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Marzo 19
El lado bueno de las pruebas

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“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” (Romanos 8:28)

Cuando sufrimos podríamos pensar que Dios nos ha abandonado, que su misericordia no fue suficiente o que no hay justicia para nosotros desde los cielos.

Pero cuando aprendemos a ver la vida desde el ángulo de los propósitos divinos, encontramos que Dios en realidad ha venido trabajando en nuestras vidas para alcanzar propósitos aún mucho más grandes.

Este versículo poderoso del libro de Romanos es quizás uno de los más conocidos y citados de la Escritura. Pero a la vez también mal interpretado.

La esperanza del creyente no es que escaparemos de las angustias, de la muerte, del hambre o de las dificultades, sino que el Dios Todopoderoso hará que cada una de nuestras agonías sea un instrumento de su misericordia para nuestro bien.

Las pruebas, los problemas, los momentos difíciles, tienen la intención de parte de Dios de cumplir en nosotros los propósitos que Él está realizando de convertirnos cada día más como Jesús.

La Biblia nunca le oculta al creyente que pasará por pruebas o tribulaciones.

Es parte de la experiencia de la vida misma. Pero también nos asegura que todo tiene un propósito de parte de Dios.

Y sabemos dice Pablo, ya lo sabemos, no es una incertidumbre, no es una probabilidad, es una seguridad, sabemos.

¿Qué es lo que sabemos?

Que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

No nos gustan las pruebas, eso es cierto, pero El Señor nos enseña que nuestra vida está encaminada a logros mayores y es por esto que necesitamos ser formados cada día más en el fuego para ser moldeados de acuerdo a los propósitos divinos.

Dios está trabajando en nuestras vidas. Él está creando la mejor versión de nosotros mismos.

Oración:

Señor Jesús, sé que hay ocasiones en que me llega el desaliento y la debilidad a causa de las pruebas de la vida. Pero tú me enseñas hoy que siempre hay un propósito mayor para mí y por lo tanto seguiré creciendo y aprendiendo de cada una de ellas. Gracias Señor. Amén.

Una semilla para cada día

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