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2.3. LA «EXPANSIÓN DE URUK»

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Los acontecimientos que se acaban de describir ocurrieron en el extremo sur de Mesopotamia, en los alrededores de la ciudad de Uruk. No podemos determinar si tuvieron lugar procesos similares de manera independiente en otras partes del sur de Mesopotamia debido a la falta general de excavaciones de los niveles del período de Uruk en esas zonas. Sin embargo, el tamaño de Uruk, aproximadamente 250 hectáreas, sugiere que fue un centro inusual cuya complejidad llevó al uso de la escritura y a la organización de una ciudad-estado. Irónicamente, proviene mucha más información arqueológica sobre el período de Uruk de regiones no pertenecientes al sur de Mesopotamia, especialmente del oeste de Irán, el norte de Siria y el sur de Turquía.

A mediados del cuarto milenio, los avances locales se vieron influidos fundamentalmente por el sur de Mesopotamia. Se ha podido atestiguar una variedad de interacciones entre las poblaciones locales y las de la región de Uruk y entre algunas de las preguntas difíciles por determinar se incluye por qué estas interacciones tuvieron lugar y hasta qué punto los impulsos locales o extranjeros causaron el cambio.

Justo al este de la Baja Mesopotamia está el área del suroeste de Irán, en sí misma una llanura aluvial a los pies de los montes Zagros, a menudo llamada Susiana por el gran enclave de Susa en su centro. Aunque es geográficamente similar al sur de Mesopotamia y está cerca de allí, el viaje entre las dos regiones es difícil, ya que están separadas por marismas, siendo las estribaciones de los Zagros, que rodean las marismas, la vía de acceso más cercana. Las dificultades de comunicación podrían explicar por qué las culturas de las dos áreas permanecieron diferenciadas hasta el cuarto milenio. Probablemente debido a las fuerzas indígenas de principios del cuarto milenio, surgió un gran centro en Susa, pero durante el Período de Uruk Tardío la cultura material de Susa se vio totalmente influenciada por el sur de Mesopotamia. Encontramos grandes cantidades de cerámica típica del Período de Uruk Tardío y muestras de los precursores de la escritura protocuneiforme: bullae con fichas, tablillas numéricas, y tablillas con números y signos de una o dos palabras. Aparentemente inspirada por Uruk, Susa se había convertido en una ciudad por derecho propio, con recursos de toda la región de Susiana. Además, Susa extendió su influencia cultural a una amplia zona de Irán, como lo demuestra la aparición del cuenco de borde biselado en lugares de todo el país. Se han excavado muestras en los montes Zagros (por ejemplo, Godin Tepe, Choga Gavaneh), en el norte (por ejemplo, Tepe Ozbaki, Tepe Sialk), en el centro (por ejemplo, Tepe Yahiya) y en el sur de Irán (por ejemplo, Nurabad) e incluso, en la costa del Pakistán moderno (Miri Qalat). Algunos de estos lugares estaban a más de mil kilómetros de Susa, que asumimos fue el punto de tránsito de las influencias de Uruk, ya que los contactos entre estos lugares y Susa sobrevivieron después de que la expansión de Uruk hubiera cesado.

La situación en el norte era diferente. En el norte de Iraq, Siria y el sur de Turquía aparecieron elementos de la cultura de Uruk desde mediados del cuarto milenio, pero varió el grado en que estos afectaron a las culturas locales. La influencia del sur había disminuido después del período Obeid y las culturas locales atestiguadas se subsumen bajo el nombre de Calcolítico Tardío (gráfico 1.1). En la primera mitad del milenio surgieron en la región grandes centros con arquitectura monumental que dominaban los recursos de su entorno inmediato como resultado de los avances locales hacia el poder centralizado. Algunos especialistas las llaman ciudades, pero su crecimiento se estancó a mediados del cuarto milenio, mientras que Uruk en el sur aumentó masivamente en tamaño y complejidad. La nueva ciudad del sur estableció estrechos vínculos con el norte, aunque su influencia variaba de un lugar a otro. En algunos lugares aparecieron asentamientos de proporciones urbanas en suelo virgen con un conjunto cultural importado masivamente del sur de Mesopotamia, como Habuba Kabira en el Éufrates Medio, que era una ciudad densamente habitada y fortificada. La mayoría de los estudiosos piensan que los inmigrantes del sur fundaron estas ciudades como colonias.

En otros lugares, los pobladores de Uruk se establecieron en asentamientos existentes, creando enclaves para sí mismos. Su interacción con las poblaciones locales introdujo innovaciones en el contexto de las tradiciones nativas. Por ejemplo, en Tell Brak dominó la cerámica del sur, incluido el cuenco de borde biselado, y los artesanos usaron mosaicos de conos pintados, bullae selladas y tablillas de notación numérica, todos ellos elementos inspirados en las influencias del sur, aunque no sustituyeron totalmente a los productos locales. En otros lugares, la presencia de Uruk estaba restringida a unos pocos edificios, en los que la influencia sobre las poblaciones locales pudo ser drástica. En Arslan Tepe, en el sur de Turquía, por ejemplo, las élites locales parecen haber imitado las prácticas del sur y construido un enorme edificio monumental. Por último, había antiguos asentamientos, como Kenan Tepe en Turquía, donde la influencia de Uruk estaba completamente ausente.

Los elementos culturales de Uruk que aparecieron en esta región son las plantas de construcciones y la decoración, la cerámica (especialmente el cuenco de borde biselado) y los precursores de la escritura, las bullae con fichas y las tablillas numéricas. La escritura protocuneiforme, encontrada en los niveles de Uruk IVa en el sur, no se abrió camino hacia el norte, por lo que los contactos debieron haber cesado justo antes de este desarrollo. Estos elementos materiales son menos importantes que el cambio social causado por la expansión de Uruk. Los centros urbanos surgieron repentinamente con la concomitante jerarquía social y organización económica. No queda claro qué fue lo más importante en este proceso, si la evolución indígena o la influencia extranjera. Las tendencias locales hacia asentamientos mayores y una jerarquía de asentamientos precedieron a la expansión de Uruk, de modo que la influencia de esta última pudo haber acelerado un proceso que tenía sus raíces en las culturas locales. Por otro lado, la masiva influencia extranjera observada en una ciudad como Habuba Kabira muestra claramente la inspiración meridional.

Algunos aspectos de la cultura de Uruk penetraron más allá de las áreas donde su impacto era directo. El cuenco de borde biselado se encuentra, por ejemplo, en varios lugares cerca de la costa norte de Siria. Lo más intrigante es la posibilidad de que Uruk influyera en el Egipto más antiguo, donde a finales del cuarto milenio aparecieron una serie de características culturales similares a las de Mesopotamia: arquitectura de ladrillos de adobe con entrantes y salientes, conos de arcilla decorativos, algunos estilos de cerámica, cilindros-sellos y ciertos motivos artísticos. El hecho de que estos elementos aparezcan en el centro de Egipto y no en el norte sugiere que los contactos se hicieron a través de viajes por el golfo Pérsico y el mar Rojo en lugar de a través de Siria por tierra.

El reto más difícil sigue siendo explicar por qué se produjo esta expansión. ¿Por qué razón la joven ciudad-estado o los estados del sur de Mesopotamia decidieron enviar emisarios a lugares lejanos para instalarse allí, trayendo consigo su bagaje cultural? La mayoría de los estudiosos sugieren que los habitantes de Uruk querían acceso a recursos raros o ausentes en el propio territorio, y enfatizan que Babilonia carece de madera, piedra y metales. Sin embargo, esa deficiencia es exagerada, ya que había materiales disponibles localmente para compensarla. Parece más apropiado tener en cuenta los cambios demográficos e ideológicos fundamentales que se produjeron en la Mesopotamia meridional del período de Uruk. Los estados se habían desarrollado con un nuevo tipo de ideología y una nueva estructura social. Ciertas personas ocuparon puestos de importancia inexistentes hasta el momento e influyeron en la vida de muchos. Las nuevas élites emergentes pudieron haber deseado el acceso a materiales exóticos, cuya posesión los distinguía del resto de la población. Muchos artículos de lujo solo estaban disponibles fuera de Mesopotamia: piedras semipreciosas, oro, plata, etc. Los asentamientos al este y al norte podrían haber sido colonias de pueblos meridionales, que aseguraban el acceso a estos recursos a través de la interacción con las poblaciones locales. Además, la convicción de que un dios tenía influencia más allá de los límites de la ciudad pudo haber contribuido a una ideología expansionista. No solo el entorno inmediato, sino también las regiones lejanas pudieron haber sido consideradas como dependientes del dios patrón de la ciudad. Tales elementos ideológicos, aunque imposibles de determinar en la documentación, no se deben ignorar por completo en nuestra interpretación de la expansión de Uruk.

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