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La música Gardel en el wincofón

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Cuando llegamos de vuelta a la Argentina, estaban en su apogeo El Club del Clan y la música folklórica, sobre todo la litoraleña. Se escuchaba mucho a Rodolfo Zapata, el Cholo Aguirre, Ramona Galarza y Rosamel Araya, entre otros. El Orangután era el gran éxito de Chico Novarro y también causaban sensación Lalo Fransen, Niky Jones, Johnny Tedesco, Violeta Rivas y Nestor Fabián, los ídolos del Club del Clan. Para unos carnavales, creo que para los del 64, con mis primas organizamos una especie de corso en el fondo de casa, con escenario y todo. A mí todavía no me había agarrado la locura por el fútbol y me gustaba la música.

Con el tiempo, la cultura musical de la casa se fue ampliando y diversificando. Cuando pudo disponer de unos pesos mi madre fue hasta Berisso a comprar en Alayan Hermanos un tocadiscos Wincofón, de cuyos restos mortales, totalmente despanzurrados, me he apoderado. En él empezamos escuchando los discos que más le gustaban a ella y a mis abuelos: Gardel, Raphael, Lola Flores, Johann Sebastian Bach y Vivaldi; después compramos también la versión grabada de los temas del festival de San Remo, cuyas letras en italiano aún recuerdo, y de a poco nos fuimos acercando a Los Beatles y a los Rolling Stone.

A partir del 69, aproximadamente, nuestros gustos musicales variaron mucho a partir de la influencia de los Meyer: Ricardo, Marcelo y Guillermo, los hijos de Rosita, la íntima amiga de mi vieja.

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