Читать книгу El Tesoro de David: la revelación Escritural a la luz de los Salmos - Eliseo Vila - Страница 16

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SALMO 29

SALMO DE LA TEMPESTAD

Título: “Salmo de David”,1 El título no aporta ninguna información relevante más allá de certificar que David es el autor de este cántico sublime.2

C. H. SPURGEON

Tema: En opinión general de los exégetas modernos, este salmo tiene por objeto expresar la gloria de Dios según la oímos en el trueno ensordecedor, y la contemplamos en huracanes y tornados. Así como el Salmo 8 es para ser leído a la luz de la luna bajo el brillo de las estrellas; y el Salmo 19 precisa de los rayos del sol naciente para descollar todo su esplendor; el Salmo 29 encuentra su máxima belleza bajo las alas tenebrosas de la tempestad, con la luz fugaz de los relámpagos recortándose sobre la negrura del cielo y los elementos desatados mostrando su poderío en guerra abierta unos contra otros. Los versículos marchan al son de los truenos. Dios se hace visible en todas partes, y la tierra enmudece ante la majestuosidad de su presencia.3 La tempestad que aquí se describe simboliza la majestuosidad de la palabra de Dios en la ley y el evangelio; pues los verdaderos ministros del Señor son hijos del trueno,4 y la voz de Dios en Cristo Jesús está llena de majestad y gloria.5 Este salmo nos muestra la unión indisoluble entre las obras de Dios y su Palabra: que ningún hombre trate de separarlas alegando un falso concepto de que la teología y la ciencia son incompatibles y no pueden caminar de la mano una con la otra.6 Y aventurándonos a una mirada profética, probablemente podamos atisbar en este salmo las tempestades terribles que tendrán lugar en los días finales, y la seguridad de los elegidos en medio de ellas.

C. H. SPURGEON

Estructura: Los dos primeros versículos son un llamado a la adoración.7 Del tres al diez (29:3-10) describen el furor de la tempestad, y con ello, los atributos de la palabra de Dios, magnificando en toda su grandeza lo terrible del poder del Señor. El versículo once (29:11) cierra la escena mostrando con dulzura la seguridad que en mitad de todo ello el omnipotente Jehová dará a su pueblo proporcionándole paz y fortaleza. Aunque cielos y tierra pasen y se desvanezcan, ciertamente el Señor sigue bendiciendo a su pueblo.8

C. H. SPURGEON

Versión poética:

AFFERTE DOMINO FILII DEI

Pueblo feliz, de Dios hijo querido,

ven y trae al Señor presentes bellos,

traedle todos víctimas preciosas;

hijos de Dios, traedle los corderos.

Dadle gloria y honor, y reverentes

dad alabanzas a su nombre excelso,

adoradlo rendidos, y postraos

ante su tabernáculo que es nuevo.

Si poderosa voz se oye en las aguas,

sus órganos fieles son los vientos,

y por las espantosas tempestades

a todas partes llega con sus ecos.

El Dios de majestad resonar hace

su poder, y su cólera con truenos,

y su sonido formidable corre

de la tierra y los mares el imperio.

Esta voz del Señor es poderosa,

está llena de fuerza, da respeto,

y nos hace entender la prodigiosa

sobrehumana grandeza de su dueño.

Con un aliento solo veloz troncha

los más erguidos y lozanos cedros,

aunque sean del Líbano en un punto

ponerlos hace en átomos pequeños.

Y saltan sus volátiles astillas,

como brincan los rápidos becerros,

o como los hijuelos de unicornios,

que tan famosos son por lo ligeros.

Esta voz es tan fuerte que divide

hasta la llama que salió del fuego;

de Cades el desierto temblar hace,

y todos los más bárbaros desiertos.

Esta voz por las breñas intrincadas

abre nuevos caminos a los ciervos,

y circulando la maleza toda

penetra activa hasta lo más espeso.

Y por fin de esta voz con el sonido,

las naciones enteras y los pueblos,

para alabar al Dios que la pronuncia,

entrarán respetuosos en su templo.

Allí vendrá un diluvio de naciones

de caracteres varios y diversos,

que darán homenaje sometidos

al majestuoso Dios del universo.

Este será sin duda el mundo todo,

pero entonces será su propio pueblo,

y le dará con paz larga y amable

mayores bienes, pues serán eternos.

DEL “SALTERIO POÉTICO ESPAÑOL”, SIGLO XVIII

Salmo completo: En este Salmo se celebra la fortaleza de Jehová; y para ejemplificarla recurre de forma evidente a una tempestad en el Líbano. Desde las montañas, la tormenta se extiende sobre el llano. A tenor de alguna de sus expresiones: בְּנֵ֣י אֵלִ֑ים bənê êlîm9 (29:1) parece como si el salmo fuera dirigido a los ángeles, y en este sentido encaja con el Salmo 89: “Dios es temible en la gran congregación de los santos, y formidable sobre todos cuantos están alrededor de él”.10 Por esto empieza diciendo:

Tributad al Señor, oh hijos de los poderosos,

tributad al Señor gloria y poder.

Tributad al Señor la gloria debida a su nombre;

adorad al Señor en la majestad de la santidad.

Acto seguido comienza la descripción de la tormenta, en la que no resulta difícil identificar sus distintas facetas. Las primeras línea hablan del ruido del trueno, y la descripción va aumentando en intensidad en la medida en la que aumenta el estruendo:

Voz del Señor sobre las aguas;

el Dios de gloria truena,

el Señor está sobre las muchas aguas.

La voz del Señor es poderosa,

la voz del Señor es majestuosa.

Pero ahora los efectos se vuelven visibles; la tormenta ha descendido sobre las montañas y los bosques:

La voz del Señor rompe los cedros;

sí, el Señor hace pedazos los cedros del Líbano;

y como becerro hace saltar al Líbano;

y al Sirión como cría de búfalo.

La voz del Señor levanta llamas de fuego.

Dejando las montañas, la tempestad descarga y se ensaña con las planicies, aunque por lo que parece aquí sus efectos no son tan temibles y devastadores como en las montañas:

La voz del Señor hace temblar el desierto;

el Señor hace temblar el desierto de Cades.

La voz de Jehová desgaja las encinas,

y desnuda los bosques,

y en su templo todo dice: ¡Gloria!

La imagen del Señor entronizado sobre las aguas, cierra la descripción:

Jehová preside en el diluvio,

y se sienta Jehová como rey para siempre.

Y el salmo concluye con la aplicación moral de todo ello:

Jehová dará fuerza a su pueblo;

Jehová bendecirá a su pueblo con paz.

ROBERT MURRAY M’CHEYNE [1813-1843]

“Memoir and remains of the Rev. Robert Murray M’Cheyne, Minister of St. Peter’s Church, Dundee by Andrew A. Bonar”, 1878

Salmo completo: No hay en la naturaleza otro fenómeno tan horrible como una tormenta eléctrica, y casi la todos los poetas desde Homero11 y Virgilio12 a Dante13 y Milton,14 incluso hasta Grahame15 y Pollok16 las han descrito. En la Biblia tenemos la descripción de una tempestad de ese tipo en el Salmo 29: una tempestad que, forjada sobre el Mediterráneo, cruza el Líbano, y se adentra a través de las montañas hasta alcanzar Jerusalén, enviando al pueblo a buscar refugio en los pórticos del templo. Además de esos toques de terror con que se describe el progreso geográfico del tornado, sus estrofas denotan una vitalidad y poder sagrados de la presencia de Jehová en cada versículo de manera progresiva.

JAMES HAMILTON [1814-1867]

“The Literary Attractions of the Bible”, 1849

Salmo completo: Un glorioso salmo de alabanza cantado durante una tempestad cuya majestad sacude de tal modo los cimientos de la naturaleza, que los cielos y la tierra sienten por igual la grandeza del poder del Señor. Y este Dios omnipotente es el Señor de su pueblo, que los bendice con fuerza y paz.

Para poder apreciar con propiedad los sentimientos del poeta, deberíamos conocer bien lo que es una tempestad en Oriente, de manera especial en las regiones montañosas de Palestina. Amplificados por los ecos terribles de las montañas, y los torrentes que alimentados por la lluvia bajan como trombas marinas destruyendo todo lo que encuentran a su paso, ya sean campos o ciudades, tales fenómenos meteorológicos infunden terror en hombres y bestias. Wilson,17 el viajero incansable, describe una tempestad de este tipo en un barrio de Baalbek:18 «Fui alcanzado por una tormenta, y era como si las compuertas del cielo hubieran reventado; llegó repentinamente y rugía con tal fuerza que parecía el fin del mundo. En pocos minutos una oscuridad aterradora cubrió la tierra: la lluvia caía a raudales, y la ladera de la montaña se convirtió en una inmensa catarata. Poco a poco fue cediendo, pero se transformó en una niebla espesa que no dejaba ver a un palmo, y que era casi tanto o más aterradora». Compárese esto la parábola de nuestro Señor sobre los dos cimientos,19 tomada sin lugar a dudas de la vida real.

AUGUST FRIEDRICH THOLUCK [1799-1877]

“A Translation and Commentary of the Book of Psalms for the Use of the Ministry and Laity of the Christian Church”, 1856

Vers. 1. Tributad a Jehová, oh hijos de los poderosos, dad a Jehová la gloria y el poder. [Tributad alabanzas a Jehová, oh hijos de Dios, dad a Jehová la gloria y el poder. RVR] [Tributad al Señor, oh hijos de los poderosos, tributad al Señor gloria y poder. LBLA] [¡Tributad a YHVH, oh hijos de Elohim, tributad a YHVH la gloria y la fortaleza! BTX] [Tributen al Señor, seres celestiales, tributen al Señor la gloria y el poder. NVI] [¡Hijos de Dios, aclamad al Señor, aclamad su gloria y su poder! BLP] [Honren al Señor, oh seres celestiales; honren al Señor por su gloria y fortaleza. NTV]20

Tributad. Ni los hombres ni los ángeles pueden aportar nada a Jehová, sino que deben reconocer su gloria y su poder, y tenerle presente en sus cánticos y en sus corazones.

Al Señor.21 A él y únicamente a él debemos dar honor y gloria. Las causas naturales, como las llaman los hombres, son Dios en acción, y no debemos adscribirles poder a ellas, sino al Infinito invisible que es la causa verdadera y final de todo lo que sucede en el universo creado.

Hijos de los poderosos. Es decir, los grandes en el cielo y en la tierra, reyes y ángeles, se unen en rendir culto al bienaventurado y único Soberano. Que recuerden esto los señores entre los hombres, pues a menudo fallan en aquello en lo que los más humildes son más fervorosos; que corrijan su conducta, inclinen unánimes sus cabezas con lealtad, y rindan homenaje al Rey de reyes. A menudo los magnates y potentados se olvidan del temor del Señor; pero cuando son conducidos a él, y educados en ensalzar a Jehová, su piedad se convierte en la mejor joya de su corona.

Dad al Señor gloria y fortaleza.22 Dos cosas que los hombres son muy propensos a pedir y reclamar para sí mismos, a pesar de que son prerrogativas exclusivas del Dios que existe por sí mismo. ¡Que coronas y espadas reconozcan su dependencia de Dios! ¡Oh reyes, no deis la gloria a vuestro brazo!23 Ni busquéis la fuerza en el poder de vuestros ejércitos,24 porque toda vuestra pompa es como flor que se marchita,25 y vuestro poder como una sombra que se va.26 ¿Cuándo llegará el día en que los reyes y príncipes consideren su deleite glorificar a su Dios? El lema principal grabado en todo escudo de armas debería ser este: «Sea toda reverencia únicamente a Dios».27

C. H. SPURGEON

Tributad al Señor. Tributad, tributad y tributad; dad, dad y dad. La insistencia del salmista nos muestra cuán poco dispuestos estamos a dar a Dios lo que le pertenece, y más aún, siquiera a tolerar la más leve palabra de exhortación en este sentido.28

JOHN TRAPP [1601-1669]

“A commentary or exposition upon the books of Ezra, Nehemiah, Esther, Job and Psalms”, 1657

Oh hijos de los poderosos. La versión griega29 traduce aquí: “Oh hijos de los carneros”.30 Pare evitar que algunos carneros dieran cabezazos y cornadas en el aire, o que caminaran con la frente erguida por encima los demás, el pastor les colocaba un pesado cencerro, más pesado que en el resto del rebaño.

JOHN TRAPP [1601-1669]

“A commentary or exposition upon the books of Ezra, Nehemiah, Esther, Job and Psalms”, 1657

Vers. 1-2. En estos dos versículos encontramos tres veces el verbo hebreo הָב֣וּ hāḇū, “dar, tributar”: “Tributad al Señor, oh hijos de los poderosos, tributad al Señor gloria y poder”, y “tributad al Señor la gloria debida a su nombre”. La gloria es un derecho de Dios que demanda de nosotros; esto es algo que todo cristiano sincero sabe muy bien, y en consecuencia tributa a su nombre el honor y la gloria que le es debida. ¡Pero no me entandáis mal! No digo que todos los creyentes realmente sinceros busquen constantemente la gloria de Cristo en todas sus acciones que llevan a cabo. ¡Oh, no! Sería lo deseable, pero imposible aquí en la tierra: no alcanzaremos esta meta hasta llegar al cielo. Pues otros propósitos, más terrenales y prosaicos, se interponen hasta en los corazones de los mejores. Se lamentan por ellos, y claman a Dios implorando justicia, y luchan fervientemente, día tras día, tratando der deshacerse de ellos; por ello, estos deseos no les serán imputados, ni les privarán de las bendiciones divinas. Tomemos a un cristiano sincero y veremos que, en su proceder habitual, el fin prioritario en cualquiera de sus acciones es el de glorificar a Dios, exaltar a Dios, y ensalzar el nombre de Dios en el mundo. Y aún en el caso del hipócrita, asumiendo que busque de buena fe la gloria de Dios en su corazón, la gloria de Dios acabará por engullir todos los demás objetivos carnales y profanos, como la vara de Aarón se tragó las de los magos egipcios.31 Así como el sol eclipsa la luz de cualquier linterna, la gloria de Dios, cuando se la busca con sinceridad y es enfocada adecuadamente, eclipsa todo lo secundario e incompatible con ella. Esta es una ley incuestionable: el objetivo primordial que tengamos, acabará por subyugar todos los demás. Quien sitúa la gloria de Dios cómo su objetivo principal, pronto comprobará cómo lo principal anula lo secundario. Mirad cómo las vacas flacas y de mal aspecto del sueño de Faraón devoraron a las gordas;32 pues de igual modo la gloria de Dios se comerá todos los objetivos mundanos que se agolpan en nuestra alma debilitando nuestra fe. Donde la gloria de Dios se establece y se mantiene como fin primordial, todos los demás fines y objetivos terrenales quedarán por debajo de ella.

THOMAS BROOKS [1608-1680]

“Precious Remedies Against Satan’s Devices”, 1652

Vers. 2. Dad a Jehová la gloria debida a su nombre; adorad a Jehová en la hermosura de la santidad. [Rendid a Jehová la gloria debida a su nombre; adorad a Jehová en la hermosura de su santuario. RVR] [Tributad al Señor la gloria debida a su nombre; adorad al Señor en la majestad de la santidad. LBLA] [¡Tributad a YHVH la gloria debida a su Nombre! ¡Postraos ante YHVH en el esplendor de la santidad! BTX] [Tributen al Señor la gloria que merece su nombre; póstrense ante el Señor en su santuario majestuoso. NVI] [¡Aclamad el nombre glorioso del Señor!¡Adorad al Señor en el esplendor del Templo! BLP] [Honren al Señor por la gloria de su nombre; adoren al Señor en la magnificencia de su santidad. NTV]

Tributad al Señor la gloria debida a su nombre. La amonestación a dar a Dios la gloria que merece se repite por tercera vez,33 pues los hombres son parcos en glorificar a Dios, y de manera especial los personajes encumbrados, que a menudo van tan henchidos de su propia gloria que les falta tiempo para dar a Dios la alabanza que le corresponde, aunque no se les pida más de lo que es justo y recto. Es lamentable que haga falta tanta insistencia para que los hombres den a Dios lo que se le debe, sobre todo cuando el pago es tan agradable. La incredulidad y la desconfianza, la queja y la murmuración, privan a Dios del honor que le corresponde; y cabe decir que incluso los creyentes fallan a la hora de rendir a su Rey la gloria que le corresponde.

Adorad a Jehová. Inclinémonos ante él en piadoso homenaje y reverencia sagrada, conforme a su voluntad y preceptos. En la antigüedad, el culto se celebraba de acuerdo con un ceremonial, y los adoradores se juntaban en un edificio dedicado, cuya pompa solemne era emblemática de la belleza de la santidad;34 pero ahora nuestra adoración es espiritual,35 por lo cual la arquitectura del lugar y las prendas de vestir de los fieles son temas secundarios; pues la belleza espiritual interior expresada en pureza, y la santidad exterior, son mucho más preciosas a los ojos de nuestro Dios tres veces Santo. ¡Concédanos el Altísimo la gracia de adorarle siempre con motivaciones santas y de manera santa, como es propio de sus santos! El llamado a la adoración de las campanas tañendo en las iglesias se mezcla en estos versículos con el retumbar del trueno, la campana gigantesca de esa iglesia descomunal que es el universo, invitando con su repicar a reyes, ángeles, y a todos los habitantes de la tierra a postrarse en santa devoción.

C. H. SPURGEON

Tributad al Señor la gloria debida a su nombre. Lo cual es imposible, pues el nombre del Señor está por encima de cielos y tierra36 y de toda alabanza que el hombre pueda rendirle; pero es un objetivo que debemos perseguir. Los rabinos señalan que el santo nombre de Dios se menciona en este salmo dieciocho veces en varias formas;37 para que los hombres, de manera especial los grandes y poderosos, den gloria a su nombre; para que permanezcan en el temor de Dios y eviten el pecado; para que traigan presentes a Aquel que debe ser temido, y que tales presentes sean lo mejor de lo mejor, porque él es un gran rey, y es celoso de su primacía.38

JOHN TRAPP [1601-1669]

“A commentary or exposition upon the books of Ezra, Nehemiah, Esther, Job and Psalms”, 1657

Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad.39 Si alguien se pregunta: ¿por qué ha de ser adorado? ¿Por qué hemos de concederle tan alto honor incluso de parte de los que en este mundo son grandes y poderosos? ¿Qué hace él en el mundo que justifique tal adoración? David responde a ello tanto desde una perspectiva material, basándose en la propia naturaleza, como desde un punto de vista teológico: “Voz del Señor sobre las aguas. El Dios de gloria truena, el Señor está sobre las muchas aguas. La voz del Señor es poderosa, la voz del Señor es majestuosa” (29:3-4). Es como si dijera: “A pesar de que el Señor Jesucristo no va a establecer en este mundo un reino terrenal de naturaleza política, lleno de pompa y circunstancia, como fueron los imperios de Ciro40 o de Alejandro;41 sí va a erigir un reino espiritual a través del ministerio del evangelio, reuniendo para sí de entre todas las naciones de la tierra una Iglesia que permanezca para siempre; porque el evangelio será llevado y predicado no tan solo al pueblo de Israel, a los judíos, sino también a los gentiles a lo largo y ancho del mundo, a fin de que las mentes de los hombres sean iluminadas, despertadas e impactadas por esta doctrina de salvación en Cristo, que había permanecido oculta en otras épocas y generaciones”.

JOSEPH CARYL [1602-1673]

Vers. 3. Voz de Jehová sobre las aguas; truena el Dios de gloria, Jehová sobre las muchas aguas. [Voz de Jehová sobre las aguas; truena el Dios de gloria, Jehová sobre las muchas aguas. RVR] [Voz del Señor sobre las aguas. El Dios de gloria truena, el Señor está sobre las muchas aguas. LBLA] [Voz de YHVH sobre las aguas: ¡El DIOS de gloria ha tronado! ¡Es YHVH sobre las grandes aguas! BTX] [La voz del Señor está sobre las aguas; resuena el trueno del Dios de la gloria; el Señor está sobre las aguas impetuosas. NVI] [La voz del Señor domina las aguas, el Dios de la gloria ha tronado, el Señor domina las aguas caudalosas. BLP] [La voz del Señor resuena sobre la superficie del mar; el Dios de gloria truena; el Señor truena sobre el poderoso mar. NTV]

La voz del Señor está sobre las aguas.42 El trueno no solo es “la voz de Dios” en lenguaje poético, sino también didáctico: repica de lo alto, supera todos los demás sonidos, inspira temor, es completamente independiente de las acciones del hombre, y en diversas ocasiones ha servido de acompañamiento aterrador a la voz de Dios dirigiéndose a los hijos de Adán.43 Una tempestad infunde siempre un terror peculiar, cuando un abismo llama a otro abismo, y la furia de las olas se hace eco de un firmamento encolerizado.44 No hay escena más alarmante que el destello del rayo alrededor del mástil de un navío; y no hay sonido que inspire un temor más reverente que el rugido de la tormenta.45 Los hijos del cielo han contemplado habitualmente este espectáculo aterrador con la alegría humilde propia de los santos; pero incluso aquellos que no conocen ni temen a Dios han experimentado una involuntaria reverencia mientras la tormenta rugía con toda su furia.

Resuena el trueno del Dios de la gloria. En realidad, el trueno no es más que un mero fenómeno eléctrico, pero su origen está en la intervención divina. Los paganos de la antigüedad lo identificaban con Júpiter Tonante o Júpiter el Tronador;46 pero nuestros sabios modernos nos hablan de leyes y fuerzas que actúan por sí mismas, con la intención de quitar a Dios en medio. La electricidad no es nada por sí misma, debe ser llamada y enviada a su recado; y hasta que el Señor Todopoderoso la comisionó, su descarga de fuego era inerte e impotente. Antes las rocas de granito volarían solas por los aires que un relámpago cruzara los cielos, de no haber sido por la Causa Primera.47

El Señor está sobre las muchas aguas. Y sin embargo los oídos del salmista no escuchan otra cosa que la voz de Jehová resonando en mitad de las trombas oscuras que caen cual torbellino sobre el océano desde arriba, y cuyo eco repiten incansables las olas impetuosas de la tormenta que rugen desde abajo. Las aguas que están arriba y las que están debajo48 se sorprenden y enmudecen ante la voz del Eterno. Y así también cuando el Espíritu Santo hace que, por encima del estruendo de las muchas aguas de nuestras aflicciones, escuchemos en lo profundo de nuestra alma la voz de las promesas divinas, la gloria de Dios es magnificada en el mundo espiritual de la misma manera como lo es en el universo material. Por encima y por debajo de nosotros, es la paz de Dios la que nos da quietud y sosiego.

C. H. SPURGEON

La voz del Señor está sobre las aguas; resuena el trueno del Dios de la gloria; el Señor está sobre las aguas impetuosas. Sí, gran Dios, esta tormenta que azota mi interior, este torrente de lágrimas que fluye de mis ojos, revelan tu presencia divina en mi alma. Este corazón hasta ahora tan seco, tan duro, tan árido; esta roca que has golpeado por segunda vez,49 no seguirá resistiéndote por más tiempo, porque de él brotan aguas saludables en abundancia.50 La misma voz de Dios que parte las peñas y derriba las montañas, que truena, ilumina y divide el cielo sobre el pecador, ordena ahora a las nubes que derramen lluvias de bendición sobre desierto estéril de su alma, transformándolo en un campo que produce a ciento por uno.51 Esta voz es la que escucho.

JEAN BAPTISTE MASSILLON [1663-1742]

“A spiritual paraphrase of some of the Psalms, in the form of devout meditations and prayers”,1805

La voz del Señor está sobre las aguas; resuena el trueno del Dios de la gloria; el Señor está sobre las aguas impetuosas. Todas las cosas que comúnmente atribuimos a las leyes de la naturaleza, las transformaciones de la materia y leyes del movimiento, son (si hemos de hablar en propiedad) resultado de la acción de Dios sobre la materia de forma constante y continuada, bien sea de manera directa o por la intervención de algún otro ser inteligente por él creado. En consecuencia, no existe tal cosa como las llamadas causas naturales o poder independiente de la naturaleza.

SAMUEL CLARKE [1675-1729]52

“Sermons”, 1742

Vers. 3-10.

La voz del Señor es conocida en los océanos,

el Dios de la eternidad, truena allende los mares;

la voz del Señor que brota de lo más profundo de su trono

en terror y poder, asombra y sobrecoge a la naturaleza.

La voz del Señor penetra en la espesura de los bosques

despertando sus ecos, su luz se introduce en las profundas cuevas.

El Señor está sentado como Rey sobre las aguas impetuosas,

los vientos son sus criados, y las olas sus doncellas.

JAMES MONTGOMERY [1771-1854]

Vers. 3-11.

De la voz poderosa

el eco ya resuena

del Señor en la nube tenebrosa:

El Dios de majestad es el que truena.

Oídlo en el estruendo de las aguas:

Voz es de fortaleza

voz es de majestad y de grandeza.

Voz del Señor del cielo

que los cedros quebranta,

del Líbano los cedros por el suelo:

y cual con leve planta

brinca el rinoceronte y el cabrito

saltando en los ribazos,

así van por el monte hechos pedazos.

Voz que da el estallido

apagando la llama; y sacudido

el desierto con trueno resonante,

el desierto de Cades se conmueve,

y a la voz espantosa

del Señor se estremece y no reposa.

Voz que el Señor envía

del remoto horizonte,

y el resonar entre la selva umbría,

abre el cerrado monte,

y de su hojoso toldo lo desnuda,

y el ciervo temeroso

busca en vano su asilo y su reposo.

Mas el pueblo felice

junto en el templo santo

la gloria del Señor publica; y dice

libre, alegre, seguro y sin espanto:

«El Señor reina en medio del diluvio,

y reina eternamente

sobre la nube y sobre el rayo ardiente».

Y el Señor a su pueblo religioso

feliz hace en la guerra y victorioso,

y en paz sobre la tierra asegurado;

y libre de recelo

sus bendiciones le envía desde el cielo.

TOMÁS GONZÁLEZ CARVAJAL [1753-1834]53

Vers. 4. Voz de Jehová con potencia; voz de Jehová con gloria. [La voz del Señor resuena potente; la voz del Señor resuena majestuosa. RVR] [La voz del Señor es poderosa, la voz del Señor es majestuosa. LBLA] [La voz de YHVH es poderosa, la voz de YHVH es majestuosa. BTX] [La voz del Señor resuena potente; la voz del Señor resuena majestuosa. NVI] [La voz del Señor es poderosa, la voz del Señor es espléndida. BLP] [La voz del Señor es potente; la voz del Señor es majestuosa. NTV]

La voz del Señor es poderosa. El poder del relámpago, del cual el trueno nos da parte, es un poder irresistible. En un instante, según el Señor lo ha dispuesto, la electricidad libera fuerzas gigantescas. Un escritor las describe como “una luz de tal intensidad que deja atrás la del sol en su cenit; una temperatura capaz de fundir los metales más duros y compactos; un impacto capaz de paralizar en un instante los músculos de los animales más fuertes; y una fuente de energía en suspensión capaz de alterar la gravedad así como descomponer y recomponer las combinaciones de la materia”.54 Así Thompson55 nos habla del «rayo invencible», por ser entre las fuerzas físicas el principal instrumento de Dios, y nadie puede medir su poder. La voz de Dios es tan poderosa en la naturaleza, como la gracia lo es en el mundo espiritual; y el lector hará bien en trazar un paralelo, puesto que hay mucho en el Evangelio que puede ser ilustrado por el relámpago y el trueno del Señor en la tempestad. La voz del Señor, ya sea en la naturaleza o la revelación, sacude cielos y tierra, y hemos de permanecer atentos a ella, pues como dice el autor de Hebreos: “Mirad que no desechéis al que habla”.56 Y si su voz es así de poderosa, ¡cuál será el poder de su mano!, cuidémonos bien de no provocar su golpe.

La voz del Señor es poderosa, la voz del Señor es majestuosa. El Rey de reyes habla como corresponde a un rey. Cuando el león ruge todas las bestias de la selva se acurrucan en silencio, y cuando Jehová truena en su majestad la tierra se queda muda y silente.

«Todo en horror y espanto formidable yace

preso de miedo audible y silencio sombrío» 57

En cuanto a la palabra escrita de Dios, su majestad es evidente tanto en su estilo, en su naturaleza, como por su poder sobre la mente humana; ¡bendito sea Dios!, es la majestad de la misericordia empuñando un cetro de plata; y de esta majestad, la palabra de nuestra salvación está llena a rebosar.

C. H. SPURGEON

La voz del Señor. Estas repeticiones vehementes nos recuerdan el eco de los truenos retumbando; parece como si estuviéramos escuchando la artillería pavorosa del cielo disparando una andanada tras otra, mientras el eco repiquetea su sonido devolviéndolo una y otra vez.

C. H. SPURGEON

La voz del Señor es poderosa. Quisiera rendir a Dios toda la gloria debida a su nombre, por el cambio admirable que obrado en mi corazón. Pues no había en él nada aprovechable, fuera de desorden, aridez impía y dureza arraigada. De este estado desahuciado me transformó en un hombre nuevo en el que resplandece la gloria de su nombre y el poder de su gracia. ¡Solo Dios puede obrar tales prodigios! Aún los incrédulos que se niegan a reconocer la mano divina en la creación, seguramente tendrán que admitir en mi caso que: “este es el dedo de Dios”.58 Sí, Dios grande y poderoso, el caos no puede resistirte: oye tu voz con obediencia; pero el corazón humano endurecido te rechaza; y tu voz poderosa llama repetidamente pero en vano a su puerta,59 olvidando que cuando ordenas al corazón rebelde que se levante de su abismo de pecado y siga por los caminos de tus mandamientos, tu poder y grandeza es mucho mayor que cuando creaste los mundos de la nada. Dispersando con la majestad de tu palabra un caos de delito y de ignorancia; haciendo que tu luz fuera, y brillara sobre la más negra oscuridad; y restaurando por medio del Espíritu Santo un orden armónico donde no había más que confusión, tu omnipotencia se hace patente con mayor medida ahora que cuando en mitad del caos inicial estableciste las leyes celestes y fijaste los astros en sus órbitas.

JEAN BAPTISTE MASSILLON [1663-1742]

“A spiritual paraphrase of some of the Psalms, in the form of devout meditations and prayers”,1805

La voz del Señor es poderosa. Donde esté la palabra del rey, hay poder, pero ¿qué voz imperial puede ser comparada a la majestuosidad del trueno Señor?

C. H. SPURGEON

La voz del Señor resuena potente. Oh, si todos los “Boanerges”60 evangélicos hicieran que el glorioso sonido de las Buenas Nuevas fuera oído por doquier debajo del cielo, y el mundo se mostrara de nuevo receptivo al mismo, antes de que la voz del Hijo del Hombre, que tantas veces ha llamado a los pecadores al arrepentimiento, los llame a juicio.61

GEORGE HORNE [1730-1792]

“A Commentary on the Psalms in which Their Literal Or Historical Sense, as They Relate to King David, is Illustrated”, 1825

Vers. 5. Voz de Jehová que quebranta los cedros; quebrantó Jehová los cedros del Líbano. [Voz de Jehová que quebranta los cedros; Jehová desgaja los cedros del Líbano. RVR] [La voz del Señor rompe los cedros; sí, el Señor hace pedazos los cedros del Líbano. LBLA] [La voz de YHVH quebranta los cedros, sí, YHVH tritura los cedros del Líbano. BTX] [La voz del Señor desgaja los cedros, desgaja el Señor los cedros del Líbano. NVI] [La voz del Señor quiebra los cedros, quiebra el Señor los cedros del Líbano. BLP] [La voz del Señor parte los enormes cedros; el Señor hace pedazos los cedros del Líbano. NTV]

Voz de Jehová que quebranta los cedros; Jehová desgaja los cedros del Líbano.

«A su furor se queda el alto pino,

abierto y carbón hecho de repente

en un tronco horroroso y denegrido» 62

Bajo el hachazo del rayo misterioso caen postrados los árboles más nobles, mientras otros testifican erguidos la eficacia de su poder inmenso. Ni tan siquiera el Líbano está a salvo, por muy altos que sean sus milenarios y venerables bosques: Jehová desgaja los cedros del Líbano. Ni el más encumbrado y venerable de los árboles o de los hombres, puede sentirse seguro cuando el Señor desencadena su ira. Así también, el Evangelio de Jesús tiene un dominio absoluto aún sobre el más cerrado e inaccesible de los mortales; y cuando el Señor envía su palabra, desgaja corazones mucho más robustos y duros que los cedros.

C. H. SPURGEON

Voz del Señor. Los filósofos no consideran haber razonado sobre las causas segundas63 con la habilidad suficiente hasta que no logran alejar a Dios de sus obras. La ciencia que centra nuestras contemplaciones en las obras de la naturaleza apartándolas de Dios es diabólica. Si alguien que quiera conocer bien a un hombre aparta la mirada de su rostro y se fija en sus uñas, diremos que es un necio y digno de burla. Pues mucho mayor es la necedad de aquellos filósofos que obsesionados en reflexionar y explicar leyes y causas intermedias, urden toda clase de artimañas con tal de no admitir que la mano de Dios es manifiesta en todas sus obras.

JUAN CALVINO [1509-1564]

Voz de Jehová que quebranta los cedros; Jehová desgaja los cedros del Líbano. Al igual que las grandes tempestades, cuando se levantan, en un instante arrasan las cumbres y derrumban los árboles más altos, así es como el Señor quiebra el orgullo de los soberbios, y derriba a los altivos, arrogantes e insolentes que se levantan contra él: mientras riega con sus bendiciones a los humildes y los rectos.

ROBERT CAWDRAY [1538-1604]

“Treasury of Storehouse of Smiles”, 1609

Voz de Jehová que quebranta los cedros; Jehová desgaja los cedros del Líbano. Los comentaristas de la antigüedad nos recuerdan que el quebrantamiento de los cedros por el viento, es una figura de la decadencia de las cosas altas y orgullosas de este mundo por el poderoso viento del Espíritu Santo que sopló en Pentecostés: “Así como derriba los cedros, así humilla Dios a los soberbios”,64 dicen Jerónimo65 y Basilio.66

CHRISTOPHER WORDSWORTH [1774-1846]

“Commentary on the Whole Bible”, 1856

Jehová desgaja los cedros del Líbano. ¡Qué triste que nuestros corazones no se quebranten, no cedan, a pesar de que el trueno les golpee con la terrible amenaza de la boca de Dios!

JOHN TRAPP [1601-1669]

“A commentary or exposition upon the books of Ezra, Nehemiah, Esther, Job and Psalms”, 1657

Jehová desgaja los cedros del Líbano.

«Los pinos más enormes

son zarandeados por los vientos con mayor fuerza;

las torres más altas

caen con más estrepitosa caída;

y los rayos descargan con mayor violencia

sobre las cumbres más elevadas».

HORACIO [65-8 a.C.]67

Los cedros del Líbano. Estos árboles creados por Dios tan poderosos, que durante siglos han resistido la fuerza de la tempestad, son los primeros en ser objeto de la furia de los rayos, que, como se sabe bien, descargan primero sobre los objetos más altos.

ROBERT MURRAY M’CHEYNE [1813-1843]

“Memoir and remains of the Rev. Robert Murray M’Cheyne, Minister of St. Peter’s Church, Dundee by Andrew A. Bonar”, 1878

Vers. 6. Los hizo saltar como becerros; al Líbano y al Sirión como hijos de búfalos. [Los hace saltar como becerros; al Líbano y al Sirión como crías de búfalos. RVR] [Y como becerro hace saltar al Líbano; y al Sirión como cría de búfalo. LBLA] [Reduce al Líbano como a un becerro, y al Sirión como a crías de toros salvajes. BTX] [Hace que el Líbano salte como becerro, y que el Hermón salte cual toro salvaje. NVI] [Hace brincar al Líbano como un ternero y al Sarión cual cría de búfalo. BLP] [Hace brincar como terneras a las montañas del Líbano; hace saltar el monte Hermón como a un buey joven y salvaje. NTV]68

Y como becerro hace saltar al Líbano; y al Sirión69 como cría de búfalo. No tan solo los árboles, sino que también las montañas saltan y bailan cual novillos de toro o de antílope. Igual que nuestros poetas mencionan colinas y valles que les son familiares,70 el salmista escucha el rugido de la tempestad y los truenos en los montes del Líbano, y describe la escena en términos gráficos. Como hace uno de nuestros compatriotas:71

“El espanto y fúnebre rugido

es incesante dentro las montañas

de Carnarvon,72 y luego de improviso

abierta en trozos su erizada cima,

a resbalar comienza tronado con su ruido

en la mar inflamada y espumosa

que forman los torrentes desprendidos.

de allá las altas rocas de Pennamaur 73

causando espumeantes remolinos.

La punta de Snowdon74 es derretida

perdiendo de repente aquel cariño

que contrajera con sus eternas nieves:

Lo alto de Cheviot,75 que de arbustillos

siempre lleno se vio, se mira ahora

desde lejos en llamas confundido;

y hasta por los desiertos pavorosos

de la gran Tule,76 suena el retintido

de los tremendos fulminantes ecos,

que con espanto lanza el trueno altivo” 77

El evangelio glorioso del Dios bendito tiene más poder aún para quebrantar el peñasco rocoso de la obstinación y orgullo del hombre. La voz de nuestro Señor al expirar, partió las rocas y abrió los sepulcros:78 y habiendo resucitado, su voz sigue obrando maravillas aún mayores. Gloria sea a su nombre, porque cuando la voz de su intercesión se escucha los peñascos de nuestros pecados se hacen añicos, y quedan sepultados en el mar rojo de su sangre.

C. H. SPURGEON

Y como becerro hace saltar al Líbano; y al Sirión como cría de búfalo. Es decir, ha hecho que las astillas de los árboles golpeados por un rayo, sacudidos por el viento, por tempestades y terremotos, saltaran y volaran por los aires.

JOHN DIODATI [1576-1649]

“Pious and Learned Annotations upon the Holy Bible”, 1648

Y como becerro hace saltar al Líbano; y al Sirión como cría de búfalo. Una traducción más literal del hebreo sería:

“Les hace saltar como un becerro,

Líbano y Sirión como una cría de búfalo” 79

Da la impresión de estar hablando de los cedros mencionados en el versículo anterior, y que los términos Líbano y Sirión no son más que una metonimia80 para referirse a los árboles que crecían en estas montañas. Sin embargo:

1. No hay constancia alguna de que en el monte Sirión (o Shenir o Hermón, pues se le dan todos estos nombres); crezcan cedros. Y:

2. En el Salmo 114 hay un pasaje similar a este que no apoya en absoluto esta lectura, puesto que, refiriéndose a Israel después de pasar el Mar Rojo, dice: “Los montes saltaron como carneros, los collados como corderitos”.81 Y el verbo hebreo es el mismo en ambos casos: רָקַד raqad, que significa “saltar, bailar”. Un verbo peculiar utilizado en diversos pasajes proféticos: En los libros de Nahúm y de Joel para describir el “galopar de caballos, y saltar de carros”;82 “Como estrépito de carros saltan sobre las cumbres de los montes”.83 En ambos casos tiene un sentido de movimiento acompañado de trepidación, ruido y estruendo.84

Que por los efectos de una tormenta “los montes saltan como becerros y búfalos”, puede parecer exagerado; pero es interesante lo que explica Volney85 sobre ciertos fenómenos naturales frecuentes en los montes del Líbano, y que puede darnos una idea más coherente e inteligible de a qué se refería el salmista con este “saltar” de las montañas:

«Cuando el viajero se adentra por primera vez en estas montañas, la escabrosidad de los senderos, la pendiente de las laderas, y la profundidad de los precipicios le provoca un ataque de pánico. Pero muy pronto, la destreza de las mulas que le transportan hace que recobre la confianza, haciendo que se atreva a mirar hacia abajo y contemplar los impresionantes paisajes y pintorescas escenas, que se suceden de forma casi desconcertante. Igual que ocurre en los Alpes, toma días enteros llegar a un a un punto concreto, que al partir estaba la vista y parecía al alcance de la mano. Pero a medida que vas ascendiendo con vueltas y más vueltas, bajando súbitamente y a continuación subiendo de nuevo, ese punto al que te diriges se va alejando, cambiando de posición una y otra vez, como si un poder mágico estuviera cambiando el escenario a cada paso que das. Te encuentras con pueblos enteros literalmente colgados en la ladera, construidos de tal forma que los techos de las casas inferiores sirven de calle a las que están encima, y tienes la sensación de que van a desprenderse y deslizarse hacia el abismo de un momento a otro. De cuando en cuando aparece un convento aislado de todo, colgado de un peñasco sin que puedas saber cómo han podido construirlo en ese lugar. Encuentras rocas perforadas por la erosión formando impresionantes cascadas, como en Nahr el Leban.86 A menudo las cornisas de piedra, desgastadas por las aguas, se asemejan a las ruinas de castillos fantasmagóricos. En algunos lugares, las corrientes han minado la tierra formando profundas cavernas, como en Nahr el Kelb,87 cerca Aintoura,88 algunas convertidas en canales subterráneos a través de los cuales fluyen pequeños riachuelos durante buena parte del año. A veces estas circunstancias se tornan trágicas, cuando las rocas aflojadas por el deshielo o por un terremoto, pierden su equilibrio y se precipitan sobre los pueblos de las laderas, aplastando numerosas viviendas con todos sus habitantes. Hace alrededor de veinte años, un accidente de este tipo sepultó un pueblo entero cerca de Mar Djordos,89 sin dejar rastro de su existencia. Más recientemente, y cerca del mismo lugar, el suelo de una colina llena de vides y moreras se desprendió por entero a causa de un deshielo repentino, deslizándose sobre la superficie de la roca que antes había cubierto, y cayó al precipicio para terminar asentándose sobre la planicie, cual un cubo que cae rodando por una escalera hasta el rellano».

ROBERT MURRAY M’CHEYNE [1813-1843]

“Memoir and remains of the Rev. Robert Murray M’Cheyne, Minister of St. Peter’s Church, Dundee by Andrew A. Bonar”, 1878

Vers. 6-11 Y como becerro hace saltar al Líbano; y al Sirión como cría de búfalo. Es decir, con su voz poderosa y atronadora, el Señor hace primero que salten sobrecogidos por el miedo; y después, los conforta hasta que brinquen de alegría. Y más aún, leemos en el versículo siguiente que: “La voz del Señor levanta llamas de fuego” (29:7), es decir, envía y reparte a cada uno el Espíritu como él quiere,90 pues el Espíritu Santo se compara con el fuego y la llama,91 y que vino en forma de tormenta, como un viento recio que soplaba y lenguas como de fuego, asentándose sobre cada de cada uno de los apóstoles.92

Y esta voz atronadora, acompañada con llamas de fuego sobre cada uno, no se escuchó únicamente en Jerusalén; pues como se deduce del versículo nueve, “Voz de Jehová que hace temblar el desierto; hace temblar Jehová el desierto de Cades” (29:8), es decir, el Señor por medio de la voz del Evangelio se anuncia con poder a los gentiles, que son como un desierto: estériles de bondad y no fertilizados en lo espiritual, aunque habiten en ciudades bien gobernadas y bien amuebladas en lo moral. Se anuncia también a los gentiles que son como la tierra salvaje, donde no ha llegado la civilización, y no conocen otra ley que la de su conciencia. A estos desiertos ha llegado la voz atronadora del Señor en el evangelio, sigue llegando en nuestros días y lo seguirá haciendo en el futuro, hasta que entre la plenitud de los gentiles.93

Mediante la voz del evangelio, el Señor ha transformado muchos de estos desiertos en campos fructíferos, en tierras fértiles. Porque en ellos, sigue diciendo el versículo nueve “La voz del Señor hace parir a las ciervas”94 (29:9), es decir, ha hecho que muchos que eran tan ignorantes y salvajes como un ciervo, o cualquier otro animal en salvaje, al escuchar la voz del evangelio, se hayan arrepentido, humillado y nacido de nuevo.

Por ello el salmista va más allá: “y desnuda los bosques”, es decir, abre el corazón de los hombres, que son como tupidos bosques donde crecen libremente la vanidad, el orgullo, la hipocresía, el amor propio, y la autosuficiencia, el desenfreno y la sensualidad; y donde los árboles y la maleza impiden todo avance, hasta que no se abre en ellos un sendero, quemando la maleza con fuego y las ramas a golpes de machete. Ese sendero es el que abre el Señor en la selva impenetrable de los corazones humanos, con la espada y el fuego, es decir, mediante la Palabra y el Espíritu. Y entonces el bosque se convierte en templo, como leemos al final del versículo: “y en su templo todo dice: ¡Gloria!”.

Y si se levantan torrentes de perversidad contra aquellos que han llegado a Cristo por medio de los truenos y relámpagos del evangelio, y amenazan con socavar los fundamentos de ese templo santo que es su cuerpo,95 el salmista nos asegura que no deben preocuparse, pues: “el Señor tiene su trono sobre las aguas impetuosas” es decir, están bajo su poder, las controla y las anula cuando estima conveniente pues; ”se sienta Jehová como rey para siempre; dará fuerza a su pueblo, y lo bendecirá con paz” (29:11).

Así pues “Truena Dios maravillosamente con su voz”,96 y las maravillas gloriosas que truena es la conversión de los pecadores. Por tanto, aunque no soy partidario de alegorizar las Escrituras, con todo, he de admitir que se puede hacer un uso provechoso de este salmo y muchos otros pasajes de las Escrituras a través de la alegoría, cuando se fundamente, como en este caso, en una verdad incuestionable y digna de remarcar: que el Señor utiliza, por así decirlo, el poder del trueno y del relámpago en la predicación de su Palabra.

JOSEPH CARYL [1602-1673]

Vers. 7. Voz de Jehová que derrama llamas de fuego. [Voz de Jehová que lanza llamas de fuego. RVR] [La voz del Señor levanta llamas de fuego. LBLA] [La voz de YHVH arranca llamas de fuego. BTX] [La voz del Señor lanza ráfagas de fuego. NVI] [La voz del Señor produce llamas ardientes. BLP] [La voz del Señor resuena con relámpagos. NTV] 97

La voz del Señor levanta llamas de fuego. Como cuando las chispas vuelan desde el yunque por los golpes de un pesado martillo, así los relámpagos corroboran los golpes atronadores de Jehová:

Cuando ya de repente pavorosos

del pálido relámpago los brillos

reflejan hacia el Sur, y el mudo pasmo

en los semblantes notase esculpido,

con lentitud el gran trueno le sigue,

retumbando sus roncos resoplidos

en lo interior de las tremendas nubes

que componen su bárbaro dominio.

Brama la tempestad, y allá en los cielos

resuenan sus funestos alaridos;

mas cuando se declara y aproxima,

que su disforme peso rueda activo

sobre los recios silbadores vientos,

los relámpagos forman esparcidos

surcos enormes con afán tremendo:

reduplícanse más los estampidos,

y todo el orbe de pavor retiembla.

Un cárdeno volcán de azufre ardido

se derrama con ímpetu y deslumbra:

La gran masa de nubes al proviso

sin cesar se abre y cierra con violencia,

y más horribles azufrados brillos:

Dilátase veloz, y todo envuelve

en un mar agitado y acrecido

de pavoroso fulminante fuego. 98

El trueno parece separar un destello de otro, interponiendo su rugido profundo entre el relámpago que le precede y el siguiente. Que los relámpagos son verdaderamente llamas de fuego se evidencia cuando caen sobre casas, almacenes e iglesias, envolviéndolos en una llamarada en pocos instantes.99 ¡Con cuánta facilidad podría el Señor destruir a sus criaturas rebeldes con fuego del cielo! ¡Y cuán bondadosa es la mano que perdona a tan empedernidos ofensores con lo fácil que le sería aniquilarlos! También en el evangelio las llamas de fuego concurren en apoyo a la voz de Dios que ilumina y derrite los corazones de los hombres: por medio de ellas consume nuestros impulsos lujuriosos y aviva en nosotros una llama sagrada que aspira constantemente al amor y la santidad. Los hechos acaecidos en Pentecostés son lectura más que apropiada en el comentario a este versículo.100

C. H. SPURGEON

La voz del Señor levanta llamas de fuego.101 Por el poder de Dios, las “llamas de fuego” son “divididas” en la forma terrible de relámpagos, esa espada afilada y reluciente del Todopoderoso, que ninguna sustancia material es capaz de soportar, y enviadas al exterior de las nubes sobre la tierra. El mismo poder divino hay en su Palabra: “viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y de los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”.102

GEORGE HORNE [1730-1792]

“A Commentary on the Psalms in which Their Literal Or Historical Sense, as They Relate to King David, is Illustrated”, 1825

La voz del Señor levanta llamas de fuego. Dice aquí que la voz del Señor “divide las llamas de fuego”; literalmente el texto hebreo dice “esculpe las llamas” חֹצֵ֗ב לַהֲבֹ֥ות אֵֽשׁ ḥōṣêḇ lahăḇōwṯ ’êš. La Septuaginta lo traduce como διακόπτω φλόξ πύρ. En palabras de Gesenius:103 “La voz de Jehová corta las llamas de fuego”, es decir: “envía llamas de fuego partidas, separadas e individualizadas”. Se trata (como observa Teodoreto)104 de una descripción muy gráfica de la acción divina en Pentecostés, enviando llamas partidas cual “tela trisulca”105 en forma de lenguas de fuego que, divididas ya en su origen, es decir, desde su fuente celestial, se posaron sobre las cabezas de los apóstoles y los llenaron con el fuego de un celo y amor santos.106

CHRISTOPHER WORDSWORTH [1774-1846]

“Commentary on the Whole Bible”, 1856

La voz del Señor levanta llamas de fuego. La nota marginal dice: “cortadas o esculpidas”.107 El verbo hebreo חֹצֵ֗ב ḥōṣêḇ de חָצַב chatsab tiene el sentido de “cortar, tallar, esculpir”, por ejemplo, piedras. Aquí la alusión es, sin duda, a los relámpagos; y la imagen gráfica es o bien que los propios relámpagos parecen como cortados en lenguas o rayas de fuego; o, más probablemente, que parecen esculpir las nubes, pues se abren claros en ellas. Nuestros ojos se mantienen fijos, evidentemente, en las nubes, y el repentino destello de un rayo parece escindir las nubes abriéndose paso. La idea del salmista es que la “voz del Señor”, el trueno, parece abrirse paso a través nubes mediante las llamas de fuego en medio de la tempestad.

ALBERT BARNES [1798–1870]

“Notes, critical, explanatory, and practical, on the book of Psalms”, 1868

Vers. 8. Voz de Jehová que hace temblar el desierto; hace temblar Jehová el desierto de Cades. [Voz de Jehová que hace temblar el desierto; hace temblar Jehová el desierto de Cadés. RVR] [La voz del Señor hace temblar el desierto; el Señor hace temblar el desierto de Cades. LBLA] [La voz de YHVH estremece el desierto. YHVH sacude al desierto de Cades. BTX] [La voz del Señor sacude al desierto; el Señor sacude al desierto de Cades. NVI] [La voz del Señor hace temblar el desierto, el Señor hace temblar el desierto de Cadés. BLP] [La voz del Señor hace temblar al lugar desolado; el Señor sacude el desierto de Cades. NTV]

Voz de Jehová que hace temblar el desierto; hace temblar Jehová el desierto de Cades. A medida la tormenta avanzaba, estalló sobre el desierto: “La voz del Señor hace temblar el desierto; hace temblar el Señor el desierto de Cades”. Dios no busca el aplauso de los hombres: sus obras de mayor envergadura se llevan a cabo en lugares donde la mirada del hombre no ha penetrado jamás. Allí donde no se escucha ningún sonido humano, la voz de Dios suena terriblemente distinta. Las vastas y silenciosas planicies tiemblan de espanto. El silencio rinde homenaje a la voz del Todopoderoso. Las llanuras y tierras bajas deben escuchar la voz de Dios igual que las cordilleras y tierras altas; tanto los pobres como los poderosos deben reconocer la gloria del Señor. Los lugares solitarios y estériles deben alegrarse escuchando el son celestial que proclama el evangelio. ¡Qué poder tan impactante y trascendental hay en la palabra de Dios! Pues aún el desierto estéril florece cuando Dios lo dispone, e incluso lo más conservador se abre al progreso cuando así lo decreta.108

C. H. SPURGEON

Voz de Jehová que hace temblar el desierto. ¡Dios grande y poderoso, mucho me esforcé tratando de escapar de ti! Busqué refugio para mis remordimientos en un lugar desértico, donde nada pudiera recordarme tu presencia. Lejos de los senderos de la fe, distante de todos los canales que traen las aguas de la gracia, apartado de todo aquello que pudiera significar un testimonio o reproche de mi iniquidad. Y, no obstante, incluso allí, Gran Dios, donde yo creía que había encontrado un asilo inaccesible a tu misericordia eterna, y podría por tanto pecar con impunidad, incluso allí, en ese desierto, tu voz me detuvo haciendo que me postrara a tus pies.

JEAN BAPTISTE MASSILLON [1663-1742]

“A spiritual paraphrase of some of the Psalms, in the form of devout meditations and prayers”,1805

Vers. 8-10. Voz de Jehová que hace temblar el desierto; hace temblar Jehová el desierto de Cades. Entendemos que se refiere a Cades de Neftalí, por su posición geográfica en el Líbano, aunque es posible que no. Tampoco nos parece indispensable suponer que la descripción del salmista vaya más allá de los habituales efectos de una tormenta eléctrica, aunque es cierto que la zona geográfica de Siria está muy expuesta a los terremotos, como el de Alepo109 en 1822, que se sintió sensiblemente en Damasco.110 Las encinas y bosques a los que hace referencia el versículo siguiente (29:9), se adaptan perfectamente a las descripciones que tenemos de las tierras inferiores del Líbano en las crónicas y anales de diversos viajeros por la zona: «abundan la espesura de mirto,111 abetos, nogales, algarrobos, encinas y robles turcos»112 Y las aguas impetuosas del versículo diez (29:10) constituyen una descripción admirable de las repentinas riadas que forman los mil arroyuelos que fluyen desde las montañas del Líbano: “El Señor está sentado sobre los torrentes de lluvia, el Señor está sentado como Rey para siempre”.

ROBERT MURRAY M’CHEYNE [1813-1843]

“Memoir and remains of the Rev. Robert Murray M’Cheyne, Minister of St. Peter’s Church, Dundee by Andrew A. Bonar”, 1878

Vers. 9. Voz de Jehová que desgaja las encinas, y desnuda los bosques; en su templo todo proclama su gloria. [Voz de Jehová que desgaja las encinas, y desnuda los bosques; en su templo todo proclama su gloria. RVR] [La voz del Señor hace parir a las ciervas, y deja los bosques desnudos, y en su templo todo dice: ¡Gloria! LBLA] [La voz de YHVH hace parir las ciervas, y desnuda los bosques. Y en su Casa todo dice: ¡Gloria! BTX] [La voz del Señor retuerce los robles y deja desnudos los bosques; en su templo todos gritan: «¡Gloria!» NVI] [La voz del Señor estremece a las ciervas y arranca los árboles del bosque. En su Templo todo dice ¡gloria! BLP] [La voz del Señor retuerce los fuertes robles y desnuda los bosques. En su templo todos gritan: «¡Gloria!». NTV] 113

La voz del Señor hace parir a las ciervas. Estas criaturas tímidas y apocadas, sobrecogidas por el miedo a la tempestad, liberan su embarazo de forma prematura. Aunque probablemente la traducción “desgaja las encinas” sea más adecuada, puesto que encaja mucho mejor con la frase siguiente:

Y desnuda los bosques. Las densas sombras de la espesura se iluminan con el resplandor fulgurante del rayo, y hasta sus rincones más secretos y oscuros quedan por un instante al descubierto:

Las más horrendas grutas se estremecen

cuando reflejan en ellas el azufrado brillo

del relámpago rápido y medroso:

Los árboles al suelo más asidos,

rodeados de fuego, tiemblan todos

hasta por lo profundo y escondido

donde anudadas yacen sus raíces. 114

Nuestros primeros padres buscaron refugio entre los árboles,115 pero la voz del Señor pronto ellos los encontró, y su corazón empezó a temblar.116 No hay ocultamiento posible de la mirada de fuego del Todopoderoso, pues un solo destello de su ojo airado convierte la medianoche en mediodía. El Evangelio tiene un poder revelador similar en los corazones entenebrecidos, en un instante ilumina cada rincón del corazón impío, y deja el alma temblando delante del Señor.

Y en su templo todo dice: ¡Gloria! Cuando escucharon el retumbar de los truenos, los que se encontraban adorando en el templo se sintieron impulsados a proclamar la grandeza de Jehová. El mundo entero es templo de Dios, y cuando él hace acto de presencia sobre las alas del viento,117 todas las cosas prorrumpen en su alabanza. Y también nosotros los redimidos del Señor, templos vivos de su Espíritu,118 cuando contemplamos las maravillas de su poder en la creación, y las experimentamos en la gracia, nos unimos al coro que engrandece su nombre. En el templo de Dios ninguna lengua puede permanecer muda cuando el tema es su gloria. El texto original indica un sentido inclusivo singular: “cada uno en particular clama: ¡Gloria!”119 como si todas las cosas se sintieran movidas por un sentido de la majestad de Dios en su interior a gritar en éxtasis: “Gloria, gloria”. Este versículo, sin duda, es un punto a favor de nuestros amigos metodistas120 y de los “Gogoniants” (o “Glorias”) de los efusivos y celosos galeses. 121

C. H. SPURGEON

La voz del Señor hace parir a las ciervas. Respecto al sentido que se desprende de la traducción y lectura habitual de este versículo, cabe observar que las ciervas dan a luz a sus crías con gran dificultad y dolor: “Se encorvan, hacen salir sus hijos, pasan sus dolores”.122 A esto el salmista añade en su descripción el carácter extraordinario de la tormenta, cuando el trueno, al que llama “la voz de Dios” hace que las ciervas en estado de preñez, aterrorizadas por el miedo, den a luz sus crías antes del tiempo previsto. Aunque es probable que, en base a nuestros conceptos sobre imágenes poéticas, no encaje demasiado bien con las demás imágenes que encontramos en el pasaje, ni nos parezca tan hermosa y sublime como de los cedros temblando ante la voz de Jehová.

JUAN CALVINO [1509-1564]

La voz del Señor hace parir a las ciervas. El cuidado y ternura de Dios hacia las bestias redunda en su alabanza, lo mismo que el cuidado y ternura que muestra para con los creyentes. La manera en que Dios cuida de los animales salvajes acrecienta significativamente su gloria, y debe reforzar significativamente la fe de los seres humanos en que Él nos cuidará. ¿Cuida Dios de las ciervas?123 Entonces tened por seguro que cuida también de aquellos que le pertenecen.124 Hay una providencia divina especial hacia estas y otras criaturas parecidas a la hora del alumbramiento sus crías. Dios (y lo digo con reverencia) muestra sus artes de partera ayudando a estos animales salvajes cuando sufren dolores de parto. Así como el Señor saca al hombre “del seno materno”125 de manera eminente, así hace también con los animales salvajes.

“La voz de del Señor hace temblar el desierto; hace temblar Jehová el desierto de Cades” así es como, por regla general, traducimos el versículo ocho (29:8); pero el verbo hebreo יָחִ֣יל yāḥîl de חוּל chuwl. que traducimos como “temblar” es el mismo que se utiliza en libro de Job para decir: “¿Has observado el parto de las ciervas?”,126 y por tanto, algunos expertos en la lengua hebrea no traducen: “La voz de del Señor hace temblar el desierto” sino “La voz del Señor hace parir el desierto; el Señor hace parir el desierto de Cades”, cosa que no hay que entender sobre las criaturas del mundo vegetal (aunque sea cierto, pues el Señor hace que de los árboles del desierto broten hojas y den frutos), sino más bien a los animales que habitan en el desierto. Por tanto, cuando dice: “La voz del Señor hace parir el desierto”, el significado es este: el Señor hace que las bestias salvajes del desierto den a luz; lo cual queda claramente demostrado por lo que añade el versículo siguiente, pues el salmista, habiendo afirmado en el versículo ocho (29:8) que “La voz del Señor hace parir el desierto”, refuerza la idea en el versículo nueve (29:9) con la especial mención de la cierva: “La voz del Señor hace parir a las ciervas”.127

JOSEPH CARYL [1602-1673]

La voz del Señor hace parir a las ciervas. Resulta absolutamente apropiado, afirma uno de los comentaristas de la antigüedad, que el Señor pregunte a Job: “¿Proteges tú a las ciervas cuando están pariendo?”128 ya que estos animales están siempre en movimiento, siempre aterrorizados saltando y brincando de un lugar a otro, no paran quietos un instante en ningún lugar, y no podrían dar a luz y criar a sus cervatillos hasta la madurez de no contar con esta protección divina especial. Por tanto, la providencia de Dios es evidente tanto en la preservación de la madre y de su prole, ambos son objeto de la compasión divina y de su cuidado más tierno. En consecuencia, cuando un ser humano padece aflicciones, carece de razones para acusar a su Hacedor de descuido y ausencia de afecto, ya que su condescendencia alcanza a cuidar incluso de las ciervas cuando paren.

Se conoce que las ciervas dan a luz a sus crías con grandes dificultades; y esto se intuye también de lo que leemos en libro de Job: “Se encorvan, hacen salir sus hijos, pasan sus dolores”.129 Pero si Plinio130 y otros naturalistas de la antigüedad son dignos de crédito, la providencia divina ha sido generosa al proporcionarles ciertas hierbas que les facilitan el parto y que por instinto les ordena ingerir al final de su tiempo de gestación. Sea lo que sea que haya de verdad en esta afirmación, nos confirma que hay una autoridad superior, y que llegado el momento de dar a luz la providencia facilita el parto de las ciervas agitando sus temores y provocando convulsiones en todo su organismo a través del trueno: “La voz de Jehová (frase que en el hebreo común significaba trueno) hace parir a las ciervas”. Y nada debe extrañarnos que una criatura tan timorata como la cierva se afecte tanto por tan pavorosas convulsiones atmosféricas, cuando sabemos que algunos de los hombres más altivos y orgullosos que hayan existido se ponían a temblar ante él. Cuenta el historiador Suetonio131 que Augusto,132 el emperador romano, se aterrorizaba tanto cuando tronaba que se envolvía en una piel de foca para protegerse de los rayos, y se ocultaba en un rincón secreto hasta que pasaba la tormenta. Otro emperador, el tirano Calígula,133 que con el cielo despejado se sentía valiente y con la osadía de amenazar incluso al propio Júpiter,134 cuando sonaba un trueno se cubría la cabeza o se escondía debajo de la cama. Y Horacio135 confiesa que abandonó el ateísmo que en principio profesaba por terror a los truenos y relámpagos, cuyos efectos describe de manera magistral en una de sus Odas (I.XXXIV) haciendo gala de su lírica y su grandeza como poeta.136

GEORGE PAXTON [1762-1837)]

“Illustrations of Scripture” edición revisada y ampliada por ROBERT JAMIESON [1802-1880], 1843

La voz del Señor hace parir a las ciervas; y deja los bosques desnudos.Cervi sunt predicatores”: San Jerónimo137 afirma que esas “ciervas” son los predicadores que traen almas a Cristo por el poder del evangelio, que es la voz de Dios; y “los bosques desnudos” de hojas por la voz del Señor, representan la humillación de la que son objeto por la fuerza del evangelio los fuertes robles y altos cedros que representan los poderes de este mundo. Otros, como San Basilio,138 interpretan este “deja los bosques desnudos” como la acción de “despojar” a las almas de los creyentes de la mentalidad mundana en sus engañosas facetas.139 Jerónimo aplica también estas palabras a la ingente labor de los predicadores de la palabra de Dios, “despejando” un sendero con el machete del Espíritu140 a través de los matorrales oscuros de los misterios divinos revelados en las santas Escrituras, haciendo que penetre la luz del evangelio.

CHRISTOPHER WORDSWORTH [1774-1846]

“Commentary on the Whole Bible”, 1856

En su templo todo proclama su gloria. Algunos comentaristas conciben que este salmo fue compuesto por David para ser cantado en el Templo en días de tormenta mientras retumbaban los truenos, lo cual no es improbable. Algunos interpretan el verbo en caso nominativo y traducen: “en su Templo proclama (Dios) toda su gloria”. Es decir: Dios proclama gran parte de su gloria a través del trueno, pero en su Templo, la proclama completa; puesto que allí, lo que habla con su boca lo ejecuta con su mano.

JOHN TRAPP [1601-1669]

“A commentary or exposition upon the books of Ezra, Nehemiah, Esther, Job and Psalms”, 1657

Y en su templo todos proclaman su gloria.141 En la primera parte del salmo David habla de los efectos naturales de los truenos, de sus implicaciones físicas; hacia el final del salmo los aplica a la Palabra de Dios, en tanto que dice: “Y en su templo todos proclaman su gloria”, es decir, su palabra y las ordenanzas, ministradas por su Iglesia o templo, harán que todos reconozcan y proclamen el poder de la gloria de Dios con más fuerza aún que el trueno retumba en nuestros oídos, y mayor impacto que los destellos que rayo sutil produce en nuestros ojos. Hay mucho más poder real en el trueno de la Palabra que en la palabra del trueno; una aterroriza solo para redargüir, la otra para dar salvación. Una vez Dios ha hablado aterrando con sus amenazas, habla consolando mediante sus promesas; tan pronto nos ha sobrecogido cual tempestad con la convicción de nuestros pecados y el sentimiento de su ira sobre nosotros a causa de ellos; nos proporciona solaz con las brisas frescas de la gracia revelada, y nos arropa con el sol reconfortante de su favor en Cristo Jesús.

JOSEPH CARYL [1602-1673]

Vers. 10. Jehová preside en el diluvio, y se sienta Jehová como rey para siempre. [Jehová está entronizado sobre el diluvio, y se sienta Jehová como rey para siempre. RVR] [El Señor se sentó como Rey cuando el diluvio; sí, como Rey se sienta el Señor para siempre. LBLA] [YHVH preside en el diluvio, YHVH se sienta como Rey para siempre. BTX] [El Señor tiene su trono sobre las lluvias; el Señor reina por siempre. NVI] [El Señor reina sobre el diluvio; el Señor, rey eterno, está en su trono. BLP] [El Señor gobierna las aguas de la inundación; el Señor gobierna como rey para siempre. NTV]

Jehová está entronizado sobre el diluvio.142 El diluvio sigue a la tempestad, pero el Señor controla la situación. No hay diluvio que pueda socavar los fundamentos de su trono. Dios permanece tranquilo y estable por mucho que bramen y se agiten los abismos de las aguas; su cetro rige aún las más inestables y embravecidas entre las cosas creadas.143 En mitad de lo más turbulento de las aguas: «Sus plantas se deslizan por los mares, y atraviesa el espacio en la tormenta».144

Sí, como Rey se sienta el Señor para siempre. Jesús tiene la potestad sobre su hombro145 eternamente: nuestros intereses están a salvo en sus manos aún en los momentos más tormentosos. Satanás no es rey, pero Jehová-Jesús, sí lo es; por tanto, adorémosle, y regocijémonos eternamente.

C. H. SPURGEON

Vers. 11. Jehová dará poder a su pueblo; Jehová bendecirá a su pueblo con paz. [Jehová dará fuerza a su pueblo; Jehová bendecirá a su pueblo con paz. RVR] [El Señor dará fuerza a su pueblo; el Señor bendecirá a su pueblo con paz. LBLA] [YHVH dará fuerza a su pueblo, YHVH bendecirá a su pueblo con la paz. BTX] [El Señor fortalece a su pueblo; el Señor bendice a su pueblo con la paz. NVI] [El Señor fortalece a su pueblo, el Señor bendice a su pueblo con la paz. BLP] [El Señor le da fuerza a su pueblo; el Señor lo bendice con paz. NTV]

El Señor dará fuerza a su pueblo; el Señor bendecirá a su pueblo con paz.146 En mitad del huracán que tan gráficamente describe este salmo se muestra un poder inmenso; y ahora, en la calma suave después de la tormenta, se promete que este poder será la fuerza de los escogidos. Aquel que cabalga sobre los relámpagos,147 dará a sus redimidos alas de águila;148 el que sacude la tierra con su voz,149 aterrorizará a los enemigos de sus santos, y dará a sus hijos paz. ¿Por qué somos tan débiles sabiendo que contamos con la fuerza divina donde refugiarnos? ¿Por qué estamos tan preocupados cuando la mismísima paz del Señor está a nuestro alcance? Jesús, el Dios fuerte,150 es nuestra paz: ¿cabe mayor bendición que esta? ¡Qué dicha tan grande será esto para nosotros en el día del Señor,151 que será día de tinieblas y no de luz para los impíos! Estimado lector, ¿no es este un salmo precioso para cantarlo en un día de tormenta? ¿Te sientes capacitado para entonarlo en medio de los truenos? ¿Vas a poder cantarlo cuando los truenos del día final retumben por doquier, y Jesús venga a juzgar a vivos y muertos? Si eres creyente, el último versículo de este salmo admirable es tu herencia, y no te quepa duda que podrás cantarlo.152

C. H. SPURGEON

Jehová dará fuerza a su pueblo; Jehová bendecirá a su pueblo con paz. Es “su fuerza” en el conflicto; y “su paz” en tiempos de alegría. En la batalla, es la Fuente de todo el poder que les capacita para enfrentar y derrotar a sus poderosos enemigos;153 y en la paz, es su verdadero consuelo, ya que con su presencia en medio de ellos154 hace que sean un pueblo especialmente bendecido.

JOHN HOWE [1630-1705]

“The Living Temple or, A designed improvement of that notion, that a good man is the temple of God”, 1702

Jehová dará fuerza a su pueblo; Jehová bendecirá a su pueblo con paz. A pesar de que algunas almas preciosas que han abrazado el evangelio y aceptado Cristo, siguen por un tiempo viviendo intranquilas, sin alcanzar el verdadero equilibrio y sosiego que deberían tener, aún así, puede decirse que disfrutan de una triple paz de conciencia: in pretio, in promisso, in semine, es decir: en el precio, en la promesa, y en la simiente.

En primer lugar, todo verdadero creyente tiene paz de conciencia in pretio, en lo que atañe al precio. El Evangelio hace el precio asequible, lo pone al alcance de la mano, ya que el precio es la sangre de Cristo. Solemos decir que el oro siempre es oro, y siempre valdrá en cualquier lugar lo que valga el oro; así es también con la sangre de Cristo: es paz de conciencia a todos los niveles en todos los aspectos, y el alma que ha sido redimida por ella tiene esa paz garantizada. Dios jamás se mostrará indiferente con la persona que ore en estos términos: “Señor, dame paz y tranquilidad de conciencia; y aquí tienes el precio a pagar por ella, la sangre de Cristo”. Lo que vale para cancelar la deuda, garantiza el recibo de cancelación. La paz de conciencia es una licencia emitida por Dios garantizando que la deuda contraída con la justicia divina ha sido plenamente satisfecha. La sangre de Cristo ha hecho para el creyente lo más importante: liquidar la deuda, y le da garantías de su cancelación. Si existiera una poción extraordinaria que fuera capaz de curar al instante a todo el que la tomara, podríamos decir con certeza que tan pronto el enfermo la bebiera se podría dar por curado, aunque al principio no le diera tal sensación, pues no cabría duda de que su salud regresaría a su debido tiempo.

En segundo lugar, todo creyente verdadero tiene paz de conciencia in promisso, es decir: en la promesa. Que para nosotros es tan real y efectiva como si se tratara de dinero contante y sonante en el bolsillo. “El Señor bendice a su pueblo con paz”. Y si él ha resuelto que sea así, ¿quién se va a oponer? Vale la pena leer todo el Salmo 29 para darse cuenta del énfasis y el peso que pone el Señor en esta dulce promesa, hecha para fortalecer nuestra fe en la esperanza de su cumplimiento. Nada hay más difícil de introducir en el corazón de una criatura desdichada, que pensamientos de consuelo y esperanza, cuando toda ella está agitada por su conciencia, que la amenaza a sangre y fuego, con la ira y venganza de Dios a causa de sus pecados. El Salmo 29 nos muestra cuán grandes cosas puede hacer Dios, sin precisar mayor esfuerzo que el de abrir la boca y hablar. “La voz del es majestuosa (29:4)… hace pedazos los cedros (29:5)… parte las llamas de fuego (29:7)… hace temblar el desierto (29:8)… hace parir a las ciervas (29:9)” Y este Dios que hace todo esto, promete “bendecir a su pueblo con paz”; interna y externa, pues si no les otorgara paz interna, aunque les diera paz externa nunca disfrutarían de paz verdadera, y no podría decirse propiamente que les bendice con paz, como el salmista asegura. ¿Acaso no sería una paz muy triste si tuviéramos calles tranquilas, pero en el interior de las casas nos cortáramos el cuello unos a otros? Pues más triste todavía, infinitamente más triste, es tener paz en las calles y en las casas, pero guerra abierta y sangre corriendo por nuestras conciencias culpables. ¿Qué paz puede tener una pobre criatura con la espada de la ira de Dios apoyada sobre el cuello de su conciencia? Ni paz con Dios, ni consigo misma. Por ello Cristo compró la paz del perdón, para garantizar paz de conciencia para sus amados por él redimidos, y les legó su promesa diciéndoles: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”.155 Lo que nos demuestra que en su caso él mismo es testador y albacea, ejecutor de su propio testamento, para entregar con sus propias manos lo que su amor ha legado a los creyentes; por tanto, no hay duda alguna de que su voluntad será ejecutada plenamente, hasta su último detalle, en tanto que él mismo es quien vive para ejecutarla y hacer que se cumpla.

En tercer lugar, in semine, es decir: en la simiente. Todo creyente tiene esta paz inherente en semilla: “Luz ha sido sembrada dentro del justo, y alegría en los rectos de corazón”.156 ¿Y dónde ha sido sembrada, sino en el propio seno del creyente, cuando Espíritu de Dios implantó en él los principios de la gracia y de la santidad? Por eso se le llama: “fruto apacible de justicia”.157 Brota de la santidad, de una forma tan natural como la fruta brota de la semilla que le corresponde. Aunque sabemos que las semillas brotan y maduran, hasta convertirse en fruta, más rápidamente en unos terrenos que en otros. Tampoco esta cosecha espiritual viene en todos los casos por igual y al mismo tiempo, no más de lo que lo hace la cosecha material; pero nuestro consuelo está en la certeza de que todo aquel que tiene implantada en el interior de su alma la semilla de la gracia, tendrá su cosecha de alegría a su debido tiempo.

WILLIAM GURNALL [1617-1679]

“Christian in complete armour, or, a treatise of the saints war against the Devil”, 1655

Paz. Al hablar de “paz” cabe hacerlo en una triple vertiente; externa, interna y eterna; esto es: paz temporal, paz espiritual, y paz celestial. Hay una paz exterior: la bendición; una paz interior: la gracia; y una paz eterna: la gloria. Así como en todo palacio señorial hay una escalinata y una galería que conducen a habitaciones ostentosas, así también la paz externa es el corredor que nos conduce a las alcobas interiores y más suntuosas de la dulce paz de conciencia y finalmente de aquel descanso definitivo en el cielo cuando nuestra paz será perfecta y nuestra felicidad eterna. La paz externa, al ofrecernos diversos alojamientos, contribuye a que obtengamos las otras dos.

EPHRAIM UDALL [¿?-1647]

“The Good of Peace and Ill of Warre”, 1642


1 La versión griega de los LXX o Septuaginta añade al título ἐξόδιον σκηνῆς que la Vulgata traduce al latín como: “In consumatione tabernaculi”, “En la conclusión o instalación del Tabernáculo” aunque el sentido del griego da más bien la idea de “traslado”, lo cual sería más correcto. Pero este aditamento no forma parte del texto hebreo masorético.

–FRANZ DELITZSCH [1813-1890] dice al respecto: «La ocasión de este Salmo es, sin lugar a dudas, una tormenta de truenos. Pero no se limita al fenómeno natural externo, sino que percibe a lo largo de sus estrofas una auto-manifestación o atestación del Dios de la historia redentora. Así como en la segunda mitad de Salmo 19 se menciona a Dios siete veces con el nombre יְהוָ֣ה Yahweh (19:7, 8, 9, 14), el Dios revelado en la redención, para distinguirlo de אֵל el (19:1), el Dios revelado en la naturaleza; en el Salmo 29 la expresión קֹ֥ול יְהוָ֗ה qōwl Yahweh, “voz de Yahvé” se repite siete veces (29:3, 4, 5, 7, 8, 9), a fin de que pueda aplicársele el nombre de επτα βρονται, Salmo de “los siete truenos” (Apocalipsis 10:3). En época del segundo templo, como indica el añadido al título en la Septuaginta ἐξόδιον σκηνῆς, se cantaba en Schemini Azereth, en asamblea el último día de la Fiesta de los Tabernáculos ἐξόδιόν (Levítico 23:36); y así lo establece una nota marginal de la versión griega de los LXX en el Códice del Manuscrito Ambrosiano de la Hexapla de Orígenes; y que referente al día dice: “esto es, en el octavo día de la Fiesta de los Tabernáculos”. Entre dos cuartetos o estrofas de cuatro líneas, en cada una de las cuales menciona a יְהוָ֣ה Yahweh cuatro veces (29:1-2,10), coloca el salmista tres quintetos (29:3-9), que con mención séptuple de קֹ֥ול יְהוָ֗ה qōwl Yahweh, “voz de Yahvé”, representan a los truenos retumbando en rápida sucesión a medida que progresa la tormenta».

2 Desde la época de Spurgeon el Salmo 29 ha sido uno de los más denostados y zarandeados por la crítica bíblica, que ha visto en sus estrofas una clara teofanía atávica de la divinidad en las fuerzas de la naturaleza desatadas en la tormenta, muy propia de los pueblos primitivos. Y algunos, como es el caso de FRANK CHARLES FENSHAM [1925-1989], THEODOR GASTER [1906-1992], FRANK MOORE CROSS [1921-2012], HANS STRAUSS [1932-] o WERNER H. SCHMID [1935-] llegaron a la conclusión de que el Salmo 29 surge de un antiguo cántico cananeo de teofanía encontrado entre los textos de Ugarit, y que los transcriptores hebreos no hicieron más que sustituir el nombre de Baal por el de Yahvé (ver al respecto “Zur Auslegung von Ps 29 auf dem Hintergrund seiner kanaanäischen Bezüge” STRAUß, 1970; “Königtum Gottes in Ugarit und Israel”, SCHMID, 1966). No vamos a entrar en este debate por considerarlo estéril y fuera de lugar en el contexto y propósito de la presente obra. Spurgeon era un creyente conservador absolutamente convencido de la divina inspiración de la Sagradas Escrituras, hasta el punto que cuando ocasionalmente se refiere a los críticos de su época, ni tan siquiera se molesta a mencionarlos por su nombre (ver al respecto en el Tomo I la nota 2 al Salmo 110). Suscribimos por tanto sus palabras y nos limitamos a reforzarlas con las del doctor:

–FRANCISCO LACUEVA [1911-2005] en su versión española del “Comentario de Matthew Henry”: «Es probable que David compusiera este Salmo con ocasión de una tempestad de truenos, relámpagos y lluvia, así como el Salmo 8 era una meditación a la luz de la luna, y el Salmo 19 otra meditación en una mañana soleada. I. Convoca primero a los grandes del mundo a dar gloria a Dios (vv. 1, 2). II. Para convencerles de la bondad del Dios a quien debían adorar, hace notar su poder en los truenos, los relámpagos y la lluvia de una tempestad (vv. 3-9), su dominio soberano sobre el Universo (v. 10), y las bendiciones especiales que otorga a su pueblo (v. 11)».

–SCHÖKEL concluye en esta misma línea su estudio global del Salmo 29: «No pocos piensan que el hombre moderno, liberado por la técnica y la tecnología, es ya incapaz de repetir semejante experiencia, atávica y primitiva. Una tormenta se explica hoy sencillamente como un proceso de carga y descarga eléctrica, tan riguroso y comprensible como el agua que hierve en la cazuela para cocer un par de huevos. Pienso que la experiencia técnica de dominio, y la contemplativa de pasmo y sobrecogimiento, pueden y deben coexistir en el hombre bien integrado. El estudiante en vacaciones no se chapuza y sumerge en H2O con C1Na en disolución, sino que goza inmediatamente del agua marina, de su frescor, su luz cambiante, su docilidad o inquietud levantisca. El mecánico que conoce al dedillo el mecanismo de su automóvil, es capaz de sentir la embriaguez con la velocidad y su señorío sobre la máquina. La experiencia “numinosa” o sacra no es una reliquia atávica reflorecida en el romanticismo y llamada a desaparecer con el progreso; es una dote egregia del hombre, siempre capaz de trascendencia. La palabra poética de este salmo será para unos expresión feliz de experiencias semejantes, y puede ser para otros instrumento de educación y recobro de lo mejor del hombre. En este sentido, el salmo es moderno, y sus dependencias literarias inmediatas cuentan menos». [Salmos, Tomo I, 1-72, Ediorial Verbo Divino, Estella, Navarra, 1992].

3 En su interesante obra “The Psalms in History and Biography”, JOHN KER [1819-1866] nos dice que en algunas versiones antiguas del Salterio publicadas en el siglo XVII, hay una sección en la que se disponen diversos salmos apropiados para cada uno de los meses del año, formando lo que vendría a ser como una especie de calendario de alabanza ajustado a las estaciones y la disposición climática de la naturaleza en cada mes en el hemisferio norte. Al Salmo 29 le corresponde julio, la temporada de fuertes tormentas eléctricas de verano, séptimo mes del año, porque en este Salmo la voz de Dios truena siete veces (versículos 3, 4, 5, 7, 8 y 9). Al mes de abril se le asigna la última parte del Salmo 65 donde habla de las lluvias finas de primavera que llenan de verdor los campos (65:9-13). Y al mes de mayo el Salmo 104:13-14. El Salmo 90, que habla del paso del tiempo, se ajusta para diciembre, último mes del año. Y los versículos 16-17 del Salmo 147, son los elegidos para la nieve y los fríos del mes de enero.

4 Marcos 3:17.

5 SCHÖKEL nos recuerda que algunos comentaristas antiguos y medievales como Teodoreto y Basilio relacionan el Salmo 29, por la teofanía en general y por las llamas de fuego del versículo siete en particular, con la venida del Espíritu Santo. Otros comenzaron a desmenuzar el Salmo aplicándolo a los siete dones del Espíritu Santo según la doctrina de la Iglesia Católica Romana: sabiduría (Mateo 10:19-20); entendimiento (Jeremías 24:7); consejo (Isaías 11:3-4); ciencia (1 Corintios 2:11); piedad (1 Corintios 12:1-3); fortaleza (Apocalipsis 2:10); temor de Dios (Isaías 11:2). Dice TEODORETO DE CIRO [393-458] en “Interpretatio in omnes Davidis psalmos”: «El salmista profetiza aquí el poder que sería impartido a los apóstoles respecto al cual leemos en el Evangelio de Lucas y en el libro de los Hechos de los Apóstoles, cuando se nos dice que el Señor poco antes de su ascensión dirigió a sus discípulos estas palabras: “quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto” (Lucas 24:49). Y al cabo unos días “cuando llegó Pentecostés, estando todos unánimes juntos [Salmo 29:1-2] de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba el cual llenó toda la casa donde estaban sentados” [Salmo 29:3-6]; “y se les aparecieron lenguas como de fuego, que se dividieron asentándose sobre cada uno de ellos. Y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que se expresasen” [Salmo 29:7] (Hechos 2:1-4). El salmista describe como “voz del Señor” ese poder de lo alto que capacitó a los apóstoles para anunciar el evangelio llenándoles de sabiduría y ardor, y transformo su debilidad en fortaleza, que hizo “temblar el desierto (…) que desgaja las encinas, y desnuda los bosques” hasta que “en su templo todos proclaman su gloria” [Salmo 29:8-9]».

6 En la época de Spurgeon el debate sobre la aparente incompatibilidad entre ciencia y Biblia estaba en pleno auge. No olvidemos que CHARLES DARWIN [1809-1882] era contemporáneo suyo y publicó su famosa obra “El origen de las especies” en 1859 dando pie a la teoría de la evolución y sentenciando la balanza a favor de los postulados de la Ilustración a favor de entronizar a la diosa Razón y apartar a Dios de la escena. La defensa cristiana de la existencia de Dios corrió a cargo de WILLIAM PALEY [1743-1805] y su obra “Teología Natural” en la que sistematiza el argumento del diseño inteligente, ilustrándolo con lo que se conoce como la teoría de “el reloj y el Relojero”, cuya tesis argumenta que si encontráramos un reloj abandonado, la compleja configuración de la distintas piezas nos llevaría a concluir que todas ellas han sido diseñadas por la misma persona para un mismo propósito y dispuestas para un uso concreto. Análogamente Paley concluye que el universo, que funciona con la complejidad y precisión de un reloj, también tuvo que ser diseñado con un propósito por una inteligencia superior: Dios. De los argumentos de Paley bebieron el propio Spurgeon y demás apologistas cristianos de su época y los de la primera mitad del siglo XX, entre ellos en España el famoso jesuita JESÚS SIMÓN [1891-1971] autor del libro “A Dios por la ciencia”, y su colega evangélico SAMUEL VILA [1902-1892], autor de libros como “Pruebas tangibles de la existencia de Dios”, “Fe y razón”, “Pensar y creer” y “A Dios por el átomo” que dieron pie a la fundación de la Editorial CLIE. Aunque en el siglo XXI el debate sigue abierto, los avances científicos le han dado un nuevo giro a favor del diálogo y la compatibilidad entre ciencia y Biblia como demuestran obras como “El Caso del Creador” de LEE STROBEL [1952-] o “La ciencia ¿encuentra a Dios? o “A Dios por el ADN” de ANTONIO CRUZ [1952-]. Editorial CLIE es actualmente pionera en temas de apologética cristiana en español.

7 ATANASIO DE ALEJANDRÍA [296-373] en su carta a su discípulo Marcelino sobre la naturaleza y valor de los salmos le dice refiriéndose a este salmo: «Si quieres aprender cómo presentar ante el Señor sacrificios de alabanza y gratitud, lee con entendimiento espiritual el Salmo 29, y entónalo con gozo ». El Tomo I de “El Tesoro de David” incluye una traducción completa de la Carta de Atanasio a Marcelino. [Tomo I - pp. 50].

8 Isaías 24:19; 34:4; Miqueas 1:4; Mateo 24:35; Apocalipsis 21:1; 2 Pedro 3:10.

9 En hebreo בְּנֵ֣י אֵלִ֑ים bənê ’êlîm un plural doble de בֵּן ben, “hijo”; y אֵל el, “Dios”. La crítica moderna no ha dudado a la hora de ensañarse con esta expresión que hallamos también en otros pasajes como Génesis 6:1-4; Job 1:6; 2:1; 38:7; 89:6, considerándola como atávica. Y enlazándola con otros textos como el Salmo 82:1; 97:7, no duda en concluir un paralelismo evidente con la estructura del panteón de dioses babilónicos, donde los dioses subordinados tributaban honores al dios principal Marduk, y declarar en consecuencia que el Salmo 29 es un salmo post-exílico totalmente influenciado por la cultura babilónica. (Ver nota 2). Consideramos más simple y lógico entenderla meramente como una mención bíblica a otros “seres celestiales” de creación divina.

–FRANZ DELITZSCH [1813-1890] es tajante en este aspecto: «A los ángeles, que en casi todos los demás pasajes se los menciona como בְּנֵ֣י הָֽאֱלֹהִ֔ים bənê hā’ĕlōhîm (Job 2:1) aquí se les da el nombre de בְּנֵ֣י אֵלִ֑ים bənê ’êlîm, como en el Salmo 89:6 (otro texto difícil). Y puesto que אֵלִים ’êlîm nunca se utiliza para referirse a Dios, como es el caso de הָֽאֱלֹהִ֔ים ĕlōhîm, sino a los dioses (Éxodo 15:11; Daniel 11:36), בְּנֵ֣י אֵלִ֑ים bənê ’êlîm debe entenderse como un doble plural y jamás traducirlo como “hijos de los dioses” sino como “hijos de Dios”».

–FRANCISCO LACUEVA [1911-2005] en su versión española del “Comentario de Matthew Henry” comenta: «Aunque la expresión “hijos de Dios” apunta con la mayor probabilidad a los ángeles; no carece, sin embargo, de probabilidad la opinión de que podría aplicarse (a la vista del versículo 2b) a los sacerdotes en la celebración de sus servicios en el templo y englobar quizás a toda la congregación de Israel».

10 Salmo 89:7.

11 Se refiere a HOMERO, nombre dado al más conocido de los poetas griegos antiguos, a quien se atribuyen las dos obras más famosas de la épica griega en la antigüedad, “La Ilíada”, y “La Odisea”. Entre los investigadores hay considerable debate sobre si Homero fue una persona real o bien el nombre dado a uno o más poetas orales que cantaban obras épicas tradicionales.

12 Se refiere a PUBLIO VIRGILIO MARÓN [70-19 a.C.] poeta romano, autor de las Bucólicas, las Geórgicas y la Eneida, obra escrita por encargo del emperador Augusto con el fin de glorificar el Imperio Romano atribuyéndole un origen mítico, por lo que Virgilio, tomando como punto de partida la guerra de Troya y su destrucción, hace de la fundación de Roma un acontecimiento similar y conexo a los legendarios mitos griegos. El escritor italiano DANTE ALIGHIERI [1265-1321], en su obra La Divina Comedia lo sitúa como su guía a través del infierno y del purgatorio.

13 Se refiere al famoso poeta y escritor italiano DANTE ALIGHIERI [1265-1321] autor de La Divina Comedia, una de las obras fundamentales de la transición del pensamiento medieval al renacentista, obra maestra de la literatura italiana y una de las grandes obras de la literatura universal.

14 Se refiere al famoso político, filósofo poeta y escritor inglés JOHN MILTON [1608-1674], autor de numerosas obras y conocido especialmente por sus poemas épicos “Paradise Lost”, “El paraíso perdido”, y “Paradise Regained”, “El paraíso recobrado”. Es una de las figuras más importantes de la literatura inglesa, considerado por muchos al mismo nivel que Shakespeare.

15 Se refiere al clérigo anglicano y poeta escocés JAMES GRAHAME [1765-1811] en su obra sobre las cuatro estaciones “Sabbath Walks” y “Jesus calms the Tempest”.

16 Se refiere al poeta escocés ROBERT POLLOK [1798-1827] en “The Course of Time”, 1827.

17 Se refiere a JOHN WILSON [1804-1875], misionero escocés afincado en Bombay, quien hizo importantes contribuciones al estudio de las lenguas y la literatura hindú. Nacido en Lauder, el mayor de siete hermanos, fue educado en la escuela de la parroquia y en la Universidad de Edimburgo. Fue ordenado ministro de la Iglesia de Escocia en 1828, se casó ese mismo año y zarpó de New Haven con su esposa con destino la India como representante de la Scottish Missionary Society. Absorbió la cultura hindú, predicó el evangelio por toda la India, y fundó el Oriental Christian Spectator en 1830. En 1843, aprovechando uno de sus viajes a Europa, visitó y recorrió exhaustivamente Egipto, Siria, y Palestina, anotando cuidadosamente todas sus observaciones, que luego recopiló y publicó en el libro titulado “The Lands of the Bible visited and described”, publicado en 1847.

18 Se refiere a BAALBEK, una ciudad en el Valle de Beqa’a, al noreste de Beirut. En tiempos antiguos fue una ciudad grande e importante y centro de culto de Baal, por lo que fue llamada Heliópolis, por los griegos. En Baalbek se hallan algunas de las ruinas romanas más impresionantes del mundo y fue declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1943.

19 Mateo 7:27.

20 En hebreo הָב֣וּ לַֽ֭יהוָה בְּנֵ֣י אֵלִ֑ים הָב֥וּ לַ֝יהוָ֗ה כָּבֹ֥וד וָעֹֽז hāḇū Yahweh bənê ’êlîm hāḇū Yahweh kāḇōwḏ wā‘ōz. KRAUS traduce: “¡Tributad a Yahvé, oh seres divinos, tributad a Yahvé gloria y poder!”. SCHÖKEL: “Hijos de Dios, aclamad al Señor, aclamad la gloria y el poder del Señor”.

21 En hebreo לַֽ֭יהוָה Yahweh. Es interesante observar que en este Salmo el término hebreo יְהֹוָה Yhvh se repite 18 veces en tan solo 11 versículos.

22 Así traduce la KJV: “give unto the Lord glory and strength”. Dice al respecto FRANCISCO LACUEVA [1911-2005] en su versión española del “Comentario de Matthew Henry”: «No quiere decir que debamos dar a Dios algo de lo que carece, sino el debido reconocimiento por algo que le pertenece, como expresa explícitamente la primera parte del versículo siguiente: “Rendid a Jehová la gloria debida a su nombre” (29:2) y en Apocalipsis. 4:11; 5:13. Como si dijese: Dadle vuestras coronas; arrojadlas a sus pies (Apocalipsis 4:10); ponedlo todo en manos de él, a fin de que, al usarlo vosotros, lo hagáis para alabanza de su nombre. Pues es la suma y el compendio del evangelio eterno (Apocalipsis 14:6,7). El verdadero culto a Dios consiste en rendirle la gloria debida a su nombre».

23 2 Crónicas 32:8; Salmo 146:3; Jeremías 17:5.

24 Oseas 1:7; Zacarías 4:6.

25 Job 14:2; Salmo 103:15.

26 Salmo 102:11.

27 En el original: “All worship be to God only”. Se trata del lema en el escudo del Gremio de Pescaderos de Londres, fundado en 1272: “Worshipful Company of Fishmongers”, que comparte con la “Gresham’s School” fundada en 1555.

28 Dice al respecto BASILIO DE CESAREA [329-379]: «Todo aquel que reconoce adecuadamente y con propiedad al Padre, la divinidad de su Hijo Unigénito, y la obra del Espíritu Santo, está tributándole a Dios honor y gloria. Pero quien la proclama a otros recordándoles que por él todo ha sido creado, todo se sostiene, y todo será sometido a juicio; la acrecienta. Quien haciendo uso del don de razonar que Dios le ha otorgado, después de haber contemplado por sí mismo cada una de las obras creadas y reflexionado sobre ellas, se ocupa de argumentar ante otros lo concerniente a la bondad de Dios y lo justo de sus juicios, y lleva una vida en consonancia con ellos, este es el que tributa al Señor gloria y fortaleza y rinde la debida gloria a su nombre (29:1-2). Porque la luz que Dios le ha concedido brilla y resplandece delante de los demás hombres (Mateo 5:16), en tanto que sus palabras y acciones glorifican al Padre que está en los cielos».

29 Se refiere a Biblia de los Setenta, LXX, también conocida como Septuaginta, o Versión Alejandrina. El nombre de Septuaginta se debe a que solía redondearse a 70 el número total de sus 72 traductores, según cuenta la tradición. Es la principal versión en idioma griego por su antigüedad y autoridad. Su redacción se inició en el siglo III a.C. (c.250 a.C.) y se concluyó a finales del siglo II a.C. (c.150 a.C.). Se cree que fue hecha para los judíos que hablaban griego, pues en esa época eran bastante numerosos en Alejandría, aunque la orden provino del rey PTOLOMEO II PHILADELFO [284-246 a.C.], monarca griego de Egipto, con destino a la biblioteca de Alejandría. El Pentateuco fue traducido en esa época y el trabajo duró dos o tres siglos. Una escuela de traductores se ocupó de los Salmos, en Alejandría, hacia 185 a.C.; después tradujeron Ezequiel, los doce profetas menores y Jeremías. Trataron posteriormente los libros históricos (Josué, Jueces, Reyes), y finalmente de Isaías

30 En griego ψαλμός ὁ Δαυίδ ἐξόδιον σκηνῆς φέρω ὁ κύριος υἱός θεός φέρω ὁ κύριος υἱός κριός φέρω ὁ κύριος δόξα καί τιμή. La traducción es compleja, puesto que en hebreo la palabra אֵלִ֑ים êlîm, aunque aplicada por regla general a Dios, tiene múltiples significados y puede aplicarse también a los carneros. El griego se puede entender de distintas formas: “carneros, arietes”, pero el sentido es de “fuerza, poder”, y parece incluir “embestir”, en cuyo caso podría traducirse también como: “Oh hijos de los que embisten”. Asumiendo esta idea, Trapp le busca el simbolismo con el cencerro de los carneros, que tanto por su peso como por su sonido, evitaba que embistieran con la cabeza. La Vulgata traduce este versículo como: “Afferte Domino, filii Dei, afferte Domino filios arietum”, “Traed al Señor, oh hijos de Dios, traed al Señor de los corderos”. Y sobre esta traducción de la Vulgata:

–TEODORETO DE CIRO [393-458] forja el siguiente comentario: «Aquellos que habéis venido a ser hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús (Romanos 8:14; Gálatas 3:26; Efesios 1:5; 1 Juan 3:1-2) llevad este mensaje de salvación a todas partes, hasta lo último de la tierra (Hechos 1:8). Y traed como primicia a los pies del Señor a todos cuantos habían vivido hasta ahora en la irracionalidad, devolviéndoles a la cordura; traedlos a los atrios divinos y ofreced con ellos culto de adoración y alabanza al Autor y consumador de la fe (Hebreos 12:2). Las palabras del salmista no distan mucho de las pronunciadas por el Salvador: “Por tanto, id, y haced discípulos en todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todas las cosas que os he mandado” (Mateo 28:19-20)».

31 Éxodo 7:10-12.

32 Génesis 41:4.

33 Aunque las versiones españolas varían, la versión inglesa KJV repite tres veces la expresión “Give unto” al traducir literalmente el verbo hebreo הָב֣וּ hāḇū de יָהַב yahab, que se repite tres veces entre los versículos uno y dos.

34 1 Crónicas 16:29; 20:21; Salmo 96:9; 110:3.

35 Juan 4:24; Filipenses 3:3.

36 Salmo 148:13.

37 El tetragrámaton o tetragrama sagrado con el nombre divino, el vocablo hebreo יְהֹוָה Yhvh, aparece en los versículos 1 (2), 2 (2), 3 (2). 4 (2), 5 (2), 7 (1), 8 (2), 9 (1), 10 (2). y 11 (2); total 18 veces. Siete de ellas ligado al término קוֹל qōwl, “voz” o “la voz”, versículos: 3 (1), 4 (2), 5 (1), 7 (1), 8 (1), y 9 (1); total 7 veces.

38 Malaquías 1:14.

39 Los Padres de la Iglesia comentaron:

–AGUSTÍN DE HIPONA [354-430]: «Adorad al Señor en el santuario de vuestro corazón, santificado y purificado, por lo tanto, hermoso. Pues vosotros sois su morada santa y regia (Juan 4:23-24; 1 Corintios 3:16; 6:19)».

–BASILIO DE CESAREA [329-379] ve en estas palabras un llamado del salmista contra la hipocresía: «Muchos son los que en apariencia participan activamente en el culto a Dios en actitud de oración, pero su corazón no está allí, pues su mente divaga en otras cosas arrastrada por la presión de las vanidades terrenales (…) tales adoradores no adoran a Dios “en la hermosura de la santidad”».

–En el siglo XX, FRANCISCO LACUEVA [1911-2005] en su versión española del “Comentario de Matthew Henry” ve en estas palabras una alusión a la hermosura del santuario: «“En la hermosura majestuosa de su santidad” (compárese con 1 Crónicas 16:29) es una expresión de la belleza del santuario y de los servicios celebrados en él con todo el ceremonial y los bellos ropajes con que los sacerdotes se vestían. Cuando las reuniones que celebramos los creyentes congregados en la presencia del Señor se contemplan con los ojos de la fe, se palpa la belleza que hay en la santidad».

40 Se refiere a CIRO II EL GRANDE [600-530 a.C.], rey de Persia y fundador del Imperio persa aqueménida. Conquistó Media, Lidia y Babilonia, creando el mayor imperio conocido hasta entonces y que se mantuvo por más de doscientos años, hasta su conquista por ALEJANDRO MAGNO (332 a.C.). La Biblia lo menciona específicamente en 2 Crónicas 36:23; Isaías 44:28; 45:1-7; Esdras 1:2.

41 Se refiere a ALEJANDRO III DE MACEDONIA, más conocido como ALEJANDRO MAGNO [356-323 a.C.], considerado como uno de los más hábiles generales y grandes conquistadores de la Historia por su conquista del Imperio persa.

42 ARNOBIO EL JOVEN [siglo V] no duda en vincular estas palabras del salmista al bautismo de Jesús por Juan en Bautista según lo hallamos descrito en los evangelios: «Cuando Jesús fue bautizado los cielos fueron abiertos, el Espíritu santo descendió en forma de paloma, y resonó sobre las aguas con poder la voz del Padre diciendo: “Tú eres mi Hijo amado; en ti he puesto mi complacencia” (Lucas 3:21-22).

43 Éxodo 20:18; 19:16-18; Salmo 18:13; 77:18; 104:7. Se escuchó la “voz del Señor sobre las aguas”, la voz del Señor tronó majestuosamente con poder y gloria “sobre las muchas aguas”, esto es, sobre las naciones, proclamando la grandeza de Cristo Jesús y anunciando que todo aquel que creyera en él será salvo (Juan 3:36)».

44 Salmo 42:7.

45 El lector debe encuadrar estas palabras en el marco de la navegación marítima hasta finales del siglo XIX. El primer barco comercial movido a vapor, el Clermont, data de 1807, y la navegación comercial a vapor no comenzó a imponerse hasta la segunda mitad del siglo XIX. Los navíos a vela conocidos como clíperes se mantuvieron cruzando el atlántico hasta 1922 (el último de ellos fue el Cutty Sark), puesto que eran más rápidos que los de vapor, y su desplazamiento escasamente superaba las 2000 toneladas. Y el SS Great Western, primer navío de vapor en ruta transatlántica, botado en 1837, desplazaba 2300 toneladas. En ese contexto, cabe imaginar qué suponía en época de Spurgeon una tempestad en el mar.

46 Se refiere a la imagen de Júpiter venerada en el Templo de Iuppiter Tonante, construido por el emperador por AUGUSTO [63 a.C.-14 d.C.] en la Colina Capitolina en Roma el año 22 a.C.

47 En el original “First Cause”. El concepto de la CAUSA PIMERA o Creador primario parte del llamado “Argumento Cosmológico” sobre la existencia de Dios de TOMÁS DE AQUINO [1220-1274] que sostenía que todo lo que existe tiene una causa que, a su vez, tiene otra causa, y así sucesivamente remontándose hasta llegar a la causa primera o primigenia, o sea, Dios. Ver en este mismo sentido la nota 63.

48 Génesis 1:7; Salmo 148:4.

49 Números 20:11; 1 Corintios 10:1-4.

50 Juan 7:37-39.

51 Génesis 26:12; Mateo 13:23.

52 SAMUEL CLARKE [1675-1729], conocido teólogo, filósofo y físico inglés, era amigo personal de ISAAC NEWTON [1643-1727].

53 Spurgeon incluye aquí una paráfrasis poética de los versículos del 3 al 11 del Salmo 29 hecha por el poeta escocés ALEXANDER BARCLAY [1476-1552]. Hemos estimado conveniente sustituirla por la del también poeta, hebraísta y político español TOMÁS GONZÁLEZ CARVAJAL [1753-1834] en su obra “Los Salmos traducidos nuevamente al castellano en verso y prosa conforme al sentido literal”, 1819. SCHÖKEl cita en este mismo sentido en poema del español JOSÉ ZORRILLA Y MORAL [1817-1893] titulado “La Tempestad” (también conocido como “Las Nubes”): «¿Qué quieren esas nubes que con furor se agrupan / del aire transparente por la región azul? / ¿Qué quieren cuando el paso de su vacío ocupan / del cénit suspendiendo su tenebroso tul?». Y en el que encontramos estrofas tan apegadas al Salmo 29 como estas: «¡Señor, yo te conozco! la noche azul serena / Me dice desde lejos: “Tu Dios se esconde allí”, / Pero la noche oscura, la de nublados llena, / Me dice mas pujante “Tu Dios se acerca a ti”. (…) Conozco de tus pasos las invisibles huellas / del repentino trueno en el crujiente son, / las chispas de tu carro conozco en las centellas / tu aliento en el rugido del rápido Aquilon».

54 BENJAMÍN FRANKLIN [1706-1790] descubrió que los rayos eran descargas eléctricas en 1792. El experimento derivó en investigaciones fascinantes iniciadas y continuadas a comienzos del siglo XIX y principios del siglo XX por ANDRÉ-MARIE AMPÈRE [1775-1836], MICHAEL FARADAY [1789-1854] y GEORG OHM [1706-1790] sobre las cargas positivas y negativas, y posteriormente en el descubrimiento de los protones, neutrones y electrones. A mediados del siglo XIX la investigación sobre la electricidad y los fenómenos eléctricos estaba en plena efervescencia, y las especulaciones eran infinitas. Es en este contexto que hay que entender las palabras de Spurgeon que, seguramente, estaba fascinado por lo que fue el gran descubrimiento y a la vez el gran misterio de su siglo.

55 Se refiere al poeta y dramaturgo inglés JAMES THOMSON [1700-1748], poeta de la naturaleza especialmente conocido por su obra “The Seasons”, “Las Estaciones”.

56 Hebreos 12:25.

57 Cita de JAMES THOMSON [1700-1748], “The Seasons: Summer”, línea 1128.

58 Éxodo 8:19.

59 Apocalipsis 3:20.

60 Marcos 3:17: “hijos del trueno”.

61 Apocalipsis 12:10.

62 Cita de JAMES THOMSON [1700-1748], “The Seasons: Summer”, líneas 1150/1151: “Black from the stroke above, the smouldering pine / Stands a sad shattered trunk”.

63 Los filósofos y teólogos llaman “causas segundas” a las leyes naturales y otros medios que Dios “Causa primera”, utiliza para regir el universo. Ver al respecto la nota 47.

64 En latín: “Confringit cedros Deus, hoc est humiliat superbo”.

65 Se refiere a EUSEBIO HIHERÓNIMO DE ESTRIDÓN [342-420], nacido en Dalmacia y más conocido como San Jerónimo, uno de los cuatro grandes Padres Latinos. Tradujo la Biblia del griego y el hebreo al latín, traducción conocida como la Vulgata (de “vulgo”, “pueblo”; “vulgata editio”, “edición para el pueblo”)

66 Se refiere a BASILIO DE CESAREA [329-379] también conocido como SAN BASILIO MAGNO, obispo de Cesarea de Capadocia y uno de los más importantes y reconocidos Padres de la Iglesia Griega. Brillante orador y eminente teólogo, combatió el arrianismo. Entre su importante obra escrita, destacan, además de sus numerosas cartas (se conservan unas 365) y textos litúrgicos, su Hexámeron (sobre Dios Creador), su Tratado sobre el Espíritu Santo y sus libros apologéticos contra el arriano Eunomio.

67 Oda X, a Licinio Murena.

68 En hebreo וַיַּרְקִידֵ֥ם כְּמֹו־עֵ֑גֶל לְבָנֹ֥ון וְ֝שִׂרְיֹ֗ן כְּמֹ֣ו בֶן־רְאֵמִֽים wayyarqîḏêm kəmōw-‘êḡel ləḇānōwn wəśiryōn kəmōw ḇen-rə’êmîm. La KJV traduce: “He maketh them also to skip like a calf; Lebanon and Sirion like a young unicorn”, “los hace saltar como un becerro; al Líbano y a Sirión como un joven unicornio”.KRAUS traduce: “hace saltar al Líbano como novillo, y al Sarión como cría de búfalo”. SCHÖKEL: “hace brincar el Líbano como un novillo, el Sarión como cría de búfalo”. La versión griega de los LXX o Septuaginta lee: καί λεπτύνω αὐτός ὡς ὁ μόσχος ὁ Λίβανος καί ὁ ἀγαπάω ὡς υἱός μονόκερως que la Vulgata traduce al latín como: “et comminuet eas, tamquam vitulum Libani, et dilectus quemadmodum filius unicornium”, “los desmenuzará como a un becerro; y el amado como hijo de unicornio”, una traducción un tanto extraña que llevó a los Padres de la Iglesia a identificar este “amado” con Israel, y obviamente con Cristo. SCHÖKEL sugiere la posibilidad de una confusión de lectura entre los términos hebreos וְ֝שִׂרְיֹ֗ן wəśiryōn, y יְשֻׁרוּן yəšurūn (Deuteronomio 32:15; 33:5,26; Isaías 44:2) en tanto que Jesurún es un diminutivo familiar y cariñoso de Israel. En lo que respecta al término “unicornio”, algunos exégetas como FRANZ DELITZSCH [1813-1890], sugieren la posibilidad de que podría referirse al antílope o incluso al rinoceronte, según lo traducen las versiones etíopes. Hoy en día parece bastante claro que la identificación del término hebreo רְאֵמִֽים rə’êmîm con el vocablo griego de origen mitológico μονόκερως, “unicornio”, no es sino una arbitrariedad de traducción de la Septuaginta, de la cual pasó a la Vulgata y de ahí a otras versiones antiguas incluidas la KJV y la RVA. Pero que no era este el sentido del hebreo. Hoy sabemos que no existen los unicornios y que la palabra hebrea רְאֵם reem, se refiere al búfalo o toro salvaje, lo cual parece bastante claro por su uso en los demás lugares donde aparece en el texto hebreo masorético: Números 23:22; 24:8; Deuteronomio 33:17; Job 39:9-10; Salmo 22:21; 29:6; 92:10; Isaías 34:7. Por ejemplo en Números 23:22; 24:8; y Deuteronomio 33:17, se habla de כְּתֹועֲפֹ֥ת רְאֵ֖ם kəṯōw‘ăp̄ōṯ rə’êm, “los cuernos” (en plural) del “rə’êm”, cuando es sabido que al unicornio mitológico se le describe, según su propio nombre lo expresa, con animal de un solo cuerno.

69 Nombre sidonio del monte Hermón (Deuteronomio 3:9).

70 Esto es exactamente lo que hace JAMES THOMSON [1700-1748], en su conocido poema “The Seasons”, citar las montañas de Gales y de Escocia, como podrá comprobar el lector en las estrofas que Spurgeon transcribe a continuación.

71 Se refiere al poeta y dramaturgo escocés JAMES THOMSON [1700-1748].

72 En el original: “Carnarvon’s mountains”. Nombre de unas montañas situadas en la región de Caernarfonshire, cerca del valle de Conwy, en Gales, Reino Unido.

73 En el original “Penmaen Mawr”, también conocido como “Penmaenmawr”, una montaña en la parte septentrional del Principado de Gales, Reino Unido, famosa por un inmenso peñasco que sobresale hacia el mar.

74 En el original “Snowdon’s peak”, el pico más alto en las montañas de Gales a 1085 metros por encima del nivel del mar, cubierto casi siempre de nieves perpetuas.

75 En el original “he heights of heathy Cheviot”, una sierra de colinas redondeadas en la frontera anglo--escocesa entre Northumberland y los Scottish Borders.

76 En el original “Thule bellows”, una isla mítica mencionada por primera vez por el geógrafo y explorador griego PITEAS DE MASSALIA [siglo IV a.C.] y situada al parecer al norte de Inglaterra en tierras del sol de medianoche. En la geografía romana y medieval, así como en lenguaje poético, se utilizaba para identificar cualquier lugar distante hacia el norte, más allá de las fronteras del mundo conocido.

77 Cita de JAMES THOMSON [1700-1748], “The Seasons: Summer”, líneas 1159/1170. Traducción al español de Benito Gómez Romero, 1801. Tomo I “Primavera y Estío”.

78 Mateo 27:50-54.

79 Ver nota 68 en este mismo Salmo 29 sobre el término hebreo רְאֵמִֽים rə’êmîm.

80 La METONIMIA es una figura de lenguaje por el cual se designa una cosa o idea con el nombre de otra, basándose en alguna relación semántica o figurativa entre ambas.

81 Salmo 114:4,6.

82 Nahúm 3:2.

83 Joel 2:5.

84 Las otras en que aparece son 1 Crónicas 15:29, para referirse a cómo el rey David saltaba delante del arca; Job 21:11: “y sus niños andan saltando”; Eclesiastés 3:4, para decir que hay: “tiempo de lamentarse, y tiempo de bailar; y en Isaías 13:21, para decir que en la Babilonia desolada y abandonada “allí brincarán las cabras peludas”.

85 Se refiere a CONSTANTIN FRANÇOIS DE CHASSEBOEUF, conde de Volney [1757-1820], viajero, escritor, filósofo, orientalista y político francés, autor entre otras muchas obras de “Voyage en Syrie et en Égypte”, 1787, que es la citada por M’Cheyne, pp. 187-189.

86 Se refiere a “Faraya Nahr El Leban” en lo que en el Líbano actual se conoce como “The Dog River”.

87 Se refiera al estuario y grutas de “Nahr el-Kalb” en Líbano, junto al río que lleva este mismo nombre. Famoso porque fue ruta de paso de distintos conquistadores de la antigüedad y hay grabadas en las rocas de piedra estelas de su paso, desde el Faraón Ramsés II, pasando por Nabucodonosor hasta Napoleón.

88 Municipio situado a 18 Km. al Norte de Beirut, en el actual Líbano. Su nombre significa “manantial de agua en las montañas”. Está lleno de grutas habitadas desde la Edad de Piedra.

89 No nos ha sido posible hallar constancia histórica de estos hechos ni del lugar en concreto, fuera del testimonio del propio autor.

90 1 Corintios 12:11.

91 Mateo 3:11.

92 Hechos 2:2-3.

93 Romanos 11:25.

94 Traducción de la KJV y LBLA. Ver al respecto la nota 113 en el versículo 9 de este mismo Salmo 29.

95 1 Corintios 3:16; 6:19.

96 Job 37:5.

97 En hebreo קֹול־יְהוָ֥ה חֹצֵ֗ב לַהֲבֹ֥ות אֵֽשׁ qōwl-Yahweh ḥōṣêḇ lahăḇōwṯ ’êš. La versión griega de los LXX o Septuaginta lee φωνή κύριος διακόπτω φλόξ πύρ que la Vulgata traduce al latín como: “Vox domine intercidentis flamman ignis”, “voz del Señor que corta llama de fuego”. La KJV traduce: “The voice of the Lord divideth the flames of fire”. Sobre este versículo dicen:

–FRANCISCO LACUEVA [1911-2005] en su versión española del “Comentario de Matthew Henry” dice: «No faltan eruditos que opinan que se ha perdido una primera parte del texto del versículo 7, al constar solo de un estico. “Voz de Jehová que corta – חֹצֵ֗ב hoṣêḇ, participio–, llamas de fuego” refiriéndose gráficamente al zigzaguear de los relámpagos».

–SCHÖKEL dice al respecto: «Muy escogido es el verbo חֹצֵ֗ב hoṣêḇ, “hender”, dicho también de “extraer”, “desprender de una cantera” (Isaías 51:1). Creo que la imagen es la de sacar chispas y luego llamaradas golpeando o frotando el pedernal».

98 Cita de JAMES THOMSON [1700-1748], “The Seasons: Summer”, líneas 1130/1140. Traducción al español de Benito Gómez Romero, 1801. Tomo I “Primavera y Estío”.

99 En la Inglaterra del siglo XIX los pararrayos eran escasos y la mayoría más decorativos que efectivos en su función protectora. Con la mayoría de edificios construidos con madera, los incendios provocados por caída de rayos seguían siendo devastadores.

100 Hechos 2:1-4.

101 La versión inglesa KJV traduce: “The voice of the Lord divideth the flames of fire”, “La voz del Señor divide las llamas de fuego” y como podrá comprobar el lector son varios los comentaristas de la época que se agarran a este “divideth” “divide” tratando de encontrarle un simbolismo con las llamas de fuego del Espíritu Santo en Hechos 3:2. El hebreo dice literalmente חֹצֵ֗ב ḥōṣêḇ de חָצַב chatsab y tiene más bien el sentido de “tallar, esculpir, forjar, grabar”, como en 1 Reyes 5:15 y 2 Crónicas 2:2, donde nos dice que Salomón tenía: “y ochenta mil canteros en las montañas” para labrar la piedra. En 2 Crónicas 18:10 se nos habla de “Sedequías hijo de Quenaaná se había forjado unos cuernos de hierro”. La traducción más literal y próxima al original sería: “La voz del Señor labra con llamas de fuego”. Dice el profeta Jeremías “¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que hace pedazos la roca?” (Jeremías 23:29).

102 Hebreos 4:12. Compárese con las llamas de fuego del Espíritu en Hechos 2:3.

103 Se refiere a HEINRICH FRIEDRICH WILHELM GESENIUS [1786-1842], famoso erudito alemán de las lenguas orientales, profesor de teología en la Universidad de Halle. Escribió numerosas obras sobre los textos bíblicos, siendo especialmente apreciada y quizás su obra más conocida el “Thesaurus philologico-criticus linguae Hebraicae et Chaldaicae V. T.”

104 Se refiere a TEODORETO DE CIRO [393-458]. Nacido en Antioquía, fue obispo de Ciro, donde desarrolló una amplia actividad. Mantuvo una enconada controversia con San Cirilo. Enérgico adversario de la herejía eutiquiana, fue depuesto de su sede episcopal hacia el 449. El 451 fue admitido entre los «doctores ortodoxos» por el Concilio de Calcedonia -que condenó a Nestorio y Eutiques- tras haberle exigido una explícita declaración contra Nestorio y su doctrina. Tras Calcedonia, Teodoreto continuó su labor pastoral y literaria. Fue autor de numerosas obras, entre ellas comentarios a diversos libros de la Biblia, incluidos los Salmos.

105 Expresión latina utilizada por Ovidio para referirse al zigzag de los rayos en Amorum, Liber II: “qualia possent excutere irato tela trisulca Iovi” “tales que podrían arrancar el mortífero rayo a las manos de Jove”. Como lo explican CARL FRIEDRICH KEIL [1807-1888], y FRANZ DELITZSH [1813-1890] en su “Biblical Commentary on the Old Testament” (traducido por CLIE al español) al comentar este mismo versículo: «La brevedad y triple división del texto en el versículo siete (29:7) simboliza el incesante movimiento tembloroso del rayo en forma de zigzag, (como vemos en Ovidio: tela trisulca, ignes trisulci)».

106 Hechos 2:3.

107 Se refiere a las abundantes notas marginales de las primeras ediciones de la versión inglesa King James Version (KJV). La versión original de la versión inglesa autorizada, conocida como King James Version, contaba con numerosas notas marginales, aclaraciones y traducciones alternativas, que en su edición de 1611, según las contó el erudito FREDERICK HENRY AMBROSE SCRIVENER [1813-1891], sumaban 6.637 en el Antiguo Testamento, 1.018 en los libros Deuterocanónicos (que iban incluidos), y 767 en el Nuevo Testamento, esto es 8.422 en total. Es a estas notas a las que hace referencia el autor.

108 Isaías 32:15-16; 35:1; 41:17-20; 51:3; 55:12-13; Ezequiel 36:35.

109 Ciudad del noroeste de la actual Siria situada unos ciento veinte kilómetros tierra adentro desde el Mar Mediterráneo, a mitad de camino en la ruta comercial que une la costa mediterránea y el Éufrates, y capital de la provincia que lleva el mismo nombre.

110 Damasco se encuentra a unos 400 kilómetros de distancia de Alepo. El 13 de agosto de 1822 hubo un terremoto de grandes dimensiones en Alepo, en la parte noroeste de la actual Siria. Se estima que fue de magnitud 7.4 en la escala de Richter y fue sin duda uno de los peores en el mundo durante la época del autor, que probablemente haga referencia a él por proximidad contemporánea. Sin embargo, el terremoto más famoso de Alepo fue el del 11 de octubre de 1138, considerado aún a día de hoy como uno de los más mortíferos de la historia. Alepo se encuentra situada en la parte norte del sistema de Transformación del Mar Muerto, una falla geológica donde limitan las placas tectónicas árabe y africana, circunstancia que explica su propensión a los movimientos sísmicos y la virulencia de algunos de ellos.

111 Se refiere al MIRTO un tipo de arbusto de la familia de las Myrtaceae, nativo del sudeste de Europa y del norte de África, siempre verde y de follaje muy compacto.

112 Cita a JOSIAH CONDER [1789-1855], en “The Modern Traveller: A Description, Geographical, Historical, and Topographical of the verious Countries of the Globe, Vol I, Syria and Asia Minor”, 1830

113 En hebreo קול יהוה יחולל אילות ויחשף יערות ובהיכלו כלו אמר כבוד qōwl Yahweh yəḥōwlêl ’ayyālōwṯ wayyeḥĕśōp̄ yə‘ārōwṯ ūḇəhêḵālōw kullōw ’ōmêr kāḇōwḏ. La version griega de los LXX o Septuaginta se aparta aquí sustancialmente del TM y lee φωνή κύριος καταἀρτίζω ἔλαφος καί ἀποκαλύπτω δρυμός καί ἐν ὁ ναός αὐτός πᾶς τις λέγω δόξα que la Vulgata traduce al latín como: “Vox Domine praeparantis cervos, et revelabit condensa; et in templo ejusomnes dicent gloriam”, “Voz del Señor que prepara los ciervos, y descubrirá las espesuras; y en su templo todos anunciarán su gloria”. Sobre este versículo dicen:

–FRANCISCO LACUEVA [1911-2005] en su versión española del “Comentario de Matthew Henry”: «El texto hebreo del versículo 9 resulta igualmente dudoso en la forma en que nos ha llegado. El texto actual dice literalmente en su primera parte: “Voz de Jehová que hace parir (acelera el parto) a las ciervas y desnuda los bosques”. El sentido es probablemente: La tempestad que Dios envía causa tal terror a los animales del bosque que huyen espantados de allí, dejándolo “desnudo”, es decir, sin animales».

–KRAUS que traduce: “La voz de Yahvé hace parir a las ciervas, que las cabritas se retuerzan de dolor” dice al respecto: «El ultimo enunciado, en el v 9, sobre la poderosa voz de Yahvé y sus efectos se refiere al mundo animal. Los animales, al estremecerse de miedo, se ponen de parto prematuramente. Esta asociación entre los temblores de tierra y los dolores de parto es misteriosa e insondable. Ahora cabría esperar que se hablara también de los efectos que la voz de trueno de Yahvé tiene sobre los hombres. Pero en este lugar se interrumpe súbitamente la descripción. Probablemente, el texto sufrió daños durante el proceso de su transmisión».

–SCHÖKEL que traduce: “la voz del Señor retuerce los robles, abre claros en las selvas” dice: «El texto hebreo dice: «hacer parir a las ciervas»; muchos comentaristas antiguos y modernos lo aceptan, añadiendo algunos que como efecto del terror las ciervas abortan; algunos apelan a Job 39:1-3. Yo he preferido dejar los dos hemistiquios en el reino vegetal, robles y selvas. Un tronco robusto, retorcido por un rayo, es impresionante».

114 Cita de JAMES THOMSON [1700-1748], “The Seasons: Summer”, líneas 1158/1160. Traducción al español de Benito Gómez Romero, 1801. Tomo I “Primavera y Estío”.

115 Génesis 3:8.

116 Génesis 3:10.

117 Salmo 18:10: 104:3; Nahúm 1:3.

118 1 Corintios 3:18; 6:19.

119 En hebreo כֻּ֝לֹּ֗ו אֹמֵ֥ר כָּבֹֽוד kullōw ’ōmêr kāḇōwḏ de כֹּל kol, “todos y cada uno en particular”, como en el Salmo 53:3: “Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno”; o Jeremías 6:13: “Porque desde el más chico de ellos hasta el más grande, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores”.

120 Algunos de los primeros metodistas de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX eran apodados de manera crítica y despectiva “Shouting Methodists”, “Metodistas vociferantes” o “gritones”, por su costumbre de expresar públicamente durante el culto y en voz alta sus manifestaciones de gozo; como por ejemplo interrumpir al predicador con exclamaciones de: “Alabado sea el Señor”, “Aleluya”, “Gloria a Dios” y “Amén”; a lo que en muchas ocasiones se sumaba el dar palmas, y el llorar o gritar de alegría en la oración. Esta forma de adoración fue muy criticada y atacada en la época, hasta el punto que DEVEREUX JARRAT [1773-1801], quien mantuvo una intensa relación con los metodistas, expresa su disconformidad con ello y describe una reunión metodista celebrada en 1776 en estos términos: «La asamblea parecía sumida en la más absoluta confusión, de tal forma que a alguien que lo hubiera contemplado desde fuera le hubiera dado más la impresión de una pandilla de borrachos que de adoradores de Dios». En este sentido, el comentario de C. H. Spurgeon y su valoración y defensa de la libertad de expresión del gozo cristiano en el culto, apreciando la actitud de los primeros metodistas frente a la frialdad de otras iglesias, y su concepto de que el gozo cristiano “debe contener alguna forma de inenarrabilidad”, es decir, algo emocional que no se puede explicar ni manifestar con palabras, resulta sumamente interesante en nuestro contexto actual, donde las formas del culto cristiano han dado lugar a más de una controversia.

121 Según cuenta HANNAN ADAMS [1755-1831] en su “Dictionary of all Religions and Religious Denominations”, publicado en 1810, allá por 1760, mucho años antes de que tuviera lugar lo que se conoce como el “Avivamiento de Gales” de 1904 originado por EVAN ROBERTS [1878-1951], los primeros predicadores metodistas comenzaron a progresar en tierras del principado de Gales y a promocionar sus formas de culto, mucho más abiertas al sentimiento y la expresión emocional; invitaban a los oyentes a manifestar públicamente sus emociones, dando palmas, saltando, y gritando con todas sus fuerzas “Gogoniant”, que quiere decir “Gloria” en galés. De ahí que fueran llamados despectivamente por las otras denominaciones menos dadas a las expresiones emocionales los “Gogoniants”, (los de los “Glorias”) que es a lo que se refiere Spurgeon. En este aspecto, cabe decir que “el punto a favor” al que se refiere Spurgeon, se aplica del mismo modo a los pentecostales y carismáticos de los siglos XX y XXI.

122 Job 39:3.

123 Esta interpretación alegórica del versículo nos remite al Salmo 18:33, sobre el que la escritora HANNA HURNARD [1905-1990] escribió en 1955 una de las más hermosas y conocidas alegorías de la literatura cristiana: “Hind’s Feet on High Places”, “Pies de ciervas en los lugares altos”, comparable a “The Pilgrim’s Progress”, “El progreso del Peregrino” o, sencillamente, “El Peregrino” de JOHN BUNYAN [1628-1688], y de la cual se han vendido también millones de ejemplares en todos los idiomas. Ambas han sido publicadas en español por la Editorial CLIE.

124 Algo evidente en pasajes como Mateo 6:26; 10:29-31; Lucas 12:6-7 sobre los que CIVILLA DURFEE MARTIN [1866-1948] basó su conocido himno “His Eye is on the Sparrow”, traducido al español por el mexicano VICENTE MENDOZA [1875-1955] del siguiente modo: «¿Cómo podré estar triste / cómo entre sombras ir, / cómo sentirme solo / y en el dolor vivir, / si Cristo es mi consuelo, / mi amigo siempre fiel, / si aún las aves tienen / seguro asilo en El? [CORO:] Feliz, cantando alegre, / yo vivo siempre aquí; / ¡si Él cuida de las aves / cuidará también de mí!»

125 Salmo 22:9.

126 Job 39:1; en hebreo חֹלֵ֖ל אַיָּלֹ֣ות תִּשְׁמֹֽר ḥōlêl ’ayyāōwṯ tišmōr de חוּל chuwl.

127 Ver al respecto de las ciervas la nota 113 de este mismo Salmo 29.

128 Job 39:1.

129 Job 39:3.

130 Se refiere a CAYO PLINIO CECILIO SEGUNDO [23-79] más conocido como PLINIO EL VIEJO, científico, naturalista, militar e historiador romano, autor de una famosa historia natural en 37 volúmenes dedicada al emperador TITO [39-81] conocida como Naturalis historia, en la que afirma haber recopilado prácticamente todos los conocimientos sobre el tema hasta su época: 20.000 hechos recolectados de unos 2.000 libros y de 100 autores selectos, aunque buena parte de ellos son fábulas y leyendas.

131 Se refiere a GAYO SUETONIO [70-126], más conocido como SUETONIO, un historiador y biógrafo romano durante los reinados de los emperadores TRAJANO [53-177] y ADRIANO [76-138].

132 Se refiere a CAIUS IULIUS CAESAR AUGUSTUS [63 a.C.-14 d.C.] más conocido como CÉSAR AUGUSTO o simplemente AUGUSTO, primer emperador del Imperio Romano y el que tuvo el mandato más prolongado, del 27 a.C. al 14 d.C. El mandato de Augusto dio pie a una era de paz conocida como “Pax Romana” o “Pax Augusta” (en honor al nombre del emperador que la instauró) y en la que, con la excepción de alguna escaramuza fronteriza y el año de guerra civil de sucesión imperial, los dominios de Roma disfrutaron de paz durante más de dos siglos. Según leemos en Lucas 2:1, Cristo nació durante el mandato de Augusto.

133 Se refiere al emperador romano GAIUS JULIUS CAESAR AUGUSTUS GERMANICUS [12-41] hijo de Germánico e hijo adoptivo del emperador Tiberio, conocido como CAYO CÉSAR o por el sobrenombre de CALÍGULA (“pequeña sandalia”) por su costumbre de calzar con las sandalias o cáligas de los legionarios. Fue emperador desde el año 37 al 41. Su reinado fue notorio por su crueldad, extravagancia y perversidad sexual, y todos los cronistas e historiadores lo presentan como un tirano demente. Se proclamó a sí mismo un dios y obligó al Senado y al pueblo a rendirle culto en vida, llevando a cabo sus apariciones públicas vestido como Hércules, Mercurio, Venus y Apolo.

134 Se refiere al dios mitológico JÚPITER también llamado JOVE y conocido como ZEUS por los griegos, padre de dioses y de hombres, principal dios de la mitología romana y cuyos distintivos eran el rayo, el águila y el cetro.

135 Se refiere a QUINTUS HORATIUS FLACCUS [65-17 a.C.] más conocido como HORACIO, el principal poeta lírico y satírico en lengua latina.

136 HORACIO, Odas. I.II “A CESAR AUGUSTO”: «Ya el padre de los dioses envió a la tierra bastante nieve y asolador granizo, y su encendida diestra, vibrando el rayo contra los sagrados templos, llenó de espanto a Roma y puso terror en el orbe de que volviese el funesto siglo de Pirra con sus monstruosos portentos; cuando Proteo condujo sus rebaños a las cimas de los montes, los peces quedaron suspendidos de las copas de los olmos, donde antes se recogían las palomas, y los tímidos gamos nadaron sobre el mar extendido por la campiña». I.XVI “A SU AMIGA PALINODIA”: «Cibeles, Baco y Apolo no trastornan la mente de sus sacerdotes en los santuarios de los templos, ni los Coribantes entrechocan sus escudos de bronce con más furia que las iras desatentadas desafían el acero de los bárbaros, el fuego devorador, el mar y sus naufragios y el poder del mismo Jove con sus rayos y truenos espantosos». I.XXXIV “A PALINODIA”: «Tibio y no frecuente adorador de los dioses, extraviado por una insana sabiduría, me veo en la precisión de volver atrás las velas y emprender de nuevo el camino abandonado; porque Júpiter, rasgando mil veces las nubes con su rayo encendido, lanza por el cielo sus caballos atronantes y su carro volador que estremecen la baja tierra, los ríos fugitivos, la Estige, las cumbres del Atlas y las hórridas mansiones del odioso Tártaro; él eleva a la altura a quien yace en el abismo, abate al poderoso y hace brillar al que vive en la obscuridad». Traducción de Germán Salinas, 1909.

137 Se refiere a EUSEBIO HIHERÓNIMO DE ESTRIDÓN [342-420]. Ver nota 65 de este mismo salmo.

138 Se refiere a BASILIO DE CESAREA [329-379] también conocido como SAN BASILIO MAGNO o BASILIO EL GRANDE. Ver nota 66 de este mismo salmo.

139 Representadas por los distintos tipos de hojas.

140 Espada del Espíritu: Efesios 6:17.

141 Traducción literal de la versión inglesa KJV: “and in his temple doth every one speak of his glory”, “y en su templo todos y cada uno hablan de su gloria”. Dice BASILIO DE CESAREA [329-379]: «En el templo de Dios no se habla de otra cosa que de su gloria. No es un foro donde charlar de vanidades ni mantener conversaciones vergonzosas, solo se dice: ¡Gloria! Todo el ejército de los cielos no tiene otra función que rendir gloria a su Creador; toda criatura creada, celeste o terrena, bien sea mediante el uso de su voz o la majestuosidad de su silencio, glorifica constantemente a su Hacedor. Solo los seres humanos, miserables y desagradecidos, se olvidan de su Dios y cierran sus oídos a las palabras de su Creador, sin tomar conciencia de su naturaleza; no les afligen sus pecados ni les hace temblar el juicio que les aguarda. Y tal es su descaro que algunos son capaces incluso de acudir a su santo templo donde, mientras intercambian sonrisas dándose la mano, conversan de todo lo imaginable, desoyendo las palabras de este Salmo que nos recuerda que: “en su templo todos dicen: ¡Gloria!”. Cosa que tú, no solo no haces, sino que te conviertes además en impedimento para que otros lo hagan, involucrándoles en tus conversaciones vanas y ahogando con tu algazara el obrar del Espíritu en ellos. Cuida muy bien tu proceder y comportamiento en el templo, no vaya a ser que en lugar de salir de él vivificado por tu piedad y oración y galardonado por glorificar a Dios, te marches de él condenado cual aquellos que blasfeman su nombre. No te limites a cantar con tu lengua, une a ella tu pensamiento y suscribe cada palabra de lo que dices, de modo que tu salmodia no sea únicamente voz, sino también mente y corazón. Porque Dios no necesita en absoluto que le glorifiques, pero te da la oportunidad de que lo hagas para que también tú seas digno de ser glorificado. Pues “todo lo que el hombre siembre, eso también segará” (Gálatas 6:7). De modo que siembra gloria a Dios aquí en la tierra si quieres cosechar coronas, honores y alabanzas en el reino de los cielos. Las palabras del salmista: “en su templo todos dicen: ¡Gloria!”, no son una digresión innecesaria en su discurso; porque muchos son los que acuden al templo de Dios a cuchichear sin descanso y parlotear sin provecho hasta que les duele la lengua. ¡Y ojalá fuera solo sin provecho! Porque a menudo es con grave daño para los demás».

142 Dice FRANZ DELITZSCH [1813-1890]: «Lutero traduce: “Der HERR sitzt, eine Sintflut anzurichten”, “el Señor se sienta para preparar el diluvio” dando de ese modo un poco de sentido a las traducciones ininteligibles de la Septuaginta: κύριος ὁ κατακλυσμός καταοἰκίζω y la Vulgata: “Dominus diluvium inhabitare facit”. () «Jehová, dice el poeta, se sentó (en su trono) en el diluvio (para ejecutarlo) y en consecuencia, o en razón de ello, como siguen mostrando las demostraciones de su poder en las tempestades, sigue (entronizado) como Rey para siempre, puesto que desde los cielos dirige el destino de la tierra (Salmo 115:16) en la ira y en la gracia, juzgando y bendiciendo».

143 Sobre este versículo dicen

–FRANCISCO LACUEVA [1911-2005] en su versión española del “Comentario de Matthew Henry”: «“Jehová está entronizado sobre el diluvio, y se sienta Jehová como rey para siempre”. Las olas y mareas, las agitaciones y revoluciones de este mundo, por grandes y terroríficas que sean, no perturban en modo alguno el poder y el reposo de la Mente Eterna, ni son capaces de sacudir ninguno de los designios de Dios. La administración de su reino se ajusta a sus eternos designios. Nada lo expresa mejor que el vocablo לַמַּבּ֣וּל lammabbūl de מַבּוּל mabbul, “diluvio”, el cual aparece únicamente 13 veces, una aquí y las restantes en los capítulos 6 al 11 del Génesis, como hace notar CHARLES RYRIE [1925-2016]. Por consiguiente, David parece referirse aquí a la mayor catástrofe que hasta entonces había experimentado la humanidad».

–SCHÖKEL, como FRANZ DELITZSCH [1813-1890], encuentran en este מַבּוּל mabbul, “diluvio”, que solo aparece en Génesis y en este versículo, todo el contexto bíblico del Salmo: «El Señor se sentó un día dispuesto a enviar el diluvio y sigue sentado como rey perpetuo. Tras el diluvio, advino la paz, garantizada con el arco (Génesis 9:12-17), que el guerrero depone en señal de sus intenciones pacíficas. El salmo repite puntualmente esta secuencia de actos».

144 Cita la tercera y cuarta línea del conocido himno de WILLIAM COWPER [1755-1831]: “God moves in a mysterious way / His wonders to perform”, traducido al español como “Dios obra por senderos misteriosos”, y que dicen: “He plants His footsteps in the sea / And rides upon the storm”.

145 Isaías 9:6; 22:22; Mateo 22:18.

146 Los comentaristas del siglo XX dicen:

–FRANCISCO LACUEVA [1911-2005] en su versión española del “Comentario de Matthew Henry” dice sobre este versículo final: «El versículo 11 tiene visos de una aclamación comunitaria que, en opinión de Arconada: ‘Pudo cantarla el pueblo, pudo ser pronunciada por los sacerdotes a modo de bendición o puede tratarse de una consideración redaccional del autor del salmo’. La inclusión del término עֹ֭ז ‘ōz “fuerza” sirve para dar vigor al pueblo de Dios, a fin de que puedan dedicarse a toda obra buena y hacer frente a todo mal; el בַשָּׁלֽוֹם ḇaššālōwm de שָׁלוֹם shalom “paz” denota el conjunto de bienes que Dios dispensa a los suyos».

–FRANZ DELITZSCH [1813-1890] cierra su exposición de este Salmo con estas hermosas palabras: «El sentido de la expresión בַשָּׁלֽוֹם ḇaššālōwm, “con su paz”, es genérico y exhaustivo: Dios bendice a su pueblo extensivamente con la plena realización de su paz en todos los sentidos. ¡No deja de ser impresionante y sugestivo que este salmo tormentoso y atronador concluya con la palabra “paz”: בַשָּׁלֽוֹם ḇaššālōwm! Lo cubre como un arcoíris uniendo los dos extremos: la primera parte del Salmo nos muestra los cielos abiertos, y en medio de ellos el trono de Dios rodeado de cánticos angélicos de alabanza: “en su templo todo proclama ¡Gloria!”; y en medio de la voz atronadora de la ira Jehová que lo sacude todo sobre la tierra, la conclusión nos muestra a su pueblo victorioso y bendecido con la paz. El Salmo 29 se abre con un “Gloria in excelsis”, y concluye con “un pax en terris”».

147 El original inglés es bastante más poético: “He who wings the unerring bolt”, se trata de una alusión al Salmo 18:9-15

148 Isaías 40:31.

149 Hebreos 12:26.

150 Isaías 9:6.

151 1 Corintios 1:8; 2 Pedro 3:10.

152 Una de las tonadas más conocidas y exitosas de mediados del siglo XX fue sin duda “Singing in the Rain”, “Cantando bajo la lluvia”, parte del musical de Broadway y posterior película de Hollywood con este mismo nombre, protagonizada por EUGENE KELLY [1912-1996], DONALD O’CONNOR [1925-2003], y DEBBIE REYNOLS [1932-2016]. De haber existido en la época de Spurgeon, probablemente la hubiera citado al comentar este Salmo 29 siguiendo esta idea: cantar y bailar bajo la lluvia podrá ser alegre y divertido, pero el cristiano puede hacer algo mucho más osado: cantar y bailar bajo la tempestad, bajo los torbellinos, relámpagos y truenos.

153 Deuteronomio 20:1; 31:6; Josué 1:9; Salmo 27:1; Isaías 41:10,13; 43:2; Romanos 8:31.

154 Mateo 18:20; 28:20.

155 Juan 14:29.

156 Salmo 97:11.

157 Hebreos 12:11.

El Tesoro de David: la revelación Escritural a la luz de los Salmos

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