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Marzo 9
Una nueva oportunidad
Оглавление“Este es el día que hizo El Señor; nos gozaremos y alegraremos en él” (Salmo 118:24)
Imagínate por un momento a un hombre que está moribundo. No hay más remedio, ya está para morir aunque está muy joven y tiene la sensación que hubiera podido hacer más en esta vida. Sin embargo, el diagnóstico es muerte. No hay nada que hacer, se va a cerrar esa historia en este mundo, la enfermedad avanza y todo se hace irreversible.
Las posibilidades de recuperación se reducen y todos están esperando solo ese momento en que cierre sus ojos para siempre. Hay mucho dolor en él y entre quienes le rodean.
Pero de repente El Señor hace algo maravilloso. La mano de Dios se extiende y este hombre que estaba moribundo, a punto de irse de este mundo, es sanado completamente.
Nadie puede entenderlo, se preparaban para la muerte y ahora celebran la recuperación.
Todo estaba perdido pero ahora delante de ellos este hombre se levanta con todo vigor, con toda energía, con gran fortaleza y ni siquiera se levanta pesadamente sino que literalmente, salta de su cama lleno de vida.
Déjame preguntarte: ¿Se iría de aquel lugar aburrido y triste para irse a quejar de los médicos, de las enfermeras, del trato del hospital, de la comida que no le gustó, del poco brillo del piso, de los cuadros que había en su cuarto y del vecino que roncaba mucho?
No. Nada de eso. Qué le va a importar eso en realidad. Él vive ahora diferente. Ha sido rescatado cuando nadie daba nada por él. Todos hablaban de él como el desahuciado, ese era el apelativo que le habían puesto.
Pero para Dios había otro apelativo. No era el desahuciado sino el renacido, el nacido de nuevo, el rescatado. El mundo no tenía esperanza en su recuperación, pero Dios tenía otros planes y lo levantó como una persona cambiada, transformada, lista para seguir adelante.
Ahora déjame hacerte otra pregunta: ¿Cómo sería de ahí en adelante la vida de este hombre?
¿Sería una vida de solo amargura, tristeza y depresión? No creo.
Después de haber pasado por una experiencia de esas, con seguridad que cada mañana se levantaría agradecido con Dios. Cada mañana diría: Señor, gracias por este nuevo día, voy a vivirlo con toda intensidad, con todo amor. Voy a vivirlo con alegría y con agradecimiento en mi corazón.
En realidad, para él cada día sería toda una experiencia maravillosa porque sabía de dónde había sido rescatado.
Este es el día que Dios hizo para ti. Vívelo con toda intensidad, pasión, amor y agradecimiento.
Si tú has venido al Señor, también tú has sido rescatado. Dale gracias a Dios por ese milagro.
Oración:
Señor, sabiendo que tú me has dado una nueva oportunidad para vivir, hoy quiero vivirlo con toda intensidad, quiero vivirlo con acción de gracias, con alabanza a tu nombre, con deseos de alcanzar a otros para tu gloria. Cada día cuenta y hoy me has dado este regalo de vida, lo usaré de la mejor manera. Amén.