Читать книгу Las religiones políticas. Sobre la secularización de la fe y la sacralización del mundo - Francisco de Borja Gallego Pérez de Sevilla - Страница 5

Cualquiera que tenga la experiencia de haber abordado la producción de una obra semejante a esta que actualmente tengo el orgullo de presentar, es de sobra conocedor de la dificultad que entraña escoger solo un puñado de nombres entre los muchos que han contribuido, directa o indirectamente, a su realización. Allende las consabidas cortesías académicas, el agradecimiento que se debe a unos y otros es representativo de que un trabajo de esta naturaleza es siempre fruto de un esfuerzo colectivo, y nunca solo de aquel que firma la obra; razón por la que creo que es de obligado cumplimiento ofrecer por adelantado una disculpa en caso de haber excluido u olvidado a alguien por el camino.

Sería descabellado no empezar los agradecimientos de este trabajo con las dos personas que lo han hecho posible desde el primer momento: mis dos directores de tesis Consuelo Martínez-Sicluna y José Luis Muñoz de Baena. Ambos maestros, pero sobre todo amigos; fuentes de autoridad y sabiduría, pero también de confianza. A Consuelo por haber apostado siempre por mí, custodiando mi buen hacer, acompañándome en mis logros y siendo particular mecenas de mi trayectoria académica y personal. A José Luis por ser ese genio loco con el que tanto he llegado a identificarme, cuya inteligencia solo es superada por su calidez humana, su sentido del humor y sus incansables ganas de sacar lo mejor de mí.

También al resto de los compañeros de Departamento de Filosofía del Derecho de la UNED, Juan Antonio Gómez y Juan Carlos Utrera, siempre serviciales y siempre exigentes, con los que he tenido el placer de compartir no solo el amor por la filosofía, sino también por el cine. Todavía hoy, las charlas con vosotros en los despachos del departamento y en la cafetería de la facultad, siguen siendo parte esencial de esta tesis y de la persona que soy ahora. Gracias también a Manuel Lázaro Pulido, siempre dispuesto a contar conmigo y ofrecerme oportunidades; a Marta García-Alonso, José María Enríquez, Antonio Sánchez Bayón, Pablo Font y un largo etcétera de personas que, a través de trabajos, artículos, ponencias y charlas han contribuido incalculablemente en mi proyecto.

Por supuesto, estos agradecimientos estarían incompletos si no me dirigiese a Mauricio Beuchot y al Seminario de Investigaciones Filológicas de la UNAM en Ciudad de México. Gracias Mauricio por acogerme tan hospitalariamente en tu departamento, de enseñarme la hermenéutica analógica y, sobre todo, de darme la oportunidad de conocer tan apasionante país, del que, he de confesar, he quedado enamorado y no puedo esperar a volver.

Finalizando casi, quería agradecer a mi tío Elio Gallego quien me ayudó a acceder a mi primera casa, la Universidad CEU San Pablo. Allí tuve el honor de ser alumno de Dalmacio Negro, maestro a través de cuya infinita sabiduría supe inmediatamente que quise dedicarme al estudio del mundo de las ideas y de la filosofía política pues, como será evidente para el lector, sus enseñanzas me han influido todavía hasta hoy. También desde aquí agradecer a Domingo González, profesor y amigo, quien brindó mis primeras oportunidades en su programa de radio, también a Jerónimo Molina y especialmente a Irene Correas, primero profesora, después jefa, siempre amiga.

Por último no quisiera olvidar a Daniel, mi compañero de máster; ni a mis amigos Diego e Iván, siempre interesados por lo que digo y escribo, siempre atentos, siempre aprendiendo.