Читать книгу Contra la política criminal de tolerancia cero - María Isabel Pérez Machío - Страница 69
IV.2. LA HERENCIA RECIBIDA
ОглавлениеComo señalan GONZÁLEZ y ORTIZ, la violencia política22 fue instrumento esencial de la dictadura y supuso la implantación de un régimen de represión continuada articulado como un “Estado de excepción permanente” hasta sus últimos estertores. Desde la implantación de la democracia en nuestro país, los cambios en las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado han sido constantes debido a la evolución de la sociedad española y también de los propios cuerpos policiales y de la cultura organizacional de las propias instituciones, así como la evolución de sus mandos.
Para ALCáNTARA23 fue en los Pactos de la Moncloa donde se estableció una nueva concepción del orden público con el respeto de las libertades públicas y los derechos humanos en el marco democrático. De tal forma se establecían dos cuerpos: “el cuerpo civil (Cuerpo Superior de Policía) y el militar (Policía Armada y Guardia Civil), cayendo su mando en el Ministerio del Interior. Con división de las atribuciones de los diferentes cuerpos policiales. También la necesidad de crear una policía judicial y una policía de barrio”.
En un estudio realizado por el CIS en 1980 sobre la imagen pública de la Policía24 a la afirmación de que la policía no se ha adaptado al cambio político, a menor edad se consideraba más frecuentemente que no había adaptación, en lo que se refería a la adscripción política la extrema izquierda rechazaba en un 94% que la policía se hubiese democratizado, en la izquierda en un 64% sostenía dicha idea. En el resto de las categorías se avanzaba en la creencia en que la policía sí se había democratizado. En concreto respecto a la adscripción de partidos políticos los votantes del PCE, del PSOE y los regionalistas de izquierda y derecha opinaban mayoritariamente que no se había producido adaptación de la policía, mientras que UCD y Coalición Democrática si opinaban que la policía se había democratizado.