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Viñeta clínica

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En su primera sesión, un paciente comienza a decir algo y se interrumpe. Luego de una larga pausa, empieza a quejarse de que le es difícil ver cómo conciliar las exigencias de su hogar y su trabajo viniendo a análisis cinco veces a la semana. Prosigue describiendo una vacación reciente, de la que acaba de regresar, durante la cual su mujer, en una seguidilla de incidentes, se quejaba de su conducta. Cuando él intentó complacerla, ella se indignó ante su falta de ideas propias. Cuando él intentó tomar iniciativas, ella sintió que no tenía consideración por sus necesidades. La actitud del paciente daba la impresión de que, hiciera lo que hiciera, era incapaz de complacerla. Entonces el analista le dice: “Estas sensaciones deben estar relacionadas con cómo se siente usted acerca de comenzar su análisis”.

En términos generales, acuerdo con que el analista trate de hacer emerger algo importante. Este paciente tiene dos asociaciones. La primera es la sensación de que le va a resultar difícil llegar a análisis, una resistencia inicial que podría hacer fracasar el tratamiento, seguida por una segunda asociación respecto de su imposibilidad de hacer algo que complazca a su esposa. La naturaleza preconsciente de las asociaciones (Busch, 2000) posibilita que el paciente se acerque lo suficiente a la comprensión de lo que dice para hacer consciente, con ayuda, la conexión entre ambas asociaciones. Es decir, puede expresar ambas ideas y es consciente de sus palabras, pero no es capaz de relacionarlas en esta etapa temprana. Sin embargo, la interpretación que recibió durante su primera sesión de análisis dificultó que la conexión deviniera consciente. Con toda razón, el analizando podría preguntarse: “¿Qué dije para que el analista supusiera que estaba hablando de mi principio de análisis?”

Conectando lo que se halla presente y no con lo que está ausente, damos al paciente mayor oportunidad de ver la conexión, al mismo tiempo que también lo ayudamos a establecer el proceso. Antes que transmitir la idea de “yo le daré interpretaciones cuyo origen sólo yo conozco”, el analista puede transmitir que “si escuchamos atentamente lo que está en su mente…”. Ofrezco dos intervenciones que yo haría. Cuando el paciente comienza a hablar y se interrumpe al principio de la sesión, lo señalaría diciendo: “Parece haber algo que hace difícil seguir hablando”. Si bien de algún modo estoy admitiendo lo obvio, también le transmito que estoy escuchando lo que dice (o, en este caso, su dificultad para decirlo) y reconociendo una resistencia inicial sin sugerir que lo es (insaturación). De este modo comenzamos el análisis analizando el proceso, dándole al paciente la libertad de hablar sobre su dificultad para empezar a hablar o el contenido de lo que calla o cualquier otra cosa de la que quiera o no hablar. Una vez comenzadas sus asociaciones, le diría: “Estoy tratando de comprender qué ha cambiado desde que acordamos vernos cinco veces a la semana. Después de mencionar este tema, sus pensamientos se dirigen a alguien a quien no puede complacer. Me pregunto si le preocupa que ello ocurra aquí”. Al hacerlo así nos apoyamos en algo que el paciente puede comprender mejor: el contenido específico y las conexiones de sus asociaciones. Esta es la información del análisis durante períodos prolongados. Segundo, empezamos a establecer la conexión entre lo que está en la mente del paciente en ese momento y el método analítico en vez de ofrecer insights provenientes de la mente del analista. Ello no significa que la comprensión creativa del analista, alimentada por fuentes múltiples, esté ausente en lo que ocurre. Por el contrario, es precisamente esa comprensión la que permite al analista ver las conexiones entre las asociaciones del paciente, induciéndolo a unir los puntos para éste, o bien a no hacerlo. A aquellos a quienes les preocupa que esto se asemeje a educar al paciente, les aseguro que este método lo utilizan los pacientes sólo gradualmente, y luego esporádicamente, en la fase intermedia del análisis, después de que se han abolido las numerosas resistencias a él.

Cuando el analista nota que las asociaciones del paciente deben tener que ver con el inicio del análisis, pareciera que un análisis se trata de buscar respuestas definidas, que es lo que los pacientes hacen para interrumpir el pensamiento creativo; esta búsqueda a menudo detiene el pensamiento por completo. Creo que deseamos transmitir que el psicoanálisis se trata de interrogarse, reflexionar, y no de producir respuestas.

Creando una mente psicoanalítica

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