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EL YIN Y EL YANG EN LA VIDA DIARIA
ОглавлениеTodas las «cosas» que nos rodean y que forman parte de nuestro organismo pueden clasificarse como el yin o el yang. Así, las personas en las que predomina el yin tienden a ser pasivas y relajadas, con más imaginación, y las esencialmente yang suelen ser más activas, con más capacidad de contraerse y mayor vitalidad. En la sociedad actual la medicina lo denomina metabolismo pasivo o acelerado.
Como se puede comprobar en esta clasificación, las cualidades yin y yang se dan en todos los aspectos de la vida, incluidas las actitudes; las emociones; los pensamientos; las percepciones; los colores, los sabores o las propiedades energéticas, térmicas y trópicas, así como las formas y las texturas de los alimentos.
Las cualidades de los alimentos están en constante transformación, y a la hora de valorar si son más yang o yin o qué parte poseen de cada uno de ellos, hay que tener en cuenta su naturaleza, sabor, olor, color, textura, e incluso la estación, pues el universo es ambivalente en todos sus aspectos.
La medicina oriental macrobiótica propone un alto consumo de alimentos «vivos», de origen vegetal, porque solo ellos disponen de esa energía dual, yin y yang, que puede alimentar y nutrir nuestros canales de energía, casi siempre descompensados. Estos se hallan así porque la mayoría de alimentos que nos ofrece la industria actual carecen de la capacidad de reparar nuestros circuitos, razón por la que nos sentimos faltos de energía y cansados pese a consumir alimentos que nos parecen sanos. Hay que aclarar que el concepto «vivos» en este contexto no significa crudos, sino que tengan energía vital que pueda alimentar nuestro Qi energético, que posean unas características bioelectromagnéticas y bioquímicas a la vez —de las que no cualquier alimento dispone—, y que pueda asimilarlas nuestro organismo, pues no es tarea fácil.