Читать книгу La médium - F. J. Cepeda - Страница 8

El ligero dolor de cabeza que había tenido al principio se atenuó con un analgésico que encontró entre envolturas vacías de cigarros baratos. Soltó un gran bostezo y pudo percibir un sabor amargo en su boca, un sabor que salía detrás de la lengua y continuaba hasta los labios; hizo una mueca. Caminó hasta su recámara, atravesó el pasillo y se detuvo para admirar un cuadro en la pared principal que exhibía de manera soberbia la portada de su primera novela, Joe. Un cuchillo gigante ensangrentado con el título de la obra en la parte superior con letras escarlatas, causó furor durante ese año. En aquel entonces las historias sobre asesinos seriales estaban de moda y la moda tiende a fallecer tarde o temprano; excepto un libro: ese queda plasmado por el resto de la eternidad; nunca muere. El autor podría desaparecer en un remolino de tierra, sepultado en un cementerio o ser reducido a una vasija de cenizas, pero nunca su nombre o sus obras. El nombre del autor se queda en la memoria de las personas, de los lectores, al igual que sus escritos. Sin duda, Joe, el asesino de jóvenes que seducía y raptaba para asesinarlos a las afueras de un poblado tranquilo, se instaló en el lugar de los más vendidos en el 2008 y, por tanto, en el corazón de muchos que conocieron esas líneas.

Después de vanagloriarse al recordar aquel instante, en el que recibió por correo electrónico (y luego por una llamada telefónica) la noticia de que su manuscrito había sido aceptado, con un tiraje primordial de mil ejemplares, sacó ropa limpia del guardarropa, se duchó y pensó que el día era perfecto para dar un paseo.