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Marzo 4
Un amor sin igual
Оглавление“porque de tal manera amó Dios al mundo………………” (Juan 3:16)
La afirmación del amor de Dios recorre toda la Biblia en múltiples formas. Amando a la humanidad perdida y preservándola a través de Noé. Amando a Abraham y dándole promesas de bendición eterna. Amando a David y concibiéndolo como un hombre de acuerdo a su corazón. Amando a su pueblo y liberándolo de la esclavitud, llevándolo por el desierto hacia la tierra prometida. Amando a sus discípulos, a la mujer adúltera, al centurión que le aceptaba, a la viuda que lloraba, al leproso que se quejaba, a la mujer enferma que buscaba tocar su manto, a las multitudes hambrientas de comida y de palabra, a los pecadores arrepintiéndose, a los que lo golpeaban y escupían, a quienes lo clavaron a una cruz y a quienes contemplaron su muerte y su resurrección.
En todo esto, estabas también tú. En la mente de Dios estabas contemplado tú desde el principio, desde la creación del mundo y en este día el amor de Dios sigue siendo el mismo para ti.
El mismo amor que tuvo por su madre María. El mismo amor que tuvo por sus amigos, por sus cercanos, por Lázaro a quien levantó de la tumba, es el mismo amor que desea que tú experimentes y te está llamando solamente a que lo aceptes.
Eso es todo lo que tienes que hacer. Aceptarlo. Recibir su amor.
¿Estás dispuesto a recibir hoy ese amor divino en toda su dimensión?
Hay muchas cosas que en mi mente finita no puedo entender, pero que debo aceptar por la fe.
Yo no sé cómo funciona la electricidad, pero aun sé que es muy difícil vivir en la oscuridad.
Yo no sé cómo funciona el sistema digestivo, pero sé que aun sin saber cómo funciona, debo comer para seguir adelante.
Yo no puedo entender la dimensión del amor de Dios, pero sé lo que Él me pide, que abra mi corazón y reciba ese amor y que al hacerlo, tendré un destino de eternidad en su compañía.
Por eso no es necesario que lo entiendas en toda su dimensión.
Así que en este día aunque no lo comprendas cabalmente, solo acéptalo como un regalo divino, como el más grande obsequio que viene de un Dios lleno de amor para dar.
¿Quieres recibirlo? Extiende tus manos, Él las llenará.
Oración:
Aunque he buscado el amor en diferentes lugares, hoy entiendo que no hay una fuente superior que mi Señor. Tú eres la fuente, el dador, el canal, el origen del amor y por lo tanto, no puedes jamás ser superado. Por eso hoy recibo ese amor tuyo manifestado de tantas formas diferentes. No lo puedo comprender en toda su dimensión, pero sé que no hay nada ni nadie que me pueda separar del amor de mi Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Amén.