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INTRODUCCIÓN * AUTOR, FECHA, LUGAR DE COMPOSICIÓN

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Claudio Galeno escribió De usu partium cuando su amigo y protector Flavio Boeto se marchó de Roma a Palestina, al ser nombrado gobernador de la Siria palestina, con el fin de que pudiera recordar las enseñanzas anatómicas y fisiológicas, que con tanto interés había seguido en Roma, según relata nuestro médico al comienzo de sus Procedimientos anatómicos (I 1). Posiblemente redactó el libro I a instancias de su amigo entre los años 164 y 166, en los últimos tiempos de su primera estancia en Roma, y el resto de la obra durante la segunda entre los años 169 y 175, esto es, en su época de madurez, a la vuelta de Aquileya, cuando había adquirido ya gran experiencia y pericia en la práctica de disecciones. En esa época fue nombrado médico de Cómodo, el hijo de Marco Aurelio, por lo que dispuso de cierta tranquilidad para escribir sus tratados Procedimientos anatómicos y Del uso de las partes , obras magistrales de anatomía y fisiología anatómica, cuya redacción alternó, como puede deducirse de sus citas cruzadas. Dice en Procedimientos que le mandó los diecisiete libros de su obra de fisiología al gobernador de Siria, cuando aún vivía. De esa época también es su tratado De las doctrinas de Hipócrates y Platón , de carácter filosófico-teológico.

Galeno (Pérgamo 130-200), que creció a la sombra del Asklepieion de Pérgamo, recogió en sus escritos el saber médico, biológico y filosófico de la mejor tradición griega. Estudió filosofía en Atenas. Conoció por ello la filosofía clásica y también la helenística y el platonismo medio. Admiró a Platón, a Aristóteles y de manera muy especial a Hipócrates. Sintió respeto por Sátiro y por Quinto, sus maestros de medicina de Pérgamo, así como por Marino, Pélope y Numisiano. Viajó a Alejandría, la ciudad más avanzada de la época en ciencia y humanidades, para adiestrarse en la medicina que allí se estaba desarrollando, basada en el estudio de la anatomía humana mediante la práctica de disecciones. Figuras como Herófilo o Erasístrato eran buen ejemplo del nuevo rumbo que estaba tomando el estudio y la práctica de esta ciencia. En Alejandría aprendió también a estudiar los tratados hipocráticos con rigor filológico. En Pérgamo fue médico de los gladiadores y en Roma protagonizó algunas de sus demostraciones anatómicas más brillantes en el Templo de la Paz. En su calidad de médico acompañó a Marco Aurelio en algunas de sus expediciones militares, y se ocupó personalmente de la salud de este emperador y de su hijo Cómodo.

Galeno aprendió de sus maestros la importancia de la observación de los fenómenos, de la experimentación, de la exhibición de los hallazgos así como de la teoría lógica para la demostración. Escribió un tratado Sobre la demostración en quince libros, que no nos ha llegado, pero que nos permite imaginar la importancia que dio al razonamiento lógico para explicar los resultados de sus experimentos. Dejó escrito (VI 13, 467K) que algunos errores médicos proceden del desconocimiento de la anatomía y otros, de la ignorancia de la teoría lógica, y que la maestría intelectual requiere experimentación pero también razonamiento lógico y conocimiento de la teoría de la causalidad con todas sus distinciones. La observación, la experimentación y la demostración fueron para Galeno los ejes de su enseñanza médica. Invitaba insistente y reiteradamente a sus lectores a que comprobaran visualmente ellos mismos en las disecciones lo que él decía (II 3, 98-99K). Enseñó a sus discípulos a observar con atención lo que se ve y a aprender mediante la experimentación aquello que no es accesible a la vista 1 . También sabía, como los buenos oradores, que cualquier demostración debía persuadir. No obstante, afirma que prefiere demostraciones claras antes que palabras persuasivas (XIV 13, 198K).

El título de la obra que traducimos, de acuerdo con los mejores manuscritos, es Perì chreías moríon , que fue vertido al latín por De usu partium . En nuestra traducción hemos optado por traducir el título griego como Del uso de las partes para respetar la traducción consagrada por el latín y avalada por la tradición médica. No obstante, traducimos el término chreía por «función» como también en nuestra anterior traducción del tratado de Procedimientos anatómicos hemos traducido Perì chreías moríon por Sobre la función de las partes , pues estimamos que en el ámbito de la medicina cuando se hace referencia a la «utilidad» de una parte del cuerpo, se emplea generalmente el término «función». Así hablamos, por ejemplo, de la función del pulmón o decimos que la función principal de las piernas es la locomoción.

Galeno suele definir, en aras de la claridad, los conceptos sobre los que trabaja. Así hace también en esta obra. Del término chreía dice que expresa lo que la mayoría llama euchrestía , que podríamos traducir como «utilidad» (XVII 1) 2 . También define lo que entiende por «parte» como algo con contorno propio pero que en algún punto se continúa con el todo. El término enérgeia , que hemos traducido por «acción» o «actividad» lo define como kínesis drastiké «movimiento activo» (XVII 1) Y dice que lo que posibilita ese «movimiento activo» es la facultad o poder (dynamis ) de cada órgano.

Para conocer la función de cada parte lo mejor es observar primero la acción del órgano entero. Galeno lo ejemplifica con su experiencia del elefante. Cuenta que la primera vez que vio un paquidermo le sorprendió ese apéndice largo que pende del lugar de la cara donde otros animales tienen la nariz y le pareció algo inútil y superfluo, pero cuando vio cómo recogía con él monedas del suelo, comprendió por su acción cuál era la función de la trompa, y cuando observó que ese animal, al cruzar un río, elevaba la trompa y respiraba por ella, comprendió con esa otra acción la otra función de dicho apéndice (XVII 1).

El propósito de la obra es demostrar que cada parte del cuerpo humano tiene una estructura adecuada a su función en la economía del cuerpo entero (XV 1, IV 218K y XVII 1, IV 347K), que la excelencia de la estructura de cualquiera de las partes se manifiesta en su cooperación a la acción de todo el órgano (I 9, III 24-25K), ya que, como decía Hipócrates, en el cuerpo todo está en simpatía (I 8, III 18K). El Pergameno afirma que la función de las partes del cuerpo está en relación con el alma, puesto que el cuerpo es su instrumento, y, si las partes de los diferentes animales difieren, es porque también difieren sus almas, pues el cuerpo está adaptado al carácter y facultades del alma (I 2). Para Galeno, la forma y la función de las partes no son sino manifestaciones de la naturaleza y expresión del perfecto diseño del ser viviente.

Del uso de las partes

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