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Marzo 1
Alguien toca tu puerta

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“he aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20)

¿Has recibido en alguna ocasión una visita sorpresa?

Quizás estás en tu casa un día sin esperar a nadie, tu casa en desorden, nadie te ha anunciado una visita, pero de repente suena la puerta. No tienes ni idea de quién puede estar al otro lado.

Es más, ni siquiera estás preparado/a para recibir a nadie, por el contrario no deseas que nadie te moleste. Pero abres la puerta y te encuentras a una persona que no esperabas.

¿Cómo será tu reacción? ¿Qué le dirás? ¿Le cerrarás la puerta en la cara?

Podemos tener diferentes reacciones, especialmente dependiendo de quién encontremos del otro lado de la puerta.

¿Y si es El Señor quien viene hoy a visitarte? ¿Cómo lo recibirás? ¿Lo despedirás simplemente como a alguien más?

Por alguna razón la tradición nos ha hecho creer que nosotros somos los que siempre tenemos que buscar a Dios, ya que Él es evasivo y difícil de encontrar. Pero la Biblia nos dice lo contrario y nos presenta a un Dios que no se cansa de buscarnos.

Dios buscó a Adán en el Edén, salió al encuentro de Gedeón, de Moisés, de Elías y muchos más. Así mismo, Dios te busca a ti, y lo único que tienes que hacer es estar atento y responder cuando Él golpea a tu puerta; tener el corazón abierto para dejarlo entrar.

Día tras día va pasando y Dios sigue mirando, mirando, mirando… ¿no hay nadie que quiera invocar su bendición? ¿Sobre quién puede derramar su gracia? ¿Hay alguno que esté interesado? ¿Hay alguien que desee abrir la puerta de su corazón para que Él entre en toda su plenitud y la gracia maravillosa inunde una nueva vida?

En este día, El Señor te invita a estar atento a su venida. Él quiere entrar en tu casa para que puedas disfrutar de las bendiciones eternas y se puedan cumplir los anhelos más profundos de tu corazón.

Él está llegando a tu vecindario y recorre lugar por lugar trayendo el gozo de la salvación.

¿Estás listo/a para recibirlo?

A propósito: ¿Escuchaste que alguien está tocando a tu puerta?

Oración:

Señor Jesús, hoy quiero estar atento/a a tu llamado. Sé que tus ojos buscan por aquellos que te anhelan y deseas compartir tu tiempo con cada uno. Tú estás a la puerta y no quiero hacerte esperar. No solo abro mi puerta, también abro mi corazón para que tú entres en él, lo examines y mires si hay en mí un camino equivocado y me guíes en el camino eterno. Amén.

Una semilla para cada día

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