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GALENO Y VESALIO

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Los médicos de los siglos XV y XVI que vivieron después de la invención de la imprenta estuvieron en condiciones de acceder directamente con cierta facilidad a la obra original de Galeno sin pasar por el galenismo que se fue constituyendo a lo largo de la Edad Media. Tal fue el caso de Vesalio. Es frecuente señalar en la historia de la anatomía un antes y un después de Vesalio. Creemos que sería acertado señalar también un antes y un después de la impresión en letras de molde de la obra del Pergameno. Pues ya antes de Vesalio hubo una serie de médicos que vivieron a finales del siglo XV y en el primer tercio del XVI que leyeron a Galeno, corrigieron sus errores y escribieron obras de anatomía. Se conoce hoy a este grupo de médicos con el nombre de «prevesalianos» 74 . Entre ellos se encuentran Jacobo Silvio, Jean Fernel y Juan Gunterio de Ardenach, todos profesores de Anatomía en París cuando Vesalio estudiaba. Otros nombres ilustres son los de Berengario da Carpi, Nicolo Massa, Mondino, y, por supuesto, Avicena. También pueden incluirse en este grupo, entre muchos otros, a Miguel Servet y Andrés Laguna, compañeros de Vesalio en París, así como a Juan Valverde y Realdo Columbo. En Padua, Vesalio coincidió con Benedetti, que le precedió en la cátedra de Anatomía, y con Falopio, quien le sucedió en esa cátedra. Con estos nombres quiero indicar que antes de Vesalio ya hubo un movimiento fuerte de anatomistas que siguiendo los consejos de Galeno se aplicaron a la observación de las disecciones y del cuerpo humano en general. La mayoría de los médicos citados rectificaron errores de Galeno y permitieron que la anatomía y la anatomia animata , esto es la fisiología, avanzaran.

Es frecuente leer o escuchar que la anatomía moderna arranca de Vesalio con su De corporis humani fabrica , publicada por primera vez en Basilea en 1543. Sin embargo, esta obra, no nos cabe duda, es deudora de Galeno. Fue escrita teniendo en cuenta el texto de Galeno y, probablemente, tras haber cotejado sus afirmaciones con lo que se observa a la luz de las disecciones. Hay en ella 698 citas de Galeno. Vesalio, que estaba bien formado en las lenguas clásicas, pudo leerla en su lengua original, y como era un experto disector, pudo comprobar los asertos de Galeno sobre la mesa de disecciones y también constatar algunos de sus errores. De hecho, Vesalio recomendaba la lectura del De usu partium y del De anatomicis administrationibus a quienes hacían disecciones. Se dio cuenta de que algunos errores galénicos procedían del hecho de haber diseccionado simios en lugar de cadáveres humanos y se propuso corregirlo. Barcia Goyanes 75 , que ha cotejado los textos de Galeno, reduce a siete los errores galénicos corregidos por Vesalio frente a los más de doscientos que señalara P. Diepgen 76 . Serían los siguientes: no existe en el hombre el lóbulo cava del pulmón, no se dio cuenta Galeno de que las dos últimas costillas se articulan con una sola vértebra, no existe un músculo de los labios inserto en la spina colli , la aponeurosis palmar no se extiende a toda la mano, el tendón del semitendinoso es redondo y no ancho, ha confundido las inserciones superiores del bíceps y del semimembranoso y no es cierto que el omento se inserte únicamente en la mitad derecha del colon. También Galeno se equivocó al suponer unos poros en el tabique interventricular del corazón. Algunos historiadores han atribuido la corrección de este error a Vesalio, pero en la página 596 de la Fabrica (1543) leemos: máxima portione per ventriculorum cordis septi poros in sinistrum ventriculum desudare sinit . En la edición de 1555 hace una corrección y afirma que es poca la sangre que pasa del ventrículo derecho al izquierdo pero no niega la existencia de esos poros. También Vesalio se suma al error galénico de que existen dos arterias y dos venas umbilicales, que el hígado es el principio de las venas, que el riñón derecho está más alto que el izquierdo y cree, cuando escribe las Tabulae Anatomicae , en la existencia del plexo reticular aunque luego en la Fabrica rectifica. Barcia Goyanes 77 ha señalado algunos errores de Vesalio en sus Tabulae , por ejemplo, la disposición de los vasos del cayado aórtico no es humana sino canina, lo mismo que la de los troncos braquiocefálicos venosos, la del tronco celíaco y la de la vena porta. Algunos de ellos se reproducen en la Fabrica . También la reproducción que hace en la lámina 6a de la Fabrica de los músculos escalenos descendiendo hasta la sexta costilla o los rectos del abdomen (lámina 5a ) que van hasta la clavícula son rasgos de la morfología del perro pero no de la del hombre. Entre los descubrimientos vesalianos que hicieron avanzar la anatomía fisiológica está el haber detectado los senos esfenoidales, la existencia de un conducto biliar que desemboca en el hígado, que no hay lóbulos en el bazo, destacó el lóbulo del hígado formado por la vena umbilical, hoy conocido como lóbulo de Spigel, la caro quadrata y el fibrocartílago de la muñeca, a los que añade Barcia Goyanes 78 el haber detectado la reflexión del digástrico en el hyoides, el haber demostrado que no existe lóbulo ázygos en el hombre y el reconocer como error de Galeno la descripción de un mesocolon derecho. Respecto a la descripción que Vesalio hace del ductus venosus y del arteriosus es muy similar a la que hace Galeno, pues en el caso del ductus venosus , uno y otro siguen la vena umbilical hasta el hígado pero no vieron su prolongación hasta la vena cava, lo que señaló por primera vez G. C. Aranzi en su obra De Humanu Foetu Opusculum (Roma, 1564). Respecto a otros hallazgos o descripciones que se le atribuyen como el ductus arteriosus , debe decirse que había sido señalado por Galeno en Del uso (VI 20) y en De la disección de venas y arterias 10 (II 828K). También se atribuye a Vesalio (Fabrica 524) el haber detectado que el nervio óptico desemboca en la retina, pero esto había sido detectado ya por Galeno en De uso VIII 6 y en Procedimientos anatómicos X. El ligamento redondo de la cabeza del fémur había sido descrito también por Galeno en De los huesos 20 (II 772K) y en Procedimientos anatómicos II 10. El fibrocartílago de la rodilla y de la mandíbula fue descrito por Galeno (Proced. anat . II 10) antes que por Vesalio, no así el de la muñeca. Galeno llama al fibrocartílago «ligamento cartilaginoso». Se atribuye también a Vesalio la distinción entre tendón, nervio y ligamento pero esta distinción la hizo claramente Galeno en Del movimiento de los músculos I 1 (IV 368-369K) y en Del uso de las partes (I, 17-19). La descripción del seno sagital inferior del cráneo, que se atribuye a Vesalio, se encuentra en Del uso de las partes IX 6-7 de Galeno. Se atribuye también a Vesalio la descripción del mediastino, que podemos leer en Del uso VI 3. El nombre es lo que se debe a Vesalio, pues Galeno lo llamó «membrana separadora» y la describió perfectamente. La función secretora de las glándulas es un hallazgo que se atribuye a Vesalio, pero Galeno en sus escritos diferencia ya dos tipos de glándulas, unas que dan soporte a los vasos y otras secretoras que lubrican las partes adyacentes 79 . Vesalio critica a Galeno por decir que la pituita se filtra por los orificios del etmoides y él afirma que se filtra por los poros de vasos y nervios, lo que es igualmente erróneo. También le critica (Fabrica , pág. 44) su afirmación de que la mandíbula inferior es doble. Sin embargo, hoy sabemos que en el período embrionario y cuando el niño nace es doble y así permanece durante los primeros años. La afirmación de Galeno de que el esternón consta de siete huesos también fue criticada por Vesalio (Fabrica 92), pero la embriología enseña que en principio los cartílagos que forman este hueso son siete, aunque luego se van uniendo entre sí hasta quedar en tres huesos 80 . Entre las críticas que se hicieron ya en su tiempo a Vesalio están las de su maestro J. Sylvius 81 y la de G. Falloppio 82 y en nuestro país la de A. Rodríguez de Guevara 83 y en tiempos más recientes las de J. J. Barcia Goyanes 84 . Le apoyaron en su tiempo L. Fuchs 85 y entre los nuestros sus discípulos P. Jimeno 86 y L. Collado 87 y más recientemente P. Laín Entralgo 88 . Es cierto que Vesalio fue un excelente disector, que hizo correcciones a la obra del Pergameno y que contribuyó a la anatomía con nuevas aportaciones. Su Fabrica , con una edición bellísima, ha sido el referente anatómico durante siglos. Debe decirse, no obstante, que Vesalio se mueve fundamentalmente con los paradigmas anatómicos que estableció Galeno, al que el bruselense estudió y conoció muy bien, como demuestran sus Tabulae Anatomicae sex , su Epístola sobre la sangría, en las que aún se muestra admirador de Galeno, e incluso en la Fabrica , donde ya demuestra sus discrepancias con el maestro y se propone corregir definitivamente la anatomía analógica de Galeno. Éste siempre animó a los estudiosos de la medicina a que no se apoyaran ni en los libros ni en la autoridad de sus maestros, sino que extrajeran sus conclusiones de sus observaciones personales en la disección y en la experimentación. Y esto fue precisamente lo que hizo Vesalio, por eso pensamos que sin Galeno quizá Vesalio no hubiera sido quien fue. Las metáforas arquitectónicas y vegetales de Galeno en su representación del cuerpo son las mismas que emplea Vesalio. Por poner sólo un par de ejemplos, Vesalio en la página 1 del libro I de la Fabrica compara los huesos a los muros de las casas, a los «palos» de las tiendas o a las quillas de los barcos, lo mismo que Galeno hace en Procedimientos anatómicos I 2 y en Del uso XVI 2; a las suturas del cráneo las compara Vesalio, como Galeno (Del uso IX 1 y 17), a las fisuras de los tejados de las casas por donde salen los residuos fuliginosos y en el libro III Vesalio compara, lo mismo que Galeno (Del uso IV 20), a las venas, arterias y nervios con las ramas que nacen de un tronco. Ha señalado Barcia Goyanes 89 que el de Bruselas «no imaginó siquiera que podía haber otra anatomía distinta; que el cuerpo del hombre o del mono podía encerrar otros secretos que Galeno no había revelado; que los accidentes anatómicos conocidos podían tener una interpretación diferente de la dada por aquél».

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