se emplean a fondo son agudos y mordaces. Estos burlones, imitadores de Ismael,158 se sientan en la silla de Satanás,159 un peldaño por en cima de sus congéneres obradores de iniquidad, un puesto sobradamente merecido; y no hay razón alguna para pensar que no alcancen semejante nivel de pecado que les lleve a burlarse incluso de su propia iniquidad, con la misma frialdad con la que se burlan de la santidad de los demás. Cuando una persona es capaz de burlarse de las cosas santas y encontrar deleite en ello, es porque esta muy adelantada ya en el camino al infierno. A su debido tiempo, el Señor les pedirá cuentas; porque sabe quienes son y lo que hacen: deshonrarle a él reprochando y burlándose de los suyos.

OLIVER HEYWOOD [1629-1702]

“Holiness the Way of Safety”, 1670

Como bufones impíos. La traducción del texto hebreo מָע֑וֹג לַעֲגֵ֣י בְּ֭חַנְפֵי bəḥanp̄ê la‘ăḡê mā‘ōwḡ se nos plantea extremadamente compleja y difícil. El término מָע֑וֹג mā‘ōwḡ tan solo aparece en este versículo y en 1 Reyes 17:12, en boca de la viuda de Sarepta para decirle al profeta: “no tengo pan cocido”. En consecuencia, Gesenius160 y otros eruditos interpretan מָע֑וֹג לַעֲגֵ֣י la‘ăḡê mā‘ōwḡ como: mendigos en las mesas de los ricos (lit. “burlones por pan”), es decir, mendigos que aguzando su ingenio utilizaban las ocurrencias, chocarrería y bufonadas para divertir y entretener a los invitados, y que a cambio recibían una ración de comida, como en griego: ψωμοκόλακες, κνισοκόλακες, y en el latín medieval: buccellarii. En tal caso el significado sería: “Cual bufones profanadores”. [Spurgeon añade la siguiente nota: «Probablemente nuestra palabra inglesa loafers, haraganes, sea la más análoga a estos “burlones por pan” de la antigüedad»].

JOHN JAMES STEWART PEROWNE [1823-1904]

“Commentary on the Book of Psalms”, 1864

Como burlones hipócritas.161 David agrava con la palabra “hipócritas” el pecado de estos burlones, ex compañeros suyos, que hicieron de su persona y desventuras el tema central de sus conversaciones satíricas y socarronas, incapaces de divertirse a menos que sazonaran sus ocurrencias con un poco de sal satírica contra él. Les llama “burlones hipócritas” por la astucia y naturaleza de sus burlas: utilizaban un lenguaje irónico y solapado, arropando sus dardos verbales con palabras tan dulces y suaves, que cualquiera que les escuchara y no estuviera al corriente del tema, podía pensar que le estaban más bien ensalzando y aplaudiendo. Hay una forma sibilina de adulación irónica y elogio sarcástico que algunos han aprendido a utilizar con gran habilidad cuando quieren vomitar su desprecio hacia aquellos a quienes odian de manera acerba sin que otros se den cuenta. Estos burlones hipócritas merecen ciertamente la silla presidencial en la asamblea de todos los escarnecedores.

WILLIAM GURNALL [1617-1679]

“Christian in complete armour, or, a treatise of the saints war against the Devil”, 1655

Como lisonjeros, escarnecedores y truhanes. En el antiguo Oriente, cuando en una fiesta o banquete era de conocimiento general que el anfitrión sentía una aversión especial hacia alguna persona en particular, estuviera la tal persona presente o ausente, era habitual entre los invitados complacerle “mofándose de ella”, empleando en el juego para mayor diversión un lenguaje irónico y sarcástico. Estos son los “lisonjeros, escarnecedores y truhanes”.

JOHN GADSBY [1809-1893]

“My Wanderings”, 1860

Vers. 17. Señor, ¿hasta cuándo verás esto? rescata mi alma de sus destrucciones, mi vida de los leones. [Señor, ¿hasta cuándo verás esto? Rescata mi alma de sus destrucciones, mi preciada vida de los leones. RVR] [¿Hasta cuándo, Señor, estarás mirando? Rescata mi alma de sus estragos, mi única vida de los leones. LBLA] [Oh Adonai, ¿hasta cuándo seguirás mirando esto? ¡Libra mi vida de sus destrucciones, mi alma solitaria de los leones!. BTX] [¿Hasta cuándo, Señor, vas a tolerar esto? Libra mi vida, mi única vida, de los ataques de esos leones. NVI] [Dios mío, ¿vas a seguir impasible? Líbrame de los que rugen, de estos leones libra mi vida. BLP] [¿Hasta cuándo, oh Señor, te quedarás observando sin actuar? Rescátame de sus ataques feroces. ¡Protege mi vida de estos leones! NTV]

Señor, ¿hasta cuándo verás esto?162 ¿Por qué te limitas a ser un mero espectador? ¿Por qué descuidas a tu siervo? ¿Eres indiferente? ¿No te afecta el que perezcamos? Así podemos razonar con el Señor, pues él nos permite que lleguemos hasta este punto de familiaridad. Hay un tiempo fijado para nuestra salvación, tan solo que nuestra impaciencia a menudo lo ve muy lejos, y muy lento en llegar; sin embargo, la sabiduría divina ha ordenado la hora, y nada podrá retrasarla.

Rescata mi alma de sus destrucciones.163 Complácete en librarme de sus múltiples ardides; de sus constantes asaltos.

Mi preciada vida de los leones. Mi alma, mi hermosa, mi única y preciosa alma, líbrala de las fauces de los leones.164 Sus enemigos eran feroces, astutos y fuertes como leones jóvenes; solo Dios podía librarle de sus mandíbulas, y por tanto, a Dios se dirige.

C. H. SPURGEON

Señor, ¿hasta cuándo verás esto? Rescata mi alma de sus destrucciones, mi preciada vida de los leones. Satanás nos espía constantemente, y tan pronto intuye nuestras acciones, le falta tiempo para presentarse ante Dios con sus chismes y acusaciones,165 acude raudo a la ventanilla del cielo para entregar sus pliegos de cargo contra nosotros; y mal nos iría de no ser por la intervención de el Gran Canciller de la paz, nuestro Abogado, el Señor Jesucristo.166 Pues así como Dios guarda todas nuestras lágrimas en su redoma, y anota en un libro167 todos y cada uno de los gemidos de nuestra pasión santa; también Satanás mantiene un registro de nuestros pecados y lo utiliza para apelar contra nosotros ante la justicia divina. Y de ser Dios como los hombres, sujeto a pasiones e influenciable por las insinuaciones del común acusador,168 ¡ay de nosotros! Pero de nada le valen sus estratagemas, porque el Señor prestará primero atención a un solo hijo de verdad que a diez mil padres de la mentira.169 Poco importan las calumnias del demandante, cuando el juez esta predispuesto a la absolución. Perdimos nuestra alma a traición, y ahora el diablo nos la reclama con astucia, pero irrumpe en el litigio Uno que ejerce sobre la misma su derecho de dominio previo por partida doble: por promesa y por compra: “Señor, rescata mi alma de sus destrucciones, mi preciada vida de los leones”. Señor Jesús, defiende aquello que te pertenece; no consientas que Satanás se apodere por la fuerza o mediante fraude de aquello que tú adquiriste con tu propia sangre.

THOMAS ADAMS [1583-1653]

“Heaven Made Sure; or, The Certainty of Salvation – Sermon on Psalm XXXV”, 1615

Mi preciada.170 En la Sinopsis de Poole171 los críticos explican este adjetivo para referirse al alma como: mi única, mi solitaria, mi desolada, mi abandonada: y también: mi alejada o destituida de toda esperanza humana. Así es como se siente el alma bajo dolor de la aflicción, como leemos también en el Salmo 22: “Libra mi alma de la espada, mi única de las garras del perro”.172

De los leones. De nuevo encontramos aquí el paralelismo con el Salmo 22: “Sálvame de la boca del león”.173 Daniel en el foso de los leones se hallaba físicamente en la misma situación en la que David se hallaba espiritualmente ante sus enemigos: cercado de criaturas feroces y despiadadas, crueles y rabiosas; indefenso, sin otra arma que la oración y ni otra ayuda que la del Señor. Los hijos de Dios viven rodeados constantemente por los leones del infierno, y expuestos a sus zarpazos y dentelladas, por lo que sus rugidos espantosos pueden llegar a intimidarles; pero su alma, su “preciada”, es también preciada y amada por Dios, y por tanto, tenemos absoluta seguridad de que será rescatada.

C. H. SPURGEON

Vers. 18. Te confesaré en grande congregación; te alabaré entre numeroso pueblo. [Te confesaré en gran congregación; te alabaré entre numeroso pueblo. RVR] [En la gran congregación te daré gracias; entre mucha gente te alabaré. LBLA] [Yo te daré gracias ante la gran congregación, te alabaré entre un pueblo numeroso. BTX] [Yo te daré gracias en la gran asamblea; ante una multitud te alabaré. NVI] [Te daré gracias en la gran asamblea, te alabaré en medio de la multitud. BLP] [Después te daré gracias frente a la gran asamblea; te alabaré delante de todo el pueblo. NTV]

Te daré gracias en la gran asamblea. Las liberaciones notables deben quedar registradas, y su fama enaltecida. Todos los santos han de ser informados de la bondad del Señor. El tema es digno de la gran asamblea; la experiencia de un creyente es tema de importancia suficiente como para que el universo entero se reúna a escucharlo. La mayoría de los seres humanos hacen públicas sus ofensas y agravios, las personas buenas deben anunciar sus misericordias.

Te alabaré entre numeroso pueblo, Voy a glorificar al Dios de mi salvación delante de amigos y enemigos. El Rey del cielo es merecedor de un tributo diario de alabanza: alabanza personal, alabanza pública y alabanza perpetua. Es por ello que, por segunda vez en salmo, la oración de David concluye en alabanza, como debe ser en toda oración.

C. H. SPURGEON

Vers. 19. No se alegren de mí los que sin causa son mis enemigos, ni los que me aborrecen sin causa guiñen el ojo. [No se alegren de mí mis pérfidos enemigos, ni los que me aborrecen sin causa guiñen el ojo. RVR] [No permitas que se regocijen a costa mía los que injustamente son mis enemigos, ni que guiñen el ojo con malicia los que sin causa me aborrecen. LBLA] [No se alegren de mí los que sin causa son mis enemigos, ni guiñen el ojo los que sin causa me aborrecieron. BTX] [No dejes que de mí se burlen mis enemigos traicioneros; no dejes que se guiñen el ojo los que me odian sin motivo. NVI] [Que no se burlen mí quienes sin razón me detestan, que no se hagan guiños quienes sin motivo me odian. BLP] [No permitas que mis enemigos traicioneros se regodeen en mi derrota; no permitas que los que me odian sin motivo se deleiten en mi tristeza. NTV]

No permitas que se regocijen a costa mía los que injustamente son mis enemigos. Ora fervientemente pidiendo que dado que sus enemigos carecen de una causa justa para su enemistad, no tengan tampoco causa para su triunfo, ni por su necedad, pecado, o derrocamiento.

Ni que guiñen el ojo con malicia los que sin causa me aborrecen. Guiñar del ojo era la señal de felicitación entre los indeseables y desalmados por haber logrado la ruina de su víctima; aunque también puede tratarse de un gesto desdeñosos al contemplar a la persona despreciada.174 Generar odio es la característica cardinal de los inicuos, padecerlo sin causa es la suerte de los justos. Pero Dios es el protector natural de todos los que son tratados injustamente, y a la vez el enemigo de todos los opresores.

C. H. SPURGEON

Ni que guiñen el ojo con malicia los que sin causa me aborrecen. O también: sus ojos brillen de satisfacción al contemplar mis desgracias.

FRANCISCUS VATABLUS [c.1493-1547]

“Notes on the Psalms”, 1545

Ni que guiñen el ojo con malicia los que sin causa me aborrecen. Era una señal que las personas malintencionadas solían hacerse uno a la otra cuando el objetivo de su maldad estaba abatido y acabado, guiñando sus ojos con mofa y desprecio. La expresión hebrea יִקְרְצוּ־עָֽיִן yiqrəṣū-āyin de קָרַץ qarats, transmite un sentido profundo de maldad, burla y desprecio, que no tiene un equivalente en inglés.

BENJAMIN WEISS

“A New Translation, Exposition, and Chronological Arrangement of the Book of Psalms. With Critical Notes on the Hebrew Text”, 1852

Vers. 20. Porque no hablan paz; y contra los mansos de la tierra piensan palabras engañosas. [Porque no hablan paz; y contra los mansos de la tierra traman engaños. RVR] [Porque ellos no hablan paz, sino que piensan palabras engañosas contra los pacíficos de la tierra. LBLA] [Por cuanto no hablan de paz, sino que contra los mansos de la tierra, inventan palabras calumniosas. BTX] [Porque no vienen en son de paz, sino que urden mentiras contra la gente apacible del país. NVI] [No son de paz sus palabras, y contra la gente tranquila maquinan calumnias. BLP] [No hablan de paz; conspiran contra personas inocentes que no se meten con nadie. NTV]

Porque no hablan paz. Si no la aman; ¿cómo pueden hablar de ella? Son en si mismos tan beligerantes y perturbadores que no son capaces de concebir que otros sean pacíficos. Por la boca sale lo que hay en el corazón.175 Los alborotadores acusan a otros de sedición.

Y contra los mansos de la tierra traman engaños. David hubiera sido de buena gana un súbdito cumplidor, pacífico y ordenado, pero se las ingeniaron para hacer de él un rebelde. No le dejaron salida para hacer nada correctamente, tergiversaron todas sus posibilidades. Este es un viejo truco del enemigo, marcar a las personas buenas con “S.S.” en las mejillas,176 como sembradores de sedición, a pesar haber sido siempre gente inofensiva, cual ovejas en medio de lobos.177 Cuando la intencionalidad es maliciosa, no tarda la maldad en ejecutarse. La pandilla que no dudo en acusar Jesús de querer derrocar al cesar César,178 con más facilidad acusará a todos aquellos que le siguen. Ahora mismo, en nuestro país, aquellos que defienden los derechos de la corona del Rey Jesús son considerados enemigos de la Iglesia, favorecedores del Papado, amigos de ateos, igualitaristas,179 republicanos rojos, y más cosas que por respeto es mejor no mencionar. Billingsgate y Babilonia juegan en la misma liga.180

C. H. SPURGEON

Vers. 21. Ensancharon contra mí su boca; dijeron: !Ea, ea, nuestros ojos lo han visto! [Ensancharon contra mí su boca; dijeron: ¡Ja, ja, nuestros ojos lo han visto! RVR] [Y abrieron bien grande su boca contra mí; dijeron: ¡Ajá, ajá, nuestros ojos lo han visto! LBLA] [Ensanchan su boca contra mí, diciendo:¡Ea, nuestros ojos lo están viendo! BTX] [De mí se ríen a carcajadas, y exclaman: «¡Miren en lo que vino a parar!». NVI] [Se ríen de mí diciendo: “Lo vimos con nuestros ojos”. BLP] [Gritan: «¡Ajá! ¡Con nuestros ojos lo vimos hacerlo!». NTV]

Ensancharon contra mí su boca. La abrieron de par en par, como si se lo fueran a tragar. Soltar grandes mentiras precisa de bocas anchas. Sin poner límites a sus infames acusaciones, se de dedicaron a desparramarlas al por mayor, con la esperanza de que algunos las comprarían, aunque no todos lo hicieran.

Dijeron: ¡Aja, aja, nuestros ojos lo han visto! Desbordantes de satisfacción de poder hallar una falta o un infortunio o jurar que habían visto mal allí donde no lo había. La malicia tiene un solo ojo: el del mal, y es ciega para la virtud de su enemigo. Por regla general, los ojos no ven más allá de lo que el corazón desea ver. Y una persona con una mota en el ojo es capaz de ver una mancha en el sol. ¡El ser humano se vuelve de lo más parecido a un asno cuando rebuzna los infortunios de su prójimo! ¡Cuando imita al diablo y su risa de hiena al mofarse de los resbalones del justo! La malicia es locura delirante, y cuando celebra sus triunfos en festival, sus gestos grotescos y descomposturas superan todas las anormalidades y mamarrachadas propias del Rey Momo.181

C. H. SPURGEON

Ensancharon contra mí su boca. Creyentes, no habléis de las cosas santas ante los inicuos ni las compartáis con ellos: “no deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos”,182 no vaya a ser que escuchando de las caídas de los santos o las pruebas a las que el Señor les ha sometido, se envalentonen y vean un triunfo de sus postulados en aquello que tan solo estaba destinado a la corrección y advertencia. Pues siempre ha sido una práctica favorita de los pecadores más viles, echar mano de las debilidades puntuales de algunos de los santos más amados del Señor a modo de excusa para las suyas, ridiculizando las cosas santas y tratando de probar con una tergiversación de las Escrituras lo contrario a lo que nos enseñan. Así el borracho habla del santo Noé como un colega de beodeces, intentando descubrir su desnudez en un sentido mucho peor de lo que jamás hizo Cam;183 y el impuro y lascivo se agarra al comportamiento reprochable de David con Betsabé,184 para convertirle en el patrón de todas sus concupiscencias y depravaciones. Ciertamente, si un dolor hay que pueda empañar el gozo de los santos en el cielo, es que para deshonra de Dios, sus comportamientos y ejemplos sean utilizados por los impíos y pecadores como pantalla para justificar sus maldades y pecados más groseros. Hagamos saber, por tanto, a estos pícaros tergiversadores, que de los árboles caídos Dios hace monumentos vivos de su misericordia, erigidos en medio de la Iglesia para dar a conocer a los pecadores humildes y penitentes hasta donde alcanza su magnanimidad a la hora de perdonar pecados. Lo que tampoco debe llevarnos a olvidar que a cualquiera que persiste en su pecado,185 en lugar de monumento de su gracia lo convertirá en estatua de sal.186

EZEKIEL HOPKINS [1633-1690]

“Three Discourses Concerning Sin”

¡Ajá, ajá, nuestro ojo187 lo ha visto!” Aquí por “ojo debemos entender: “ojos”. A menos que queramos interpretar en sentido figurado que los impíos van tan unidos en sus propósitos perversos, que forman un solo bloque, hasta el punto de dar la impresión de que sienten con un solo corazón, piensan con una misma cabeza, y miran con un solo ojo.

JOHN TRAPP [1601-1669]

“A commentary or exposition upon the books of Ezra, Nehemiah, Esther, Job and Psalms”, 1657

Ensancharon contra mí su boca; dijeron: ¡Ja, ja, nuestros ojos lo han visto! Quién se regocija en la caída de su prójimo, se está regocijando en la victoria del diablo.

AMBROSIO DE MILÁN [340-397]

Citado en “Nichol’s Proverbs”188

Vers. 21, 22.

Abrieron de par en par sus bocas con burlona ironía,

queriendo aparentar con su sarcasmo falaz sabiduría:

«Aja, ajá, con nuestros propios ojos lo hemos visto»

Más tú, Señor, también su engaño y falsedad has visto

¡No calles, Señor, y no te alejes de mí!

SIR JOHN DAVIES [1569-1626]

“Nosce Teipsum”, 1599189

Vers. 22. Tú lo has visto, oh Jehová; no calles; Señor, no te alejes de mí. [Tú lo has visto, oh Jehová; no calles; Señor, no te alejes de mí. RVR] [Tú lo has visto, Señor, no calles; Señor, no estés lejos de mí. LBLA] [¡Oh YHVH, Tú también lo estás viendo: ¡No calles! ¡Oh Adonai, no estés lejos de mí! BTX] [Señor, tú has visto todo esto; no te quedes callado. ¡Señor, no te alejes de mí! NVI] [Señor, tú lo has visto, no te quedes callado; Dios mío, no te alejes de mí. BLP] [Oh Señor, tú sabes de todo esto; no te quedes callado. No me abandones ahora, oh Señor. NTV]

Tú lo has visto, oh Jehová. ¡He aquí nuestro consuelo! Nuestro Padre celestial conoce nuestras angustias y todo nuestro dolor. Su omnisciencia es el cirio del santo que nunca se apaga.190 Es evidente que un padre no va a permanecer mucho tiempo impasible mientras contempla como abusan de su hijo. ¿Y Dios no hará justicia a sus escogidos?

No calles. Reprende, Señor, a tus enemigos, que son los míos, Una sola palabra tuya bastará. Limpia mi reputación, y consuela mi corazón.

¡Señor, no te alejes de mí! Camina a mi lado en el horno de la aflicción.191 Ponte al lado mío mientras esté en la picota.192 La dulce presencia de Dios a su lado es el bálsamo divino para los perseguidos; su dolorosa ausencia significaría su más profunda miseria.

C. H. SPURGEON

Vers. 23. Muévete y despierta para hacerme justicia, Dios mío y Señor mío, para defender mi causa. [Despierta y levántate para hacerme justicia, Dios mío y Señor mío, para defender mi causa. RVR] [Despierta y levántate para mi defensa y para mi causa, Dios mío y Señor mío. LBLA] [¡Despierta y alértate a mi defensa, Elohim mío y Señor mío, para defender mi causa! BTX] [¡Despierta, Dios mío, levántate! ¡Hazme justicia, Señor, defiéndeme! NVI] [Despierta, ponte en acción, hazme justicia y defiéndeme, tú que eres mi Señor y mi Dios. BLP] [¡Despierta! ¡Levántate en mi defensa! Toma mi caso, Dios mío y Señor mío. NTV]

Despierta,193 Muestra tu coraje. Enséñales que no eres testigo indiferente de toda esta infamia.

Levántate para hacerme justicia Agarra el cetro y convoca la sesión del tribunal; vindica la justicia; venga la opresión. No te demores, no tardes como hacen los hombres que duermen.

Para defender mi causa, Dios mío y Señor mío. Recurre a su proximidad con Dios, a que él es su refugio y su sostén, para dejar su causa en manos del Juez justo. Implora que sea instruida, escuchada, vista, juzgada, y que se emita un veredicto. Dichoso el hombre cuya conciencia es de tal modo transparente que puede arriesgarse a semejante apelación.

C. H. SPURGEON

Dios mío y Señor mío.194 La misma exclamación que pronunció Tomás cuando vio las heridas de Jesús en el aposento donde los discípulos permanecían asustados después de la resurrección.195 Y si alguien duda que las palabras de Tomás lleven implícito un reconocimiento real de la divinidad de Jesús, deberá concluir entonces que tampoco David adscribe en este versículo la divinidad a Jehová, puesto que los términos en nada cambian, como tampoco el sentido de los mismos, fuera del orden y la lengua en que fueron pronunciados, pero su significado es idéntico. Y sin embargo ¡qué palabras tan maravillosas! Son como dos ojos contemplando al Señor cada uno desde un ángulo distinto, pero como un solo Ente. Cual dos manos que se agarran a él cada una de forma diferente pero al unísono, ambas movidas por un mismo corazón que se refleja en el uso de ese doble pronombre personal: “mío”, llevándonos a doblar también ambas rodillas para adorarle con la más humilde reverencia. Bien podía exclamar Nouet,196 en su magistral exposición a las palabras de Tomás: «¡Oh dulce expresión: “Señor mío y Dios mío”; la repetiré a lo largo de toda mi vida; la pronunciaré en la hora de la muerte; y seguiré cantándola por toda la eternidad!».

C. H. SPURGEON

Vers. 24. Júzgame conforme a tu justicia, Jehová Dios mío, y no se alegren de mí. [Júzgame conforme a tu justicia, Jehová Dios mío, y no se rían de mí. RVR] [Júzgame conforme a tu justicia, oh Señor, Dios mío; que no se rían de mí. LBLA] [Júzgame conforme a tu justicia, oh YHVH Elohim mío, y no se alegren ellos a costa mía. BTX] [Júzgame según tu justicia, Señor mi Dios; no dejes que se burlen de mí. NVI] [Júzgame según tu justicia; Señor, Dios mío, que no se burlen de mí. BLP] [Declárame inocente, oh Señor mi Dios, porque tú haces justicia; no permitas que mis enemigos se rían de mí en mis dificultades. NTV]

Júzgame conforme a tu justicia, Jehová Dios mío, y no se rían de mí. Repite aquí la apelación; el demandante considera que la alegría de sus acusadores será efímera, puesto que se desvanecerá tan pronto como tengan que enfrentarse a un juicio imparcial. Las afrentas de los opresores, el desprecio de los jactanciosos, las muecas de los burlones; todo ello cesará tan pronto el Señor se siente en su tribunal.

C. H. SPURGEON

Jehová Dios mío. ¡Otra expresión entrañable y preciosa! En contraposición a los que adoran a los ídolos, fabricándose dioses con las riquezas o con sus propias concupiscencias, David hace del Señor Jehová su Dios. Afirma estar en plena posesión de todo lo que implica y abarca el gran Yo Soy. Y pesar de contemplarle en su papel de Juez, extiende confiado hacia su Dios la mano de la fe sin tan siquiera un leve parpadeo ante resplandor de su justicia. ¡Que expresión tan noble, que declaración de fe tan extraordinaria! Quién está en condiciones de poder exclamar con propiedad ese: “Dios mío” salido de lo más profundo de su alma, puede despreocuparse sin reservas mentales de las amenazas de todos sus enemigos.

C. H. SPURGEON

Vers. 25. No digan en su corazón: ‘Ea, alma nuestra! No digan: ¡Le hemos devorado! [No digan en su corazón: ¡Qué bien! ¡Lo que queríamos! No digan: ¡Le hemos devorado! RVR] [Que no digan en su corazón: ¡Ajá, lo que queríamos! Que no digan: ¡Lo hemos devorado! LBLA] [No digan satisfechos:¡He aquí nuestro deseo! No digan: ¡Lo hemos devorado! BTX] [No permitas que piensen: «¡Así queríamos verlo!» No permitas que digan: «Nos lo hemos tragado vivo.» NVI] [Que no digan: “Lo conseguimos”; que no piensen: “Lo hemos destruido”. BLP] [No les permitas decir: «¡Miren, conseguimos lo que queríamos! ¡Ahora lo comeremos vivo!». NTV]

No digan en su corazón: ¡Qué bien! ¡Lo que queríamos! No digan: ¡Le hemos devorado! Que queden decepcionados justo cuando sus bocas estaban a punto de tragar a su presa. Los santos son bocado muy apetitoso para los poderes del mal; pero Dios no va entregar a sus ovejas a las fauces de los lobos que las persiguen. Justo cuando estaban afinando sus flautas para celebrar la victoria, se verán forzados a cambiar su sonrisa por una mueca. Se sienten ahora muy seguros, y en consecuencia extremadamente jactanciosos; pero hacen sus cálculos sin contar con su Anfitrión,197 y por tanto no sueñan siquiera con el fin trágico y repentino que aguarda a sus intrigas. Su pájaro volará, y ellos caerán en su propia trampa.198 La oración de este texto es una promesa. Antes incluso de que los labios de los malvados alcancen a pronunciar una sola palabra de triunfo, se verán decepcionados; las intenciones de su corazón anticipadas y neutralizadas, sus deseos frustrados, y sus pícaros trucos expuestos para pública vergüenza.

C. H. SPURGEON

No digan: ¡Le hemos devorado! Y aún cuando pudieran decirlo, como el pez que tragó a Jonás,199 pronto se ven obligados a cesar súbitamente en su fiesta y vomitarlo. Puede que las furias desatadas del infierno consigan eventualmente tragarse a un hijo de Dios con relativa facilidad, pero eso no quiere decir que logren digerirlo en la misma manera.

C. H. SPURGEON

Vers. 26. Sean avergonzados y confundidos a una los que de mi mal se alegran; vístanse de vergüenza y de confusión los que se engrandecen contra mí. [Sean avergonzados y confundidos a una los que se alegran de mi mal; vístanse de vergüenza y de confusión los que se envalentonan contra mí. RVR] [Sean avergonzados y humillados a una los que se alegran de mi mal; cúbranse de vergüenza y deshonra los que se engrandecen contra mí. LBLA] [Sean avergonzados y abochornados a una los que se alegran de mi mal, vístanse de vergüenza y confusión los que se engrandecen contra mí. BTX] [Queden avergonzados y confundidos todos los que se alegran de mi desgracia; sean cubiertos de oprobio y vergüenza todos los que se creen más que yo. NVI] [Queden defraudados y turbados los que se alegran de mi desgracia, que la vergüenza y la humillación cubran a los que se muestran soberbios conmigo. BLP] [Que sean humillados y avergonzados los que se alegran de mis dificultades; que sean cubiertos de vergüenza y de deshonra los que triunfan sobre mí. NTV]

Sean avergonzados y confundidos a una los que se alegran de mi mal; vístanse de vergüenza y de confusión los que se envalentonan contra mí.200 He aquí el resultado eterno de todos los planes astutos y laboriosos preparativos de los enemigos del Señor. Pese a que “se envalentonaron” el Señor les tendrá en muy poca estima: lo que hará es avergonzarlos por haber avergonzado a su pueblo; sumirlos en confusión por haber sembrado confusión; despojarles de sus ropajes y vestirlos de deshonor; convertir todo su regocijo en llanto y crujir de dientes.201 Ciertamente, los santos pueden permitirse el lujo de esperar.

C. H. SPURGEON

Vers. 27. Canten y alégrense los que están a favor de mi justa causa, y digan siempre: Sea exaltado Jehová, que ama la paz de su siervo. [Canten y alégrense los que están a favor de mi justa causa, y digan siempre: Sea exaltado Jehová, que se complace en la paz de su siervo. RVR] [Canten de júbilo y regocíjense los que favorecen mi vindicación; y digan continuamente: Engrandecido sea el Señor, que se deleita en la paz de su siervo. LBLA] [Canten de júbilo y alégrense los que se deleitan en mi justicia, y digan siempre: ¡Engrandecido sea YHVH, que se complace en la prosperidad de su esclavo! BTX] [Pero lancen voces de alegría y regocijo los que apoyan mi causa, y digan siempre: «Exaltado sea el Señor, quien se deleita en el bienestar de su siervo.» NVI] [Que se regocijen y alegren quienes quieren para mí justicia, que en todo momento exclamen: ¡Qué grande es el Señor que desea la paz de su siervo! BLP] [Pero dales mucha alegría a los que vinieron a defenderme; que todo el tiempo digan: «¡Grande es el Señor, quien se deleita en bendecir a su siervo con paz!». NTV]

Canten y alégrense los que están a favor de mi justa causa. David pide que incluso aquellos que no tuvieron oportunidad de prestarle una ayuda activa, pero que compartieron y favorecieron su causa en sus corazones, el Señor le recompense de la manera más abundante. Las personas buenas y de corazón tierno han de ocupar un lugar privilegiado en los deseos y oraciones del pueblo del Señor. Jesús también alabó y premió a aquellos cuyos corazones estaban con su causa.202 El día viene cuando todos los que están del lado de Cristo lanzarán gritos de victoria, porque la batalla se dará la vuelta, y los enemigos de la verdad serán derrotados y batidos en retirada.

Y digan siempre: Sea exaltado Jehová. Desea que la alegría de aquellos que celebran su vindicación, contribuya únicamente a la gloria divina; no deben lanzar vítores y entonar alabanzas a David, sino a la gloria de Jehová. De este modo, tales aclamaciones pueden proseguir a lo largo del tiempo y más allá de él en la eternidad.

Que se complace en la paz de su siervo. Reconocieron a David como el siervo del Señor, y vieron con agrado el favor que le había concedido. No podemos ostentar título más noble que el de “siervo de Dios”, ni mayor recompensa que la de que nuestro Maestro se deleite en nuestra prosperidad. En que consista la verdadera prosperidad, puede que no siempre estemos en las mejores condiciones para evaluarlo. Es algo que debemos dejar en manos de Jesús; sabiendo que él no dejará de coordinar todas las cosas para que cooperen para nuestro mayor bien.203

«Para sus santos es confeso y demostrado.

que lo que él hace es siempre lo mejor».204

C. H. SPURGEON

Canten y alégrense los que están a favor de mi justa causa, y digan siempre: Sea exaltado Jehová, que se complace en la paz de su siervo. Ved cómo el corazón de los santos perseguidos se ve arrastrado paulatinamente al enfrentamiento con sus perseguidores. Y en tales circunstancia su arma por excelencia es la oración. Se cuenta que los romanos, viéndose en una situación difícil y muy apurada, no dudaron en echar mano de las armas consagradas a los dioses que tenían depositadas en los templos, y gracias a ellas, lograron la victoria. De igual modo, siempre que el pueblo de Dios se ha visto en situaciones difíciles y apuradas a causa de aflicciones y persecuciones, las armas a las que ha recurrido han sido sus oraciones y lágrimas, y con ellas siempre ha vencido sus perseguidores.

THOMAS BROOKS [1608-1680]

“The Crown and Glory of Christianity or Holiness, the Only Way to Happiness”, 1662

Vers. 28. Y mi lengua hablará de tu justicia y de tu alabanza todo el día. [Y mi lengua hablará de tu justicia y de tu alabanza todo el día. RVR] [Y mi lengua hablará de tu justicia y de tu alabanza todo el día. LBLA] [Y mi lengua hablará de tu justicia, y de tu alabanza todo el día. BTX] [Con mi lengua proclamaré tu justicia, y todo el día te alabaré. NVI] [Mi lengua proclamará tu justicia y tu alabanza durante todo el día. BLP] [Entonces proclamaré tu justicia y te alabaré todo el día. NTV]

Y mi lengua hablará205 de tu justicia y de tu alabanza todo el día.206 Se compromete a rendir alabanza constante al Dios justo y misericordioso, alabanza sin cesar. Su lengua agradecida hablará cantará y glorificará al Señor desde la mañana hasta la noche. ¡Ojalá tan noble y loable resolución sea adoptada y llevada a cabo por cada uno de nosotros!

C. H. SPURGEON

“Y mi lengua hablará de tu justicia y de tu alabanza todo el día”. ¡Sí “todo el día! Hoy mi exposición ha sido un poco más larga de lo habitual, y observo que hacéis ya cara de cansados. ¿Imagináis lo que implica alabar a Dios “todo el día”? Pero os voy a sugerir una manera que os hará más fácil y viable alabar a Dios “todo el día”; suponiendo, claro está, que tengáis la intención de adoptar el mismo compromiso que expresa aquí el salmista. ¿Y cuál es esa manera? «Todo cuanto hagáis, hacedlo con excelencia, y con ello, estaréis alabando a Dios».

Alabamos a Dios, ciertamente, cuando entonamos un himno; asumiendo que nuestro interior comparte aquello que pronunciamos con la lengua. ¿Y cuando dejamos de cantar para hacer otra cosa? ¿Dejamos de alabarle? ¡No! Siempre y cuando todo aquello que hagamos, sea lo que sea, lo hagamos con excelencia para la gloria de Dios.207 ¿Vas a comer para reparar fuerzas? Se moderado en lo que comes y bebes, y con ello, proseguirá tu alabanza a Dios. ¿Te retiras a descansar? Duérmete con el propósito en la mente de no hacer mal alguno cuando te despiertes, y con ello, mientras duermes proseguirá tu alabanza a Dios. ¿Tienes entre manos algún negocio? Se honesto, rechaza cualquier forma de fraude, y con ello, proseguirá tu alabanza a Dios. ¿Estas en el trabajo? Procura evitar las rencillas y disputas entre tus compañeros, y con ello, proseguirá tu alabanza a Dios. Buscando la excelencia, la integridad y pureza en todos tus movimientos y acciones: alabas a Dios. Lo que te brinda la oportunidad de permanecer, como dice el salmista, alabándole: “todo el día”.

AGUSTÍN DE HIPONA [354-430]


1 FRANZ DELITZSCH [1813-1890] se aventura en su comentario a enlazar este Salmo 35 con el capítulo 24 de 1 Samuel, entendiéndolo como una versión lírica amplificada de las palabras de David en 1 Samuel 24:9-16. Indica también que el Salmo 35 guarda una estrecha relación con el precedente (Salmo 34) en que son los dos únicos salmos que mencionan al מַלְאַךְ־יְהוָ֓ה mal’aḵ-Yahweh el ángel del Señor (Salmo 34:7, Salmo 35:5-6).

2 Sin cuestionar la autoría de David, TEODORO DE MOPSUESTIA [350-428] en su “Expositio in Psalmos” ve una estrecha relación entre el Salmo 35 y la experiencia del profeta Jeremías: «Cualquiera que lea el libro del bendito Jeremías encontrará numerosos pasajes que coinciden entre lo que se dice del profeta y lo que el santo David predice en este Salmo. La exactitud es tanta que en muchos casos coinciden no tan solo los hechos sino incluso las palabras. David profetiza: “Sea su camino tenebroso y resbaladizo” (35:6), y el profeta Jeremías dice: “su camino será como resbaladeros en oscuridad” (Jeremías 23;12); el Salmo afirma: “Porque sin causa me tendieron una trampa” (35:7), mientras el profeta hablando en nombre del pueblo: “Incluso de todos mis mayores amigos, los que acechan un traspiés mío: Quizá cometerá un desatino, decían, y prevaleceremos contra él, y tomaremos de él nuestra venganza” (Jeremías 20:10). El bendito David afirma en el Salmo: “Se levantan testigos malvados; de lo que no sé me preguntan” (35:11), Jeremías cuenta que cuando el ejército caldeo se retiró del asedio de Jerusalén el profeta abandonó la ciudad y se trasladó a las tierras de la tribu de Benjamín para comprar pan, pero un tal Irías le apresó acusándole falsamente de intentar pasarse a los caldeos (Jeremías 37:11-15). Dice también el bendito David: “Me devuelven mal por bien” (35:12), y las mismas palabras encontramos en la oración de Jeremías ante las maquinaciones contra él: “¿Es que se paga mal por bien, para que hayan cavado hoyo a mi alma?” (Jeremías 18:20). Quien lea con detalle los escritos de Jeremías encontrará sorprendentes similitudes entre lo que le escribió y sucedió con lo que se dice en este Salmo. Unas coincidencias que no hacen sino demostrar la armonía entre los textos de la Palabra inspirada, tanto en lo dicho como en los hechos».

3 Cristo mismo hace referencia al versículo diecinueve de este Salmo (35:19) aplicándolo a su persona: “Pero esto es para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: Sin causa me aborrecieron” (Juan 15:25) aunque también cabe la posibilidad enlazarlo con el Salmo 109:3. A partir de aquí la aplicación que hacen los Padres de la Iglesia y comentaristas antiguos de algunos pasajes del Salmo 35 a la Pasión del Salvador es ciertamente amplia. Partiendo del título mismo del Salmo:

–HESIQUIO DE JERUSALÉN [siglo v] dice en su “Fragmenta in Psalmos”: «El título de este Salmo es Claro: “de David”. Pero hemos de entender el David espiritual, que ofrece esta oración no en razón de su divinidad sino de su humillación asumida en la carne, cuando “se despojó a sí mismo tomando forma de siervo” (Filipenses 2:7). No ruega aquí por sus propios padecimientos y aflicciones, sino que proporciona un modelo de oración para todos aquellos que tendrían que soportar aflicciones en su nombre».

–ARNOBIO EL JOVEN [siglo v] en “Commentarii in Psalmos” nos amonesta a aplicar todo el Salmo a los sufrimientos del Señor «para que no nos pase por alto su mensaje y nos sirva de edificación».

4 Mateo 26:36-46.

5 ATANASIO DE ALEJANDRÍA [296-373] en su carta a su discípulo Marcelino sobre la naturaleza y valor de los salmos le dice refiriéndose a este salmo: «Si tus enemigos acaban por cercarte dispuestos a ejecutar sus propósitos sanguinarios, olvídate de recurrir a la justicia de los hombres y dirígete directamente a Dios, el único Juez justo, el único que juzga con justicia, entonando el Salmo 35». El Tomo I de “El Tesoro de David” incluye una traducción completa de la Carta de Atanasio a Marcelino. [Tomo I - pp. 50].

6 Se refiere al teólogo, escritor y pastor de la Iglesia Libre de Escocia ANDREW ALEXANDER BONAR [1810-1892] en su obra “Christ and His Church in the Book of Psalms”, 1859.

7 Mateo 11:25; Lucas 10:21-22; 1 Corintios 15:27-28.

8 1 Samuel 15:32-33.

9 Números 31:17; Deuteronomio 2:34; 20:16-17; Josué 6:21; Jueces 21:10; 1 Samuel 15:3; 22:19.

10 Apocalipsis 14:11; 19:1-5.

11 1 Corintios 6:2.

12 SCHÖKEL destaca lo apremiante de la petición y la fuerza de la solicitud por el uso de siete imperativos verbales en tan solo tres versículos, diecinueve palabras,: רִיבָ֣ה rîḇāh, “pleitea”; לְ֝חַ֗ם ləḥam, “pelea”; הַחֲזֵ֣ק haḥăzêq “embraza”; וְ֝ק֗וּמָה wəqūmāh, “levántate”; וְהָ֘רֵ֤ק wəhārêq, “blande”; וּ֭סְגֹר ūsəḡōr, “cierra el paso”; רֹדְפָ֑י rōḏəp̄āy, “enfréntate”; אֱמֹ֥ר ’ĕmōr, “di”. Algunos traductores leen וּ֭סְגֹר ūsəḡōr, como el nombre de un arma de origen persa o escita (así lo hace LBLA que traduce “hacha”) pero la versión griega de los LXX o Septuaginta lee συγκλείω que es claramente “cerca, o cierra el paso” que la Vulgata traduce al latín como “et conclude adversus eos”, “cierra contra aquellos”. SCHÖKEL hace al respecto el siguiente comentario: «Se ha discutido el sentido de וּ֭סְגֹר ūsəḡōr, como indicado en el análisis filológico: imperativo de סָגַר sagar, “cerrar”, o “arma de guerra”, o “una parte de la lanza”. Pero ni los soldados israelitas llevaban en dotación la doble hacha escita ni tiene sentido: “desenfunda la lanza y la punta (de la lanza)”. Los españoles nos acordamos sin querer del grito de los tercios: ‘¡Santiago y cierra España!’. María Moliner todavía registra: ‘Cerrar con o contra-atacar’ y cita la expresión ‘cerrar filas’».

13 El nombre de יְ֭הוָה Yahweh aparece ocho veces, cinco en la primera parte del Salmo (35:1, 5, 6, 9, 10); y tres en la parte final (35:22, 24, 27). En la parte central se utiliza אֲדֹנָי֮ ’ăḏōnāy (35:17, 22); אֱלֹהַ֖י ’ĕlōhay (35:23); y וַֽאדֹנָ֣י waḏōnāy (35:23).

14 Isaías 49:25: “con el que contienda contigo yo contenderé, y salvaré a tus hijos”.

15 Dice FRANCISCO LACUEVA [1911-2005] en su versión del “Comentario de Matthew Henry”: «Apela a Dios e interpone el testimonio de su inocencia y de la justicia de su causa. Si le hubiese perjudicado un súbdito, habría podido apelar al rey, como apeló San Pablo al César (Hechos 25:10-12); pero, al ser el rey mismo quien le perseguía, tenía que apelar al Juez y Soberano de cielos y tierra. En su oración ruega a Dios que pelee a favor de él contra sus perseguidores, de forma que éstos queden inhabilitados para hacerle daño y no puedan seguir adelante con sus malvados planes. Si Dios es amigo nuestro, no importa cuántos y cuán poderosos sean nuestros enemigos».

16 Apocalipsis 12:10.

17 1 Juan 2:1.

18 Éxodo 15:3. La versión griega de los LXX o Septuaginta lee: κύριος συντρίβω πόλεμος que la Vulgata traduce como: “Dominus quasi vir pugnator”, “El Señor es fuerte Campeón”.

19 2 Timoteo 1:12; “Scio cui crediderim” es el texto latino de la Vulgata.

20 1 Corintios 4:4.

21 NIMROD es mencionado en Génesis 10:8-10. Su reino comprendía Babel (Babilonia), Erech (Uruk), Accad (Akkad) y Calneh, en la tierra de Sinar, también conocida como la tierra de Nimrod (ver Génesis 10:8-10; 1 Crónicas 1:10; Miqueas 5:5), y aunque la Biblia no lo menciona explícitamente, las fuentes de la tradición, incluyendo al historiador judeo-romano FLAVIO JOSEFO [37-101] lo identifican como el constructor de la Torre de Babel de la que se habla en Génesis 11:1-9. Se lo describe como: “osado cazador delante de Jehová” y eso condujo a que tanto la tradición judía como la islámica lo entendieran como un personaje opuesto al Señor y a su voluntad, quedando en la tradición cristiana como símbolo de todos aquellos que se oponen a los planes de Dios oprimiendo y persiguiendo a los suyos.

22 Según leemos en Génesis 29:13-30, Labán engañó a Jacob dándole por mujer a su hija mayor, Lea, cuando le había prometido que le daría a la menor, Raquel, después de haberle servido por ella siete años, por lo que quedó en la tradición como símbolo del fraude.

23 2 Tesalonicenses 1:6 NVI.

24 La idea de las protecciones mayores y menores en la providencia procede probablemente de JUAN CALVINO [1509-1564] comentando Mateo 10:29 en su “Armonia de los cuatro evangelistas”, publicada en 1555, y traducida del latín al inglés con el título de: “Commentary on a Harmony f the Evangelists Matthew, Mark and Luke” traducida del latín al inglés por William Pringle, 1545; pp. 464-465.

25 Ver al respecto el comentario al Salmo 3:3 y su correspondiente nota explicativa: «un escudo redondo que embrazado en el brazo izquierdo cubría por entero el pecho del combatiente».

26 En hebreo וְהָ֘רֵ֤ק חֲנִ֣ית וּ֭סְגֹר לִקְרַ֣את רֹדְפָ֑י wəhārêq ḥănîṯ ūsəḡōr liqraṯ rōḏəp̄āy. Ver la respecto la nota 12 en este mismo Salmo.

27 El término hebreo נָ֫פֶשׁ nephesh, “alma”, se repite ocho veces a lo largo del Salmo: tres como לְ֝נַפְשִׁ֗י lənap̄šî, “a mi alma” (35:3, 7, 12); tres como נַ֫פְשִׁ֥י nap̄šî, “mi alma” (35:4, 13, 17); una como וְ֭נַפְשִׁי wənap̄šî “y mi alma” (35:9); y una como נַפְשֵׁ֑נוּ nap̄šênū, “alma nuestra” (35:25).

28 SCHÖKEL indica que en el contexto bélico en que se mueve el Salmo el verbo hebreo יְשׁוּעָה yeshuah, equivale también a “victoria” por lo que también podría traducirse “yo soy tu victoria”. Ver al respecto Salmo 20:5: “Nosotros cantaremos con gozo por tu victoria” (LBLA). El verbo hebreo es el mismo.

29 THOMAS DE KEMPIS [1380-1471] en su “Imitación de Cristo” cita este versículo y muchos otros del Salmo 35. Resulta curioso que la famosa obra de Thomas Kempis, que a juzgar por su título “Imitación de Cristo” diríase que ha de estar basada en el Nuevo Testamento, se basa mayormente en los Salmos: Cristo en los Salmos, era un concepto clave para los comentaristas antiguos.

30 1 Crónicas 11:10-24.

31 Ver Éxodo 15:9: אָרִ֣יק חַרְבִּ֔י ’ārîq ḥarbî, “sacaré mi espada”. Y Levítico 26:33, חָ֑רֶב וְהָיְתָ֤ה ḥāreḇ wəhāyəṯāh, “desenvainaré mi espada”.

32 Dice AGUSTÍN DE HIPONA [354-430]: «No quiero otra salvación fuera de la que mi Señor y Dios me ofrece personalmente. Cualquier otra salvación que provenga de la criatura, no me interesa. La que deseo es la del Señor; y si alzo mis ojos a los montes, ¿de dónde vendrá mi socorro? No de los montes, sino del Señor que hizo los cielos y la tierra (Salmo 121:1-2). A veces, en las dificultades temporales, Dios utiliza para socorrernos la mano de un hombre; pero la salvación es cosa de Dios. En casos especiales puede auxiliarnos por medio de un ángel; pero la salvación es siempre cosa suya. Tiene potestad y dominio sobre todas las cosas, y por tanto, a unos socorre de una manera, y a otros de otra, según estime más conveniente. Pero la salvación, es decir, la vida eterna, no es cosa de intermediarios, es cosa suya, depende directa y exclusivamente de él y tan solo él la concede. Exclamemos pues con el salmista: “Di a mi alma: Yo soy tu salvación”».

33 2 Pedro 1:10 LBLA; la versión inglesa KJV traduce: “give diligence to make your calling and election sure”.

34 2 Corintios 13:5.

35 Romanos 8:1.

36 Génesis 49:6.

37 Salmo 41:11.

38 Génesis 15:1.

39 Salmo 41:11.

40 Mateo 11:28.

41 Según la RAE: Carta credencial que un monarca o Estado entrega a sus cónsules para acreditarlos debidamente para que puedan cumplir sus funciones. Viene redactada solemnemente con la firma y sello del jefe del Estado. Pero su uso se extiende a muchos otros tipos de concesiones, derechos y privilegios otorgados.

42 Locución latina que significa “si alguno”. La utiliza el apóstol Pablo en 1 Corintios 16:22 : “si quis non amat Dominum Iesum Christum sit anatema”, “Si alguno no ama al Señor, que sea anatema” Tradicionalmente se utiliza en las bodas, instalaciones y otras ceremonias para decir: “Si alguno tiene algún impedimento, hable ahora o calle para siempre”.

43 Marcos 16:16.

44 2 Corintios 5:19.

45 Gálatas 4:6.

46 Apocalipsis 21:9-27.

47 Salmo 142:5.

48 Mateo 25:1-13.

49 Hechos 4:12.

50 Oseas 13:9. La versión inglesa KJV, que utiliza el autor, lo traduce así: “Thou hast destroyed thyself, but in me is thy help”, “Te has destruido a ti mismo, pero en mí está tu ayuda”.

51 Génesis 27:40. En el original: “a lordship”, “dominio o señorío”, puesto que la versión inglesa KJV traduce: “thou shalt have the dominion”.

52 1 Samuel 9:1-24.

53 Lucas 6:16.

54 Salmo 27:1.

55 Salmo 130:7.

56 Jeremías 15:19-21.

57 Génesis 26:24.

58 Dice AGUSTÍN DE HIPONA [354-430]: «Y así ha sido. Muchos de los que perseguían a Cristo han quedado “avergonzados y confundidos” pasando a formar parte de la Iglesia de Cristo con una actitud humilde, algo que no hubiera sucedido si primero no hubieran quedado “avergonzados y confundidos”. Entonces, el salmista, con desearles que queden “avergonzados y confundidos” les está deseando un bien».

59 Se refiere a TEODORETO DE CIRO [393-458]. Nacido en Antioquía, fue obispo de Ciro, donde desarrolló una amplia actividad. Mantuvo una enconada controversia con San Cirilo. Enérgico adversario de la herejía eutiquiana, fue depuesto de su sede episcopal hacia el 449. El 451 fue admitido entre los «doctores ortodoxos» por el Concilio de Calcedonia, que condenó a Nestorio y Eutiques, tras haberle exigido una explícita declaración contra Nestorio y su doctrina. Tras Calcedonia, Teodoreto continuó su labor pastoral y literaria. Fue autor de numerosas obras, entre ellas comentarios a diversos libros de la Biblia, incluidos los Salmos.

60 Los Padres de la Iglesia abordaron ya la problemática de los Salmos imprecatorios así como la dificultad de conjugar ciertas expresiones de retribución y venganza de los mismos con el mensaje de amor y perdón para los enemigos que encontramos en el Nuevo Testamento. Comentando el Salmo 35:

–TEODORETO DE CIRO [393-458] se expresa en los siguientes términos: «Nadie que lea este Salmo debe caer en el error de malinterpretar la oración justa de un hombre justo, y menos todavía utilizarla de justificación para imprecar y maldecir a sus enemigos. Sino tomar conciencia de que el autor inspirado se expresa en los términos propios de la antigua dispensación inspirada en la Ley, no en el Evangelio. La Ley manda explícitamente amar al prójimo y odiar al enemigo; por el contrario, Cristo nuestro Señor, para mostrar la virtud en toda su perfección dijo: “Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen” (Mateo 5:43-44). Y en conformidad con este mandamiento del Señor el apóstol Pablo exclama: “Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis” (Romanos 12:14). Tomando, pues, en cuenta estas diferencias, nos corresponde determinar qué es lo coherente con la ley y qué es lo coherente con la gracia. Con todo, hemos de tener en cuenta que el bendito David no pronunció estas palabras maldiciendo sino profetizando, anticipando por inspiración divina aquello que habría de suceder. Pues a nivel personal, cabe decir que procedió en todo momento según los principios del Evangelio y jamás buscó vengarse de sus enemigos, y para constatarlo basta escuchar sus palabras: “Si he dado mal pago al que estaba en paz conmigo (Antes he libertado al que sin causa era mi enemigo), persiga el enemigo mi alma, y alcáncela; huelle en tierra mi vida, mi honra ponga en el polvo” (Salmo 7:4-5). Y esto no se quedó en meras palabras, lo puso en práctica, respaldando con sus acciones lo que afirmaba con sus labios: por dos veces tuvo a su enemigo en sus manos y no solo no le dio muerte sino que se interpuso impidiendo que otros lo hicieran (1 Samuel 24:4-7; 26:7-12); y cuando Saúl cayó en batalla lloró amargamente y castigó con la pena capital al que de manera burlona y jactanciosa le anunció que él había sido quien acabó con su vida (2 Samuel 1:2-16). Me he visto en la necesitad explicar esto y citar todos estos acontecimientos, por causa de algunos que jactándose citan las palabras del santo David como justificante de su proceder impropio de un cristiano, para que tengan constancia de cuáles eran en verdad los valores de David, cuál fue su proceder, y lo tomen como ejemplo».

61 Malaquías 4:5-6; Lucas 1:16-17. Un tema muy controvertido, pero que en este caso entendemos que el autor menciona tan solo con al propósito de significar las diferencias entre el proceder de la antigua dispensación, simbolizada en este caso por Elías, que no dudó para erradicar la idolatría en hacer degollar a todos los profetas de Baal (1 Reyes 18:40); y la nueva dispensación cristiana, en la que Cristo exclama refiriéndose a los que le estaban crucificando: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34).

62 Lucas 9:56

63 Levítico 19:18.

64 2 Timoteo 4:14.

65 Hechos 23:3.

66 1 Corintios 16:22.

67 Se refiere a ERNST WILHELM HENGSTENBERG [1802-1869], pastor y teólogo luterano alemán, experto en lenguas bíblicas y profesor en la Universidad de Berlín, autor de numerosas obras y especialmente conocido por su “Christologie des Alten Testaments”, aunque en esta ocasión la obra citada es su comentario a los Salmos, “Commentar üver die Psalmen” publicada entre 1842 y 1847.

68 Lucas 13:3.

69 Mateo 5:43; 19:8.

70 Salmo 69:9.

71 Así lo ve también FRANZ DELITZSCH [1813-1890]: «Todas las maldiciones de esos salmos brotan de la fuente pura de un celo abnegado por el honor de Dios».

72 Tal es el caso de los Salmos 37, 73 y otros.

73 Salmo 69:28.

74 Lucas 23:34.

75 1 Samuel 24:1-22; 2 Samuel 1:1-12.

76 2 Samuel 16:5-14.

77 2 Samuel 16:9-10.

78 Salmo 3:7-5.

79 En hebreo יִֽהְי֗וּ כְּמֹ֥ץ לִפְנֵי־ר֑וּחַ yihyū kəmōṣ lip̄nê-rūaḥ. Una comparación muy habitual en el A.T. Ver: Job 21:18; Salmo 1:4; Isaías 17:13; 29:5; 41:15; 47:14; Jeremías 13:24; Daniel 2:35; Oseas 13:3; Sofonías 2:2.

80 En hebreo וּמַלְאַ֥ךְ יְ֝הוָ֗ה רֹדְפָֽם ūmal’aḵ Yahweh rōḏəp̄ām de מַלְאָך malak, “ángel”. Ver Números 22:22-27, 31-32; 2 Samuel 24:16-17; 2 Reyes 19:35.

81 La misma palabra hebrea se utiliza en Job 21:18; Salmo 1:4; Isaías 17:13; 29:5; 41:15; Oseas 13:3 y Sofonías 2:2.

82 En botánica se llama “vilano” o “papus” a los pelos simples o plumosos, cerdas o escamas que rodean a las diminutas “cipselas” de las plantas asteráceas. Su función es la de asistir a la planta en la diseminación o dispersión de sus frutos y semillas. Los ejemplos más conocidos quizá sean el “salsifín” y el “diente de león” (Taraxacum officinale), o “achicoria amarga”. En algunas partes del mundo hispanoparlante sus semillas se conocen como “angelitos”, porque al soplar el receptáculo rodeado cipselas, estas de se desprenden y vuelan por los aires.

83 Dice AGUSTÍN DE HIPONA [354-430]: «He aquí los dos grandes males que flagelan la raza humana: las tinieblas son la ignorancia, y el resbaladero la impureza»

84 Apocalipsis 8:13.

85 El texto original de AGUSTÍN DE HIPONA [354-430] añade lo siguiente: «Hemos de entender que esto lo dice el salmista no movido por el deseo personal de venganza, esperando que suceda de inmediato, sino como una profecía, en predicción del futuro. Con todo, es obvio que tales cosas las dice el profeta inspirado por Dios, por tanto, Dios las va a llevar a cabo, ejecutando la sentencia a su tiempo de manera justa y sosegada, sin impulso de ira, pero de forma segura e implacable; no incitado por amargura o ánimo de venganza, sino en cumplimiento de la justicia que exige el castigo de los vicios».

86 En hebreo וַחֲלַקְלַקּ֑וֹת waḥălaqlaqqōwṯ de חֲלַקְלַקּוֹת chalaqlaqqoth un sintagma que solo aparece en este versículo y el sentido es de algo resbaladizo en extremo. חֲלַקְלַקּוֹת chalaqlaqqoth aparece en total cuatro veces, además de en el Salmo 35:6, en Jeremías 23:12 y en Daniel 11:21, 34; y curiosamente, en el caso de Daniel se usa en el sentido de intrigas o artimañas, hipocresía y traición.

87 Se trata del rabino DAVID o DOVID KIMCHI [1157-1236], también conocido por el nombre de David Kimhi o el acrónimo hebreo RaDak. Nacido en Narbona, Francia. Hijo de Yosef Kimchifue, un famoso rabino y filólogo judío, fue uno de los más prestigiosos eruditos del hebreo bíblico en la Edad Media y autor de uno de los más prestigiosos comentarios al texto del Antiguo Testamento.

88 La “Lex Talionis”, o “Ley del Talión”, (del latín: “talis” o “tale”, “idéntico, semejante”) es el principio de justicia retributiva expresado en Éxodo 21:23-25 y Levítico 24:18-20, conocida por la frase: “ojo por ojo, y diente por diente”, estableciendo que al criminal hay que aplicarle no una pena equivalente, sino una pena idéntica, es decir, infligirle como castigo las mismas lesiones o daños físicos o materiales infligidos a sus víctimas. Paradójicamente, tiene su origen en las propias leyes mesopotámicas y babilónicas, ya que figura claramente en el “Código de Hammurabi” (1760 a.C.), y se aplicó posteriormente tanto en las leyes de Israel como en el derecho romano. Hoy en día ha sido descartada de la mayoría de sistemas jurídicos, aunque sigue aplicándose a nivel tribal y de comunidades étnicas. Y por supuesto en las leyes islámicas o Sharia. Jesús rechazó de plano la Ley del Talión en el Sermón del Monte (Mateo 5:38-39).

89 Dice sobre esto AGUSTÍN DE HIPONA [354-430]: «Como si alguien prepara una copa con veneno contra otro, y por error acaba bebiéndola él; o cava con ahínco una fosa oculta para que de noche su enemigo caiga en ella, se olvida, y por descuido acaba él dentro. Esto es lo que, hermanos, podéis creerme, sucede a todo aquel que trama maldades contra su prójimo. Porque la perfidia es como una fogata, si quieres que arda tienes que acercarle algo encendido, un hachón o una tea para que prenda. Por tanto, para prender el fuego primero tiene que arder la tea, ¿cierto? Pues recuérdalo bien, esa tea eres tú; para poder causar mal a otro, la maldad procede de ti, ¿y a quién destruirá primero sino a ti mismo? Si una savia nociva perjudica las ramas; ¿no perjudicará primero la raíz de la cual procede? Tenlo en cuenta, tu maldad puede que logre perjudicar a otros; pero es imposible que tú te libres de sus efectos, y es probable que acabes siendo el más perjudicado».

90 Génesis 12:3; Números 24:9; Deuteronomio 28:15-48.

91 Hechos 26:14.

92 En hebreo שׁוֹאָה֮ šōw’āh de שׁוֹא sho. Aunque en la mayoría de los doce casos en que aparece se utiliza como destrucción, devastación, asolamiento o desolación, en Ezequiel 38:9 se utiliza en el sentido de “tempestad: “y vendrás como una tempestad; como un nublado para cubrir la tierra serás tú y todas tus tropas”.

93 2 Samuel 16:20-23; 17:14.

94 1 Samuel 17:4-10, 50-51.

95 Ester 6:1-13; 7:8-10.

96 Salmo 64:1-9; Proverbios 12:13; 18:7.

97 Se refiere al emperador romano MARCO AURELIO VALERIO MAJENCIO [278-312], emperador romano que se enfrentó a CONSTANTINO I [272-337] que luchaba bajo el signo de la Cruz en una batalla cerca del puente Milvio provocando un punto de inflexión en la historia del cristianismo, como narra con detalle el historiador cristiano EUSEBIO DE CESAREA [263-339] en su “Historia Eclesiástica” (publicada por CLIE el español).

98 Se refiere al emperador romano FLAVIO VALERIO AURELIO CONSTANTINO [272-337], más conocido como CONSTANTINO I, el emperador que se convirtió al cristianismo y legalizó la religión cristiana en el Imperio Romano por el Edicto de Milán en el año 313.

99 Se refiere a ENRIQUE III DE FRANCIA [1551-1589], un monarca muy controvertido. Cuando su hermano y heredero al trono FRANCISCO DE ANJOU [1555-1584] murió sin hijos, quedó como sucesor al trono de Francia su primo ENRIQUE DE BORBÓN o de Navarra [1553-1610]. Enrique de Borbón era protestante hugonote, pero para ser ungido como futuro rey de Francia y legítimo sucesor a la corona bajo el nombre ENRIQUE IV se convirtió al catolicismo. De ahí que se le atribuya la famosa frase: “Paris vaut bien une messe”, “París bien vale una misa”, pues en realidad nunca dejó de ser protestante. Esto desencadenó un conflicto en la sucesión conocido como la guerra de los tres Enriques (Enrique III, Enrique de Borbón y Enrique I duque de Guisa). El 12 de mayo de 1588, conocido como el día de las barricadas por el alzamiento armado de los partidarios de la Liga Católica, Enrique III fue obligado a abandonar París y refugiarse en Chartres donde tuvo que firmar que se comprometía a erradicar al protestantismo de Francia. Pero como venganza en diciembre de ese mismo año ordenó asesinar en Blois al duque de Guisa, líder de la Liga Católica. Ello le ocasionó que el 1 de agosto de 1589 él mismo fuera apuñalado como venganza por Jacques Clément, fraile dominico perteneciente a la Liga.

100 Se refiere a CARLOS MAXIMILIANO DE FRANCIA [1550-1574], monarca perteneciente a la Casa de Valois que heredó el Trono a la muerte de su hermano Francisco II, con solo diez años. Hasta 1563 gobernó como regente su madre, CATALINA DE MÉDICI [1519-1589], quien siguió ejerciendo una gran influencia sobre él una vez declarado mayor de edad. Durante su reinado continuaron en Francia las guerras de religión, conflicto civil que enfrentaban a los católicos (liderados por los Guisa y apoyados por España) contra los protestantes o hugonotes (liderados por Coligny y apoyados por Inglaterra y algunos príncipes alemanes). Intentó poner fin al enfrentamiento mediante la Paz de Saint-Germain de 1570 (que concedía libertad de culto a los hugonotes) y el matrimonio de su hermana Margarita con el hugonote Enrique de Navarra (futuro Enrique IV). Pero traicionó el tratado y causó la sangrienta Matanza de San Bartolomé en 1572. Carlos murió poco después sin descendencia legítima, heredando el Trono su hermano Enrique III. Murió con empiema pleural y tuberculosis pulmonar.

101 El lector debe entender las palabras del autor dentro del contexto histórico complejo en el que escribe, marcado por las llamadas “Guerras de Religión” y persecuciones religiosas de todo tipo que se dieron en Europa a lo largo de los siglos XVI y XVII.

102 Se trata de PIETRO ANTONIO DOMENICO BONAVENTURA TRAPASSI [1698-1782], más conocido como METASTASIO, fue un escritor y poeta italiano, y uno de los más prolíficos libretistas de ópera del siglo XVIII.

103 Dice AGUSTÍN DE HIPONA [354-430]: «¿Y cómo no ha de alegrarse en un Señor que le ha dicho “Yo soy tu salvación” (35:3)? ¿Y cómo no ha de alegrarse en un Señor que le ha dicho: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mateo 7:7)? Si el Emperador en persona te dijera: ‘Pídeme cuanto desees y te lo daré’ ¡con qué fuerza saldría de tu interior el impulso de proclamarte tribuno o cónsul! ¡Cómo se multiplicarían los planes para ti y a favor de los tuyos! Pues resulta que es Dios en persona quien te dice: ‘Pídeme, y te lo daré’. ¿Y qué vas a pedir? ¿Nada? Estruja tu mente, da rienda suelta a tus aspiraciones, dispara hasta los límites tu codicia, porque no es un cualquiera quien te ha dicho ‘Pídeme, y te lo daré’ sino el Dios omnipotente. Si tu deseo es poseer haciendas, podrías pedirle la tierra entera, de modo que cuantos la habitan fueran tus siervos o colonos. Y cuando fueras señor y dueño de toda la tierra, ¿qué harías? Quizá pedirle el mar, aunque no te sería fácil vivir en él, pues tu codicia se vería superada por los peces que viven allí en su elemento. Aunque sí podrías quizá adueñarte de las islas. Pero no, no te detengas en tu ambición, pide también el aire, aunque seas incapaz de volar; amplia tus deseos hasta alcanzar el firmamento, llama tuyo al sol, la luna y las estrellas, puesto que son creación de Dios, y él te ha dicho: ¡Pídeme, y te lo daré! Pero no importa lo que pidas, siempre quedarás insatisfecho, nada encontrarás en lo creado de más valía que Aquel que lo creó, nada hallarás más excelente que Aquel que hizo excelentes todas las cosas. Pide entonces al que lo hizo, pide poseerle a él, y teniéndole a él recibirás todo cuanto él hizo. Pues todo lo creado es hermoso; pero ¿qué hay más hermoso que Aquel que lo creó? Muchas de las cosas creadas son extremadamente poderosas, pero ¿qué hay más poderoso que Aquel que las creó? Y lo que desea con más ahínco es darse a sí mismo. ¿Podrás elegir algo mejor? Si en tu criterio hay algo mejor, pídelo. Pero anteponiendo la obra al que la hizo le harás una injuria, y te perjudicarás a ti mismo, siendo que él, que es el autor, se entregó a sí mismo y quiere que lo poseas en persona. No es extraño que ante un amor semejante exclamara extasiada el alma del salmista: “¡Mi porción es el Señor (…) mi porción es Dios para siempre” (Salmo 118:57; 73:26); es decir, escoja cada uno lo que quiera poseer, distribúyanse en porciones todo cuanto existe, pero: “mi porción eres tú”, yo te he elegido a ti: “El Señor es la porción de mi herencia y de mi copa; tú garantizas mi suerte” (Salmo 16:5). Deja por tanto que Dios te posea a ti, para que tú lo poseas a él, y en él lo poseas todo. Abre a él tu corazón y hará de ti su hacienda privada, te convertirá en su mansión. ¿Qué cosa mejor nos puede dar que darse a sí mismo? ¿Y por qué lo hace? Porque nos ama (Juan 3:16): sí, Dios me ama, Dios te ama. ¿O piensas acaso que nos necesita o que puede sacar de ti algún provecho? ¡No! Por ello exclama el salmista: “Dije al Señor: Mi Dios eres tú, por cuanto no tienes necesidad de mis bienes” (Salmo 16:1 Vulgata), pero “mi alma se alegra en Señor; se regocija en su salvación”. Y la salvación de Dios es Cristo: “Porque han visto mis ojos tu salvación” (Lucas 2:30)».

104 En hebreo כָּ֥ל עַצְמֹותַ֨י kāl ‘aṣmōwṯay de עָ֫צֶם etsem, “huesos”. Dice al respecto CASIODORO [485-583]: «Es evidente que por “huesos” hemos de entender en este caso la fortaleza del espíritu y constancia de la mente. Y resulta propio y acertado utilizar el término “huesos” para describir estas cualidades espirituales, pues así como los huesos proporcionan al cuerpo un soporte sólido y seguro; la fortaleza del espíritu y constancia de la mente dan soporte a los propósitos e intenciones santas. Son por tanto los “huesos”, es decir, la firmeza de nuestra voluntad, no la “carne” que es débil (Mateo 26:41), los que, admirados, deben proclamar este misterio y exclamar: “Señor, ¿quién como tú?”».

105 AGUSTÍN DE HIPONA [354-430]: «“Señor, ¿quién como tú?” Los ídolos tienen ojos pero no ven; tienen oídos pero no oyen (Salmo 115:3-8). Señor, ¿quién como tú. “¿Quién como el Señor nuestro Dios, que se sienta en las alturas, que se humilla a mirar en el cielo y en la tierra? (Salmo 113:5-6). ¿Quién como tú que hiciste el ojo para ver, y el oído para oír? No adoro a ídolos que algún artífice ha fabricado (…) Señor, ¿quién como tú? ¿Por qué adorar cosas terrenas, cuando tú eres el creador de la tierra?».

106 Este es otro de los versículos del Salmo 35 particularmente citados por THOMAS DE KEMPIS [1380-1471] en “La Imitación de Cristo”. Ver nota 29 en este mismo Salmo 35.

107 En el original “the true knight-errant of all oppressed ones”. No tenemos certeza alguna de que Spurgeon hubiera leído a Cervantes ni las andanzas de “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”, aunque no es de descartar, puesto que la primera traducción de “El Quijote” al inglés se llevó a cabo en 1620, y a lo largo del siglo XVII se llevaron a cabo otras traducciones y numerosas ediciones. Spurgeon era un lector empedernido, se calcula que leía una media de seis libros a la semana, y es posible que alguna de esas ediciones o alguna posterior cayera en sus manos, o que al menos conociera la referencia literaria. No obstante, sea que lo hubiera leído o no, de lo que no cabe duda es que se refiere a los caballeros andantes y en todo caso a alguno de los libros de caballerías que se citan en el Quijote.

108 Salmo 16:7.

109 Salmo 51:8.

110 Hoy en día se ha comprobado científicamente que la depresión no solo afecta el cerebro y la conducta, afecta el cuerpo entero y mantiene una relación directa con otros problemas de salud, entre ellos la osteoporosis, una enfermedad que adelgaza y debilita los huesos hasta el punto en que se tornan frágiles y se quiebran fácilmente. Los estudios llevados a cabo demuestran que las personas con depresión, especialmente en los casos de edad avanzada, son más propensas a tener una masa ósea baja que las que no padecen depresión.

111 Jonás 2:4.

112 Dice al respecto ATANASIO DE ALEJANDRÍA [296-373]: «Aquí aparece claramente la persona de Cristo, calumniado y acusado falsamente en el tribunal de sumos sacerdotes ante el que aparecieron falsos testigos aportando falsos testimonios contra él, pagándole mal por bien para aflicción de su alma (Mateo 26:57-68). Eran supuestamente hijos de Dios, pero procedieron contra él de forma malvada».

113 Mateo 26:59-61.

114 1 Samuel 24:9.

115 2 Samuel 24:6-7.

116 Génesis 50:20.

117 Salmo 47:15-17.

118 En hebreo שְׁכֹ֣ול לְנַפְשִֽׁי šəḵōwl lənap̄šî de שְׁכוֹל shekol, un vocablo que fuera de este salmo tan solo aparece dos veces más en Isaías 47:8-9. Su traducción literal es “pérdida de hijos”.

119 1 Samuel 17:50.

120 1 Samuel 18:7.

121 Salmo 109:5.

122 Proverbios 17:13.

123 En hebreo שְׁכֹ֣ול לְנַפְשִֽׁי šəḵōwl lənap̄šî.

124 La palabra hebrea שְׁכ֣וֹל šəḵōwl de שְׁכוֹל shekol, “pérdida de hijos”, tan solo aparece dos veces: en el Salmo 35:12 y en Isaías 47:8-9, donde leemos: “tú que dices en tu corazón: Yo soy, y fuera de mí no hay más; no quedaré viuda, ni sabré lo que es perder los hijos. Estas dos cosas te vendrán de repente en un mismo día, pérdida de hijos y viudez”. La versión griega de los LXX o Septuaginta lee: καί ἀτεκνία ὁ ψυχή ἐγώ que la Vulgata traduce al latín como: “steliritatem anima mea”, “esterilidad a mi alma”. En el caso del Salmo 35:12 podría interpretarse literalmente como: “eso me roba los hijos del alma” dejándome en una soledad aterradora; o de forma más dinámica: “eso me roba la paz del alma”. FRANZ DELITZSCH [1813-1890] remarca el sentido de orfandad «he perdido el cariño de todos cuantos antes amaba y sentían afecto por mí, que ahora es como si hubieran muerto». EVAGRIO DEL PONTO [345-399] en “Scholia in Psalmos” dice sobre esta traducción: «El alma que no concibe nada bueno ni da a luz ninguna obra buena es un alma estéril».

125 AGUSTÍN DE HIPONA [354-430] en su aplicación del Salmo a la persona de Cristo, hace esta peculiar interpretación de estas palabras del salmista: «Con este sayal de humanidad se vistió el Señor para obrar nuestra redención; por eso no fue reconocido, porque vino escondido bajo ese sayal (Filipenses 2:5-7), por ello dice: “Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de sayal”. Y así fue como pudieron apresarle, torturarle y darle muerte, porque permaneció bajo el sayal. Pues de haber decidido no permanecer oculto bajo el sayal, no hubiera podido morir y obrar nuestra redención. Recordemos aquella escena en la que asomó un destello de su poder oculto bajo el sayal, si es que se le puede llamar destello, cuando al tratar de apresarle, y en respuesta a la pregunta “¿a quién buscáis?”, una sola palabra suya: “Yo soy”, bastó para que retrocedieran y cayeran todos en tierra (Juan 18:8). Jamás habría podido doblegar tamaño poder durante su pasión, de no haberlo mantenido oculto bajo el sayal».

126 En hebreo וּ֝תְפִלָּתִ֗י עַל־חֵיקִ֥י תָשֽׁוּב ūṯəp̄illāṯî ‘al-ḥêqî ṯāšūḇ. Un texto de muy difícil traducción. La versión griega de los LXX o Septuaginta lee: καί ὁ προσευχή ἐγώ εἰς κόλπος ἐγώ ἀποστρέφω que la Vulgata traduce al latín como: “et oratio mea in sinu meo convertetur”, “y mi oración daba vueltas en mi seno”.

–KRAUS sugiere la siguiente interpretación: «La mejor manera de entender וּ֝תְפִלָּתִ֗י עַל־חֵיקִ֥י תָשֽׁוּב ūṯəp̄illāṯî ‘al-ḥêqî ṯāšūḇ, “¡oh, que mi oración regrese a mi pecho!” es la interpretación de FRIEDRICH NOTSCHER [1890-1966] que entiende estas palabras como un paréntesis en el que el salmista, al ver la hostilidad que ahora muestran esas personas, quiere retirar -como quien dice- su oración previa de intercesión a su favor (Mateo 10:11-15)».

–FRANCISCO LACUEVA [1911-2005] dice al respecto en el “Comentario de Matthew Henry”: «La última parte del v. 13 —nota del traductor— que literalmente dice: “Y mi oración se volvía a mi seno” (RVR 1960), no se ha de entender como una oración que Dios ‘devuelve’ sin responderla, sino en el sentido de que ‘se volvía y revolvía dentro de su propio pecho’, es decir, la andaba repitiendo continuamente, como aclaran la mayoría de las versiones (RVR, LBLA)».

127 Génesis 8:8-12.

128 Salmo 79:12. También Isaías 65:6-7: “He aquí que escrito está delante de mí; no callaré, sino que recompensaré, y daré el pago en su seno (…) yo les mediré el pago de sus obras pasadas y se lo pondré en su seno”.

129 1 Samuel 16:14-23.

130 KRAUS comenta: «estaba “enlutado” (literalmente, “ennegrecido”) por la ceniza que él había esparcido sobre sí al practicar el rito de penitencia: 7:6; Ezequiel 27:30; Lamentaciones 2:10».

131 En hebreo קֹדֵ֥ר שַׁחֹֽותִי qōḏêr šaḥōwṯî de שָׁחַח shachach.

132 Mateo 5:38-48.

133 Spurgeon cita aquí un viejo poema del poeta inglés SAMUEL TYLOR COLERIDGE [1772-1834] conocido como “The Rime of the Ancient Mariner”, “Las rimas del viejo marinero”, su más largo y difundido poema, publicado en 1798, y que relata las experiencias de un viejo marinero después de una larga travesía, desde su partida a su regreso. En el texto original, casi al final del poema, habiéndose hundido el barco y encontrándose en apuros, el marinero expresa su sentido de culpa por haber matado injustamente un albatros, y dice así: “He prayeth best, who loveth best / All things both great and small; / For the dear God who loveth us, / He made and loveth all”, “Ora mejor quien ama mejor todas las cosas, las grandes y las pequeñas; pues el buen Dios que nos ama a nosotros, las creo todas y las ama todas”.

134 Levítico 21:1-3.

135 Un texto de traducción compleja y que difiere sensiblemente de una versión a otra. El texto hebreo masorético dice: וּבְצַלְעִי֮ שָׂמְח֪וּ וְֽנֶאֱ֫סָ֥פוּ נֶאֶסְפ֬וּ עָלַ֣י נֵ֭כִים וְלֹ֣א יָדַ֑עְתִּי קָֽרְע֥וּ וְלֹא־דָֽמּוּ ūḇəṣal‘î śāməḥū wəne’ĕsāp̄ū ne’esp̄ū ‘ālay nêḵîm wəlō yāḏa‘tî qārə‘ū wəlō-ḏāmmū. El problema viene de que el término נֵ֭כִים nêḵîm de נֵכֶה nekeh, y que tan solo aparece en este versículo de este salmo, puede significar también “flagelo” o “flagelantes”, por lo cual la versión griega de los LXX o Septuaginta utiliza el término griego μάστιξ, “flagelo, azote” y lee por tanto: καί κατά ἐγώ εὐφραίνω καί συνἄγω συνἄγω ἐπί ἐγώ μάστιξ καί οὐ γιγνώσκω διασχίζω καί οὐ κατανύσσω, que la Vulgata traduce al latín como: “Et adversum me laetati sunt, et convenerunt; congregata sunt super me flagella, et ignoravi”, “Y se alegraron, y contra mí se juntaron, se amontonaron sobre mis azotes, y no lo sabía”. Partiendo de este “se amontonaron sobre mi flagelos (golpes, azotes) “y yo no lo sabía”” algunos comentaristas ven en cumplimiento en la escena de Jesús ante el Sanedrín, interrogado con testigos falsos y golpeado (Lucas 22:23-65).

136 La traducción por “adversidad” que hace la Reina-Valera no se basa en el texto hebreo sino en la Septuaginta: εὐφραίνω. En hebreo es: וּבְצַלְעִי֮ שָׂמְח֪וּ ūḇəṣal‘î śāməḥū de צֶ֫לַע tsela. וּבְצַלְעִי֮ ūḇəṣal‘î es un sintagma único de un verbo raro: צֶ֫לַע tsela, que transmite la idea del bamboleo de alguien que habiendo sido herido, empujado o fuertemente zarandeado está a punto de caer. Fuera de este versículo tan solo aparece dos veces más: Salmo 38:17: “Porque yo estoy a punto de caer”, y Jeremías 20:10: “esperando mi caída”.

137 En el original inglés “bastinado” forma de castigo o tormento conocido en los países orientales como falanga o falka que consiste en inmovilizar al reo y golpearle incesantemente las plantes de los pies desnudos con varas.

138 Se refiere a MARÍA TUDOR [1516-1558] María I de Inglaterra, hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón, esposa de Felipe II. Al hacerse con la corona por la muerte de su hermano Eduardo VI en 1553, desencadenó una persecución contra los anglicanos con ajusticiamientos masivos, lo que le valió el apodo de “la Sanguinaria”.

139 Salmo 137:1-3.

140 Suponemos que se refiere a TITUS FLAVIUS CLEMENS, más conocido como CLEMENTE DE ALEJANDRÍA o SAN CLEMENTE. Padre de la Iglesia, uno de los más destacados creyentes de la iglesia de Alejandría y uno de los más destacados maestros de dicha ciudad. Fue alumno de Panteno, al que ayudó en la Escuela de Alejandría, y cuando Panteno murió, tomó las riendas de dicha escuela en la que uno de sus estudiantes fue Orígenes. Escribió numerosas obras, siendo las principales el Protréptico, el Pedagogo, y la Stromata.

141 No nos ha sido posible identificar la cita tal y como viene en el texto original inglés. Es posible que se trate simplemente de una conclusión del propio Thomas Brooks basada en algunas de las ideas de Clemente respecto a los efectos beneficiosos del sufrimiento, en particular en su Stromata.

142 Proverbios 17:5.

143 Salmo 129:3.

144 Romanos 5:5.

145 Cantares 8:7.

146 Lucas 18:11.

147 Juan 8:5.

148 Así traduce el “Book of Common Prayer” de 1662 de la Iglesia de Inglaterra: “making mouths at me”, partiendo probablemente del “Hexaplar Psalter” en seis versiones y otras traducciones más antiguas. Pero el texto hebreo קָֽרְע֥וּ qārə‘ū de קָרַע qara tiene un sentido de “destrozar” o “despedazar”; y el texto griego de la Septuaginta: κατενύγησαν, el de “herir” con un sentido implícito de “traspasar”.

149 Mateo 27:39.

150 Jeremías 18:18.

151 Se refiere a JOHANNES BUXTORF [1564-1629] insigne hebraísta y orientalistas; profesor en la Universidad de Basilea y apodado «Maestro de los rabinos».

152 2 Samuel 4:4; 9:3.

153 2 Reyes 29:29; 2 Crónicas 35:20-27; Jeremías 46:2.

154 En hebreo חָרֹ֖ק עָלַ֣י שִׁנֵּֽימֹו ḥārōq ‘ālay šinnêmōw. Sobre frase: “contra mí rechinaban los dientes” dice:

–CASIODORO [485-583]: «Cuando los irracionales se ven derrotados por la fuerza de la razón, cuando sus argumentos flaquean ante la verdad, entonces estalla la rabia y rechinan los dientes delatando con esta actitud silenciosa pero amenazante sus verdaderas intenciones». En este mismo sentido, pero inverso, cuando una persona grita desmesuradamente en una discusión, solemos decir que sus gritos son una demostración de la debilidad y pobreza de sus argumentos.

155 En el original “cake-scoffers”.

156 Isaías 53:5.

157 El original inglés dice “Hellians”, y los significados pueden ser distintos, pero van todos en la misma línea, gente problemática de la que es mejor alejarse.

158 Génesis 21:9.

159 Salmo 1:1.

160 Se refiere a HEINRICH FRIEDRICH WILHELM GESENIUS [1786-1842], famoso erudito alemán de las lenguas orientales, profesor de teología en la Universidad de Halle. Escribió numerosas obras sobre los textos bíblicos, siendo especialmente apreciado por la que es quizás su obra más conocida, el Thesaurus philologico- criticus linguae Hebraicae et Chaldaicae V. T.

161 Así lo traduce la versión inglesa KJV: “hypocritical mockers in feasts”.

162 En hebreo אֲדֹנָי֮ כַּמָּ֪ה תִּ֫רְאֶ֥ה ’ăḏōnāy kammāh tir’eh.

163 En hebreo הָשִׁ֣יבָה נַ֭פְשִׁי מִשֹּׁאֵיהֶ֑ם hāšîḇāh nap̄šî miššō’êhem de שׁוֹאָה sho, “estragos, destrucciones devastaciones”. La traducción literal sería “salva mi vida de las devastaciones”.

164 Salmo 22:21; Daniel 6:22.

165 Job 1:6-12; 1 Pedro 5:8.

166 1 Juan 2:1.

167 Salmo 58:8.

168 Apocalipsis 12:10.

169 Juan 8:44.

170 En hebreo יְחִידָתִֽי yəḥîḏāṯî de יָחִיד yachid, “sola, única”. Es decir, lo único que tengo o último que me queda. El mismo adjetivo hebreo יחִָיד yâchîyd se utiliza en Génesis 22:2 para referirse a Isaac el hijo “único” de Abraham y en Jueces 11:34 para referirse a la hija “única” de Jefté. Ver al respecto los comentarios y notas al Salmo 22:20.

171 Se refiere al teólogo puritano MATHEW POOLE [1624-1679] y su famosa obra “Synopsis Criticorum Aliorumque Sactae Scripturae Interpretum”, 1669.

172 Salmo 22:20.

173 Salmo 22:21.

174 Proverbios 6:13; 10:10: 16:30.

175 Mateo 15:18.

176 Marcar a las personas con un hierro candente, como se hacía con el ganado, era una costumbre habitual en épocas antiguas que perduró entre los anglosajones hasta bien entrado en Siglo XIX (1826). Ya los romanos solían marcar los esclavos huidos y capturados de nuevo con una “F” de “fugitivo”. Los ingleses mantuvieron esa costumbre, aunque las letras y el lugar de la marca solían variar según el caso; a los ladrones se las marcaba con una “T” de “thief”; y a los blasfemos con la letra “B”. A los acusados de publicar folletos instigando a la sedición los marcaban con una “SL” “seditious libels”, a los que sembraban ideas sediciosas una “SS” “sowed sedition”. Con estas letras en cada mejilla fue marcado el médico escocés y predicador puritano ALEXANDER LEIGHTON [1570-1649] en 1628, por orden del rey Carlos I [1600-1649], después de haber sido azotado y haberle cortado una oreja.

177 Mateo 10:16; Lucas 10:3.

178 Juan 19:12-16.

179 Se refiere a los seguidores del IGUALITARISMO, principio político-filosófico que sostiene que todos los seres humanos son iguales y por tanto deben ser tratados como iguales socialmente y tener las mismas oportunidades en tanto que aumentar la igualdad mediante la redistribución de bienes dignifica al ser humano y aumenta el valor del estado del mundo.

180 En el original “Billingsgate and Babylon are in league”. “Billingsgate” es el nombre histórico del mercado de pescado de Londres, y debido al lenguaje soez y vulgar utilizado por las pescaderas, se incorporo como vocablo al lenguaje popular como símbolo de todo lo inculto, profano, libertino, deshonesto, depravado, etc. “Babylon” o “Babilonia” es un término bien conocido para identificar la religión oficial y corrupta, la “gran ramera” descrita y condenada en el capítulos 17 del libro de Apocalipsis, “con la cual han fornicado los reyes de la tierra” (Apocalipsis 17:2). Spurgeon juega con ambos términos para transmitir la idea de que cuando se trata de burlarse y arremeter contra los santos, lo pagano y lo religioso, lo irreverente y lo litúrgico, la plebe y la jerarquía oficial, van de la mano.

181 En el original inglés “Lord of Misrule”, En Escocia “Abbot of Unreason” y en Francia “Prince des Sots”. Un personaje de tradición medieval elegido entre el pueblo y al que solía nombrase el rey de los desmanes y borracheras de las fiestas de Solsticio de Invierto heredadas de la tradición pagana del festival de Saturnalia de los romanos. Shakespeare se refiere a él en Henry IV, Parte I, con el personaje grotesco de Falstaff. Su equivalente en español es el “Rey Momo”, que preside los carnavales.

182 Mateo 7:6.

183 Génesis 9:20-25.

184 2 Samuel 11:2-5.

185 Romanos 6:1-2, 15.

186 Génesis 19:26.

187 En hebreo עֵינֵֽינוּ ‘ênênū de עַ֫יִן ayin, “ojo”. La versión inglesa KJV traduce: “Aha, aha, our eye hath seen it”, “nuestro ojo lo ha visto” y sobre ella basa Trapp su comentario.

188 En realidad JAMES NICHOL era el editor en Edimburgo de una serie de comentarios de autores puritanos conocida como “Nichol’s series of commentaries” en la que el comentario a Proverbios lleva por título “A commentarie vpon the whole booke of the Prouerbs of Salomon”, publicado en 1590 y su autor es PETER MUFFET [¿?-16179].

189 JOHN DAVIES [1569-1626] fue un renombrado poeta, abogado y estadista inglés nombrado Fiscal General de Irlanda. Sus dos obras principales son “Hymnes of Astraea” y “Nosce Teipsum”, “Conócete a ti mismo”, primer poema inglés en cuarteto decasilábico y claro exponente de la “nueva poesía” inglesa de finales del siglo XVI. Muy aficionado a los epigramas y sonetos, introducía en sus trabajos palabras y frases en gaélico, y fueron muy apreciados por la reina Elisabeth I [1533-1603], de modo que muchos de sus poemas contienen acrósticos en los que se lee “Elisabetha Regina”.

190 En el original inglés: “the saint’s candle”. Spurgeon echa mano de esta expresión popular inglesa, que parte de las tradiciones católicas medievales que afirmaban que es preciso encender un cirio ante la imagen del santo (acompañado de la correspondiente limosna) para que nos conceda la petición, y cuanto más tiempo permanece el cirio encendido (cuanto mayor es su tamaño y coste) más posibilidades hay que el santo nos conceda el desea que le hemos confiado.

191 Daniel 3:19-25.

192 Las “picotas” eran columnas de piedra o pedestales de madera donde ataban a los reos para ser expuestos a la vergüenza pública y a las iras de los ciudadanos, que les escupían y arrojaban toda clase de cosas desagradables. En Inglaterra estuvieron en uso (aunque restringido) hasta 1872; en Estados Unidos hasta marzo de 1905; y en España fueron abolidas por decreto de las Cortes de Cádiz de 26 de mayo de 1813. De ellas deriva la frase “poner en la picota” en el sentido de convertir en objeto de escarnio, hacer evidentes los defectos de alguien o ponerle en evidencia delante de los demás.

193 En hebreo הָעִ֣ירָה וְ֭הָקִיצָה hā‘îrāh wəhāqîṣāh de עוּר ur, y קִיץ quts.

194 En hebreo אֱלֹהַ֖י וַֽאדֹנָ֣י ’ĕlōhay waḏōnāy.

195 Juan 20:19-28.

196 Se refiere a al teólogo jesuita francés JACQUES NOUET [1605-1680] en “The Life of Jesus Christ In Glory”, 1624.

197 Salmo 2:4; 37:13; 59:8.

198 Salmo 124:7; 141:10.

199 Jonás 1:17

200 Dice CASIODORO [485-583] comentando este versículo: «Quien comete acciones de las que se sienta avergonzado es condenado por su propia estima; y el que se encadena a sí mismo con ataduras de bochorno es torturado por el remordimiento que emana de su propia conciencia».

201 Mateo 8:12; 22:13; 25:30; Lucas 13:28. Los filisteos se regocijaban con estrepitosas carcajadas contemplando a un Sansón encadenado y ciego desde las galerías del templo de Dagón, en el “piso alto”. Pero alguien les contemplaba a ellos desde más arriba, desde el trono de juicio en los cielos, y sentenció que su proceder no era justo (Jueces 16:23-30).

202 Mateo 8:10; Mateo 10:40-42; Marcos 9:41.

203 Romanos 8:28; 8:32.

204 Spurgeon cita aquí la tercera y cuarta líneas de la tercera estrofa de un himno del poeta y pastor bautista BENJAMIN BEDDOME [1717-1795] sobre la sabiduría de Dios titulado: “Wait, O my soul, thy maker’s will” y que dice así: “In Heaven, and earth, and air, and seas / He executes His firm decrees; / And by His saints it stands confessed, / That what He does is ever best”. “En cielo y tierra, en los aires y en los mares, ejecuta él sus firmes decretos; y por sus santos es confeso y demostrado, que lo que él hace es siempre lo mejor”.

205 En hebreo וּ֭לְשֹׁונִי תֶּהְגֶּ֣ה ūləšōwnî tehgeh de הָגָה hagah, “meditar”, por lo que una traducción literal debería ser “y mi lengua meditará”. La versión griega de los LXX o Septuaginta lee: καί ὁ γλῶσσα ἐγώ μελετάω que la Vulgata traduce al latín como “et lingua mea meditabitur”. No obstante la práctica totalidad de versiones españolas traduce “hablará, publicará, proclamará” por ser la traduccion lógica.

206 En hebreo כָּל־הַ֝יֹּום תְּהִלָּתֶֽךָ kāl-hayyōwm təhillāṯeḵā de יוֹם yom, “día”.

207 1 Corintios 10:31.

El Tesoro de David: la revelación Escritural a la luz de los Salmos

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