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Eric

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Eric, un paciente que se encontraba cerca del fin de análisis, comenzó una sesión de manera enrevesada. No mencionaba personas ni lugares, sus asociaciones se disparaban en muchas direcciones, omitía las preposiciones y no terminaba las oraciones. Pasado un rato, pudo observar que hablaba igual que al inicio del tratamiento.

En ese momento, entendimos que su modo de hablar expresaba su deseo de que yo limpiara su suciedad, con el significado de que su síntoma giraba entre la gratificación narcisista y la hostilidad.11

Cuando Eric puede retroceder un paso y observar aquello de lo que estaba hablando (un gran logro del análisis), sus asociaciones se dirigieron al día anterior en su lugar de trabajo. Al volver a su escritorio con una taza de café, notó que el café que no había bebido de la taza anterior se había derramado, dejando un reguero que iba desde su escritorio hasta la máquina de café. Por un instante pensó en dejarlo para que se hiciera cargo la mujer de la limpieza pero como la huella delatora lo identificaba sin duda alguna como el culpable, decidió limpiar él mismo. Lo irritaba tener que hacerlo pero mientras limpiaba le empezó a divertir “esa larga línea de suciedad marrón delineando mis movimientos”. Eric se encontró pensando acerca de su estado de ánimo antes de ir a buscar el café y se dio cuenta de que había estado molesto. Preguntándose por qué, rió cuando le vino a la mente que “había pasado la última hora limpiando la suciedad de los demás”. Luego, su estado de ánimo mejoró y sus pensamientos viraron hacia una interpretación mía del día anterior. Pensó mucho en ella pero no terminaba de comprenderla.

Eric dijo que no se había dado cuenta hasta ahora cuán molesto estaba por mi comentario, al que sentía “enrevesado”.

Si bien hay mucho para explorar en esta rica interacción analítica, quiero destacar la capacidad de Eric para ver su manera de hablar como un hecho de la mente. Una vez que lo hace, tiene acceso a una gran cantidad de recuerdos, sentimientos y pensamientos, mientras que su estado de ánimo cambia. Sus asociaciones nos permiten ver cómo la transferencia del inicio de sesión (“Quiero que resuelva usted mis desbarajustes”) fue estimulada por cómo había reaccionado a mi interpretación del día anterior, algo que creía era una verdadera suciedad que debía “limpiar”. Otro paciente, sin esta capacidad, podría haber pasado la sesión sintiéndose molesto por todo lo que tenía que hacer por los demás. Veo esto como el ejemplo típico de un paciente que ha desarrollado la capacidad de autoobservarse mediante la valoración del conocimiento del proceso. Las fantasías nucleares inconscientes no cambian; permanecen intactas y prontas a ser estimuladas (aunque mucho menos catectizadas). Lo que cambia es la capacidad del paciente para reflexionar sobre sus pensamientos y sentimientos, considerándolos hechos de la mente. Así, puede acceder a sus pensamientos y verlos como productos del inconsciente. Notamos, además, la habilidad de Eric para reflexionar sobre sus pensamientos y reímos por lo bajo de un sentimiento que, en un tiempo anterior del análisis, habría inspirado temor. Y éste es otro logro importante del análisis.12

El concepto de conocimiento del proceso se ha tomado de muy diversas maneras. Lo vemos en Green (2005), cuando dice que “el propósito de la interpretación no es producir un insight directo sino facilitar la operación psíquica que probablemente contribuirá al insight” (p. 5). Sugarman (2003), desde la perspectiva del análisis infantil y luego pensando en el análisis de adultos, destaca lo que llama “capacidad de insight”, un concepto que se focaliza en el modo en que ayudamos a que nuestros pacientes desarrollen una teoría de la mente. Los trabajos de Fonagy y Target (Fonagy y Target, 1996, 2000; Target y Fonagy, 1996) sobre la mentalización y concientización se refieren a conceptos similares, aunque la definición de estos términos y los métodos utilizados para arribar a estos estados son diferentes. La obra de Gray (1982, 1990, 1994) acerca de liberar la mente para realizar el trabajo analítico inspiró muchos artículos sobre la atención al proceso, si bien él abordaba más precisamente el rol de las resistencias inconscientes. Paniagua (2001, 2008) se ha focalizado en cómo nuestra técnica ha puesto mayor énfasis sobre el conocimiento del estado con base en el modelo topográfico.

Creando una mente psicoanalítica

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